Quevedo

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0:00:00 Vamos a hablar hoy de quevedo. Vamos a hablar de un episodio que incluso creo que lo hemos contado aquí.
0:00:11 Alguien me pide que lo cuente de nuevo. No sé cuánto hace, por ahí lo contamos ayer.
0:00:18 Quevedo, además de ser un gran poeta, intervino en varias funciones diplomáticas.
0:00:27 Era espía. Era espía, además de haber sido involucrario protagonista de una serie de relatos picarescos
0:00:36 que ni siquiera sospechó el nombre de quevedo durante muchos años ha convocado entre nosotros
0:00:46 la idea del chiste, del retruque, pero también de lo escatológico, de lo un poquito change.
0:00:58 Desde luego era un estupendo humorista que me da. Le voy a leer alguna cosa que iba a causar sorpresa por lo menos.
0:01:10 Miren esto. Esta es la historia, no la voy a leer. La historia de una casa que se muda a otro dueño.
0:01:22 Es extraordinario. Una casa que se muda a otro dueño me encantó.
0:01:28 Y este pequeño verecito. Aquesto Fabio cantaba a los balcones y rejas de Aminta
0:01:38 que aún de olvidarle le han dicho que no se acuerda. Una mina que hasta no se acordaba de olvidarlo.
0:01:51 Además era un poeta notable, pero Borges, a quien estoy leyendo en un artículo sobre quevedo humorista,
0:02:02 dice que la fase humorística de quevedo es una continuo evasión, un no satisfacer nunca la expectativa,
0:02:09 un cambiar de vereda incansable. Pero es que así es el humor.
0:02:16 Es extraordinario. Prometer algo que no se cumple.
0:02:22 Aquí hay un tipo que habla mucho y él le dice un hablador plenario.
0:02:33 Bueno, al principio del siglo XVII quevedo conoció en la Corte de Madrid al duque de Osuna y se hicieron amigos.
0:02:45 Tóxico Mastar de quevedo acompañó a Nápoles al duque que había sido nombrado Virrey de Nápoles.
0:02:51 Cuentan que quevedo se convirtió en primer ayudante del duque de Osuna.
0:02:57 Quevedo y de Osuna, colegas en asuntos políticos también lo era a la hora de conseguirse minas.
0:03:08 Cuando conocían minas, no salían juntos.
0:03:11 Ambos tenían tal fama de mujeriegos y de efectivos en su conquista
0:03:15 que los napolitanos repetían por esos tiempos el versito.
0:03:19 Entre quevedo y de Osuna no me han dejado ninguna.
0:03:26 No me han dejado ninguna.
0:03:31 Quevedo quería en verdad un triunfo político y militar importante para ganárselo favores del rey Felipe Tercero.
0:03:40 Entonces comenzó a pensar junto con el duque en tomar el poder en Venecia sin consultar al rey de España.
0:03:49 Y si es que por éxito tomamos el poder en Venecia y quedamos fenómenos con el rey.
0:03:54 Muy bien, sin consultar al rey entonces quevedo reunió a unos mercenarios,
0:03:59 entró en tratativas con el Papa para ingresar una escuadra pontificia junto a la militar española que estaba a cargo de Quevedo.
0:04:09 Cuentan que el poeta quería instalar al duque de Osuna como nuevo duque veneciano.
0:04:15 El plan de Quevedo consistía en atacar durante una gran fiesta tradicional veneciana,
0:04:22 el desposorio del mar.
0:04:24 En esa fiesta todo el gobierno veneciano defilaba por los canales.
0:04:30 Entonces, mantiene un ataque sorpresivo con cientos de hombres disfrazados
0:04:35 quevedo pensaba tomar prisioneros a los miembros del gobierno.
0:04:39 Al comienzo parecía andar todo bien.
0:04:42 Los agentes napolitanos informaron a Quevedo que ya se habían distribuido los disfraces en Venecia
0:04:49 y que el pueblo se preparaba inocentemente para la fiesta.
0:04:53 Pero Quevedo ignoraba que el duque tenía por costumbre
0:04:57 disponer una red de espías por todas partes y sucedió algo notable.
0:05:03 Algunos años antes en la antigua Venecia había florecido el mercado de esclavas
0:05:10 y algunas que eran muy bonitas ganaban dinero para sus dueños brindando servicios íntimos.
0:05:18 En el año 1287 el Consejo Supremo decretó la pena de azotes
0:05:24 para las muchachas que practicaran la prostitución en la casa de sus amos.
0:05:29 Esta prohibición llevó a que las chicas buscaran otros lugares,
0:05:33 por ejemplo, Posadas, Tabernas, y esto dio origen a las famosas Cortesanas de Venecia,
0:05:39 que eran en tiempos de Quevedo las más famosas del mundo.
0:05:42 Poco después se consideró que lo mejor era confinar a esas mujeres a una zona restringida,
0:05:48 como sucedió muchas veces en la historia.
0:05:51 Tras muchas fuesquedas se estableció esa zona en la barriada llamada Castelleto,
0:05:58 cuyo nombre justamente permitía entrar en conversación con las damas.
0:06:06 Preguntándoles cómo se llamaba esta barriada y haciéndole luego una propuesta.
0:06:14 Este barrio, Castelleto, sí señor, ya le entrego,
0:06:19 debía cerrarse durante la Semana Santa, pero también en los días de la Virgen,
0:06:29 así que las festividades religiosas.
0:06:31 Seis soldados armados custodiaban el Castelleto y eran conocidos como los gendarmes del amor.
0:06:39 En 1416 se dictó una ordenanza para que las muchachas pudieran ser reconocidas fácilmente.
0:06:45 Se las obligó a que siempre usaran una blusa amarilla.
0:06:49 Citamos a tres Cortesanas famosas, Cornelia Fripo, Julia Mardo y Ángela Del Moro.
0:06:57 Ellas llegaron a posiciones importantes junto a la Corte Ducail, si me permiten decirlo de esta manera.
0:07:10 En Venecia, en el siglo XVII se vendían libremente follecitos que servían a los forasteros
0:07:17 de guía en la vida amorosa de la ciudad.
0:07:20 En una de esas guías aparecían los nombres de las menas,
0:07:23 incluyendo el precio, servicios que brindaban como un menú.
0:07:26 Urana de tal tanto, recargo crema tanto.
0:07:39 El barrio del amor creció, hubo que crear otro castelleto.
0:07:43 Al gobierno le convenía a esta zona de citas.
0:07:47 Allí muchos conspiradores hablaban sobre sus futuras hazañas y planes
0:07:54 mientras amaban a las prostitutas.
0:07:56 Vio como es uno.
0:07:58 Está mandando a la prostituta y dice, voy a hacer un golpe de estado.
0:08:08 Pero sucedía que el gobierno subsidía a muchas damas
0:08:12 para que informaran al gobierno de posibles conjuras.
0:08:15 Y los hombres de Quevedo, que conjuraban junto al poeta,
0:08:19 fueron al castelleto y hablaron hasta por los codos.
0:08:23 Así que no una, sino catorce muchachas,
0:08:26 se presentaron ante los funcionarios del Dux
0:08:30 para contar acerca de la visita de los funcionarios disfrazados para tomar venecia.
0:08:35 Los hombres de Quevedo no pudieron intervenir.
0:08:39 Los venecianos los estaban esperando.
0:08:42 Francisco de Quevedo era uno de los funcionarios disfrazados
0:08:45 y vio caer a cada uno de sus compañeros.
0:08:48 Supo entonces que habían sido delatados y que a él también lo buscaba.
0:08:55 Se puso precio a su cabeza, incluso, pero Quevedo pudo huir.
0:09:01 Había ido a las ceremonias estas de los bailongos, disfrazado de mendigo
0:09:08 y se le ocurrió sostener el papel.
0:09:11 Viste la crónica que caminaba torpemente,
0:09:15 dormía con un ojo abierto en un umbral, comía sobras
0:09:20 y miraba con rostro ageno las búsquedas de las tropas,
0:09:25 que en realidad buscaba era, ¿no?
0:09:27 Se hacía el chile con rostro ageno.
0:09:29 Y mientras tanto estaba muerto de miedo.
0:09:35 Se instaló como mendigo dos meses en el mismo lugar
0:09:40 y pasó inadvertido.
0:09:42 Cuando las búsquedas se hicieron menos intensas, comenzó a caminar
0:09:47 y así llegó a una población cercana en donde pudo embarcarse hacia el sur.
0:09:52 En 1618, aunque la expedición fue fallida,
0:09:57 recibió el hábito de Santiago en honor a su trabajo en Nápoles
0:10:01 e incluso a su trabajo fallido en Venecia.
0:10:05 Que Vido recordó siempre a Venecia.
0:10:08 En el lince de Italia escribió,
0:10:10 Venecia ni se ha de creer ni se ha de olvidar.
0:10:15 Su disfraz de mendigo, según le contó el acondios una,
0:10:20 solo pudo funcionar en una ciudad que era proclíbe los disfraces.
0:10:24 Estaba facultada para disimular una desmesura en el vestido
0:10:29 porque la ciudad misma era un disfraz,
0:10:31 tras el cual tan solo había un mar.
0:10:35 Y esto nos deja la siguiente moralega.
0:10:38 Si alguna vez vamos a Venecia con la idea de apoderarnos del gobierno italiano
0:10:42 para luego estar allí en una República propia,
0:10:45 cuidémonos de no pasar frente al castelleto
0:10:48 ni mucho menos de hacer comentarios de nuestros propósitos
0:10:51 ante las prostitutas de esa barriada.
0:11:00 Dedicamos esto a que Vido naturalmente,
0:11:04 que fue reconocido fácilmente.
0:11:07 A las damas no, a aquellas damas,
0:11:09 muchonas porque no nos gustan los alcahuetes.
0:11:12 En la discoteca buscamos discos de que Vido
0:11:15 y encontramos el tango por dioceros
0:11:18 en conmemoración de esta prolongada impostura de Don Francisco.
0:11:24 Escucharemos la versión de Gardel, que como algunos saben,
0:11:27 es verdaderamente extraordinaria porque hay unos arpegios
0:11:30 en el comienzo absolutamente imposibles de cantar que Gardel los canta.
0:11:36 Así, eh?
0:11:40 Vamos a escuchar a Don Carlos Gardel.
0:11:42 En esto tengo por dioceros compuesto en honor a que Vido.
0:11:58 Cuantas veces en las noches al mirarlo por dioceros
0:12:01 en cierto en mi pecho una pena que no puedo remeriar
0:12:05 y me ocerco a lo que dicen con sus azeles tiberos
0:12:08 que el dolor de estar conmigo justo me hiciera cortar
0:12:12 los contemplos por un tempo de pesar que me quebraneta
0:12:16 porque canté en lo genial para sangujer mi tercera
0:12:19 y parece que en mi pecho la tristeza se gareta
0:12:23 porque tiene todos los doloros de los que son por el sueldo
0:12:28 me arrememó el tenctilo purón, ser miseria y asintodores
0:12:34 y apetado te pregunto dónde está la caridad
0:12:42 dónde se hallan tiez cual grisa o qué de gran desate puebla
0:12:49 y a los que altamente traen hielo no se les quiere fiela
0:12:54 pero a todos lo que pasan sin que nada les ponduera
0:12:58 sin que nada les preocupe la vida en su amular
0:13:01 y no saben de goitas que la frase le consuela
0:13:05 vale tanto más acaso que la misma caída
0:13:08 mientras sigo más pregunto si no clavarán mi vida
0:13:12 la carra de mi fortunio que castiga más y más
0:13:15 pues comprendo que en la vida voy a ver una caída
0:13:19 y pasar noche a amarga junto a un míselo por el sol
0:13:24 me arrememó el tenctilo purón, ser miseria y asintodores
0:13:30 y apetado te pregunto dónde está la caridad
0:13:38 dónde se hallan tiez cual grisa o qué de gran desate puebla
0:13:44 pero a todos lo que pasan sin que nada les preocupe la vida
0:13:49 no se les quiere fiela