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0:00:00 Continuamos en la venganza Serata Ribre por Radio Del Plata, en la venganza de cada lunes hacemos el programa a las 20 horas en el multi teatro ExSmart y lo emitimos a la media noche, pero todos los lunes estamos aquí a las ocho de la noche.
0:00:23 Hablaremos entonces de regalos inconvenientes, indeseables, de peludos de regalo.
0:00:32 Los dioses griegos eran particularmente de adivosos, sus historias aparecen cientos de regalos que hacían al mortal, o incluso a las regiones enteras para lograr que sus habitantes eligieran como dioses tutelares, solían hacerlo así.
0:00:54 Los habitantes de una zona se hacían regalar cosas por los dioses y designaban dios tutelar de una región al que les hubiera dado el mejor presente.
0:01:07 Tal lo que ocurrió en Atenas cuando Atenea y Posidón se disputaban en esa región eláptica, que es como el área metropolitana de Atenas.
0:01:19 Atenea, y este fue su regalo, había inventado el aceite de oliva, y el olivo era el regalo que Atenea había hecho a la región deláptica.
0:01:31 Y Posidón, celoso, con un golpe de tridente, hizo surgir, a modo de obsequio, un lago salado en medio de la acrópolis, un pequeño lago.
0:01:43 Y el resto de los dioses que habían sido elegidos como árbitros, vieron su preferencia al olivo.
0:01:50 Atenea fue soberana en ese lugar.
0:01:55 Pero hoy nos referiremos, como hemos dicho, otra serie de regalos que nunca usaban ningún bien, sino en realidad lo contrario.
0:02:01 Primer regalo, como sabemos, Hasón y la Echicera Medea estaban casados.
0:02:10 Hasón fue enviado a conseguir el vellocino de oro a la región de Colquire.
0:02:16 Y en Colquire el rey Etes tenía una hija que se llamaba Medea, y el rey Etes era el tipo que vigilaba el vellocino.
0:02:26 Bueno, Hasón consigue rescatar el vellocino, pero además se lleva a Medea.
0:02:31 Y salió enrajando de Colquire por el Mar Negro.
0:02:35 ¿Pasalto entre árboles y avidis también?
0:02:40 Sí, vuelven con esa nave, las naves de árboles.
0:02:44 Y atrás los persiguen, persigue el rey Etes, así se llamaba.
0:02:51 Y Medea, esto no tiene que ver con la historia, pero me dio ganas con tal.
0:02:56 Medea tenía un hermano que se llamaba Absirto.
0:03:00 Y Absirto también nos perseguía.
0:03:04 Absirto los alcanzó, lucharon de nave a nave y ganaron los argonautas.
0:03:10 Y lo tomaron medio como prisionero, Absirto, y lo mataron.
0:03:15 Y después lo cortaron en pedacito.
0:03:18 Atrás venían las naves del rey Etes.
0:03:21 Y luego iban tirando pedazos de Absirto para que el pobre Etes tuviera que juntar los pedazos para darle ese poder.
0:03:29 Y se le puso a la gente de cultura y se demoraron.
0:03:33 Uno de los primeros crímenes de Medea, la larga carrera criminal de Medea.
0:03:41 Pero naturalmente, Jassón se la llevó para casarse con ella.
0:03:47 Y le juró, le juró amor eterno, que amare siempre, le dijo a Medea.
0:03:52 Bueno, volvieron, llegaron a Corinto, le pusieron ahí a descansar.
0:03:56 Y el rey de aquel lugar, el rey de Corinto, era creonte.
0:04:00 Y tenía una hija llamada Glause, que era convenientemente hermosa.
0:04:09 Oh, un momento.
0:04:13 Previo a esto, Medea y Jassón tuvieron su historia, fueron felices, comieron felices y tuvieron 14 hijos.
0:04:22 O sea que había un intervalo bastante.
0:04:26 Fueron reyes, que es eso.
0:04:32 Pero un día fueron a Corinto y el rey creonte, dijo, sí, tengo una hija.
0:04:36 Me gustaría casarla contigo, o Jassón.
0:04:39 Sin parar mientes en que Jassón ya estaba casado con Medea.
0:04:43 Bueno, Jassón también se había enamorado de la muchacha y repudió a Medea.
0:04:49 Así nomás la repudió de arriba a abajo, como suele decirse.
0:04:53 Incluso yo vi al libre para que el rey creonte la desterraara.
0:04:59 Eso fue lo que hizo el rey de Corinto.
0:05:02 Medea debería irse al día siguiente.
0:05:04 Justamente el día en que Jassón y Glause se casarían.
0:05:08 Entonces, desesperada, Medea tomó testigos ante los dioses, ante los cuales Jassón le había jurado en otro tiempo fidelidad,
0:05:16 y preparó su venganza.
0:05:17 Y dijo, mira, tengo de regalo una...
0:05:23 En realidad era una corona y una túnica, no un meter.
0:05:27 Y se lo dio de regalo a Glause, que, bueno, infrengó con veneno, todo una porquería.
0:05:35 Ese vestido, ese adorno, fue entregado por todos los hijos de Jassón y Medea a Glause.
0:05:47 Toma, este es el regalo de nuestra madre, dijeron los catorce principios.
0:05:53 Ay, qué lindo dijo Glause.
0:05:56 Tan pronto se puso el vestido, los abrazó un misterioso fuego,
0:06:01 y lo mismo ocurrió con su papá, Creonte, que también se prendió fuego,
0:06:07 y ya que estaba, se incendió el palacio también.
0:06:10 Se ve que el sangajol que le había puesto Medea al vestido era muy fuerte.
0:06:17 Ahora, mientras todo este incendio ocurría, Medea mató a los hijos.
0:06:25 Ya entregaron el vestido, y bueno, ahora los mató y los mató, famoso crimen de Medea.
0:06:31 Y te voy a decir una cosa, que ya que estamos aquí, ¿no?
0:06:35 Antiguamente se decía que los hijos de Jassón y Medea habían sido matados
0:06:41 por los habitantes de Corinto, que los habían lapidado,
0:06:47 justamente porque ellos fueron los que entregaron aquel vestido y aquella corona
0:06:52 que estaban impregnados en Venero.
0:06:54 Entonces la población de Corinto indignada la pidó a los catorce muchachos,
0:06:59 siete y siete.
0:07:01 Pero después vino a saberse, o vino a decir,
0:07:04 que eso no era cierto, que en realidad Medea había matado a sus hijos.
0:07:14 Y quién fue el primero que dijo que Medea había matado a los hijos
0:07:20 y no a la población de Corinto?
0:07:22 El dramaturgo Eurípides.
0:07:24 Y se cuenta que la población de Corinto había sobornado a Eurípides,
0:07:29 dándole quince talentos para que en su obra ya no fueran los corintios
0:07:36 los que mataran a los príncipes, sino la propia Medea.
0:07:40 O sea que por un dinero Eurípides condescendió a cambiar la historia
0:07:45 de hora a la que contamos que Medea mató a sus hijos,
0:07:50 sino en qué gastamos la plata a los corinos.
0:07:53 Bueno, Medea después de cometer todos estos crimen propios o ajenos,
0:07:57 escapó hacia Atenas en un carro, pero era un carro tirado por caballos alados,
0:08:03 que era un regalo de su abuelo.
0:08:05 ¿Quién es su abuelo? El sol.
0:08:07 Alguien que es nieta del sol puede hacer que cualquier cosa se incendia.
0:08:13 Por ejemplo, el palacio de Corinto.
0:08:15 Y hay que ser un poco tonta para ponerse justamente el vestido
0:08:20 que te regaló la mina que estaba casada hasta el día anterior con tu novio.
0:08:24 Y los pines al malta.
0:08:25 Yo no voy a no me lo pongo ni mamada.
0:08:28 Lo digo yo que no soy muy astuta.
0:08:30 Bueno, otro regalo.
0:08:33 Este es el primer regalo, el sentido y el primer veneno.
0:08:37 Vamos a ver qué pasó con Polícrita,
0:08:41 una heroína de Naxos, hermana del principal jefe de Naxos.
0:08:47 Parece que en el curso de una guerra entre aquella región Naxos
0:08:51 y los de Mileto, Polícrita había caído prisionera del jefe milesio,
0:08:56 tal es el gentilicio de Mileto.
0:08:59 Y este hombre se llamaba Diogneto, no Magneto. Diogneto.
0:09:04 Tampoco Dionieto, ya que no estamos en Italia,
0:09:09 o no es un palacio italiano sino griego.
0:09:12 Es igual que lo que dicen Nnomos.
0:09:15 ¿Por qué no Nnomos? Claro.
0:09:17 La nioseología.
0:09:20 La nioseología.
0:09:22 ¿Los niósticos?
0:09:24 ¿Qué es esto? Blanco.
0:09:29 Este hombre se llamaba Diogneto.
0:09:33 Polícrita había caído prisionera del jefe milesio, Diogneto.
0:09:39 Muy pronto Diogneto se enamoró de su cautiva como suele ocurrir.
0:09:43 Vos tomás cautiva una princesa y tenemos las de ella.
0:09:47 Y la cautiva adquirió una expresión de ascendientes sobre este hombre.
0:09:52 Y al final Diogneto empezó a hacer lo que Polícrita le decía.
0:09:58 Y ahí le daba una orden, Diogneto de aquí, Diogneto de allá
0:10:03 y Diogneto la cumplía inmediatamente.
0:10:06 Fue entonces cuando Polícrita urdió una estrategia más.
0:10:09 Le dijo a Diogneto que una buena manera de apurar la paz
0:10:14 era mandando a modo de regalo unos pasteles a sus enemigos
0:10:19 como gestos de futura amistad.
0:10:21 Era como si notara una época muy sencilla.
0:10:25 Sencillez de aquellos príncipes no llenas de ternura.
0:10:30 Imagínense, por ejemplo, que se yo, a Chávez,
0:10:34 mandándole a Obama una docena de pasteles.
0:10:37 Por una tarjeta y me tiene que son pasteles.
0:10:46 A ver si la terminás.
0:10:51 El caso es que Diogneto aceptó la idea y Polícrita
0:10:59 comunicó a su hermano, a su hermano que estaba en el bando enemigo,
0:11:04 las debilidades del campamento milesio valiéndose de aquellos pasteles.
0:11:09 Le metía unas tablillas adentro de las compituras diciendo
0:11:14 las debilidades de este ejército, el ejército milesio, son tales y cuales.
0:11:23 Son los pasteles.
0:11:26 Y tuvo éxito esta estrategia, ya que el hermano tuvo acceso a los pasteles
0:11:30 o al menos a las tablillas, que era lo verdaderamente importante,
0:11:34 ya que bien podía uno exceder al pastel y no percatarse de la presencia de tablillas
0:11:40 e ingeridas, mezclaras con el dulce y laborativo.
0:11:44 No sucedió de este modo y el hermano de Polícrita
0:11:48 conoció todas las debilidades de Mileto
0:11:52 y los naxios entraron en el campamento milesio
0:11:55 y causaron centenadas de muerte.
0:11:57 Finalmente se concretó una paz ventajosa, ventajosa para el hermano de Polícrita.
0:12:03 Bueno, arruego de la muchacha la vida de diogneto fue respetada
0:12:08 y Polícrita fue objeto de grandes honores, pero al regresar a su patria
0:12:14 recibió tantos regalos y la cargaron con tantas coronas
0:12:19 que murió ahogada por los obsequios.
0:12:23 Estos son malos regalos, tantos regalos que se murió ahogada.
0:12:29 Quería afelijar a que se estén heladas de osos de peluche.
0:12:32 Sí, vivos, al mal.
0:12:36 Y la enterraron en el lugar preciso en que murió,
0:12:40 es decir, muchos regalos, muchos regalos, pero ahí donde la encontraron
0:12:44 hicieron un hoyo y la enterraron.
0:12:47 Qué curioso, morir uno por el demasiado peso de los regalos.
0:12:50 Nombremos a Tarpilla, que era una heroína romana, a quien Rómulo,
0:12:56 que famosamente es uno de los fundadores de la ciudad,
0:12:59 durante la guerra que siguió al rapto de las sabinas,
0:13:02 le había confiado la custodia del Capitolio.
0:13:06 Pero sucedió que el rey Sabino, llamado Tacio,
0:13:10 acampaba con ese ejército al pie de aquel lugar del Capitolio.
0:13:14 Para, qué sé yo, para tomarlo, sí, sí, acampaba allí.
0:13:18 Y Tarpilla vio a Tacio, y se enamoró de él, se enamoró del jefe de los enemigos.
0:13:30 Mercedes, la complicidad de una criada Tarpilla, pudo prometer a Tacio
0:13:35 entregarle a aquella ciudadela, el coliseo,
0:13:39 si accedía a casarse con ella. Una traición, diré que.
0:13:42 Pero claro, todo por un marido este.
0:13:44 Dijo, mira, Tacio, soy una chica romana, etcétera.
0:13:46 Justamente, Rómulo me ha encomendado la tarea de cuidar el Capitolio,
0:13:50 pero como me enamorado de ti, te hago el siguiente crecimiento.
0:13:54 Cásate conmigo, bla, bla, bla.
0:13:56 Y yo te entrego el Capitolio. Tacio dijo, no soy Tacio.
0:14:01 Soy Tacio.
0:14:03 Eso es un empadrillo.
0:14:07 Aceptó, y la muchacha lo metió en el Capitolio junto con todos los soldados.
0:14:13 Pero el asunto no terminó bien, como ya todos estábamos sospechando.
0:14:18 Tarpilla le pidió a Tacio que le regalara lo que su soldado
0:14:23 y el propio héroe llevaban en el brazo izquierdo,
0:14:26 creo que eran unas cosas de oro, no sé qué.
0:14:28 Pero a Tacio no le gustó el pedido, le molestó, era un hombre de mal carácter
0:14:32 y también le había disgustado la traición de aquella muchacha.
0:14:36 Entonces, se inúlo a entender que lo que Tarpilla quería que le regalaran
0:14:39 eran los escudos que los soldados llevaban en la mano izquierda
0:14:44 y la mandó aplastar bajo el peso de aquellas armas.
0:14:49 Se trataba de un hombre muy cruel.
0:14:51 Y este amor...
0:14:54 Bueno, fue un amor equivocado, venimos a descubrirlo ahora, ¿no?
0:15:01 Y para terminar contemos la historia de Phyllis.
0:15:05 Al volver de Troya el héroe acamante, ¿qué tal acamante?
0:15:09 Fue arrojado con algunas naves a la costa de Tracia
0:15:13 en la desembocadura del estrimón.
0:15:16 Ya se sabe que los héroes de Troya estaban condenados,
0:15:21 ya contaremos alguna vez por qué maldición,
0:15:25 a que sus regresos fueran empantosos.
0:15:28 Bueno, allí fue acamante, lo encontró el rey Filéo,
0:15:34 Pirau, en la arena.
0:15:35 Y este rey tenía una hija Phyllis, que, chao, se enamoró de acamante.
0:15:40 Y quiso casarse con él a como diera el lugar.
0:15:43 Se le había metido en la cabeza, se le había.
0:15:49 Acamante, sin embargo, le dijo,
0:15:53 mirá, tengo que volver a Tenas para arreglar mis asuntos.
0:15:57 Y después, si estar acá, se volveré
0:16:00 y me reuniré contigo definitivamente.
0:16:02 La verdad es que al tiempo no le gustaba.
0:16:05 Esto lo podemos decir así.
0:16:08 Phyllis no era muy agraçada,
0:16:11 pero no era muy agraciada.
0:16:14 Y acamante quiso salir rajándolo antes posible.
0:16:18 Entonces, Phyllis aceptó aquella separación, la chica,
0:16:22 y le regaló a su prometido un cofrecito.
0:16:27 Y le dijo que no lo abriera.
0:16:31 Y se le rebusca.
0:16:34 Hasta el momento en que hubiera perdido toda esperanza de volver a su lado.
0:16:39 Toma, dice, acamante, te regalo este cofrecito,
0:16:43 pero no lo abras.
0:16:45 Abrílo solamente cuando hayas perdido toda esperanza de volver a mi lado.
0:16:50 Y acamante se guardó el cofrecito en el nuevo sitio, se la tomó.
0:16:53 Sí, sí, sí, seguro que sí, hijos.
0:16:55 Llegó la fecha convenida para el retorno, que se hizo un mes, dos meses.
0:16:59 Le habrá prometido este que volvía, pero no volvió.
0:17:02 No volvió más. Phyllis desesperada, bajo nueve veces de la ciudad al puerto
0:17:07 para ver si llegaba a su amante, pero siempre en vano.
0:17:11 Pasó un día y otro día, y un mes y otro mes pasó,
0:17:15 pero el tiempo transcurría y de Flandes no volvía a Diego, que a Flandes partió.
0:17:19 Y acamante no volvía tampoco.
0:17:22 Entonces, Phyllis perdió las esperanzas de recuperar al que amaba y se ahorcó.
0:17:30 Mientras tanto acamante se había establecido en Creta
0:17:34 y se había casado con otras mujeres, no más tranquilo.
0:17:37 Un día mientras andaba caballo,
0:17:42 andaba así, me quedaba con la gente,
0:17:44 y mientras andaba caballo, andaba sin o mal.
0:17:52 Encontró entre las cosas que llevaba el cofrecito,
0:17:56 aquel cofrecito que Phyllis le había regalado
0:17:59 y recordó de las palabras de la muchacha,
0:18:02 podía abrirlo solo cuando supiera que jamás volvería a ella.
0:18:06 Indiferente, como quien no quiere la cosa,
0:18:09 acamante lo abrió y salió del cofre un espectro espantoso.
0:18:14 Y el caballo se encabritó.
0:18:17 Acabante se cayó al suelo.
0:18:21 Y se murió.
0:18:26 Es rara la interpretación de este regalo.
0:18:31 Preguntas, ¿sabía Phyllis que el cofre contenía un espectro espantoso?
0:18:39 El cofre era mágico, ya que un espectro no es por cierto
0:18:43 medio kilo de pan.
0:18:45 Un espectro es algo mágico.
0:18:48 Entonces, ese contenido mágico tendría la propiedad de modificarse
0:18:53 conforme hubiera sido la actitud de acamante,
0:18:56 o tampoco lo sabemos.
0:18:58 ¿Cuál era el sentido de perder a acamante la esperanza de volver a ver a la dama?
0:19:02 Si no tenía ganas y por lo tanto no se lo creía.
0:19:05 Bueno, está mal hecho esto.
0:19:09 Igual, peores son los cofrecitos regalados por damas a las que amamos realmente.
0:19:17 Eso son los cofrecitos duros.
0:19:23 ¿Y eso lo sobria rápido, D.M.?
0:19:26 Yo tengo un montón de cofrecitos en casa.
0:19:29 Todos de damas.
0:19:32 Cada una que no se quiere casar conmigo.
0:19:38 Me ha regalado uno de esos cofre.
0:19:41 Y cuando pierdo la esperanza de verla de nuevo, que ni bien llegó a casa.
0:19:48 Ya fue esa esperanza.
0:19:50 Digamos, en cuanto se me pase la borrachera.
0:20:01 Entonces, abro el cofre y ahí tengo el ropero lleno de espectro malito.
0:20:04 Pero por suerte no es la caballo.
0:20:08 El que me encabritó soy yo mismo.
0:20:11 ¿A quién quiere dedicar estos malos regalos, Jorge?
0:20:15 Estaba pensando, Alejandro, que es curioso esto de los dioses higueros generosos.
0:20:20 Un dios no debería ser generoso porque allí donde hay un regalo siempre va a aparecer alguna condición particular.
0:20:26 Es lo mismo que la institución del TOD, la que hemos hablado aquí.
0:20:29 Un tipo se convierte en el rey porque es el que más da de sí.
0:20:33 Está bien para decidir sus cosas de antropología.
0:20:36 Si un dios da algo, si un dios es generoso, porque seguramente va a pedir algo a cambio, va a tener más protestades para pedir.
0:20:40 Y veamos lo que ha pasado.
0:20:43 Bueno, usted nombró la guerra de Troya empieza con una cuestión de regalos y termina con una cuestión de regalos también.
0:20:48 Teníamos ahí al muchacho Padi, paveando con las diosas.
0:20:51 ¿Y cómo negociará la elección de la mejor diosa de las tres que lo acosaba?
0:20:55 El regalo que con que empieza es el regalo de Troya.
0:20:57 Y aquí la mejor diosa de las tres que lo acosaba.
0:21:00 El regalo que con que empieza es un regalo anónimo.
0:21:03 La discordia arroja en un casorio, una manzana de oro dice, a la más bella.
0:21:09 ¿Cuál era la más bella?
0:21:11 Teníamos la mano de la fe, claro.
0:21:14 Para saber quién era la más bella lo llaman a un pastor.
0:21:17 Es decir, curado a un pastor.
0:21:19 Los curados incompetentes no son cosas de ahora.
0:21:21 ¿Qué podía saber un pastor de belleza femenina que andaba siempre entre ovejas?
0:21:27 Pero qué de pastor en realidad era hijo de un rey, pero no era el caso.
0:21:31 Pero lo interesante es que sigue con otro regalo porque para conseguir la buena voluntad del pastor,
0:21:36 ¿qué hace? Le ofrecen distintos tipos de...
0:21:38 Claro, se hace sovernar.
0:21:42 Y por supuesto le ofrecen una mina de regalos.
0:21:45 Y por supuesto le ofrecen una mina de regalos.
0:21:47 Sin que el pastor pregunté nada, ya sabemos que la chica va a estar casada,
0:21:52 que se vaya a Madeleina, que va a venir por culpa de ella la guerra de Troya.
0:21:56 Y después de 10 años y te hace la ciudad, estamos ahí los griegos, los saqueos, esperan y dicen,
0:22:00 ¿no hay manera? ¿Cómo vamos a resolver el asunto? Con otro regalo.
0:22:04 El presente griego por excelencia, el mal regalo, el regalo tramposo por excelencia,
0:22:10 el caballo de Troya.
0:22:11 El caballo de Troya, señoras y señores.
0:22:13 Y un presente griego es algo que también funciona.
0:22:16 Si mire esta expresión en su otro sentido también sirve.
0:22:19 Pobre griego es el presente que les toca.
0:22:21 Pero digo que fuera de esto,
0:22:23 nosotros tenemos también algunos refranes de la sabiduría popular,
0:22:27 es en cuando la limónia es grande hasta el santo desconfía,
0:22:30 pero también a caballo regalado no se le miran los dientes.
0:22:33 Y todo el refraneiro se contrae dice,
0:22:35 ¡vaya viene por que un regalo es algo que un ser humano en general no puede resistir!
0:22:38 Incluso la legislación tiene que intervenir,
0:22:41 porque si un presidente no puede aceptar regalos,
0:22:43 porque son a su investidura, como si alguien respetara su investidura.
0:22:46 Claro, o como si una investidura pudiese montar en bicicleta.
0:22:51 Y de último modo pensaba que se repiten algunas variantes de regalos.
0:22:55 Por ejemplo, la túnica envenenada,
0:22:57 que alguna vez le tocó a la pobre Glause,
0:23:00 la va a recibir la regalina.
0:23:02 La mujer de Herat.
0:23:04 Y, por ejemplo, la mujer de Herat,
0:23:05 la reina de Anira, la mujer de Herat.
0:23:08 Y mucho tiempo después va a estar a punto de ser recibida por Elizabeth Tudor,
0:23:12 Elizabeth de Ferreira, la reina de Isabel I,
0:23:14 pero Marcela I, sus amantes, la va a ligar a una dama de compañía
0:23:18 que se beneficiaba al PIB este,
0:23:20 y va a poder evitar esa forma rep observing de morir.
0:23:23 Por y por una camisa envenenada,
0:23:26 un vestido envenenado, es algo espantoso.
0:23:30 Levanta la mano...
0:23:32 No, no creo.
0:23:33 No, no creo.
0:23:35 Para terminar esto, Alejandro,
0:23:37 finalmente estaba pensando que el problema
0:23:39 es la simbología de los regalos,
0:23:41 porque el regalo tiene que ser elaborado
0:23:43 a partir de un símbolo de origen.
0:23:45 Por ejemplo, los animales.
0:23:47 Los animales tienen que tener una gran simbología,
0:23:49 pero, por ejemplo, si el águila,
0:23:51 que simboliza la victoria y el elevarse por los cielos
0:23:54 y que se yo, uno los puede regalar un águila entera,
0:23:56 entonces, ¿qué hace el regalo? Plumas.
0:23:58 Y esa elaboración del regalo permite activar la metáfora.
0:24:01 Pero fíjese qué cosa.
0:24:03 Occidente ha cometido graves errores en ese sentido,
0:24:05 porque, por ejemplo, el armiño era uno de los animales
0:24:08 asociados al Cristo por su vocación de casar serpientes,
0:24:11 como quien se enfrenta al diablo todo el tiempo.
0:24:14 Que en un principio había uno de esos animales
0:24:17 y era un regalo realmente lujoso.
0:24:19 Pero alguien se dio cuenta que un bicho hay que mantener,
0:24:22 lo que por ahí no hay serpientes en palacios
0:24:24 y se pierden significado y lo transforman en alguna otra cosa.
0:24:27 Y el problema de los regalos, como su nombre lo indica,
0:24:29 es que son un presente.
0:24:31 Y es realidad, viven para siempre en el pasado,
0:24:34 porque puede ocurrir que esa chica,
0:24:36 de la que hubo estuvo tan enamorado,
0:24:38 por la cual dejó de fumar, digamos que,
0:24:40 ya ese cuerpecito no se ha abrigado al salir del cabare
0:24:43 y que lo único que quede de todo aquello sea
0:24:46 aquel tapado de armiño.
0:24:48 Y aquel tapado de armiño...
0:24:50 Es el tango que canta ahora nuestro Horacio,
0:24:59 y el tango que te dio Molina.
0:25:02 Y aquel tapado de armiño...
0:25:13 Todo forrado en la mel...
0:25:18 Que tu cuerpito abriga...
0:25:23 Al salir del cabare...
0:25:27 Cuando pasaste a mi lado...
0:25:33 Prendida tu simbolón...
0:25:39 Aquel tapado de armiño...
0:25:43 Cuantas penas me causó...
0:25:49 De acordarse del momento...
0:25:53 Urminante del cariño...
0:25:57 Me encontró a vallos sin vento...
0:25:59 Vos amabas el armiño...
0:26:02 Cuantas noches tiritando...
0:26:06 Los dos juntos en la vidriera...
0:26:09 Me decía, supirando...
0:26:11 Ay amor...
0:26:14 Si vos pudieras...
0:26:18 Y yo con mil sacrificios...
0:26:23 Me lo pude al fin con un gran...
0:26:27 Mangue a mis dos y usureros...
0:26:32 Y estuve un mes sin fumar...
0:26:39 Aquel tapado de armiño...
0:26:44 Todo forrado en la mel...
0:26:49 Que tu cuerpito abriga...
0:26:54 Al salir del cabare...
0:26:59 Me resultó al fin y al cabo...
0:27:04 Natural que tu amor...
0:27:09 El tapado que estoy pagando...
0:27:13 Y tu amor...
0:27:15 Ya se acabó...
0:27:20 De acordarse del momento...
0:27:23 Urminante del cariño...
0:27:26 Me encontró a vallos sin vento...
0:27:29 Vos amabas el armiño...
0:27:32 Cuantas noches tiritando...
0:27:35 Los dos juntos en la vidriera...
0:27:38 Me decía, supirando...
0:27:40 Ay amor...
0:27:42 Si vos pudieras...
0:27:46 Y yo con mil sacrificios...
0:27:51 Me lo pude al fin con un gran...
0:27:56 Mangue a mis dos y usureros...
0:28:01 Y estuve un mes sin fumar...
0:28:12 Y era Horacio Molina en la venganza...
0:28:15 Será terrible aquel tapado de armiño...
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