Transcripción automática
0:00:00 Muy bien, tal lo prometido hablaremos de Robert Dudley y su expedición al Doral.
0:00:09 Cuando este muchacho Walter Raleigh planeaba en Inglaterra su primer viaje a las Indias para buscar el Doral, uno se le adelantó.
0:00:21 Dutley fue anterior a Raleigh y era este, ¿no? Dutley. Le había pedido permiso al reino Isabel para emprender su expedición.
0:00:31 Ya sabemos que el Doral era una ciudad de la que se hablaba mucho, perteneciente a un distrito muy poderoso, muy próspero,
0:00:44 donde cada año, para compadrear, un príncipe se hacía milanesa con polvo de oro y luego se arrojaba una laguna,
0:00:53 y a este derroche asistía toda la población, entonces, jaja, qué rico somos.
0:01:00 Bueno, españoles, ingleses, etc. estaban tratando de buscar esa ciudad legendaria,
0:01:06 y los nativos aprovechaban esa codicia para mandarlos donde Judas perdió al Poncho,
0:01:14 tal como hacíamos nosotros hace muchos años, hay uno de toda idea del Dorado,
0:01:19 cuando nos parábamos en una esquina y cuando alguno preguntaba cómo había que hacer para ir a la General Paz,
0:01:25 lo mandábamos a cualquier Paz, y nos quedábamos satisfechos del deber cumplido, que era molestar a la gente,
0:01:33 y de un lugar peor a lo que era cuando se habíamos llegado.
0:01:38 Bueno, pero a men de recuerdos juveniles, como de...
0:01:42 ...recuerdos de provincia, debo decir que los indígenas nunca decían a dónde estaba Dorado,
0:01:50 mitad porque no había tal cosa.
0:01:52 Bien, Dudley le pidió permiso a la reina, pero Walter Raleck se enteró de este permiso que había sido concedido,
0:02:01 y se presentó en el palacio a tirarle la bronca a la reina Isabel,
0:02:05 y a reclamar el mismo el permiso para dirigirse a aquellas regiones,
0:02:10 pero la reina lo obligó a esperar que Dudley volviera,
0:02:14 si el Perá tenía cierta relación, Walter Raleck y la reina, como te hemos contado.
0:02:19 Bueno, Dudley era hijo illegítimo, atención, del conde del Leis Oster,
0:02:25 y dicen que era un perfecto caballero al modo isabeleno.
0:02:29 Usted sí que es un perfecto...
0:02:31 Caballero al modo isabeleno?
0:02:33 Digamos que la reina también era isla ilegítima, y era un perfecto caballero...
0:02:37 Un caballero en el sentido isabeleno.
0:02:39 Cabalgaba con excelencia.
0:02:43 Flor de J. Guacelencio.
0:02:45 Sí, una hija de carapálida.
0:02:49 Era famoso, Dudley, por su balanceo en la montura.
0:02:55 Atención, ser uno famoso por su balanceo en la montura es mucho más difícil
0:03:01 que ser famoso por haber descubierto Australia.
0:03:05 Porque el último hecho es evidente.
0:03:10 Usted descubrió Australia, y el descubrió Australia...
0:03:13 Uy, mira, en cambio, balancearse en la montura puede no ser percibido por los demás,
0:03:22 mientras que es evidentemente ostensible el descubrimiento de Australia.
0:03:27 Entonces puede estar usted toda la vida balanceándose en la montura como nadie antes lo hizo,
0:03:33 sin que su fama se acreciente ni un ápice.
0:03:37 Permiso avesir, Alejandro, que este balanceo,
0:03:40 esto ciertamente era así,
0:03:42 se comparaba con el balanceo de aquellos que tenían mucha experiencia en el amar,
0:03:46 porque simulaba esa especie de osilación que el hombre de mar atiene al caminar en cubierta con el balanceo de las solas,
0:03:51 y la expresión Dandi.
0:03:53 Ah, y ahí viene.
0:03:55 Bueno, de todos modos hay que balancearse en la montura para serse famoso como por eso, ¿no?
0:04:04 Era también famoso porque fue el primero en enseñar a un perro a colocarse en las salidas de caza para atrapar perdices.
0:04:14 Vayan de los perros, hacían cualquier cosa, cuando iba a casar perdices,
0:04:19 los perros le chumbaban al dueño, se subían al caballo,
0:04:23 se paraban en dos patas,
0:04:25 se paraban en dos patas y se hacían los muertos,
0:04:29 pero no iban a buscar la perdiz.
0:04:32 Bueno, esto es más comprensible para serse famoso,
0:04:36 mejoró mucho la caza después.
0:04:38 Bueno, el relato más complejo de esta aventura que tuvo Dathly en América,
0:04:44 lo escribió el capitán Wyatt, uno de sus hombres, ¿no?
0:04:48 Wyatt consideraba a Dathly el mayor héroe de la caballería.
0:04:53 Bueno, en verdad el amigo Dathly tenía 140 hombres a su cargo en la expedición,
0:05:00 y un primer piloto temible, llamado Abraham Kendall,
0:05:06 había navegado por las Indias 9 años,
0:05:15 y había participado de la destrucción casa por casa de la ciudad de Santo Domingo.
0:05:22 En realidad el que lo había hecho era Drake, pero ahí estaba Kendall,
0:05:26 hay que cuantimeno le habrá tocado alguna que otra casa.
0:05:29 Kendall no le caía demasiado bien al resto de la tripulación que navegaba con Dathly.
0:05:34 Se contaba que Kendall no consentía, por ejemplo, que nadie muriese a bordo,
0:05:40 porque eso traía mala suerte.
0:05:42 Entonces cuando alguien se enfermaba o estaba herido, Kendall lo tiraba por la borda,
0:05:48 para que no se muriera en el huarque, se muriera en el mar.
0:05:52 Es mejor que herir.
0:05:53 Bueno, dame la suerte general.
0:05:56 Dathly llegó con sus hombres al Golfo de Paria, al norte de Venezuela.
0:06:03 La primera noche, después del desembarco, temían un ataque de españoles o de nativos.
0:06:10 Los centinelas por ahí dieron una alerta.
0:06:17 Porque pensaban que a lo lejos se acercaban hombres con antorchas encendidas.
0:06:21 Se acercan hombres con antorchas encendidas.
0:06:25 Pero en realidad era la primera vez que estos hombres veían las luciernas.
0:06:32 Qué poético.
0:06:41 Luego de reconocer lo que sería la Guayana, dice el extraño escritor,
0:06:46 ¿cómo lo que sería la Guayana?
0:06:49 ¿Cómo reconocer algo que sería después?
0:06:55 Por el gusto.
0:06:56 Claro, uno reconoce algo que fue en todos los casos.
0:06:59 Si no lo conocen, vez de reconocerlo.
0:07:00 Y en realidad no es que después sería la Guayana.
0:07:03 Era la Guayana, solo que todavía no le habían puesto ese nombre.
0:07:07 Bueno, en ese territorio, Dathly capturó a un indio que hablaba español.
0:07:13 Ya sospechó.
0:07:15 Siempre se sospecha del don de lengua.
0:07:19 Y si hacía llamar Baltazar, si hacía llamar, quiere decir que evidentemente no se llamaba.
0:07:25 Tenía una peluquería.
0:07:28 Judo con Paul y Andrea.
0:07:30 Y Melchor que lo viene a entrar.
0:07:32 Le preguntó a ese mismo indio, ya que no tendría sentido se lo preguntara a otro
0:07:36 después de haber hecho esta aclaración.
0:07:40 Por el dorado.
0:07:42 Y el dorado...
0:07:45 Hay pique, dijo el indio, pasando al paz.
0:07:58 En realidad se lo preguntó creyendo que todos los indios sabían donde quedaba el dorado.
0:08:02 El pensó que era como llegar justamente a la Generalpa.
0:08:06 Primero, Baltazar no quiso hablar.
0:08:09 Pero después lo amenazaron de muerte y habló.
0:08:13 Y Seinición, entonces, dijo, queda por allá.
0:08:15 Seinición una marcha espantosa.
0:08:18 En determinado momento viajaban por un riachuelo obstruido por árboles caídos y detritos vegetales.
0:08:23 Me parece que lo estuviera bien.
0:08:25 Me pregunto.
0:08:28 Baltazar, el indio, se ofreció a correr algunos obstáculos.
0:08:31 Se quiere que le corra ese árbol, pero aprovechó para huir en medio de la espelsura.
0:08:40 Inmediatamente el objetivo de la expedición cambió.
0:08:44 Ya no se trataba de encontrar el dorado, sino de encontrar algún camino que lo sacara de allí.
0:08:50 Es significativo a la degradación de la expedición.
0:08:55 Encontraron a otro indio, pero no le sirvió de nada.
0:08:58 Me encanta este inciso.
0:09:02 En el medio de un cuento cualquiera te escribe.
0:09:05 Encontraron a otro indio, pero no le sirvió de nada.
0:09:10 Que ni siquiera se llamaba Baltazar ni hablaba español.
0:09:13 Se limitaba a señalar y decir para Coa.
0:09:19 Pero en realidad el indio trataba de señalarles el camino de regreso al mar.
0:09:23 Pero ellos no le entendían.
0:09:25 Dudley y sus hombres, nosotros sí, ahora bien sabemos que en el lenguaje de aquellas regiones,
0:09:30 para Coa quiere decir, debe usted tomar orinoco abajo.
0:09:34 Orinoco abajo y buscar una fluente.
0:09:37 Bien, Dudley y sus hombres, han tuvieron dos meses perdidos comiendo cocos y raíces.
0:09:44 Recomiendo el coco.
0:09:47 Que viene el coco y te comerá.
0:09:49 Yo las raíces las como, pero el coco no.
0:09:53 Lo único que hacían era buscar riachos.
0:09:55 Veían para donde apuntaba la corriente.
0:09:58 Y así llegaron cada vez a corrientes más anchas, hasta que vieron con el orinoco.
0:10:04 Y muy bien, llegaron al mar.
0:10:07 Cuando volvieron allí donde habían dejado los barcos,
0:10:10 vieron otro barco, que también era de Plime.
0:10:13 La llegada de este barco nuevo, en Valentonó a Dudley.
0:10:18 Ya ve como si uno cada vez que llega un barco de Plime,
0:10:21 se engorda.
0:10:22 Se engorda.
0:10:23 Y entonces, se dijo, bueno, vamos de nuevo.
0:10:29 Tentó a los hombres que acababan de salvarse, se envolvía.
0:10:33 Y se dijo, sí, sigamos de nuevo.
0:10:35 Pero esta vez llevamos a los que acaban de llegar de Plime,
0:10:38 aunque seguro que saben todo.
0:10:41 Y entonces hubo una nueva salida, pero tampoco tuvieron suerte.
0:10:44 Se encontraban con cuatro indios.
0:10:47 Y al igual que va al Tazar, los llevaron hasta determinados puntos,
0:10:50 probablemente el mismo, y usieron.
0:10:53 Parece que había un lugar donde estaba destinado a que los indios se usieran.
0:10:59 Y los dejaron otra vez en medio de la espesura.
0:11:02 Ahora, esta vez habían tomado precauciones y postas,
0:11:05 se habían arrojado migas de pan al horario del camino.
0:11:09 Así que no llegaron a perderse, regresaron al golfo,
0:11:13 y después a Inglaterra.
0:11:15 Bueno, no encontraron nada.
0:11:17 Ahora bien,
0:11:18 Dade no quería perder el favor real, la simpatía de la reina.
0:11:25 pensó algo para sostener en la corte.
0:11:28 Y dijo, mi expedición tuvo éxito,
0:11:31 porque al menos hemos comprobado que el dorado no existe.
0:11:36 Nunca lo hiciera, era lo peor que podía ver.
0:11:39 Pero no le creyeron.
0:11:43 No haber encontrado nada hizo imposible la vida noble de Dadeley,
0:11:48 y entonces fue rechazado en la corte por ineficad,
0:11:51 y tuvo que ciliarse en Italia.
0:11:55 En Italia, Dadeley utilizó los sonores que le habían negado en Inglaterra.
0:12:01 Se hizo católico e italiano.
0:12:03 Y empezó a perseguir cuántos herejes ingleses pudo encontrar.
0:12:07 Con los años se va a formar parte de la nobleza italiana,
0:12:11 y curó su lealtad únicamente a Florencia.
0:12:15 Italia, que es la mejor forma de ser italiano.
0:12:18 Sus obras de navegación fueron publicadas en Italia,
0:12:21 cuando ella tenía 72 años,
0:12:23 y fueron dedicadas al Duque de Toscana.
0:12:25 Y murió finalmente en Italia,
0:12:28 y aquí hay un detalle interesante.
0:12:30 Muyó deseando que nadie encontrar al dorado.
0:12:34 Cada vez que recibía noticias de otro intento,
0:12:37 empezaba a ser cuernos.
0:12:41 Y cuando se enteraba de que el intento había fallado,
0:12:44 organizaba un bailongo para celebrar
0:12:47 que nadie hubiera certificado su propia ineficad.
0:12:50 Si alguien quitaría en Sirio el tipo, y a ver, vangúla.
0:12:54 Hoy Dadeley estaría muy contento,
0:12:56 porque ya no quedan casi lugares por buscar,
0:12:59 y se ha buscado en todas partes del dorado no estaba.
0:13:02 Así que, si me permite usted, antes de preguntarle
0:13:06 a quién quiere dedicar esto,
0:13:10 le diré que tiene algún sentido
0:13:13 buscar cosas que uno no sabe dónde están.
0:13:16 Casi uno diría, qué otra cosa es buscar,
0:13:19 sino tratar de contactarse, de hacer intersección
0:13:22 con algo que uno no sabe dónde está.
0:13:25 Pero, si devuelve a quién busca,
0:13:28 convencido de que sabe dónde está lo que busca.
0:13:32 Y eso es peligrosísimo.
0:13:34 Más peligroso que lo de Dadeley,
0:13:37 que buscaba una cosa que no existía.
0:13:39 Es peligroso un tipo que busca algo,
0:13:42 y cree saber dónde está.
0:13:44 Y que considera su enemigo
0:13:46 aquel que piensa que está en otra parte.
0:13:48 Porque el que está convencido
0:13:51 de que está en el camino correcto,
0:13:53 no mira nunca las estrellas.
0:13:55 Ya está orientado.
0:13:57 Viene orientado de fábrica.
0:14:00 No le hacen falta brújulas, ni sectantes,
0:14:03 ni observaciones.
0:14:05 Así que, no es simpatizo.
0:14:07 Prefiero los que buscan,
0:14:09 sin saber de antemano.
0:14:11 ¿Sabe por qué?
0:14:13 Porque preguntan.
0:14:15 No está mal eso.
0:14:18 En realidad había pensado en otra dirección,
0:14:20 pero esto que usted dice me acaba de revelar
0:14:22 nuevos horizontes.
0:14:24 El hombre noble,
0:14:26 no es que cambia de utopía,
0:14:28 pero que se va a buscar el rumbo
0:14:30 en su utopía cada dos cuadras.
0:14:33 Y en esas dos cuadras,
0:14:35 yendo para el habla general Paz,
0:14:37 me he encontrado con personas como
0:14:39 nuestro amigo, Diceo,
0:14:41 que alguna vez sabía dónde iba,
0:14:43 porque de hecho iba a una...
0:14:45 También he llamado Ulises.
0:14:47 Ulises para los amigos.
0:14:49 Encontró la guerra.
0:14:51 Y una vez que la guerra hubo terminado,
0:14:53 pese a que algunos dicen que no tuvo lugar
0:14:55 la guerra de Troya,
0:14:57 había un poeta amigo de este programa,
0:14:59 sí, los después.
0:15:00 Para Ulises, para que bredo.
0:15:02 Y pensaba también el otro hombre,
0:15:04 que de alguna manera es cercano a este programa,
0:15:06 puesto que se llamaba Richard Barton,
0:15:08 que era capitán,
0:15:09 y pese a ser británico,
0:15:11 era tan italiano que podía hablar
0:15:13 todas las variantes del árabe que había en aquel momento.
0:15:15 Y qué lejos de buscar cosas
0:15:17 que él sabía perfectamente,
0:15:19 donde estaban, salía a buscar y encontrar
0:15:21 todo el tiempo, porque tenía los ojos abiertos
0:15:23 al tal punto que en Daomey o en La Meca
0:15:25 se pudo encontrar la forma de contarle a Occidente
0:15:27 cómo era la verdad allí donde Alayra
0:15:29 era el más grande y maóma su profeta.
0:15:31 Para ellos, y no para el resto,
0:15:33 que al cabo de una búsqueda sin un resultado inmediato, charro,
0:15:36 banal, sólo sienten un poquitito de amargura.
0:15:39 Y amargura es el tema musical
0:15:42 que ilustre este programa, ya que
0:15:44 el saber que lo que uno busca no existe
0:15:47 es la peor de las amarguras.
0:15:50 Adelante, don Carlos Gardé.
0:15:56 ¡Mas a la noche!
0:15:58 ¡Mas a la noche!
0:16:00 ¡Mas a la noche!
0:16:06 Me parece implacable
0:16:08 en su boca que reías
0:16:10 has hecho a mis insolios
0:16:12 desde el recuerdo cruel
0:16:14 mis propios ojos
0:16:16 vieron como ella le ofrecía
0:16:18 el beso de tus labios
0:16:20 rojos como un clavell
0:16:22 un viento de locura
0:16:24 acera de somnilete
0:16:26 desecho de amarguras
0:16:28 yo me quisiera llorar
0:16:30 mis manos se cripaban
0:16:32 mis pecholas contuvo
0:16:34 su boca que reía
0:16:36 yo no pude matar
0:16:40 fue su amor de un día
0:16:44 toda mi fortuna
0:16:48 con diezmi alegría
0:16:51 a los cargos y a la luna
0:16:56 por querer las almas
0:17:00 por confiar en Leda
0:17:04 hoy ayer mi huella
0:17:07 solos llanos y mi dolor
0:17:10 doliente y abacido
0:17:13 mi vieja herida sangra
0:17:15 bebamos otro ceragro
0:17:17 que yo quiero olvidar
0:17:19 pero estas penas
0:17:21 son de amor y de desengaño
0:17:23 como las lervas malas
0:17:25 son duras de arrancar
0:17:27 del fondo de mi copa
0:17:29 su imagen me opciona
0:17:31 es como una condena
0:17:33 tu rica científico al
0:17:35 coquetas y desfiadadas
0:17:37 su boca me encadena
0:17:39 se burla hasta la muerte
0:17:41 la ingrata en el cristal
0:17:45 fue su amor de un día
0:17:48 toda mi fortuna
0:17:52 con diezmi alegría
0:17:55 a los cargos y a la luna
0:18:00 por querer las almas
0:18:04 por confiar en Leda
0:18:08 hoy ayer mi huella
0:18:11 solos llanos y mi dolor
0:18:19 era Carlos Gardel en la venganza
0:18:22 será terrible amargura
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