Transcripción automática
0:00:00 Bueno, hablaremos de rechazos amorosos, principalmente en la antigua Grecia, pero hay otros también.
0:00:09 Acá este amigo que no se debe llamar así,
0:00:15 Citarón, que era un rey de platea, era un joven de gran belleza,
0:00:20 enamoraba a todas las mujeres de su reino, incluso anífas y divinidades, no solo mujeres...
0:00:27 Normales. Normales, sino, diosas y semidiosas también.
0:00:31 Un día lo vio una tal Tisífone, y también se enamoró de este rey de platea.
0:00:38 Muy pronto supo el rey que estaba en problemas, porque Tisífone era una de las herinias.
0:00:44 Las herinias eran unas divinidades más bien violentas que se acreditaban leyes propias,
0:00:50 no pertenecían al escalafón olímpico, y el propio príncipe del olimposeus debía obedecerlas.
0:00:59 Su aspecto era el de genios alados, con serpientes mezcladas en el pelo.
0:01:05 Parece que juzgaban a sus víctimas.
0:01:08 En realidad, su tarea principal estaba destinada al tormento de los homicidas.
0:01:15 Cuando alguien hacía sonar un tipo, las herinias lo atormentaban.
0:01:21 Eran las divinidades del remordimiento, y eran convenientemente tres.
0:01:26 Como casi todos los grupos de mujeres temibles de Grecia y con sus hijas posteriores.
0:01:37 Las nornas, las moiras, las horas, las graias, etc.
0:01:44 Las gorgonas.
0:01:48 Ahora bien, en el momento en que esta chica Tisífone,
0:01:51 este monstruo, quiso amar a Citarón, este, naturalmente la despreció.
0:01:58 Se le vino encima la mina con los pelos como serpientes,
0:02:02 ahí me iba volando con un vuelo gallináceo,
0:02:05 que se yo, ahí con la boca medio abierta, y Citarón la rechazó violentamente,
0:02:10 dijo Rajá de Alcá.
0:02:12 Esta divinidad no lo persiguió, ni sostuvo ninguna maldición,
0:02:18 pero en cambio convirtió un pelo de Citarón, de los muchos que tenía,
0:02:24 un pelo solo en serpiente.
0:02:27 Esta serpiente lo mordió y le causó la muerte.
0:02:33 Hay que tener mala suerte que justo te muerda el pelo que es serpiente,
0:02:37 estas más pelos como tenés.
0:02:39 Pues te muerde un pelo como este que tengo yo aquí, ven, amigas.
0:02:42 No te hace nada.
0:02:44 Te muerde el pelo que es al mismo tiempo una serpiente y sonaste.
0:02:48 Que personas que tenían un solo pelo distinto a los otros,
0:02:54 recuerdo a Niso el Rey de Mégar.
0:03:00 Niso el Rey de Mégar tenía, y este era un don que le habían dado a los dioses,
0:03:05 entre tantos pelos, uno, que era de oro,
0:03:09 pero que era un pelo que además lo fortalecía y lo hacía invencible en la batalla.
0:03:14 Ahora bien, se decía que si alguien le cortaba ese pelo,
0:03:18 chau, se moría o palmaba en la batalla.
0:03:24 Y entonces la hija de Niso, el Rey de Mégar, que se llamaba Sila,
0:03:30 se enamoró de un enemigo del Rey Niso de Mégar,
0:03:35 era nada menos que Minos, el Rey de Creta,
0:03:40 que estaba sitiando la fortaleza de Mégar a donde reinaban Niso.
0:03:45 Y se le presentó en el campamento de los sitiadores,
0:03:48 porque parece que de la ventana de su palacio Sila relojaba a los sitiadores
0:03:54 y se enamoró de Minos.
0:03:55 Y se le presentó en el campamento y le dijo...
0:03:58 Tengo el secreto.
0:04:00 Y si me amas, le daré un pelo de mi padre.
0:04:05 Niso ya sabía la leyenda, sabían todo.
0:04:08 Y se... no se dijo intencionalmente, le dijo... Minos.
0:04:12 No será el pelo en el que estoy pensando.
0:04:19 Sí, dijo.
0:04:21 Pero no es que se lo voy a cortar, lo traigo acá en la mano.
0:04:25 Y le digo al pelo del padre...
0:04:26 ¿No tenía ahí?
0:04:27 Sí, ya lo había matado al padre.
0:04:29 Y al cortarle ese pelo, el padre crepó.
0:04:31 Y pues Minos...
0:04:33 Linda hija, eh.
0:04:34 Claro, conquistó la ciudad y cuando la Minos le dijo...
0:04:38 Bueno, ahora me iré contigo a Tenas para buscar a tu hijo.
0:04:42 No, dijo la Minos.
0:04:44 Ahora, dijo Minos, ahora te mataré porque es el destino de merecer los traidores.
0:04:50 Así que esa es una enseñanza para las hijas que escuchan este programa.
0:04:55 Especialmente aquella cuyo padre tiene un pelo de oro,
0:04:59 que lo sostiene invulnerable en la batalla,
0:05:02 y se pone en el hoy justo con el de enfrente,
0:05:05 que lo tiene montado entre acá y acá.
0:05:08 Bueno, pero este es un pelo que no tenía que ver...
0:05:13 No, tienes razón, estábamos hablando...
0:05:15 Estamos hablando en Citerón que tenía un pelo que era serpiente,
0:05:17 y que se convirtió en serpiente en virtud del rechazo amoroso de Citarón.
0:05:25 Otro rechazo, Nisea era una náyade ninfas del agua, ¿no?
0:05:30 Seres femeninos dotados de una gran longevidad.
0:05:34 Con frecuencia, las náyades curaban a los enfermos.
0:05:38 Venía un tipofulero, bebía en la fuente donde andaban las náyades,
0:05:42 o se bañaban en ellas buscando curación.
0:05:46 Pero las náyades entrañaban un peligro.
0:05:50 Muchas veces, quien las veía, quedaba poseído por ellas
0:05:55 y atacado de enajenación mental.
0:06:03 Nisea era rebelde,
0:06:09 la nínfa Nisea era rebelde al amor.
0:06:12 Eludía a todos los enamorados.
0:06:14 No, no me gusta, no me gusta, no me gusta, no me gusta.
0:06:17 Un día, un pastor llamado Íno, qué lindo nombre,
0:06:22 intentó seducirla, pero no recibió más que desde Enes.
0:06:26 Como no se resignaba, vio cómo son los pastores de frigia, ¿no?
0:06:32 Seguidores como el burro, insistidores como el burro.
0:06:36 Bueno, Nisea cansada de esta insistencia, lo mató.
0:06:45 Y pues dice, ¿qué te cuesta, qué te cuesta?
0:06:47 ¡Pum! Lo mató.
0:06:49 Heros, Dios del amor, un Dios menor del amor, pero Dios del amor,
0:06:53 indignado por la actitud de Nisea,
0:06:57 inspiró en Dioniso, el Dios del vino y del desenfreno,
0:07:02 un gran amor por Nisea,
0:07:05 pensando, a Dioniso no lo vas a poder rechazar.
0:07:10 Todos sabían que era difícil rechazar a este Dios,
0:07:13 porque rara vez fallaba en sus intentos amorosos.
0:07:16 Pero Nisea también lo rechazó de Dioniso y lo amenazó con sus flechas.
0:07:21 Dioniso, tranquilo.
0:07:23 Sí, igual. Tenía poder.
0:07:26 Transformó en vino el agua de la fuente de Nisea
0:07:30 y la náia desemborrachó, y cuando estaba completamente en curda...
0:07:39 Sí, entendí.
0:07:40 La amó.
0:07:42 Ya cuando lo vio medio que se tambaleaba, sobrador vino,
0:07:46 revoliando el sabero.
0:07:49 Porque no tomas un vasito más de la asa.
0:07:53 Y así eros el Dios del amor que dos ha tifecho,
0:07:57 al sepultar con aquella unión antiguos rechazos de Nisea.
0:08:02 Otro, Ovidio, en las metamorfosis del libro, maravilloso,
0:08:07 que se refiere en una historia sucedida en Roma,
0:08:10 a una dama llamada Ana Perena, era una diosa menor,
0:08:14 venerada en un bosque sagrado al norte de Roma, en la vía Flaminia,
0:08:19 era representada la diosa con el aspecto de una anciana.
0:08:26 Había sido elegida por Marte, el Dios Marte,
0:08:31 como mediadora entre él y Minerva.
0:08:34 Pero Minerva se resistía a sus solicitudes porque era una diosa original.
0:08:39 Marte entonces le confió a esta dama, que era una anciana,
0:08:43 una señora mayor, le confió el papel de Celestina
0:08:48 y debía ayudar de cualquier modo al Dios para su conquista.
0:08:52 Bueno, Ana Perena supo que se le confió a una tarea imposible.
0:08:56 Minerva era muy difícil de seducir.
0:09:00 Entonces, entretuvo a Marte con palabras engañosas,
0:09:03 sabía cómo hacer la Celestina, ella está con bosque, se llama, sabe.
0:09:07 Ella en este momento está a pensar, de esas cosas.
0:09:10 Le dio esperanzas y finalmente le dio una cita nocturna a Marte.
0:09:17 Y se esperaba y se decía en lo más escuro del bosque.
0:09:21 Y en vez de llevar a Minerva fue ella.
0:09:25 Y el final de esta historia...
0:09:28 Hay dos versiones del final de esta historia.
0:09:30 Algunos mitógrafos dicen que cuando Ana levantó el velo que cubría su rostro,
0:09:34 Marte la reconoció y salió rajando.
0:09:37 Y otros se explican que en la oscuridad Marte creyó satisfacer sus deseos de encontrarse con la que amaba.
0:09:44 Dice, me gusta más.
0:09:46 Y creo que sucede cada día.
0:09:48 En la oscuridad nos parece que estamos con la que amamos.
0:09:52 Y por ahí anda a saber con quién estamos.
0:09:54 Con qué Ana, Perena, estamos.
0:09:57 Pero y a quién le interesa prender la luz en este caso?
0:10:01 Fijame que si yo creo...
0:10:04 Es Minerva la que yo creo que es Minerva.
0:10:08 Yo me importa si después, una vez prendida las luces y corrido los velo,
0:10:13 se descubre que no.
0:10:15 No importa, no quiero descubrir eso.
0:10:18 Bien, ese es el amor.
0:10:21 Ese es el amor.
0:10:23 No, otra cosa.
0:10:24 Creer que Ana, Perena es Minerva.
0:10:26 ¿Qué es el amor alumno?
0:10:29 Respuesta.
0:10:30 Es creer que Ana, Perena es Minerva.
0:10:32 Muy bien, tiene un 9.
0:10:34 ¿Por qué un 9 y no un 10?
0:10:36 Ahora tiene un 8.
0:10:38 Para que vaya comprendiendo.
0:10:42 ¿Por qué un 8?
0:10:44 7.
0:10:46 El Rubén Carrasco daba clase, daba lección de música en segundo año.
0:10:55 Rubén Carrasco, Juan Sebastián Bach,
0:11:00 profesora señora de La Venia, Bach.
0:11:04 Rubén Carrasco, con cierta perplejidad.
0:11:08 Juan Sebastián Bach, profesora La Venia.
0:11:14 Bach Carrasco, Juan Sebastián Bach, La Venia.
0:11:19 No le iban unciando la guasoprej.
0:11:22 Diretamente.
0:11:24 Yo tenía un profesor de dibujo preveno al pie,
0:11:27 que también decía, le gusta lo que hice,
0:11:29 no me pregunten si me gusta, no me gusta, me parece horrible,
0:11:34 me parece un asco, pero tiene un 10.
0:11:36 ¿Por qué es lo que pedí?
0:11:40 Todo tenía un 10.
0:11:42 Era mucho más ensalta la profesora La Venia.
0:11:46 Se advertía cuál era su intención.
0:11:49 Bueno, pero volvamos a estos desengaños amorosos o rechazos.
0:11:56 Aparecen los mitos romanos Lara,
0:11:59 que era una limpa del lasio.
0:12:02 La limpa del lasio.
0:12:04 Parece que Júpiter, ya cambiamos los nombres de los dioses.
0:12:08 Júpiter, nosotros que se us.
0:12:10 La reciente minerva, no es otra que Palazza tenía.
0:12:15 Marte, no es otro que Ares, el dios de la guerra.
0:12:19 Acá Júpiter se enamoró de una limpa que se llamaba Tizuturna,
0:12:26 pero él se enamoró igual.
0:12:28 Ahora bien, ella intentaba huir del dios por todos los medios.
0:12:31 Lo veía venir, me dijo en calzoncillo, y se haría correr.
0:12:36 Desesperado, Júpiter reunió a todas las ninfas del país
0:12:41 para que lo ayudaran en sus amores.
0:12:44 Y fue el propio Júpiter el que expuso el plan.
0:12:48 Las ninfas debían retener a Tizuturna
0:12:51 e impedirse de que se subiera a la guerra.
0:12:54 Un plan que no necesitaba una convocatoria tan amplia.
0:12:58 Es un plan que estaba acá.
0:13:00 ¿Y si hay cuatro personas?
0:13:02 Sí, hay cuatro forzudos, patos vicas, y se acabó.
0:13:05 No es un plan hijo de la inteligencia de un dios.
0:13:10 Todas aceptaron el pedido, pero la Hara, que estaba entre las conjuradas,
0:13:15 fue y le contó a Tizuturna,
0:13:18 que se había hecho con la policía.
0:13:21 Y una vez más la ninfa logró eludir el acoso del dios.
0:13:26 Pero Alhara no le fue bien por buchona.
0:13:29 Júpiter enojado, le arrancó la lengua
0:13:32 y se la entregó a Mercurio para que la llevara a los infierno.
0:13:36 Alhara no a la lengua, me imagino.
0:13:38 No, claro, claro.
0:13:40 Y se le arrancó la lengua y se la entregó a Mercurio.
0:13:42 No, ¿y qué hace con la lengua sola?
0:13:44 Que Hermes.
0:13:45 No, Alhara, le entregó a la lengua.
0:13:47 Allí pasó a ser Lara la ninfa de las aguas en el Reino de los Muertos.
0:13:51 Por el camino al infierno, Mercurio la tropeó.
0:13:57 La tropeó, viendo que como ella no decía nada, siguió adelante.
0:14:03 Cada vez la tenía lengua.
0:14:05 De estos amores nacieron dos hijos,
0:14:07 nada menos que los dioses, lares, hijos de Lara.
0:14:11 Última historia.
0:14:12 Carna, qué lindo nombre.
0:14:14 Y ahí viene el deseo carnal.
0:14:16 Carna era una ninfa, sí, ya nos vamos.
0:14:19 Que vivía en el lugar donde más tarde se asería Roma.
0:14:22 Había hecho voto de virginidad.
0:14:25 Algunos votan muy mal.
0:14:27 Y siempre desaparecía en el bosque.
0:14:30 Un día se enamoró de ella, Hano, el dios de las dos caras.
0:14:33 Una cara miraba por delante y la volvió.
0:14:35 Y la volvió.
0:14:36 Y la volvió.
0:14:37 Y la volvió.
0:14:39 Y ahí se asería Hano, el dios de las dos caras.
0:14:41 Una cara miraba por delante y la otra para atrás.
0:14:43 Al acercarse a ella, Carna quiso engañarlo.
0:14:46 Pero Hano la descubrió en el momento que se escondía detrás de una piedra.
0:14:51 Y pudo unírsela.
0:14:55 Unírsela.
0:14:56 Unírsela.
0:14:57 Y le dio como premio a ese comercio carnal
0:15:02 el poder para ausentar los maleficios de las casas.
0:15:07 Y esto, lindos historias de lindos y de rechazos,
0:15:10 se lo contamos al discotecario que inmediatamente...
0:15:13 Pero el discotecario es un poco inincenso.
0:15:15 Yo, un secreto de amor.
0:15:18 Un bal que tiene lejanamente que ver con esto.
0:15:21 Muy lejanamente.
0:15:22 Sí, muy lejanamente, pues secreto.
0:15:27 Y escucharemos este precioso bal que le voy a gustar mucho a Leo
0:15:31 en la voz de Charlo. Adelante.
0:15:37 ¡Balabras nunca dichas que oyen los que aman!
0:15:53 Miradas escondidas los que aman la fe.
0:15:58 Inutil cobardía de more de sí mismo.
0:16:03 Un dulce egoísmo que esconde el querer.
0:16:09 Secreto de mi amor que guarda por temor.
0:16:14 Que pueda marchitarse para un raso de sol.
0:16:20 Secreto de terrenura flora pura de humildad.
0:16:25 Que sala su percumbre y brota en mi soledad.
0:16:31 Secreto de mi amor que siempre guardaré.
0:16:36 Hoy puedo yo ocultar de mañana, no sé.
0:16:44 Si un día me traicionas y vuenas del corazón.
0:16:50 Debido que le pidas perdón por mi amor.
0:16:58 Yo puedo ser sincero en hablando de amor.
0:17:03 Que solo cuando quiero que no se pensar.
0:17:08 Extraños sentimientos se ahogan en mi pecho.
0:17:13 No sé lo que siento que no puedo hablar.
0:17:20 Decreto de mi amor que guardo por temor.
0:17:25 Que pueda marchitarse para un raso de sol.
0:17:31 Secreto de terrenura flora pura de humildad.
0:17:37 Que sala su percumbre y brota en mi soledad.
0:17:43 Secreto de mi amor que siempre guardaré.
0:17:48 Hoy puedo yo ocultar de mañana, no sé.
0:17:57 Si un día me traicionas y vuenas del corazón.
0:18:06 Debido que le pidas perdón por mi amor.
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