Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos hoy de regalos traicioneros, regalos que conllevan una tradición, una intención
0:00:12 aviesa, una trampa.
0:00:14 Vamos, presentes griegos.
0:00:16 Presentes griegos es el más...
0:00:17 Ya que el regalo tramposo por Antonomasia es el caballo de Troya que los aqueos le regalaron
0:00:27 a los troyares sin pola de sí.
0:00:30 Hoy no forma parte de esta lista, pero haremos una pequeña lista.
0:00:35 Los dioses griegos, ustedes saben, eran particularmente de adivosos.
0:00:43 En sus historias aparecen cientos de regalos que hacían a los mortales, incluso a las
0:00:49 ciudades, para lograr que sus habitantes lo eligieran como dios tutelar o fueran más
0:00:57 reverentes o por lo que sea.
0:01:01 Ahí estaban, por ejemplo, Atenea y Posidón, que se disputaban el Áptica, que es como
0:01:06 el área metropolitana de Atenea.
0:01:09 Atenea había inventado el aceite de oliva y es un invento no muy divino que digamos.
0:01:17 Así que el olivo era el regalo que Atenea había hecho a la región del Áptica.
0:01:23 Posidón se lozo con un golpe de tridente, hizo surgir a modo de regalo también un lago
0:01:31 salado en la acrópolis y Atenas.
0:01:35 El resto de los dioses que habían sido elegidos como árbitros dieron su preferencia al olivo.
0:01:41 Y entonces Atenea obtuvo la soberanía sobre ese lugar.
0:01:45 Hoy nos referiremos a otra serie de regalos que en realidad no causaban ningún bien
0:01:50 si no lo contraron.
0:01:52 Primer regalo, como sabemos, Jasson y no Jason, como dicen en HBO.
0:02:00 En Largo Nauta.
0:02:03 Sí, Jasson y la Ichicera Medea estaban casados.
0:02:08 Para conseguir el bellocino de Oro a la región de Yorco decidieron Medea era princesa en
0:02:16 Yorco, que a Jasson la arraptó.
0:02:18 Bueno, salieron corriendo por el mar negro.
0:02:22 Al llegar a Corinto, ya fuera del mar negro, en pleno ejeo, se detuvieron a descansar.
0:02:30 ¿Qué te parece si nos detenemos en el Istmo de Corinto?
0:02:34 Nos pegamos una descansada.
0:02:36 El Istmo de Corinto es un estrangulamiento donde termina la península que se llama Peloponeso.
0:02:44 Y hay una pequeña lengua de tierra que cuida un hitúcru que es un kilómetro y alguna
0:02:51 vez se hizo un canal.
0:02:52 Sí, hizo un canal y permite además apreciar los pueblos de la hella, de a tal punto que
0:02:57 el divertidor Simón Bolívar se podía decir, ojalá que Centroamérica sea como el Istmo
0:03:00 de Corinto y todos los pueblos hermanos de Yorco.
0:03:02 El canal es un palidecer al Istmo de Corinto y se refería a Panamá.
0:03:06 Se refería a Panamá.
0:03:09 Usa Bolívar varias veces la palabra Istmo.
0:03:14 Dice, vamos a descansar.
0:03:15 Dicen, Jasson y la hechicera Medea.
0:03:17 Y el rey de aquel lugar era Creonte.
0:03:23 Y este rey tenía una hija llamada Glause que era convenientemente hermosa.
0:03:29 Pasaron un tiempo descansando ahí hasta que Creonte, el rey, tuvo la idea de casar a
0:03:40 su hija Glause con Jasson sin parar mientes en el hecho de que Jasson ya estaba casado
0:03:45 con Medea.
0:03:46 Y Jasson, que también se había enamorado de la muchacha, repudió a Medea.
0:03:51 La repudió de arriba abajo, como suele decirse.
0:03:56 Y dio vía libre para que Creonte la desterrara.
0:04:00 Dice, desterrámela.
0:04:06 Y eso fue lo que decretó el rey de Corinto.
0:04:10 Medea debía irse a aquella región al día siguiente.
0:04:14 Entonces, desesperada, Medea, que además era una bruja de cartel, tomó detestigos a
0:04:23 los dioses ante los cuales Jasson le había jurado, en otro tiempo, fidelidad y preparó
0:04:29 su venganza.
0:04:30 Impregnó de veneno un vestido nuvial y también algunos adornos y horgas.
0:04:37 Y se los envió como regalo a su rival, esta chica Glause.
0:04:42 Dice que incluso, yo no me acuerdo bien, pero me parece que los propios hijos de Medea
0:04:48 llevaron el regalo.
0:04:51 Enseguida se lo puso Glause y enseguida la abrazó un misterioso fuego y lo mismo ocurrió
0:05:01 con su padre que había acudido en su auxilio y también ya que estaba, se incendió el
0:05:07 palacio.
0:05:08 Se ve que el sangajol que le había puesto al vestido Medea era muy fuerte.
0:05:13 Bueno, Medea aprovechó, algún momento, libre que tenía para matar a sus hijos.
0:05:28 También como venganza contra Jasson.
0:05:33 Ya bien, antes se decía que los corintios habían lapidado a los hijos de Medea indignado
0:05:47 porque estos hijos le habían entregado el vestido venenoso, que había causado la muerte
0:05:52 de la chica, del rey, y el inserio del palacio, que habían lapidado a los chicos.
0:05:57 Pero fíjese que historia extravenadria.
0:05:59 Eurípides escribió esta versión, según la cual en realidad es Medea la que mató
0:06:07 a sus propios hijos.
0:06:11 Y hay una tradición ya bastante más cercana que todo esto que dice que Eurípides fue
0:06:19 sobornado por los corintios.
0:06:22 Sobornado por los corintios, Eurípides escribió que no habían sido ellos los que lapidaron
0:06:28 a los hijos de Medea, sino la propia Medea la que los había matado.
0:06:33 Entonces, un dato muy poco conocido.
0:06:37 Y si no lo hacía, pero habla muy bien de los corintios por su confianza en el arte,
0:06:41 no también de Eurípides.
0:06:42 Está bien, claro.
0:06:43 Bueno, el caso es que Medea escapó, escapó hacia Atenas en un carro tirado por caballos
0:06:49 alados, no salados.
0:06:51 Alados.
0:06:52 Que era un regalo de su abuelo, el sol.
0:06:56 El sol puede hacer después de todo que cualquier cosa se incendia.
0:07:01 Sí, cualquier.
0:07:02 De todos modos, hay que ser medio pavo para ponerse justamente el vestido que te regaló
0:07:06 la mina que estaba casada hasta el día anterior con tu novio.
0:07:09 Yo no había, no me lo pongo ni mamada.
0:07:12 Lo digo yo que no soy muy astuta.
0:07:16 Vos sos bulle confiada, Alejandro.
0:07:18 Bien, otro regalo.
0:07:20 Vamos a ver qué pasó con Polícrite.
0:07:23 Con Polícrite.
0:07:25 Cada vez que digo el nombre de este personaje, lo digo mal porque me lo confundo con Polícriti,
0:07:33 era el verdulero de Vahegorrita.
0:07:36 En cambio, Polícrite era una heroína de Naxos, hermana del principal jefe de Naxos.
0:07:42 ¿Dónde queda Naxos?
0:07:44 En Sicilia.
0:07:45 En Sicilia, la Magna Grecia, por eso.
0:07:47 Aliviren quien estuvo hace muy poco allí en Naxos yardino.
0:07:54 Viste que está hablando ahora.
0:07:55 Justo caballero.
0:07:57 Varios de los miembros de este programa hemos estado en Naxos yardino, que es un lugar
0:08:03 medio parecido a José Ingeñero.
0:08:05 Es más claro que es José Ingeñero.
0:08:08 Las huellas de los griegos no han quedado.
0:08:11 No, no, no han quedado mucho, pero bueno, muy cerca de allí está Taormina.
0:08:16 Taormina y positado.
0:08:18 Las huellas de los griegos y un huellón es un teatro en la cúspida de un cerro, uno
0:08:25 de los teatros mejor conservados que quedan en la Magna Grecia.
0:08:30 El lugar sin rincores feos, dicen que está Taormina.
0:08:33 Es un lugar sin rincores feos.
0:08:34 En Sicilia hay rincón feo en Taormina, dicen los fanáticos de Taormina y hay positalo.
0:08:39 Es un lugar lindo, es un lugar lindo, pero en Naxos es realmente muy parecido a José
0:08:46 Ingeñero.
0:08:47 Es muy bueno, es muy bueno, es muy bueno.
0:08:48 Bueno, parece que había una guerra entre los de Naxos, los de Mileto y nadie más.
0:09:04 Y Porícrite había caído prisionera de jefe Milesio, tal es el gentilicio de Mileto.
0:09:12 Y este hombre se llamaba Diogneto como el dueño de Clarín.
0:09:17 Bueno, Porícrite causó prisionera de Diogneto, pero Diogneto como suele ocurrir se enamoró
0:09:25 de su cautiva.
0:09:27 Y la cautiva adquirió una influencia muy grande sobre Diogneto y este hacía lo que Porícrite
0:09:35 no, Porícrite que diga.
0:09:38 Diogneto, Diogneto y a él le daba una borde.
0:09:41 Y así es nuestro colmo.
0:09:44 Y Diogneto la cumplía inmediatamente.
0:09:47 Fue entonces cuando Porícrite urdió una estrata gema.
0:09:51 Le dijo a Diogneto que una buena manera de apurar la paz era mandando a modo de regalo
0:09:58 unos pasteles a sus enemigos como gesto de futura amistad.
0:10:06 Era como se notará esta, una época muy sencilla, la sencillez y aquellos príncipes nocena
0:10:12 de Ternura.
0:10:13 Imagínese a Cristina Kirchner enviándole una docena de pasteles a Obama.
0:10:16 Y se ha ver si se hacen ver con un préstamo.
0:10:22 Lo ha servido la idea.
0:10:27 En el caso de que Diogneto aceptó y Porícrite comunicó a su hermano las debilidades del
0:10:38 campamento milesio valiéndose de aquellos pasteles que hizo.
0:10:42 Metió unas tablillas adentro de aquellas confituras.
0:10:46 Tablillas donde tenía escritos datos.
0:10:51 Que de todos modos no importan mucho, pero bueno, utilizó los pasteles.
0:10:55 La estrategia más tuvo éxito ya que el hermano tuvo acceso a los pasteles o al menos a las
0:11:00 tablillas que era lo que verdaderamente importaba.
0:11:03 Ya que bien uno podía acceder al pastel y no percatarse de la existencia de tablillas
0:11:09 e ingerir las mezcladas entre el dulce y la voracidad.
0:11:12 Bueno, el caso es que el hermano de Porícrite me perturba muchísimo Porícrite.
0:11:20 Sí, ya mío.
0:11:21 Que lo tiene como loco.
0:11:22 Conoció todos los detalles de la defensa de Mileto y los Naxios entraron en el campamento
0:11:29 incluso en el campamento milesio y que abusaron centenas de envueltes.
0:11:34 Finalmente se concretó una paz ventajosa, bueno, ventajosa para la hermana de Porícrite.
0:11:40 No te sé que ahora lo estoy empezando a servir.
0:11:45 Arruego de la muchacha la vida de Diogneto fue respetada.
0:11:49 Porícrite fue objeto de grandes honores.
0:11:52 Pero, al regresar a su patria, recibió tantos regalos y la cargaron con tantas coronas
0:12:02 que murió ahogada por estos presentes y la enterraron en el lugar preciso en que murió.
0:12:10 He decidido muchos regalos, muchos regalos, pero ahí donde la encontraron hicieron un hoyo
0:12:14 en la entarrada.
0:12:15 Ahí había mala fe.
0:12:16 Qué curioso, no?
0:12:17 Morir uno por el demasiado peso de los regales.
0:12:22 Una buena advertencia.
0:12:26 Nombremos a Tarpissa, era una heroína romana a quien rómulo, famosamente uno de los fundadores
0:12:32 de la ciudad, durante la guerra que siguió al Rato de las Sabinas le había confiado
0:12:38 la custodia del Capitolio.
0:12:40 Uvidame acá el Capitolio.
0:12:42 Pero sucedió que el rey Sabino, llamado Tacio, acampaba con su ejército al pie de aquel lugar
0:12:49 del Capitolio.
0:12:51 Tarpissa vio al héroe y se enamoró del...
0:12:55 Pero no es.
0:12:56 Vio a Tacio, se enamoró.
0:12:59 Merced de la complicidad de una criada, Tarpissa pudo prometer a Tacio entregarle a aquella
0:13:05 ciudad de ella si accedía a casarse con ella.
0:13:10 Una traición directamente.
0:13:12 Dico, mira, Tacio, soy una chica romana, etcétera.
0:13:17 Justamente acá, Rómulo me ha encomendado la tarea de cuidar el Capitolio, pero como
0:13:22 me he enamorado de ti, te hago el siguiente ofrecimiento.
0:13:26 Casate conmigo y yo te entrego el Capitolio.
0:13:29 Y Tacio aceptó.
0:13:32 La muchacha lo introdujo en el Capitolio junto con su soldado.
0:13:36 Pásen, pásen, pásen, chao.
0:13:38 Pero el asunto no terminó bien, como ya todos estábamos sospechando.
0:13:43 Tarpissa pidió a Tacio que le regalara lo que sus soldados y el propio héroe llevaban
0:13:49 en el brazo izquierdo.
0:13:52 O en la mano izquierda, no me acuerdo.
0:13:54 Se trataba de unas cosas de oro.
0:13:57 Un pedido así fuera del lugar.
0:14:00 Y a Tacio no le gustó el pedido, le molestó.
0:14:04 Era un hombre de muy mal carácter.
0:14:06 También le disgustó la traición de aquella muchacha, aunque no fuera a él.
0:14:12 Se simuló a entender que lo que Tarpissa quería eran los escudos que los soldados llevaban
0:14:18 en la mano izquierda y la mandó aplastar bajo el peso de aquellas armas.
0:14:24 Se trataba de un hombre muy cruel.
0:14:29 Para terminar contemos la historia de Phyllis.
0:14:34 Al regresar de Trosa, el héroe acamante fue arrojado después de un naufragio a la costa
0:14:41 de Tracia en la desembocadura del Estrimón.
0:14:45 Tracia al norte de la hela, donde hay buenos caballos.
0:14:49 Hay una península que parece a la derecha y arriba de Grecia.
0:14:56 Creo que ya no pertenece a Grecia.
0:14:58 No, el piso de este.
0:14:59 Una península que parece una mano.
0:15:00 De ahí es Pactácus y algunos amigos también.
0:15:03 Bueno, ahí apareció este hombre, acamante.
0:15:10 Se hicieron control Rey Filéo, que también tenía una hija.
0:15:13 Todos los reyes tienen una hija.
0:15:15 La hija se llamaba Phyllis y se enamoró de acamante.
0:15:20 Quiso casarse con él a como diera el lugar.
0:15:22 Siempre pasa el hombre.
0:15:24 Acamante le dijo que tenía que volver a Tena para arreglar sus asuntos y que después
0:15:30 eventualmente podía reunirse con ella.
0:15:33 La verdad es que Phyllis no era muy agraciada y acamante quiso salir rajándolo antes posible.
0:15:40 Entonces, Phyllis aceptó aquella separación y le regaló a su prometido un cofrecito.
0:15:47 Y le dijo que lo abriera, o mejor dicho que no lo abriera, hasta el momento en que hubiese
0:15:55 perdido toda esperanza de volver a su lado.
0:15:58 ¿Cómo soles?
0:15:59 Toma, le dijo.
0:16:00 Te regalo este cofrecito, pero no lo abras.
0:16:05 El tipo que le importaba.
0:16:07 Abrilo solamente cuando hayas perdido toda esperanza de volver a mi lado y se fue.
0:16:11 Acamante se guardó el cofrecito en el bolillo y se la tomó.
0:16:14 Se la tomó.
0:16:15 Lanzó a Gordo más.
0:16:16 Llegó la fecha convenida para el retorno que se yo un mes, dos meses.
0:16:20 Pero acamante no volvió, realmente.
0:16:23 Entonces Phyllis desesperada bajo nueve veces de la ciudad al puerto para ver si llegaba
0:16:28 a su amante, pero siempre en vano.
0:16:30 Cuando perdió la esperanza de recuperar a el que amaba, se ahorcó.
0:16:36 Acamante en realidad se había establecido en Creta, se había casado con otra mujer,
0:16:43 lo más tranquilo.
0:16:44 Y un día mientras andaba a caballo encontró entre las cosas que llevaba el cofrecito,
0:16:50 aquel cofrecito que Phyllis le había regalado y recordó las palabras de la muchacha,
0:16:56 diciéndole que lo abriera solo cuando supiera que jamás volvería a ella.
0:17:01 Se lo abrió y salió el cofre un espectro espantoso.
0:17:07 El caballo se encabritó, acamante se cayó al suelo y se murió.
0:17:12 ¿Cómo interpretar este regalo?
0:17:15 ¿Sabía ya Phyllis que el cofre contenía un espectro espantoso?
0:17:20 Bueno, seguramente.
0:17:21 El contenido del cofre evidentemente mágico, ya que un espectro no es por cierto medio
0:17:26 kilo de pan.
0:17:27 Un espectro es algo mágico.
0:17:29 Digo, ¿tenía ese contenido mágico la propiedad de modificarse conforme hubiera sido la actitud
0:17:36 de acamante?
0:17:37 Tampoco lo sabés.
0:17:39 No sabemos pero...
0:17:40 ¿Cuál era el sentido de perder acamante las esperanzas, esa palabra molesta, de volver
0:17:46 a ver a la dama?
0:17:48 Es lo mismo las esperanzas de ver a Phyllis que perder las esperanzas que no tener ganas
0:17:53 de ver a Phyllis.
0:17:54 No lo sabemos.
0:17:55 El tipo nunca tuvo esperanzas de ver a Phyllis.
0:17:57 No, nunca tuvo ganas de ver.
0:17:58 Se había olvidado, se había olvidado para Phyllis.
0:18:00 Son todas las preguntas que nos hacemos los acamantes de estos tiempos que andamos por
0:18:04 ahí, bueno, vosotros llenos de cofrecitos.
0:18:06 No me compré esto por qué.
0:18:07 Lo peor es que son cofrecitos regalados por damas a las que amábamos realmente, pero
0:18:11 bueno.
0:18:12 Y este es el último regalo.
0:18:14 El cofre de Phyllis es el último de los peludos de regalo que componen este catálogo.
0:18:19 Qué cosa estaba pensando Alejandro Kier, siendo todo regalo terminal es sospechoso.
0:18:25 No lo vadras hasta que ya está.
0:18:27 Tomártela adiós para siempre, te quiero guardar nunca más, malvada.
0:18:30 Pero estaba pensando esto del presente griego.
0:18:34 Es raro en principio, cierta sinolínea, siendo a lo que remite al pasado, una entrega, un
0:18:40 regalo, cuando se recuerda un nacimiento, y qué garantiza el futuro.
0:18:45 Es una cosa para gozar que se llama presente.
0:18:47 La cosa de los tiempos es extraña, así porque esto significaría que el presente no tiene
0:18:51 protección en el tiempo.
0:18:52 Los regalos no funcionan en el tiempo.
0:18:54 Funcionan como la vida misma en ese instante.
0:18:56 Estaba pensando también que cambia su condición de acuerdo a las culturas, esta ofrenda del
0:19:02 olivo.
0:19:03 ¿Cómo interpretaríamos el dar y el olivo tal como lo conocimos nosotros?
0:19:05 No es una victoria, es una partida.
0:19:08 Darle a uno el olivo significa el char.
0:19:12 Quizás sea una forma de hacer la felicidad de uno también.
0:19:15 Estaba pensando también, después en otras cuestiones de regalos.
0:19:18 El caballo de Troya, ese regalo que entregan los griegos, aquíos, a los troyaros, y el
0:19:23 marcel al cual entra en la ciudad, garantizó la ruina de Troya.
0:19:28 Pero el hombre que reencontró Troya, muchos siglos después, y que encontró siete ciudades,
0:19:33 uno encima de la otra, Harry Schlimann, pudo hacer lo que él llamó y su esposa,
0:19:38 la suya, si no Sofia, una joven muchacha griega con la que la alemania veterano se había
0:19:44 casado.
0:19:45 El más maravilloso regalo que se le puede hacer a una mujer, dijo él, porque encontró
0:19:49 nada menos que el tesoro de Elena de Troya.
0:19:51 Y de priamos, la joven que le regaló esas cosas a la mía, con lo cual, esto garantizó
0:19:56 la felicidad para siempre.
0:19:57 Troya, que murió con un regalo, renació con otro, y eso también está bien.
0:20:01 Estaba pensando después en esto del muchacho Tacio, que Roma no para traidores,
0:20:07 y los enemigos de Roma tampoco.
0:20:08 Es una elección para no olvidar aquellos que traicionan una causa y se van para otro lado.
0:20:12 Y fue pensado algo en que, una esciera que muchos de nosotros hemos visto a lo largo
0:20:17 de las generaciones, cuando un rey o un fulano que tiene dice, pedime lo que quieras, arruinó
0:20:23 la mitad de su vida seguro, estaba pensando en Herodes cuando Rita Heiber le pide la cabeza
0:20:27 de Juan el Brotista.
0:20:29 Y ahí se está, uno de los empiezas le dice Rita Heiber, a Herodes, a mi hermano Charles
0:20:37 Lotho.
0:20:38 Y finalmente pensaba Alejandro que el asunto de las confituras siempre ha tenido un carácter
0:20:44 doble.
0:20:45 La confitura que osse mira desde afuera, como en los cuentos de Dickens, como aquiso que
0:20:49 no voy a tener porque soy un niño pobre y nieva, o bien está marcada como una especie
0:20:54 de peludo de regalo.
0:20:56 Siempre es una confitura o una cosa dulce, una fruta lo que las brujas le regalan a las
0:21:00 bobas de las princesas que palman apenas mordidas.
0:21:03 Y adentro hay algo.
0:21:04 Adentro hay algo.
0:21:05 Adentro hay algo.
0:21:06 Yo por eso no le como pasteles ni bola de fraile de hergera.
0:21:10 Pisto la bola de fraile cuando me dice el panadero con qué no le... con qué no le
0:21:14 niere.
0:21:15 Le digo nada, quiero la bola a secas.
0:21:19 Nada de crema pastelera, ni de dulce leche, ni mucho menos de tablillas con los planes
0:21:26 de los naxianos para invadir mi leto.
0:21:29 Todo el mundo sabe cuando un precio se quiere escapar lo que pide es un pastel que venga con
0:21:33 un alimón, un culturismo más del 38 dentro.
0:21:35 Estaba pensando que así en Sicilia, donde estuvo usted, se estila una forma de regalo
0:21:40 que aparece en el padrino, que es una golosina cilíndrica, disculpe, me malgusto, pero cilíndrica
0:21:45 y que, bueno, la precian los capomazques, también como el tipo que palman viendo la
0:21:51 ópera y revienta como arpa vieja.
0:21:53 Y finalmente, que el asunto está justamente no tanto en la persona que hace el regalo,
0:21:58 sino que es que lo elagora, el orfebre, es el que finalmente decide lo que va a pasar.
0:22:03 Así que cuando usted le acerque alguna forma de conflictura, no piense tanto en su novia.
0:22:08 Fíjese más bien cómo es la pastelera.
0:22:11 Y la pastelera es una rancherita que, evidentemente, una breve ranchera que ha sido compuesta pensando
0:22:20 en estos pasteles que los naxianos enviaron a los milesios.
0:22:25 La cante en este caso, Carlos Gardel.
0:22:28 ¡Suscríbete!
0:23:28 Pero, milita, pastelera bien, al aire broma le voy a permitir porque el agua parece que
0:23:35 es mi tabúel, donde yo solo puedo dar vueltas.
0:23:39 Y al menos, en la palicia, haga vueltas.
0:23:49 Al fin con la asinación, pero hoy temerá que el boletar lo supo al gauchito
0:23:56 que algún pantevito la quire hasta usted me va a brindar.
0:24:00 Ni pita de los fuertes, ya que así las fuertes, el oer empezó a voltear.
0:24:10 Era Carlos Gardel.
0:24:11 La venganza será terrible la pastelera.
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