Transcripción automática
0:00:00 Continuamos, ¡uy! ¡uy!
0:00:04 Fue así fuerte, perdón de Vincent.
0:00:07 Continuamos, quise decir, la venganza será terrible desde Radio El Plata.
0:00:11 Mañana, insisto, no estaremos aquí en el auditorio, sino que haremos el programa de Neuken,
0:00:16 allí en la Facultad de Humanidades haciendo de la Universidad de Alcomá,
0:00:21 haciendo el programa 11 de la noche en el jueves en Neuken.
0:00:24 Vamos a hablar esta noche...
0:00:27 Esos son los míos, ¿eh?
0:00:30 De algunos resucitados de los mitos griegos.
0:00:35 Vamos a eludir hablar de Asclepio, el más famoso de los dueños del poder de resucitar los muertos en los mitos clásicos.
0:00:44 Tampoco contaremos los episodios de personajes desmembrados en guiso, como Pélope y luego recompuestos y resucitados por algún Dios.
0:00:57 Contaremos sucesos de la mitología griega menos transitados.
0:01:03 Hay algunos en donde las resurrecciones fueron muy acotadas en el tiempo.
0:01:11 Hablaremos de Sténelon, en primer lugar.
0:01:14 Hay varios hombres que se han llamado Sténelon en los mitos.
0:01:18 Uno de ellos era hijo de actor y compañero de Heracles, a quien siguió en su expedición contra las Amazonas.
0:01:27 Sténelon fue herido en una lucha contra estas mujeres y murió al regreso de la expedición en Paflagonia.
0:01:36 Fue enterrado cerca de la costa.
0:01:39 Tiempo más tarde, cuando los ergonautas pasaron por la región,
0:01:45 Persefone, que por esos tiempos permanecía junto a Ades en la dirección del infierno,
0:01:55 le permitió a Sténelon volver a la tierra durante unos días para ver a los expedicionarios.
0:02:04 Y Sténelon resucitó.
0:02:07 Los ergonautas lo saludaron, le ofrecieron un sacrificio como un héroe y continuaron su travesía.
0:02:15 Y Sténelon, tranquilamente, después del homenaje, se murió de nuevo.
0:02:21 Está bien, sí está bien.
0:02:24 Otra resurrección acotada fue la siguiente.
0:02:30 Había una chica llamada La Oda Mía.
0:02:36 ¿Han puesto el aire acondicionado?
0:02:38 No, pero entró un frío.
0:02:40 Sí, sí. Se lo preferió ya apagarlo.
0:02:42 Sí, no, no, porque viene en forma de viento y el aire que se mueve no está caliente sino frío.
0:02:52 Bueno, la muchacha llamada La Oda Mía, esposa de Protecilau.
0:02:59 Protecilau fue el primer héroe griego que murió en la Guerra de Troya.
0:03:05 En realidad, asunto fue así.
0:03:07 Un oráculo había baticinado que el primer neacto que hiciera pie en la costa de Troya iba a morir.
0:03:19 Y así fue. El primero fue justamente este tipo, Protecilau.
0:03:24 Y murió. Fue el primer muerto en la Guerra de Troya.
0:03:27 Es una profecía fácil. Cuando uno se marea en algún lugar, casi siempre es verdad.
0:03:32 Pero era casado este tipo. Se había casado con La Oda Mía.
0:03:39 Y habían tenido una noche de bodas y al alba Protecilau partió a la Guerra.
0:03:48 Sólo habían estado juntos aquella noche.
0:03:51 Matrimonio perfecto.
0:03:53 Es el matrimonio perfecto.
0:03:55 Y así lo han entendido algunos autores griegos que al referirse a este suceso
0:04:05 y al amor de La Oda Mía y de Protecilau decían que la razón principal era la brevedad.
0:04:12 Bueno, partió el marido.
0:04:18 La muchacha estaba muy enamorada de él.
0:04:21 Y viene un día el che.
0:04:23 Conoció la noticia de su muerte.
0:04:25 Y empezó a pedir a los dioses que se lo devolvieran.
0:04:29 Al menos solo por tres horas.
0:04:32 Protecilau, por su parte, en el infierno había formulado pedidos de la misma índole.
0:04:39 Bueno, los dioses se enternecieron ante estos pedidos coincidentes
0:04:44 y le otorgaron a Protecilau la posibilidad de ser regreso de fríesmero.
0:04:49 Bueno, volvió el tipo que así, que estó hoy, debió ser una velada angustiosa.
0:04:58 Tremenda, tremenda, sí.
0:05:00 Te siguen quedando tres horas.
0:05:02 Es muy superior la tristeza de saber que te vas a marchar de nuevo.
0:05:06 Totalmente que la compensación.
0:05:07 Que la alegría de volverte a ver por ese lapso tan breve.
0:05:13 Sin embargo, a mí me parece que para nosotros esto tendría una aventura superior.
0:05:22 Una aventura superior.
0:05:24 A saber conocer que hay la posibilidad de regresar del otro mundo, aunque sea por tres horas.
0:05:33 Mejor todavía que hay el otro mundo.
0:05:36 Bueno, esa es la buena noticia.
0:05:38 Esa es la buena noticia.
0:05:39 Pues el tiempo vuelve cinco minutos.
0:05:41 Eso es lo que se guarda que hay el otro mundo.
0:05:43 ¿Y se las toma?
0:05:45 Está, porque el resto son vacaciones.
0:05:48 Si hay una vida, ya está.
0:05:50 Y se abriendo esa noticia y todo lo demás.
0:05:52 Importa mucho.
0:05:53 Pero bueno, estamos entre descreídos que no tenemos la posibilidad de esa dicha.
0:05:58 El caso es que llegó el tipo, estuvieron ahí, andaba a saber de qué.
0:06:01 Y dice, bueno, me voy.
0:06:03 Y dice, protesilan.
0:06:04 Se va haciendo la hora.
0:06:05 Y entonces la odamea le dijo, te acompaño.
0:06:09 Y se suicidó.
0:06:11 Ese es mi mujer.
0:06:12 Y marcharon los dos entonces, ya que estaban.
0:06:17 Lo acompañó hasta la muerte.
0:06:21 Yo escrito alguna cosa sobre este asunto.
0:06:27 No hace mucho.
0:06:29 Y he dado en inventar un desencuentro que se produce en esas tres horas.
0:06:38 Y por regresa y hay un conflicto.
0:06:42 Y hay un conflicto, no importa.
0:06:45 Está bien, pero es una buena idea.
0:06:48 No se produce el milagro del regreso.
0:06:50 Claro, contra todas las veces.
0:06:52 Debo marcharme al alba.
0:06:54 Y en esas tres horas surge algo parecido al astío, al desamor, al desencuentro.
0:07:03 Otras resurrecciones.
0:07:06 Hay un mito que tiene como personaje a Moria.
0:07:11 Era una mujer lidia.
0:07:13 Que cosa, que Moria sea lidia.
0:07:17 Un día en que su hermano Tilo, como le va, Tilo.
0:07:22 Se pasaba por las orillas del río.
0:07:26 No se dio cuenta y tocó una serpiente.
0:07:29 Y la serpiente lo mordió.
0:07:31 Y Tilo murió en el acto.
0:07:33 Y a Moria, que había visto desde lejos el suceso,
0:07:37 llamó en su socorro a Damacén, que era un gigante.
0:07:41 Siempre conviene tener un gigante para llamarlo en socorro propio.
0:07:46 Damacén entonces arrancó de cuajo un árbol y aplastó con él a la serpiente.
0:07:52 Y bueno, esa no es ninguna ayuda.
0:07:55 Claro, se nos mordió.
0:07:57 No se vieron a aprender.
0:08:00 Entonces vieron como otra serpiente, dicen que la hembra,
0:08:04 se metió en un bosque vecino y volvió poco más tarde,
0:08:07 trayendo en la boca hierba vális que tenía poderes milagrosos.
0:08:12 Le aplicó a la nariz de la serpiente muerta, esas hierbas.
0:08:17 Y la serpiente muerta resucitó y usó.
0:08:22 Y Moria, aleccionada, hizo lo mismo con su hermano,
0:08:25 que volvió a la vida y también usó.
0:08:28 Bueno, y listo.
0:08:30 Pero con el mismo procedimiento hay un mito mucho mejor.
0:08:37 Había un hijo de Minos, el rey de Creta.
0:08:41 De Minos y de su esposa, Pacifa, aquella que tuvo una aventura con un toro.
0:08:47 Glauco se llamaba este chico.
0:08:50 Y un día que Glauco, niño Glauco, presiguió un ratón,
0:08:55 se cayó adentro de una tinaja de miel y se ahogó.
0:09:02 Minos lo buscó durante mucho tiempo
0:09:05 y gracias a la ayuda de Apolo, encontró el cadáver en la tinaja.
0:09:12 Ustedes saben que los curetes eran unos genios molestos
0:09:16 que poseían el don profético.
0:09:18 Y vieron que Minos estaba desesperado
0:09:21 y le informaron que un hombre podía devolver en la vida a su hijo.
0:09:25 Ese hombre debía ser el que mejor supiese describir
0:09:31 el color de una determinada vaca de sus rebaños,
0:09:34 cuya tonalidad cambiaba tres veces al día.
0:09:37 De blanca pasaba a roja y luego a negra,
0:09:41 volviendo a reanudar el ciclo al día siguiente.
0:09:44 Minos convocó a los hombres más sábiles de Creta
0:09:47 y les pidió que describiesen el color mudable de la vaca maravillosa.
0:09:52 Uno solo lo consiguió, se llamaba Poligido,
0:09:56 era hijo de Serano y tenía el don de la profecía.
0:10:02 Respondió que la referida vaca tenía el color de la mora.
0:10:06 Ciertamente ese fruto empezaba siendo blanco,
0:10:09 se movilizaba después en roja,
0:10:11 en estado de madura se vuelve negro.
0:10:15 Minos, juzgando que Poligido había resuelto en enigma,
0:10:19 le ordenó que devolviese la vida a Glauco
0:10:22 y lo encerró junto con el cadáver.
0:10:27 Poligido, naturalmente se seaba perplejo e inoperante,
0:10:32 cuando vio entrar en su encierro a una serpiente
0:10:36 que se dirigió hacia el cuerpo del muerto.
0:10:39 Temiendo que la serpiente lo devorara,
0:10:42 o al menos lo deteriorara,
0:10:44 Poligido la mató.
0:10:46 Al poco tiempo entró una segunda serpiente
0:10:49 que al ver a la otra sin vida se retiró,
0:10:53 pero no tardó mucho en volver llevando en la boca una hierba
0:10:57 con la que tocó a su compañera
0:11:00 y esta resucitó en el acto.
0:11:03 Poligido entonces se apoderó velozmente de la planta,
0:11:06 frotó con ella a Glauco,
0:11:09 que volvió inmediatamente a la vida
0:11:13 y todos fueron felices para siempre.
0:11:16 Sirse y Medea,
0:11:19 usaban la hierba vális para resucitar personas,
0:11:22 eran hermanas.
0:11:24 Sirse y Medea, aunque generalmente se las refiere,
0:11:28 mitos diferentes.
0:11:30 Diferentes, si, según la tradición de los cuentos órficos.
0:11:33 Minos, el rey de Creta, era muy ambicioso
0:11:37 porque aunque tenía a su hijo otra vez con vida,
0:11:40 no se declaró satisfecho.
0:11:43 Y antes de permitir a Poligido que regresara a sus tierras,
0:11:46 quiso que le enseñara su arte profético a Glauco, al hijo.
0:11:51 Y así lo hizo.
0:11:54 Pero, al ser puesto en libertad,
0:11:57 en el mismo momento de partir,
0:11:59 Poligido escupió en la boca a su discípulo,
0:12:04 y Glauco perdió toda la ciencia que acababa de adquirir
0:12:07 y que jamás pudo usufructuar.
0:12:10 Cépase que escupir en la boca de alguien
0:12:13 significaba abolir las enseñanzas.
0:12:16 Recuérdese el caso de Cassandra y Apolo.
0:12:20 Cassandra, la hija del rey Lallo,
0:12:22 que profetizaba sin que crecieron.
0:12:25 Cassandra, la hija del rey de Troya,
0:12:31 conoció a Dios Apolo.
0:12:34 Y le dijo que se iba a entregar a él
0:12:40 si le enseñaba a profetizar.
0:12:43 Apolo le enseñó el arte de la profecía,
0:12:46 y después ella se hizo la que no quería.
0:12:49 Entonces Apolo le escupió en la boca,
0:12:52 y en realidad no perdió del todo el arte de profetizar,
0:12:55 pero sí fue condenada a que nadie creyera en su profecía.
0:13:00 De manera que aquel maestro que arrepentí
0:13:03 de haberle inculcado a algún alumno
0:13:05 una enseñanza que después vino a saber si no merecía
0:13:09 debería escupir en la boca
0:13:11 de el egresado discípulo.
0:13:14 Cosas no siempre es fácil porque los discípulos ingratos
0:13:18 suelen marcharse a Estados Unidos.
0:13:20 Con un barbijo.
0:13:22 De manera que todo escupitaje en la boca resulta inviable.
0:13:26 Le dije que Lallo y Lallo es el padre de Dipo,
0:13:28 ese barbido de Jocasta.
0:13:29 No es Lallo el nombre del padre de Néstor y Páez.
0:13:32 Que eres el rey de Trotsha.
0:13:34 Dejémoslo ahí.
0:13:35 Estaba pensando que hay una especie de condición extraña
0:13:41 en esto de la gente que vuelve de la vida muerta,
0:13:44 porque en general hay algo que no va a funcionar siempre.
0:13:48 A ver, digamos que toda partida es irreparable y letal.
0:13:51 No hay forma de remediar la partida.
0:13:53 Siempre uno ve la...
0:13:55 Del mismo modo uno debería pensar que las partidas,
0:14:00 los viajes, uno se va de viaje y cuando vuelve tampoco es el mismo.
0:14:03 Aquella cosa, uno nunca es el mismo ni el segundo o siguiente,
0:14:07 pero cuando media algún tipo de iniciación,
0:14:10 no, ociosamente, las grandes historias de iniciatricas del mundo
0:14:14 tienen una vida a los infierros y un viaje.
0:14:17 Digamos, uno piensa en Gilgames.
0:14:19 Un viaje de que uno vuelve otro.
0:14:21 De que uno vuelve otro.
0:14:22 Dos partes de Dios y una parte de hombre.
0:14:24 De pasa todo el viaje que se encuentra con el tío.
0:14:27 Nuestro querido Dante Aghirie,
0:14:29 que también al volver, efectivamente, no será otro
0:14:32 porque se acaba de compartir el escitoro más maravilloso
0:14:35 de una historia.
0:14:36 Y en general con los griegos nos pasa lo mismo.
0:14:39 A lo sumo hay una especie de redención,
0:14:42 así cuando lo que vuelve no es una persona,
0:14:44 sino una estación, la primavera, el preceptor,
0:14:46 este tipo de cosas.
0:14:47 Pero como nuestra condición es de la humana
0:14:49 yo y usted lo recién también.
0:14:51 A ver, ¿qué otra noticia hay, va a haber más importante que que quise saber que hay otro mundo?
0:14:55 Esto ya nos convertiría de alguna manera en inmortales.
0:14:58 Y entonces, una vez que uno es inmortal,
0:15:01 difícilmente tenga, les preste atención a tres horas.
0:15:04 Tres horas no tiene sentido para mí si soy inmortal.
0:15:06 Y esto quizás es aquello que le da valor a nuestras cosas.
0:15:09 Pero, pero aún es la situación de aquel que no ha ido a los infierros.
0:15:14 Uma muerte para volver, sino aquel que uno va a buscar cuando vuelve de la muerte.
0:15:20 Porque aquel que lo está esperando va a tener una enorme alegría.
0:15:23 Hasta que vea que usted, porque vuelve de que regresa,
0:15:26 ya no es el que él esperaba.
0:15:28 Y esto también es así.
0:15:29 Si uno espera a alguien o algo, lo que llega nunca es ese algo que uno esperaba o ese alguien.
0:15:34 Porque justamente ese alguien o ese algo es algo conocido.
0:15:37 Lo que llega siempre es desconocido o sino no hay novedad.
0:15:40 No es llegada.
0:15:41 Ya lo sumo, le queda a la persona que estaba esperando.
0:15:44 Y ese regusto amargo de poder contar una historia prodigiosa.
0:15:47 Pero es una historia que, en la que el prodigio se acaba,
0:15:49 después de una primera frase que dice, volvió una noche.
0:15:53 Volvió una noche y canta Carlos Gardel.
0:16:17 Volvió una noche y nos esperaba a bien tu rosa tanta ansiedad.
0:16:25 De tu bebén hasta recordar en la su penonía y su fuerza.
0:16:33 Me dijo humilde si me perdonas.
0:16:37 El tiempo viejo otra vez vendrá.
0:16:42 La primavera de nuestra vida verás que todos nos sonreirán.
0:16:51 Mentira, mentira, yo quise decirle, las olas que pasas ya no vuelven más.
0:17:00 Y así mi cariño al tuyo enlazado es solo un pantalma del viejo pasado.
0:17:08 Que ya no se puede resucitar.
0:17:12 Al de mi amargura y tu bebida.
0:17:16 Sus ojos azul en muy grandes abrieron.
0:17:20 Mi pena inaudida pronto comprensieron.
0:17:24 Y con una mueda de mujeres vencidas me dijo es la vida y no la misma.
0:17:33 Volvió esa noche, nunca lo olvido.
0:17:37 Con la mirada triste y silencio.
0:17:41 Y tuve miedo de aquel espectro que fue loco en mi cuento.
0:17:50 Se fue el silencio sin un reproche.
0:17:54 Busqué un espejo y me quise mirar.
0:17:58 Había en mi frente tantos invierno que tan bien ella tuvo piedad.
0:18:07 Mentira, mentira, yo quise decirle, las olas que pasas ya no vuelven más.
0:18:16 Y así mi cariño al tuyo enlazado es solo un pantalma del viejo pasado.
0:18:24 Que ya no se puede resucitar.
0:18:28 Al de mi amargura y tu bebida.
0:18:32 Sus ojos azul en muy grandes abrieron.
0:18:37 Mi pena inaudida pronto comprensieron.
0:18:41 Y con una mueda de mujeres vencidas me dijo es la vida y no la misma.
0:18:56 Era Carlos Gardel, la venganza será terrible.
0:19:00 Volvió una noche.
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