Transcripción automática
0:00:00 Sacrificios humanos en Bengala. Atención, eh. Atención. El punto de lugar de la India se practicaron antiguamente sacrificios humanos.
0:00:16 En el base del programa Putra, si me permitan la diversión, el pueblo de los Lothanaga, si me siguen permitiendo, tenía por costumbre arrancar la cabeza, las manos y los pies de las personas para clavar las mencionadas extremidades en sus campos a fin de asegurar una buena cosecha.
0:00:42 Tenían unos criterios en los Lothanaga, unos criterios acerca de la agricultura peligrosos, peligrosos para las tribus vecinas.
0:00:56 La agronomía del Lothanaga presuponía el crimen, el descuartizamiento y otras crueldades que garantizaban la fertilidad de sus familias.
0:01:14 Pero qué tomates, y se me plonaron. No es para menos, decía Lothanaga. He tenido que descuartizar no menos de 15 enemigos.
0:01:27 Los gondos, otro grupo de aquel lugar, robaban muchachos brazamanes y los reservaban como víctimas para sacrificar después de la ciega. La ciega conoce.
0:01:42 Porque muchos asentos habrán empezado que, primeramente, daban muerte a una persona invidente y después a sus aumentados brazamanes.
0:01:53 Martaban a los brazamanes con lanzas envenenadas, un énfasis absolutamente superfluo, porque los brazamanes igualmente pueden ser asurados con lanzas perfectamente asépticas y morían lo mismo.
0:02:13 El caso que después regaban los granos, quiero decir las semillas, con la sangre de estos brazamanes. Estos eran los gondos.
0:02:24 Algunos mitógrafos dicen que aquí se inspiraron los griegos para la historia de Lityerses, a que el hombre se acuerda en el cegador por excelencia, que recibía a los porasteros
0:02:39 y los obligaba a competir con él en una ciega rápida.
0:02:44 Y se va a mover en la ciega más rápida, ese potrero.
0:02:48 Y él salía siempre de encedor, entonces se decapitaba al adversario.
0:02:54 Pero una vez pasó por allí el acto, aceptó el recto de Lityerses, primero legado y después le cortaba la cabeza.
0:03:04 Daremos más pre-... bueno, dicen algunos que los mitógrafos negocian inspirado.
0:03:09 Mejor dicho, no los mitógrafos, los mitógrafos no se inspiran en nada, que aquí dicen los mitógrafos que el mito griego de Lityerses podría provenir de la India.
0:03:19 Daremos más precisiones acerca de una costumbre horrorosa que tuvo lugar hasta no hace mucho en la India, más precisamente en la región de Vengala.
0:03:31 Incluso esto sucedió hasta los primeros tiempos de la ocupación inglesa.
0:03:37 Parece que los habitantes de la región ofrecían sacrificios humanos a la diosa tierra, tal y pelo.
0:03:44 Y creían que de ese modo se aseguraban cosechas estupendas, como así también la inmunidad para toda clase de enfermedades y accidentes.
0:03:57 La víctima, Omeria, solo era aceptable para la diosa, Taripeño, si había nacido destinada a serlo. Había que nacer víctima.
0:04:08 Es decir, si era hijo de un padre víctima, si provenía de una estirpe de víctimas.
0:04:15 Había familias de personas destinadas a ser sacrificadas.
0:04:20 Familias y personas, cuyos antepasados, ya habían sido ofrecidas a la diosa.
0:04:27 Así como en algunos países existen linajes de verdugos, existían en Vengala una dinastía de seres destinados a la sacrificio.
0:04:38 Las víctimas, desde luego, no eran asesinadas enseguidas, sino que las dejaban vivir muchos años de modo tal que tuvieran hijos
0:04:50 y pudieran garantizar de este modo la sucesión en los porrores del ritual.
0:04:57 El caso de llegar a la madurez, un joven Mérida, así se llamaban, este tipo de víctimas,
0:05:04 recibía una esposa que usualmente también iba a ser sacrificada.
0:05:09 Y con ella también recibía una parcela de tierras y ganado.
0:05:14 Es decir, la gente que estaba bastante bien, o sea, medios.
0:05:22 Este tipo de familias y futuros sacrificados, había bastantes estas familias.
0:05:29 Y también había que asegurarse que tuvieran mucha progenia para que pudiera garantizarse, como se ha dicho,
0:05:36 la sucesión y para que hubieran suficientes víctimas para cada nueva siembra.
0:05:41 Ya que se pierda una cosencia por falta de víctimas.
0:05:48 Las víctimas eran consideradas seres sagrados, como tantas veces.
0:05:54 Antes del espanto se las trataba con extremo afecto, mezclado de respeto, como se había ocurrido también entre las tecas,
0:06:03 y eran bien recibidas en todas partes.
0:06:08 El sacrificio se verificaba de siguiente modo.
0:06:12 10 o 12 días antes de hacerse sacrificio a la víctima,
0:06:18 era consagrada mediante un corte de pelo, pelo que hasta ese momento jamás debía tocarse.
0:06:24 No te cortaban el pelo hasta el momento en que faltaban 10 o 12 días para que te amasijara.
0:06:32 Esto se hacía ante la presencia de una mucherumbre,
0:06:38 cuyo fin era a testiguar aquel primer paso.
0:06:43 Los que asistían a esa ceremonia del corte de pelo siempre daban, según dice el cronista,
0:06:50 a varios días de orgía salvaje y orjía salvaje y orjía salvaje y orjía salvaje.
0:06:58 ¿Qué tal? ¿Cuál es su nombre, señorita?
0:07:01 Olsen a la cibia.
0:07:04 Olsen a la cibia.
0:07:13 Porque le gustaban.
0:07:15 Ahora bien, el día antes de sacrificio se vestía al media con ropas nuevas
0:07:21 y se lo llevaban por los pueblos en procesión.
0:07:24 Y por ahí en algún bosque de tinagua sacrificio, lo ugían con aceite,
0:07:29 lo agitaban bien, lo mantecaban y lo alornaban con flores.
0:07:35 Siempre se producía algún porcejeo para obtener relíquias de estas personas,
0:07:41 porque eso suponía que un pelo, una partícula de la pasta con que había sido ungido,
0:07:48 incluso un poco de saliva,
0:07:53 pero esto parece que tenía poderes muy beneficiosos para quienes lo recibían.
0:08:02 Entonces se peleaban, a ver quién le arrancaba un pelo, quién se hacía con un botón,
0:08:06 incluso algunos le pedían a las víctimas que los ocupiera,
0:08:12 porque esto estaba considerado del mejor agüero.
0:08:16 Como la víctima no podía ser atada ni mostrar resistencia,
0:08:21 a veces le rompían los huesos o la intoxicaban con opción.
0:08:28 Bueno, y el modo de batar la variaba, lo más común era la estrangulación.
0:08:33 Un modo espantoso de sacrificio consistía en atar la víctima a la trompa de un elefante de madera,
0:08:39 quedaba vuelta a su víctima.
0:08:42 Y mientras quedaba la musea de hombre, lo mataba con cuchillos, una porquería.
0:08:50 Desde luego los despogos de esta víctima, y eran utilizados en el mismo sentido que mostrecitos,
0:08:58 se enterraban y se creía que este modo la tierra era más fértil.
0:09:06 A veces llevaban pedazos de las víctimas hasta lugares que quedaban a 200 o 300 kilómetros
0:09:13 y los habitantes de las aldeas esperaban la llegada de aquellos despogos.
0:09:20 Hay también una burogracia para repartirse,
0:09:25 los depogos que no le daban porque me daban a coger.
0:09:32 Digamos para terminar que el cuerpo del Mérida, que tenía la virtud directa de hacer crecer las nieces,
0:09:42 también tenía la virtud lunar de ganarse la voluntad de la diosa.
0:09:50 No solamente prefirisabas la tierra, sino que al amasicar a uno de estos tipos,
0:09:57 la diosa se ponía contenta y estaba mejor dispuesta a brindarte favores.
0:10:06 La misma virtud, o las mismas virtudes, se atribuían a las lágrimas,
0:10:13 si lloraban estas víctimas, que eran guardadas para fertilizar o para congraciarse con las líneas.
0:10:31 Podrías decir que no siempre en la práctica de una religión aseguran una conducta
0:10:47 guardada, civil, beneficiosa, etcétera. A veces no es así.
0:10:54 A veces, personas que hacen lo que hemos dicho cortan un pedacito para que la tierra propere,
0:11:05 otra vez cortan un pedacito para que no profesan esa creencia.
0:11:12 Es decir, es claro que no creen que cortando un pedacito es algo que se diga la fertilidad,
0:11:20 por por no participar de esa opinión también se les corta un pedacito.
0:11:26 Y si siquiera el atenuante de buscar tierra fértil, sino simplemente por diferencia de opinión,
0:11:35 parece a mí un crimen todavía mucho feo.
0:11:38 Si se da mal o matará a alguien para que crezca el pasto, mucho peor es matarlo
0:11:44 por no coincidir en nuestra idea sobre copérmato.
0:11:49 Así que, como se ve, hay muchas puertas que conducen a la locura, al crimen,
0:11:56 pero todas tienen una cerradura cuya marca es la estupidez.
0:12:01 En general, si todos los criminales de este orden, criminales religiosos, criminales políticos,
0:12:13 tienen un elemento como que es la estupidez.
0:12:19 Eso es un por la cual nosotros huimos, en nuestra covardía huimos cuando vemos algún malvado,
0:12:26 pero mucho más ligero huimos cuando vemos un estupido.
0:12:30 Y hay que hablar cuando alguien rebune las propietudes en ella hablar.
0:12:36 Hay una tercera virtud que suele unirse, que es el enfusiamo.
0:12:42 Que es el enfusiamo.
0:12:44 En general, esta gente tiene una pertinencia en el cumplimiento del deber,
0:12:52 que no suelen tener los poetas y los filantroposos.
0:13:01 Aquí le dedica a las víctimas de nuestros amigos, los Lothalaga y los Gondos,
0:13:13 para no hablar a los que atormentaban a las familias, a los espirtes de víctimas.
0:13:22 Hemos ido a la discoteca y ahí estaba el discotecario,
0:13:34 se hacía planeando el descuertizamiento de un culeado,
0:13:39 pero parece que se había comprado un campo en vacances que no le daba suficientes papas
0:13:46 y quería pasiguar a la divosa.
0:13:50 Lo visuadí, la idea, lo convertí a religiones más mansas, por ejemplo, de anotizismo.
0:14:05 Y este hombre condesendió en probar un disco,
0:14:11 que más que poner el asiento en el crimen lo pone en la cosecha.
0:14:15 Se llama Soñando con la Cosecha, es una bellísima canción criolla que canta Roña Sú Mapa.
0:14:21 Soñando con la cosecha que se ganó el crimen, sino más bien del trabajo, del compañerismo,
0:14:28 y de la esperanza activada.
0:14:32 Adelante, querida Sú Mapa.
0:14:45 Sú Mapa
0:14:59 Con mortazza de ciencio
0:15:03 voy machicando un tena
0:15:06 callando un rencor oscuro
0:15:10 mientras doce una tienda
0:15:14 que voy detrás de la llunzada
0:15:18 soñando con la cosecha
0:15:24 que en el sur cuáles otras años
0:15:29 con sombra y todo en cielo
0:15:35 Con el suelo
0:15:42 cada día más abajo
0:15:46 se van viendo mis huesas
0:15:50 con su após, con la boca
0:15:53 que me amanezco siempre cerca
0:15:57 y fuera mi huérceturco
0:16:02 de este caluelo de tierra
0:16:07 junto al río pelo poco
0:16:12 y de mi caballo refleja
0:16:31 con el suelo
0:16:42 fuera mi huérceturco
0:16:46 aunque mis sombras ya pegan
0:16:50 en la tienda cuato abuelo
0:16:53 lleva buena tienda
0:16:57 cuato abuelo carguiendo
0:17:01 con el fervor de la tierra
0:17:07 que un horizonte de verdad
0:17:11 levantó en las montoneras
0:17:16 cuando se pierden mis ojos
0:17:20 comidando una estrella
0:17:24 y que vaya misma adentro
0:17:27 con mis sombras por la cosecha
0:17:31 por la llanta de ese grito
0:17:35 donde el sol
0:17:39 se pide
0:17:44 donde el fiel cielo se quiera
0:17:49 estiva de sangre y pueblo
0:17:54 quemando la cenentera
0:18:05 Ha cantado su mataz
0:18:08 soñando con la cosecha
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