Encontrá todos los archivos de audio en MP3 del programa de radio La Venganza Será Terrible de Alejandro Dolina

23 de Octubre de 2007

Quevedo

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos hoy de que Vedo espía.
0:00:05 De nuestro amigo Francisco de que Vedo, el quien hemos hablado mucho en virtud de su obra literaria.
0:00:13 Pero además de ser un gran poeta, un gran prosista, parece que que Vedo intervino en varias misiones diplomáticas.
0:00:20 Era espía, que Vedo. O fue espía en alguna ocasión.
0:00:24 A comienzo de siglo XVII que Vedo conoció en la Corte de Madrid al Duque de Osuna y se hicieron amigos con él.
0:00:34 Poco más tarde que Vedo acompañó al Duque a Nápoles porque había sido nombrado virrey.
0:00:44 Recuerdece que en aquella época España ejercía un dominio sobre el sur de Italia y el Reino de Nápoles estaba en manos de España.
0:00:55 Cuentan que que Vedo se convirtió en el primer ayudante del Duque de Osuna.
0:00:59 Muy bien que Vedo y el Osuna fueron socios en asuntos políticos, pero también en asuntos amorosos.
0:01:08 Se repartían las minas que iban conociendo.
0:01:11 Ambos tenían tal fama de mujer hiego y de competentes en la conquista, que los napolitanos repetían por esos tiempos un versito no muy ocurrente que decía.
0:01:26 Entre que Vedo y Osuna no me han dejado ninguna.
0:01:32 A lo que yo contesto con uno que me parece más eficaz que podría ser, si está el Osuna y que Vedo no insistan porque es inútil.
0:01:46 Bueno, que Vedo andaba buscando anotarse un poroto en política para ganarse los halagos del Rey Felipe III.
0:02:02 Entonces comenzó a pensar junto con el Duque en algo grande, en alguna cosa.
0:02:09 Si por ahí se les ocurrió una noche que estarían menos medio mamado, tomar el poder en Venecia, nada menos.
0:02:17 Sin consultar desde luego al Rey de España, empezaron a pensar que podían lograrlo.
0:02:23 Y entraron en acción.
0:02:25 Vedo reunió a unos mercenarios, venencianos exiliados, aventureros, y entró en trata activas con el Papa para colocar una escuadra pontificia junto a la escuadra española que estaba al mando de Vedo.
0:02:42 Así que imagínense, que se yo por el Adriáctico, le mandaban allí frente a Venecia la flota, y que Vedo ideó un plan para desarrollar en la ciudad.
0:02:58 Y la suena a instalar al Duque de Osuna como nuevo duques veneciano.
0:03:05 El plan trazó por que Vedo, además de esta presencia naval, consistía en aprovechar una gran fiesta tradicional, una fiesta que se llamaba el desposorio del mar, se llama.
0:03:17 En la cual todo el gobierno veneciano desfilaba por los canales en Góndola.
0:03:23 Entonces, mediante un ataque sorpresivo con cientos de hombres que iban a estar disfrazados, ya que era un carnaval aquello, no?
0:03:30 El despil se hacía contar a gente disfrazada.
0:03:33 Digo, un ataque sorpresivo con cien hombres mezclados entre las mascaritas, pensaba tomar prisioneros a los miembros del gobierno.
0:03:42 Muy bien. Al comienzo parecían dar todo bien.
0:03:45 Los agentes napolitanos informaron a que Vedo, que ya se habían distribuido los disfraces en Venecia, que el pueblo se preparaba inocentemente para la fiesta.
0:03:55 Pero que Vedo ignoraba que el duques tenía por costumbre ubicar una red de espías por todos lados, incluso en lugares inauditos.
0:04:09 Antes de seguir adelante con esta historia, conviene hablar de cómo funcionaba la prostitución en Venecia.
0:04:20 En el año 1287, decir mucho antes, el Consejo Supremo había decretado la pena de azotes para las muchachas que practicaran la prostitución en casa de sus amos.
0:04:33 Antes dicha prohibición, estas mujeres comenzaron a reunirse en otros lugares, o sea, en posadas, en tabernas, y todo esto dio lugar a la famosa, la famosísima comunidad de cortesanas de Venecia.
0:04:49 Poco después se consideró que lo mejor era confinar a esas mujeres en una zona restringida, como se ha hecho muchas veces a lo largo de la historia.
0:05:00 Tras mucha búsqueda se estableció esa zona en la barriada que se llamaba de Casteletto.
0:05:09 Casteletto queda como quien sale de la estación del ferrocarril, Pasatmarcos, por ahí al llegar a la mitad del trayecto doblasa a la izquierda, como quien va para una iglesia que se llama Nuestra Señora del Huerto, pero que está en italiano.
0:05:26 Y yo conozco el camino, porque hice ese largo camino solo para sacarme una foto al lado del cartel.
0:05:39 Bueno, ahí queda el Casteletto.
0:05:42 Acotemos que en la Venencia del siglo XVII se vendían unos folletos de turismo que servían a los foras tiros como guía para conocer la vida amorosa de la ciudad.
0:05:56 Y en esas guías aparecían los nombres de las mujeres, incluyendo el precio y la calidad de sus prestaciones.
0:06:04 Pero el barrio de las prostitutas fue creciendo y hubo que tomar otro, el nuevo Casteletto nada más, ese ahí pegado.
0:06:12 Al gobierno le convenía esta zona de citas, porque allí muchos conjurados hablaban sobre sus futuras hazañas y planes mientras amaban a las prostitutas.
0:06:25 Pero sucedía que el gobierno de Venencia subsidiaba a muchas damas para que informaran al gobierno de posibles asonadas.
0:06:36 Y los hombres de Quevedo, que llegaron junto al poeta, enseguida fueron a ver a las muchachas del Casteletto y parece que hablaron hasta por los cojos.
0:06:47 Y no una, sino catorce muchachas se presentaron ante los funcionarios del Dux para contar acerca de la visita de mercenarios y frazados para tomar presos a los poderosas.
0:07:00 O sea que ya sabían todo.
0:07:02 Y sucedió lo siguiente.
0:07:04 Los hombres de Quevedo no pudieron intervener porque los venecianos los estaban esperando.
0:07:14 Estaban ahí disfrazados.
0:07:16 Francisco de Quevedo era uno de los viajeros disfrazados y pudo ver cómo iban cayendo uno a uno todos sus compañeros.
0:07:23 Y supo que habían sido delatados y que a él también lo habían delatado como uno de los jefes.
0:07:29 El Ducre de Osuna no estaba, desapareció y yo puso precio a su cabeza.
0:07:35 Pero Quevedo también pudo rajar.
0:07:39 Comprendiendo que lo iban a tomar más tarde, más temprano, volvió a disfrazarse de mendigo.
0:07:47 En realidad ya estaba disfrazado de mendigo, pero lo que hizo fue sostener ese papel.
0:07:53 Él estaba disfrazado de mendigo para pasar a la acción directa.
0:07:58 Y cuando vio que lo buscaban, empezó a tomar en serio el papel, lo sostuvo.
0:08:05 Dice la clónica que caminaba torpemente, dormía en un umbral, comía sobras y observaba, mientras tanto, conojo atento,
0:08:14 la búsqueda de semfrenada de las tropas que lo estaban buscando él.
0:08:20 Se instaló durante dos meses, como mendigo, en el mismo lugar.
0:08:26 Y logró pasar inalvertido.
0:08:30 Después de ese tiempo, cuando las indagaciones fueron menos intensas, se puso a caminar y así llegó una población cercana y pudo embarcarse hacia el sur.
0:08:40 En 1618, aunque la expedición y la confabulación no había resultado, Felipe III le dio el hábito de Santiago como premio a su trabajo en Nápoles,
0:08:55 e incluso como premio a esa falsidad revuelta en Venecia.
0:09:02 Que vio lo siempre recordó a Venecia, en el lince Italia escribió.
0:09:08 Venecia ni se ha de creer ni se ha de olvidar.
0:09:12 Su disfraz de mendigo, según le contó al Duque de Osuna,
0:09:16 sólo pudo funcionar en una ciudad que era proclive a los disfraces,
0:09:21 una ciudad facultada para disimular una desmesura en el vestido,
0:09:26 porque la ciudad misma era un disfraz tras el cual sólo había un mar.
0:09:31 Es extraordinario, extraordinario.
0:09:34 Qué linda historia ésta de que Vedo espía.
0:09:38 Y cómo lo descubrieron, lo sepía, por abrir la boca ante las prostitutas en Castellet.
0:09:48 Siempre fueron muy importantes.
0:09:51 Ya en la antigua Venecia había tráfico de esclavas y algunas esclavas ganaban guita para sus dueños,
0:10:01 ofreciendo servicios íntimos.
0:10:04 O sea que el dueño de la esclava era como una especie de proxeneta,
0:10:08 como una especie de cafiolo.
0:10:11 Lo que no podían hacer era trabajar durante las fiestas santas.
0:10:17 En Semana Santa cerraban el barrio del Castelleto.
0:10:23 Y además parece que usaban blusa amarilla, para que se las reconociera.
0:10:29 Cuando una mujer viene de blusa amarilla en Venecia, ya se sabe qué trabaja.
0:10:37 Bueno, me gustó esto.
0:10:40 Hay una moralega aquí, ¿no?
0:10:42 ¿Cuál es Alejandro?
0:10:44 Y no es otro propósito de haber traído a colación esta historia,
0:10:50 especialmente para los varones jóvenes de nuestra audiencia,
0:10:53 que es si alguna vez van a Venecia con la idea de apoderarse de los funcionarios del gobierno italiano, en este caso,
0:10:59 para luego estar allí en una República propia,
0:11:02 convendrá no pasar por el Castelleto, y mucho menos de hacer comentarios de los propósitos,
0:11:09 ante dichos, ante las prostitutas de esa barriada.
0:11:13 Es clásico que todo aquel que se apresta a tomar el poder en Venecia,
0:11:18 se lo cuenta las prostitutas del Castelleto.
0:11:22 Incluso hay más gente interesada en contarle a las prostitutas
0:11:26 cómo piensa apoderarse del gobierno venaciano, que en el sexo.
0:11:31 De suerte que cuando se les acerca a un señor, las prostitutas del Castelleto le preguntan,
0:11:37 ¿el señor quiere sexo o sólo va a contarme cómo piensa apoderarse del gobierno venaciano?
0:11:48 ¿A quién quiere dedicar esto, Reblom?
0:11:51 Me quedé pensando, Alejandro, que esto de la guía amorosa de la ciudad, ¿no?
0:11:59 Un servicio interesante.
0:12:04 Con las modificaciones de cada época, por supuesto.
0:12:06 Sí, hay que modificar más parecia a mi cada época, no cada año hay que modificar por lo menos.
0:12:12 La calidad de nuestras prestaciones varía día tras día.
0:12:15 Nuestro aspecto también.
0:12:18 Por lo que usted dice, porque nos pasamos sustituyéndonos a nosotros mismos.
0:12:24 Y también pensamos un poco en esta gente, ¿no?
0:12:27 La que estaba prohibida que las chicas se prostituyeran en casa de sus amos.
0:12:30 No les molestaba la prostitución, pero no que hubiéramos.
0:12:33 Y me asociaba un poco extraña, ¿no?
0:12:35 Y voy a dedicar esto a las chicas del escuadrón volante.
0:12:38 Habla de Catalina de Medici.
0:12:40 Que también se encarga a las de sacar datos.
0:12:42 Que también hacía exactamente este trabajo.
0:12:44 Pero incluso, en realidad, no eran prostitutas exactamente, sino que eran chachas nobles muy lindas,
0:12:51 que se regalaban a cualquiera, siempre y cuando se cualquiera tuviera algún secreto que había desinteresado.
0:12:57 Así que era conveniente ser un poco conspirador para que te levantaran las del escuadrón volante.
0:13:04 Pero no te abambolirías.
0:13:06 Entonces, bueno, a ella le digo...
0:13:08 Porque si eras dentista, no es importante.
0:13:12 Ahora, bueno, si querías, por ejemplo, matar a Enrique II, ahí sí.
0:13:16 Bueno, y estos dos amigos, ¿no?
0:13:19 Que iban ahí disfrazados de mendigos.
0:13:23 ¿También? ¿Por qué no?
0:13:25 Estas salidas que ellos tenían para conquistar mujeres.
0:13:28 Estan muy simpáticos.
0:13:30 Sí, pues, yo digo que veo y yo suena.
0:13:35 Lo de seguida lo reconocieron, a que veo como él mismo se encargó de inmortalizar.
0:13:41 Una vez, sí, sí.
0:13:42 Hasta por la conspiración me conoce.
0:13:45 Ahora, ¿qué... digo, qué reacción rápida?
0:13:48 Qué rápido de reflejos.
0:13:50 Estotearse vestido, ver cómo se venía, si yo me quedo de mendigo.
0:13:53 No, no quedo de mendigo.
0:13:54 Qué rápido de reflejos.
0:13:55 Estos a gestiar en serio, el tipo, ahora que estoy de la caña.
0:13:58 Muy rápido, realmente.
0:14:00 Señores, hemos elegido un extraordinario tango para ilustrar esta historia.
0:14:07 Y hay que ser tango por dioseros en la versión de Carlos Gardel
0:14:12 y recomiendo a los aficionados escuchar los arpegios iniciales
0:14:16 que son imposibles de cantar.
0:14:19 Que están bien cantados.
0:14:21 Se lo digo también a Carlitos Jugarén, que siempre disfruta mucho este tango.
0:15:27 Dónde si hay alquistual frica,
0:15:30 o que de grandesas se pueblan,
0:15:34 si a los fieles de entre niebla,
0:15:38 no se les quiere fielar.
0:15:40 Vero a todos lo que pasan,
0:15:42 sin que nada les conduera,
0:15:44 sin que nada les preocupe
0:15:46 de la vida en su angular.
0:15:48 Y no saben de goistas
0:15:50 que la frase que consuela
0:15:51 vale tanto más acaso
0:15:53 que la misma salida,
0:15:55 mientras sigo más pregurto
0:15:57 si nos clavarán mi vida,
0:15:59 la garra de mi fortunio
0:16:01 que castiga más y más,
0:16:03 pues comprendo que en la vida
0:16:05 puede haber una caída
0:16:07 y pasar noches al mar
0:16:09 y a un mí se lo pones.
0:16:12 Más revero ante el destino cruel
0:16:16 que en mis eras y dolor de edad
0:16:20 y a penado te pregunto
0:16:23 dónde estaba la caída,
0:16:27 donde si hay alquistual frica,
0:16:31 o que de grandesas se pueblan,
0:16:35 si a los fieles de entre niebla,
0:16:39 no se les quiere fielar.
0:16:53 Más revero ante el destino cruel
0:16:57 que en mis eras y dolor de edad
0:17:01 y a un mí se lo pones.
0:17:05 Más revero ante el destino cruel
0:17:09 que en mis eras y dolor de edad
0:17:13 y a un mí se lo pones.

Comentarios (0)

No hay comentarios. ¡Podés ser el primero en comentar!


Tenés que Iniciar sesión para comentar.
Podés darle estilo y formato al texto utilizando Markdown