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0:00:00 Hablaremos hoy de Rostros Anónimos de los Reinos.
0:00:07 Hace poco tiempo hablamos de retratos y dijimos que su principal función en una época era
0:00:16 informativa.
0:00:18 Ante la completa ausencia de medios visuales de comunicación, aquellos retratos servían
0:00:24 para que los súbditos de los imperios o de los reinos conociera los rostros de sus reces.
0:00:31 En algunos casos el conocimiento del rostro del rey podía ser importante para salvar
0:00:39 la vida.
0:00:40 Se ha dicho que en tiempos de la dinastía suele en China, durante el gobierno del emperador
0:00:48 Wenty, muchos eran masacrados por su desdén ante la presencia inferior.
0:00:55 Sucede a lo siguiente.
0:00:58 Wenty tenía por costumbre eludir el protocolo y salir a caminar por los alrededores del
0:01:04 palacio sin un séquito importante y sin las pinchas que lo acreditaban como príncipe.
0:01:13 Estas salidas eran una trampa mortal para los caminantes que se lo cruzaban porque una
0:01:19 prerrogativa hiderudible indicaba que cualquier filastro debía echarse al suelo cuando pasaba
0:01:26 el emperador.
0:01:27 Esto era absolutamente obligatorio.
0:01:29 Ahora bien, si el emperador pasaba y vos lo reconocías, no te echabas el suelo, la iba
0:01:36 a pasar mal.
0:01:37 Hemos contado alguna vez que había encargado de hacer sonar una campana cuando el emperador
0:01:43 se aproximaba a algún sitio para prevenir a los incámenos.
0:01:47 Tiling, tiling, adaca que está en puerta el emperador.
0:01:52 Pero como Wenty salía sin avisar a nadie, y por otra parte el rostro de Wenty no era
0:01:59 conocido, alguno podría agregar, aunque fuera conocido el rostro de Wenty toda vez que era
0:02:04 emperador de la China era relativamente fácil de ser confundido.
0:02:13 Pues bien, lo cierto es que a Wenty no le importaba todo esto.
0:02:18 Quiero decir, los caminantes no lo reconocían, a Wenty no le importaba, pero los perriles
0:02:24 burocratas que lo acompañaban tomaban nota de todos aquellos que se lo cruzaban sin hacer
0:02:30 la menor reverencia.
0:02:31 Y más tarde, ya cuando Wenty volvía al palacio, la guardia apresaba a todos los que no habían
0:02:37 caído de rodillas y que no habían hecho su procernación correspondiente y terminaban
0:02:44 en prisión y luego eran ejecutados.
0:02:46 Y esto era en el año 600 después del Cristo.
0:02:52 Por suerte los tiempos que vivimos han descerrado para siempre esa clase de locura en los príncipes.
0:03:00 Para hacerlos ser otras locuras mucho más peligrosas.
0:03:07 Más cerca de nosotros históricamente, conocemos el berretín del rey Fernando de Nápoles,
0:03:13 que disfrutaba enormemente del Anonimato y, bueno, se vestía así nomás, y iba a la
0:03:23 feria de Nápoles a vender pescado. Le gustaba vender pescado.
0:03:27 Se salía ahí con un pecado y le decía, ¡Eh, chulero!
0:03:32 Desde luego no había ningún castigo para el que no lo reconocía.
0:03:37 Más bien el rey se facilitaba cuando alguno sugería conocerlo.
0:03:42 Y así estaba jugando. Al vendedor del pescado venía uno a asumajetar a como el besugo.
0:03:54 ¿Cómo tiene el surubí?
0:03:56 No, el querido que lo trataran como un pescador cualquiera.
0:04:03 Una vez sucedió algo notable en Bohemia, allá por el año 1809,
0:04:08 que tiene relación con ese Anonimato que podía engosgar o padecer algunos poderosos.
0:04:15 Succedió que en Apolión, Alejandro de Rusia y el emperadoras Tríacos, Francisco II,
0:04:20 se habían reunido en una casería que tuvo lugar después de intensas cuestiones diplomáticas.
0:04:26 En verdad, la Apolión no era aficionada a las partidas de casa,
0:04:30 pero no quiso importar al sar y al emperadoras austriego, y fueron todos.
0:04:35 Cuentan que iban los tres a caballo conversando, muy entusiasmados,
0:04:39 y perdieron de vista a los otros cazadores, y incluso al séchito.
0:04:44 Al rato, los tres poderosos vieron una casa, y quisieron entrar para descansar un rato y pedir algo de beber.
0:04:52 Era la casa de un leñador.
0:04:54 El mismo leñador les sirvió, y mientras no hacía, les preguntó quiénes eran.
0:05:00 El primero en contestar fue un Apolión que se presentó como emperador de los francesos.
0:05:05 Los otros dos no quisieron ser menos, y también aclararon su que era archivía.
0:05:09 Encantados, y arreglando a saber Rusia, soy Francisco II, el emperador del imperio autónomo.
0:05:18 El leñador los miró con una sabrecha burlona, y vienen a cargar estos.
0:05:23 Se sentaron amorqual, y en un momento cayó un vecino.
0:05:27 Pero en la puerta, el Apolión asustado preguntó quién podía ser,
0:05:32 y el leñador, que en realidad no les había creído nada,
0:05:38 se pidió a los redes que se prosternaran, porque el que golpeaba la puerta era nada menos que el emperador de la sierra.
0:05:51 Para eso es el rana, el leñador.
0:05:54 Y entró el vecino, y el leñador continuó haciendo eso, ¿no?
0:05:59 Y le pidió a los invitados que abandonaran la mesa, que dejaran la mesa porque se iba a sentar el más ilustre de los visitantes.
0:06:06 Al rato, el séquico de los tres hombres más poderosos de Europa,
0:06:10 encontró a los caballos imperiales en la puerta de aquella casa.
0:06:14 Volvieron a la puerta, y preguntaron, ¿están los emperadores?
0:06:18 Sí, sí, y salió el leñador, y se encontró con una caballería en Galanaga, de 200 hombres.
0:06:25 Y entonces creyó todo lo que le habían dicho, y se asustó.
0:06:29 Se tiró al suelo, besó la capa del sal Alejandro, pidió perdón.
0:06:34 Napoleón, el saris Francisco II se rieron, despidieron algo al hombre,
0:06:39 y se arruaron con grandes reverencias al vecino emperador de la China,
0:06:45 vecino que por otra parte parecía no entender nada de lo que había sucedido.
0:06:51 Hubo un rey que aprovechó la poca difusión de su rostro para disfrutar de asuntos amorosos.
0:06:59 Algunos tenemos necesidad de no difundir nuestro rostro en otros asuntos amorosos,
0:07:04 incluso de ocultarlo, digamos el caso.
0:07:07 Nos referimos a Madeo primero de la bolsa, que reino en España hacia 1870,
0:07:13 cuando por un problema de sucesión se convocó a un noble extranjero para que regenteara el país.
0:07:20 Hemos contado hace tiempo que Madeo estaba casado en Italia con María del Pozo de las Cisternas.
0:07:30 Sería mejor de la vía de las Cisternas.
0:07:33 Sin embargo, ella no lo acompañó a España, lo dejó un tiempo solo en Madrid.
0:07:41 Y así, a Madeo iba mucho al teatro, y un día, vio en el palco, en un palco,
0:07:48 a una muchacha y se enamoró de ella, le gustó, se enamoró.
0:07:52 A Madeo preguntó a sus ayudantes por la identidad del aranel,
0:07:55 así que le dijeron que se trataba de la isca del escritor y periodista Mariano José de Larra,
0:08:01 un hombre que se había suicidado 30 años antes.
0:08:04 El rey amonestó a su urso.
0:08:08 Acompañante, se dijo que en realidad no estaba interesado en Mariano José de Larra, sino en la mina,
0:08:14 porque parece que le empezaron a hablar de Larra y de su son.
0:08:20 Más tarde, los ayudantes le indicaron a Madeo que la muchacha se llamaba Avila y le indicaron dónde vivía.
0:08:27 Y una tarde, golpeó la puerta solo, no pego la puerta, y se presentó como un admirador.
0:08:35 No le dijo que era el rey, y esa no lo reconoció.
0:08:40 Tuvieron una amable conversación, a Madeo prometió volver a visitarla.
0:08:46 En el segundo encuentro se hicieron amantes.
0:08:49 A Madeo nunca le dijo nada acerca de su condición, al menos no durante los primeros dos meses.
0:08:56 Dice Cronista, aunque cierto fue su silencio, su comportamiento amoroso fue el igno de la revés.
0:09:02 Dice el Cronista que era también un adulto, un segundario.
0:09:07 La primera reacción de Avila, cuando se enteró, ya le dijo la asesora, se oye el rey.
0:09:13 La primera reacción de Avila fue la incredulidad.
0:09:17 ¿Qué vas a hacer el rey? Si recién, bueno.
0:09:23 Y al final, cuando le creyó lo que hizo el char, bueno, vaya a ser más que está.
0:09:28 Pero luego, cuando pensó que a Madeo no había su fructuado, su jerarquía para seducirla, cayó enamorada.
0:09:36 Cayó enamorada es una metáfora.
0:09:39 Muchos estarán pensando que le agarró un golpe de amor de tal naturaleza y que se sentó.
0:09:45 Que cayó sentada, iba a seguir, se sentó, etcétera, pero no.
0:09:50 Yo nunca he visto esto.
0:09:52 Puede suceder, doctor, consulta al doctor Rolón, psicólogo, que uno caiga sentado mitad del enamoramiento.
0:10:01 No, muy poco, pero...
0:10:02 Es una metáfora, ¿verdad?
0:10:04 Y sin embargo, yo muchas veces he caído sentado del enamoramiento.
0:10:09 ¿Por qué cree que no estoy haciendo el programa parado?
0:10:12 Bien, el caso es que esta chica se enamoró y continuaron, entonces, las visitas de Madeo de Sabolla,
0:10:20 hasta que al poco tiempo llegó a Madeo, nada menos que María del Pozo,
0:10:27 aquí en habíamos dejado justamente así,
0:10:32 y la vigilancia que ejerció sobre su Madeo se volvió estricta,
0:10:36 y, bueno, a Madeo siempre tuvo esos gestos de renuncia.
0:10:40 En una oportunidad decidió dar un paseo por los alrededores del palacio.
0:10:45 Se cruzó, sería todavía mejor, con una hermosa mujer que vendía violetas.
0:10:51 Violetas...
0:10:54 Bueno, mejor sería...
0:11:12 ¿Se acuerdan de la cancha magia?
0:11:14 Bueno, se cruzó con una violetera, ¿eh?
0:11:17 Y la joven no lo reconoció, parece que no, no, no.
0:11:20 No le conocía la cara a la Madeo este.
0:11:23 Y el rey buscó en sus bolsillas las monedas para comprarle un ramizete a la florista,
0:11:29 pero no tenía quita encima.
0:11:31 Cómo era el rey, salía siempre sin plata,
0:11:35 y después ya después vengo a pagarle, todos las regalaban, el moz, reyes...
0:11:41 Pero la florista, al ver que él no tenía dinero,
0:11:47 la gente le hizo de regalarle una flor.
0:11:50 Y el rey se emocionó y empezó una animada charla con la muchacha.
0:11:55 Después llegó la tarde, oscureció, y ya que estaban hicieron el amor,
0:12:00 en un banco, en un banco, en el nuevo sentido financiero, lo has comprobido,
0:12:08 un banco de la plaza, junto a uno de los árboles de la actual plaza oriente de Madrid.
0:12:15 Y después se despidieron.
0:12:17 ¿Qué más volvieron más?
0:12:19 Esta es la última historia de reyes no reconocidos,
0:12:23 y la segunda en la hermosura, porque la que más me gustó fue la de la Madeo.
0:12:28 El rey de la Madeo, enamorado de una mina en el parco, y dice,
0:12:31 abrigo la dirección, ¿quién es?
0:12:34 Oh, no.
0:12:36 Nada, y yo soy hularo de tal mi oltas,
0:12:39 y no soy tal y tal de radio continental.
0:12:48 Está bien, está muy bien.
0:12:52 De todos modos, pero estoy tan de acuerdo, aunque los títulos,
0:12:58 pero más aún, las posiciones que los hombres y las mujeres alcanzan en su vida con armas legítimas,
0:13:07 no forman parte de la persona.
0:13:11 Claro que son parte de los atributos de una.
0:13:14 ¿Eso no es el mejor cantante?
0:13:16 Claro, es el mejor cantante.
0:13:18 Exactamente, y si a vos te quieren porque cantas bien,
0:13:20 probablemente, si a vos te quieren por Pechugona,
0:13:23 y entonces, ¿qué diferencia hay?
0:13:25 Forman parte de nuestros atributos, algunos lo quieren por Rubios,
0:13:29 a otros porque canta bien,
0:13:31 a otros porque trabajan a televisión,
0:13:34 a otros porque es el rey.
0:13:36 Bueno, el rey puede ser cuestionable,
0:13:38 porque no es justamente una jerarquía que se alcance por mérito,
0:13:41 pero las otras por ahí sí.
0:13:44 Tampoco se alcance por mérito la condición de joven,
0:13:47 y sin embargo, es lo primero que observo a uno antes de enamorarse,
0:13:52 que entra uno en un boliche y empieza a preguntar,
0:13:56 ¿quién es universitario?
0:13:59 ¿o cuál de las damas presentes es universitaria?
0:14:02 Mira, los que una mujer le gusta más, después veremos,
0:14:07 después veremos.
0:14:09 Así que, eso de dividir los méritos
0:14:14 en adquiridos, en dignos de ser mostrados,
0:14:18 y en dignos de serlos,
0:14:20 no parece que es un error.
0:14:23 Bueno, les voy a presentar a su majestad,
0:14:26 Rolón primero, el rey de Capurtana. ¿Aquí es de dejar esto?
0:14:36 Me parece dejando aquí lo que usan las armas lícitas y nobles para seducir como usted se
0:14:41 tiene la madre. Y aquello que no utiliza me parece en contra esto de la fama, el talento
0:14:48 de una persona. A mí hay gente que todavía es... Ah, ¿te crees que te voy a dar boliza
0:14:52 de la cortisopula? Me siento que lo utiliza como en contra. Como si fuera un descrédito
0:14:57 que uno hubiera alcanzado a algún cierto lugar. Las personas son todavía más molestas
0:15:00 que las que se encercan aún.
0:15:02 Bueno, hemos sido a la discoteca y el discotecario que trabaja en Radio Continental le estaba
0:15:09 mostrando su tarqueta a una dama para tratar de seducirla con esos títulos. El discotecario
0:15:16 de Radio Continental. No lo reconocimos desde luego. Pero le preguntamos si tenía algún
0:15:28 tema musical que hiciera referencia. Primero, a esta circunstancia no aprovechar uno los
0:15:38 títulos para levantar minas. Segundo, acerca del desconocimiento que la gente tenía de
0:15:44 los rostros. Tercero, acerca de aquella obligación de los chinos de procternarse ante emperadores
0:15:51 cuyos rostros desconocían, etcétera. Y también, ahí se deseó que tenían algunos,
0:15:58 como el rey de Nácliz, de que nadie los reconociera y que nadie los mirara. Ahí se incendió
0:16:03 el rostro del discotecario. Ugo ya. Bien, y nos alcanzó un disco que se llama No Me Mires
0:16:11 Es una canción española bellísima que canta Lolita Torres. Adelante, por favor.
0:17:42 No me mire que por dos caminos
0:19:41 No me mire que por dos caminos
0:19:47 Va a nuestro destino
0:19:51 No me mire
0:19:59 Va
0:20:09 Ha cantado Lolita Torres No Me Mires Más
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