Transcripción automática
0:00:00 Al de poco hablamos, casualmente en algún programa de televisión de Samuel Taylor Coleridge,
0:00:07 hablando de lo que Coleridge decía acerca de la geopéptica y comparando esa necesidad,
0:00:15 él decía que para disfrutar una obra artística había que suspender la incredulidad,
0:00:20 que había que tener una cierta fe y que esa fe se llamaba geopéptica.
0:00:24 Yo decía por ahí que en el futuro eso sería lo mismo que había que tener,
0:00:28 que había que suspender la incredulidad.
0:00:30 Si bien sabíamos que un partido de futbol no significaba mucho relación con nuestra vida,
0:00:38 íbamos a ser igualmente felices o infelices, no importa como terminara el partido,
0:00:44 digo, a pesar de eso necesitábamos creer que algo importante se jugaba,
0:00:50 sino no lo podíamos disfrutar, si no existía incluso un cierto icono, un ficticio,
0:00:56 en el que creceramos menos durante el partido, el partido tenía pocas gracias.
0:01:04 Pero Coleridge dijo eso del arte, que para apreciarlo había que suspenderlo,
0:01:10 entre la incredulidad, y creerse que efectivamente el señor que estaba sobre el escenario
0:01:15 era el príncipe de una marca y no un actor cualquiera.
0:01:19 Hoy hablaremos de Coleridge, que nació en Inglaterra, en Debonchay, en 1762.
0:01:27 Parece que desde el niño tenía una imaginación muy fecuna como suele ocurrir con los niños
0:01:32 que después se harán poesas.
0:01:34 Tal vez esto es lo que los biógrafos quieren que pensemos.
0:01:40 Ese no sucede así, pero el biógrafo insiste y no tiene más remedio que ponerlo
0:01:46 a matar escorpiones durante la niñez, si es que va a ser héroe o a tocar el piano
0:01:52 antes de los cinco años, si es que va a ser pianista o en este caso a inventar cosas.
0:01:59 Parece que Coleridge jugaba solo siempre y se pasaba todo el día representando
0:02:04 los libros que le hielen.
0:02:05 Así encarnaba, al Rey Arturo, Hamlet o Valensón Cruz.
0:02:10 Estaba siempre enojado Coleridge, y era mal visto por todos los chicos de su edad
0:02:15 con lo cual vi ese viejo que apuntaba para puertas.
0:02:21 Cuando murió el papá de Coleridge, el viejo Jean, el pequeño Samuel fue enviado a Londres
0:02:27 a vivir con un tío.
0:02:29 Ahí ingresó a una escuela que se llama el Hospital de Cristo.
0:02:33 Es muy curioso que una escuela se llama el Hospital.
0:02:36 Bueno, esta es una famosa escuela donde la disciplina era muy rica, por eso les llamaban
0:02:40 el Hospital de Cristo, Calcún.
0:02:42 La disciplina era rígida, la enseñanza se era y la comida asquerosa.
0:02:51 Esto lo contó el mismo Coleridge que decía.
0:02:55 Por la mañana quedaban un pedazo de panduro y un trago de pésima cerveza,
0:02:59 y por la noche un trago de pésima cerveza.
0:03:05 Sigue diciendo, a veces me concedían un día libre en el colegio.
0:03:09 Algunos alumnos salían, pero los que no tenían parientes, los que no tenían donde ir,
0:03:15 pasaban días muy tristes dentro de los muros del lugar, y bueno,
0:03:19 justamente uno de los que no tenían donde ir era Coleridge.
0:03:22 Dicen que se le pasaba llorando.
0:03:25 Cuando salía la escuela, a ver si que salía le cambiaba el humor, aunque sea por un instante.
0:03:31 Él vivía en un mundo de fantasía y muy lejos de la realidad en aquellos años,
0:03:37 y parece que un día, paseando por las calles de Londres, se imaginó que era Leandro.
0:03:43 Leandro era el que atravesó a lado el El Esponto.
0:03:47 Recuerde, el El Esponto, está ubicado exactamente entre, frente a Constantino, entre Asia y Europa.
0:03:59 ¿Aquí es el estrecho que se para Asia y Europa?
0:04:02 Asia a un lado, al otro, Europa y allá, su frente, Tambul,
0:04:06 dice el francés de la canción de Pirata.
0:04:09 Bueno, ese es el pedazo de Mar. Está el Mar de Mar, Maras, el estrecho de los barbanelos, el El Esponto.
0:04:15 Bueno, allí, en ese lugar, frente al estrecho, vivía Leandro,
0:04:22 y del otro lado del estrecho, su novio, Ero.
0:04:25 No está claro, al menos para mí, quién vivía de que lado.
0:04:29 A mí siempre se me ha ocurrido, no sé si porque me lo han dicho,
0:04:33 o porque ya me lo imagino así,
0:04:35 que Leandro vivía del lado asiático.
0:04:38 Vivir en el Asia y buscarse una novia en Europa es un poco noco.
0:04:44 Es algo en el El Esponto.
0:04:46 ¿André?
0:04:47 Pues, ahora bien, Leandro cruzaba todas las noches en el El Esponto nadando.
0:04:54 Y, de otro lado, apareció la novia Ero, si no, la novia,
0:05:00 y le prendió una lámpara, le prendía, una linterna.
0:05:04 Ahora qué es la otra?
0:05:05 Cuando nada va de noche, imagínase, y era la luz, no se perdía.
0:05:10 Hasta que un día Ero no encontró la linterna, no sé qué pasó,
0:05:14 y Leandro se abogó en el El Esponto.
0:05:17 Agarró por otro lado, como se dice, cuando estaba en el medio del Mar Negro.
0:05:21 Ahora ha mudado, dijo.
0:05:24 Bueno, la historia termina con el sexilio de Ero,
0:05:27 mitad porque se había muerto su novio,
0:05:29 mitad porque ellos se sentían culpables, pero haber perdido la linterna, bueno, no sé.
0:05:35 El tema es que venía paseando Samuel Taylor Coilish,
0:05:39 y empezó a quitar los brazos como sinadaras.
0:05:42 Como se ha dicho, el encarnado se creía,
0:05:46 que estaba viviendo las historias que leía,
0:05:48 y en este caso venía por la calle haciendo a ser Leandro.
0:05:51 Movía las manos con los ojos cerrados, así a eso en la casa.
0:05:55 Pero parece ser que una abrazada se entredó con el vestido de una señora que venía acompañada por un tiempo.
0:06:02 Entonces la mujer empezó a gritar,
0:06:04 pensó que le estaba robando, imagínase,
0:06:06 y lo que piensa uno cuando alguien que está fingiéndose a Leandro
0:06:09 cruzándole el esponto le roge el vestido con una mano.
0:06:14 Bueno, Coilish se puso a llorar y explicó que no era un ladrón.
0:06:18 Descartaba esa posibilidad, el tipo que venía con la señora lo sacó igual.
0:06:23 Esta vez por Sá, tiro.
0:06:26 Bueno, después se enteraron que sólo se trataba de un chico distraído,
0:06:30 y le dieron en compensación una tarjeta con la que Coilish
0:06:34 pudo hacerse suscriptor de una biblioteca.
0:06:38 Desde entonces, Coilish aprovechó bien esa tarjeta,
0:06:42 porque empezó a sacar dos libros por día.
0:06:45 No dice cuáles, aquí.
0:06:47 Creo que los cambiaría cada dice dos libros por día.
0:06:49 Verán siempre los mismos dos.
0:06:51 Los cambiaba cada día.
0:06:53 Después de ver un diccionario médico que cayó en sus manos,
0:06:56 decidió estudiar para cirujano.
0:07:00 Pero bueno, después se arrepintió que cayó en sus manos otro diccionario,
0:07:06 probablemente del diccionario filosófico de vuelta a edad,
0:07:09 entonces volcó sus afectos hacia la filosofía y la metafísica.
0:07:13 Coilish estaba seguro que sería un filósofo acero.
0:07:17 Pero un día le comunicaron que la escuela donde iba los quitando Cristo
0:07:21 había decidido enviarlo a Cambridge a estudiar teología.
0:07:25 Así que le extirparan el ateísmo a patadas y viajó a Cambridge.
0:07:31 Así ingresó a los 18 años.
0:07:34 Había un profesor que describía así a Coilish.
0:07:37 Las descripciones de los grandes hombres por parte de sus profesores
0:07:41 son siempre pantosas.
0:07:43 Pantosas e inútiles.
0:07:45 Dicenle a el profe, ¿no?
0:07:47 Su traza, como su cerebro, estaba llena de paradojas.
0:07:52 Los grandes ojos luminosos y la gran frente despejada
0:07:55 contrataban con las mejillas hojas y los labios carnosos.
0:07:59 Llevaban los calzones desabrochados en la rodilla.
0:08:03 Esta frase puede a los gente contemporáneo.
0:08:06 Como llevaban los calzones desabrochados en la rodilla.
0:08:11 Uno piensa lo que ha querido decir es que el hombre que llevaba los calzones desabrochados
0:08:17 y por las rodillas cambió que se ataba de abajo de la rodilla.
0:08:21 Pero uno se imagina que no se llamaban calzones a los que hoy llamamos.
0:08:26 Calzones que son disculpen la expresión.
0:08:29 Los calzones, sí.
0:08:32 Si no, una especie de pantalón con botones en la rodilla.
0:08:36 Llevaban también los calzones en la mano o donde puede.
0:08:42 Los calzones de los zapatos siempre les han gastado 100 barrados.
0:08:48 Y allí termina por suerte la cita de este profesor,
0:08:52 que su nombre les conocemos con toda justicia.
0:08:56 En el caso de Enche Ambres, las cosas estaban peleagudas para los estudiantes.
0:09:02 Comenzaban aquel entonces la revolución francesa
0:09:06 y los profesores tenían orden de luchar contra quien enargo lara aquellas banderas.
0:09:11 Una vez parece que sometieron a juicio a un estudiante por sostener doctrinas revolucionarias.
0:09:16 Durante el alejato de la defensa, la defensa de los estudiantes,
0:09:20 se dio el aplauso de uno de los alumnos.
0:09:23 Era Coleris, el que había aplaudido.
0:09:26 En el alejato de la defensa de Cóvena Justado de la revolucionaria.
0:09:30 Entonces el director, que estaba vivicilanteando,
0:09:33 se levantó y preguntó quién había sido el que había aplaudido.
0:09:37 Levolte acusó a uno que estaba ahí al lado de Coleris
0:09:40 y el pobre muchacho dijo, ojalá hubiera podido.
0:09:43 Era Marco, el chico.
0:09:47 Entonces Coleris, avergonzado por este incidente,
0:09:51 aclaró que había sido él y lo suspendieron por un senestre,
0:09:56 que es como decir que lo suspendieron por seis meses.
0:10:02 Casi medio año.
0:10:06 De todos modos en la universidad no hubo mucho Coleris.
0:10:11 Dile que era la historia esta, como se tuvo que...
0:10:14 Le habían dado una pieza en CanRis
0:10:16 y por ahí vino un decorador para ofrecer sus servicios.
0:10:21 Dile, yo soy el decorador, quiero que le decore la pieza.
0:10:24 Coleris pensó que era algo gratuito que hacía la universidad.
0:10:29 Y le dijo al decorador que hiciera lo que quise, a su gusto.
0:10:33 Al día siguiente el alumno se encontró con una pieza digna de Reyes
0:10:37 y con una cuenta también digna de Reyes.
0:10:40 Y no podía pagar.
0:10:42 ¿Qué hizo? Bueno, salió rajando.
0:10:44 Y yo de CanRis se alistó en el cuerpo de dragones
0:10:48 con un nombre falso para que no lo descubieran.
0:10:52 Y parece que resultó ser el cinete más toro del regimiento.
0:10:56 No podía mantenerse sobre el caballo más de dos pasos
0:10:59 y sus compañeros lo tenían que ayudar a montar el caballo a cabalazzo.
0:11:02 Tampoco se había limpiar las armas, su fusil estaba siempre obsidado.
0:11:07 Sin embargo, era el preferido por las historias que se había contado
0:11:10 y por las poesías que improvisaba.
0:11:12 Fue su talento, sin embargo, el que lo obligó a abandonar la milicia.
0:11:16 Porque un compañero que tenía influencias en la universidad
0:11:20 reconoció este talento
0:11:22 y hizo todos los trámites para que lo aceptaran de nuevo en CanRis
0:11:25 y arregló incluso las cuentas con el decorador.
0:11:29 Volvió a colegir a CanRis y hizo un hijo de Robert Souty,
0:11:32 que era uno de los que había sido expulsado
0:11:36 por escribir un artículo atacando los castigos corporales.
0:11:42 Y por eso lo expulsaron.
0:11:44 Y se lo compró.
0:11:48 Junto a Souty se pusieron en busca de aujero.
0:11:52 Se hicieron amigos de unas permanizcas,
0:11:55 Souty y Edith.
0:11:57 Y al mes, después de cortejarlas con el tiempo,
0:12:00 tiraron la moneda para ver quién se iba a quedar con cada cual,
0:12:03 porque Souty era hermosa y Edith no.
0:12:07 Ganó Coraliz.
0:12:08 El sorteo, el hizo a la más linda y fue correspondido.
0:12:11 El otro logró el amor de Edith.
0:12:14 Al cabo de un tiempo, los cuatro decidieron embarcarse hacia América
0:12:17 y comprar un campo para construir una especie de República de Platón.
0:12:22 Pesaran a sonar con eso.
0:12:24 Se propusieron reclutar hombres y dinero
0:12:27 desde luego para el desarrollo de la queso utopía.
0:12:29 Souty tenía una tía muy rica.
0:12:32 Quienes hubieran tenido un criado llamado Hadrak.
0:12:35 Aquí hicieron los muchachos de abientes partidarios de sueño utófico
0:12:39 y lo convencieron porque se afanaron algunas cosas de la tía
0:12:42 para poder financiar aquel proyecto.
0:12:45 Pero bueno, la dama se enteró el asunto, lo agarró a Hadrak
0:12:49 con las manos en la masa.
0:12:51 Desiridó a Souty y el chóve ha criado.
0:12:55 Así fue como un codericio para juntar un poco de dinero público a sus posibles.
0:13:00 Gustaron.
0:13:02 Junto a algunas libras, nada más.
0:13:04 Las deudas se acrecentaban y al final los amigos olvidaron
0:13:08 aquel sueño utópico de América.
0:13:11 Souty se casó con Eddish y se fue a Lisbon.
0:13:14 Y Kolel se casó lo más con Souty.
0:13:17 Se fue a morir una casa y por ahí cerca vivía otro escritor, también un amigo del programa,
0:13:22 William Wosworth, aquel que dijo que no hay que escribirlo
0:13:27 con inclinación del dolor, sino con el recuerdo del dolor.
0:13:30 Bueno, se hicieron amigos y se olían caminar hasta muy la entrada de la noche
0:13:34 y eso dio lugar a ciertas hablatorias entre los resímenes.
0:13:38 Decían que eran contrabandistas.
0:13:42 Los denunciaron y le mandaron un agente secreto para vigilarlo.
0:13:48 Parece que una noche estuvieron hablando sobre espinosa, sobre barujo espinosa
0:13:54 y lo pronunciaban espainosa.
0:13:57 Espainosa.
0:13:59 Y cada vez que la palabra spy espía, surgía en la conversación,
0:14:05 el agente secreto que los vigilaba entró en el convencimiento de que estos tipos estaban tramando la corraja.
0:14:11 Bueno, sí, los mandaron en carne por espainosas.
0:14:18 Al final los absolvieron cuando declararon ante las autoridades
0:14:23 que lo único que tramaban era un libro de poema.
0:14:26 Si creó un volumen de poesías que dieron por tierra,
0:14:30 las normas de la rima que casi todos los poetas aceptaban en la tarra.
0:14:36 Cod erase y Ghostvold creían que lo mejor de la poesía
0:14:41 estaba en explorar sin artificio la vida hogarenia y el pensamiento de la gente sensu percussion.
0:14:45 A esto, Cod erase agregaba que además de simple,
0:14:49 la poesía debía ser mágica y misteriosa, lo cual era, ciertamente, una palabra hogara.
0:14:53 como decía aquel profesor que su nombre hemos oído. A los 25 años Coleris empezó a tomar
0:15:02 opio, tomaba opio porque tenía remasti, no le doli. En el año 1797, en 1797, su sovió.
0:15:13 En la tarde Coleris se quedó lornido por efecto de la droga y ese día sucedió algo
0:15:19 muy curioso. Coleris había estado leyendo un libro de viajes y soñó un triple sueño
0:15:27 dígondole verbal, musical y visual. Parece que oye una voz que repetía un poema. Oye
0:15:36 también en extraña música y vio la construcción de un palacio chino y supo, que es el modo
0:15:43 de estas cosas se saben en los sueños, que la música edificaba el palacio. Y que este
0:15:52 palacio le construía era de Kulayhan, el emperador que protege a Marco Pol. Era emperador
0:16:00 de la China pero no era chino, era mangol. Coleris recordó un poema al despertarse y
0:16:08 siempre se escribió. Pero que interrumpíe. Junto vino un tipo y le tocó el time. Vale,
0:16:16 vuelto a la puerta de la persona. Coleris iba por el verse 50 y tanto. Salió a ascender
0:16:23 y nunca logró recuperar el final. Borges dice que estos versos que se respartaron son por
0:16:30 su cadencia, por sus imágenes. Una de las páginas inmortales de las letras del mundo.
0:16:38 Años después de la muerte de Coleris se supo que el emperador Kulayhan había edificado
0:16:44 ese palacio según un plano. ¿Y qué ese plano le había sido revelado? En un se. Este dato
0:16:54 nunca lo supo Coleris. Una vez escrita esa parte del poema, Coleris intentó soñarlo
0:17:02 otra vez y recurrió continuamente al opio para hacerlo. Pero los intentó fueron en
0:17:08 vano. Soñaba con otros poemas o con otras cosas o no soñaba en absoluto.
0:17:16 Después abandonó a su familia. Ya tenía un hijo y se embarcó con decimos Malta. Dijo
0:17:23 que se viajera a evitar importancia para su salud. Durante dos años no se supo nada
0:17:28 de eso. No escribió nunca una carta. Después regresó y empezó a escribir artículos en
0:17:33 diarios para procurarse algún dinero. A veces estaba en una conferencia sobre literatura,
0:17:39 era un gran orador, la gente escuchaba con atención pero un hombre envejecido con los
0:17:44 labios negros por la fiedad, los ojos irritados, la presión triste. Necesitaba tanto del opio
0:17:51 que en cierto ocasión contrató un tipo que lo seguía todas partes y le impedía que
0:17:54 entrara a comprar opio cada vez que lo asaltara el deseo. Coleris le pagaba al tipo para que
0:17:59 no lo dejara comprar opio. Dicen que en las noches de insomnio lo torturaban hasta la
0:18:05 locura. Nadie lo entendía. Empecé a rendir sus escritos como un travagante azul lunático
0:18:12 y así la carrera literaria de Coleris se estropió. Se estropó, esto había mejor.
0:18:19 Y se vio sus últimos años recorriendo las administraciones de los diarios de Londres
0:18:23 para ver si conseguía algún laburo para pagar los escudos de su hijo y para pagar la casa
0:18:27 en la que vivía junto a Sara. Al final se murió. Se murió en el año 1834, el tenía
0:18:33 62 años. Escribió a Sadoqueo muchas posillas, el marino, esta el coblaje, jugon turi de
0:18:40 jef, melancolía, ogas sobre fin de años. Borgesita en el artículo que se llama El
0:18:47 sueño de Coleris, lo creo. Algunas obras que nacieron de un sueño, no obras de colegio,
0:18:52 obras de otros, que fueron reveladas en sueño. No es una lista muy extensa. Habla Borgesita
0:18:59 Artini que soñó una melodía que tocaba el diablo. Y el más ilustre es quizás Piensa,
0:19:05 quien recibió en un sueño el cuento de Ilaria pero también el de Dr. Jack Kilimanterjá.
0:19:13 Parece que recibía las formas generadas que pensaban. No es que lo copiaba el sueño.
0:19:22 ¿A quién podemos dedicar esta pequeña historia acerca de Coleris?
0:19:26 Yo la voy a dedicar a Alejandro en el primer lugar a que el amigo estuvo reconocer el
0:19:32 talento de Coleris y que permitió, digamos, que repomar al compañero del ejército que
0:19:38 pagó sus deudas y reconoció su talento. Y lo hizo reincorporada, claro que sí.
0:19:42 Estaba muy bien tener un amigo aquí, ¿no? Sí, sí.
0:19:45 Aquellos que se pueden suspender, la incredibilidad, como decía él, para gozar del arte,
0:19:50 cosa que no todo el mundo puede hacer. No, no, no.
0:19:53 Y si me permitan, Alejandro, también aquellas personas, en nuestro caso en general seguramente
0:19:59 serán algunas damas que desde el otro lado de Cierca Zorrilla nos muestran una lincarna
0:20:04 para que no nos tardamos en la noche. Sí, sí.
0:20:15 ¿Qué estaba pensando mientras usted hacía las dedicatorias en la posibilidad de soñar
0:20:22 una obra artística de recibir influcciones en el sueño o directamente recibir la obra hecha
0:20:29 o casi hecha? Es raro.
0:20:32 No corresponde tampoco a la idea del sueño que se tiene actualmente,
0:20:37 en el sentido de que parece que no se puede soñar cosas exteriores.
0:20:41 Los sueños vienen desde dentro y se hacen con la masilla, que hay en la memoria, en la
0:20:48 vivencia, en la propia colección de sorber, no vienen de exterior, tal como lo comprenden
0:20:53 los amigos psicodalistas, ¿no?
0:20:57 Así que hay que conjeturar que ese palacio estaba allá dentro del cóleriz.
0:21:03 Pero hay un asunto raro, ¿no? Porque está recibiendo información sobre un palacio
0:21:07 que viene a descubrirse el muerto de ya cóleriz que había sido revelado en un sueño.
0:21:12 Y esto puede llamarse casualidad, pero no se hace pensar.
0:21:18 Diría por hostel, son ritmas del mundo de nuestra empresa.
0:21:24 En esas ritmas, en esas clavencias, en esas casualidades, uno puede llegar, dice Buster,
0:21:30 a captar la existencia de un plan.
0:21:33 Y después de todo eso es todo lo que necesita uno.
0:21:36 Sofechar la existencia de un plan a falta de revelaciones mayores ya es suficiente
0:21:43 para la utilización de las.
0:21:47 O sea que este verso haya respondido un plan divino, o se trate como yo conjeturo de menos
0:21:54 recuerdo directiva que cóleriz quería haber olvidado.
0:21:59 Está bien que ha ocurrido.
0:22:04 ¿Con qué podemos ilustrar esto?
0:22:09 Bueno, alguna gente suena como Tartini en el Olías de Abolica,
0:22:15 como Julián Can, sonian palacios y cóleriz soña poema sobre ese mismo palacio.
0:22:24 Pero otros, qué limitan a soñar, sin espíritu gratis, no?
0:22:32 Así que a ellos vamos a dedicarles a este bal, que se llama soñar y nada más.
0:22:39 Para todos menos para cóleriz, para Tartini.
0:22:43 Para los que tenemos soño es lo de soñar.
0:22:48 ¿Y lo de soñar?
0:22:50 Soñar y nada más es un bellísimo bal, que nos gusta mucho a nosotros.
0:22:56 Mi bal preferido cuando yo era chico, un gran escándalo de parte de mi familia.
0:23:04 Sí, porque la versión que había en mi casa no era de que yo era el autor.
0:23:09 No era demasiado bien cosiéndola en caso.
0:23:13 Así que yo lo escuché por primera vez por un querido gente de programa.
0:23:18 Pero el Morrico, acompañando hasta el mismo guitarra,
0:23:22 fue un gran cantante.
0:23:24 El Morrico hoy lo escucharemos en mi noval en la versión de Libertad La Mar, que estupende la versión.
0:23:30 Adelante, Loppa.
0:24:00 La verdad no desiertes que vives soñando.
0:24:05 Y en su mente y en su mente de Dios, y en tu sueño, en quien te tuco,
0:24:13 puede ser también acargar tu voz.
0:24:21 Soñar y nada más con un doble chico, soñar y nada más con un querer al robador.
0:24:28 Soñarte tu deseo y me iré para ti.
0:24:32 Soñar y siente, soñarte y sentí el amor.
0:24:35 Es triste de acercar.
0:24:40 Soñar y nada más con otro tequetor.
0:24:47 Se me sirvió, se hagan cantando amor y de ápico.
0:24:51 Volar y hacerle el hijo de Francones.
0:24:54 Y en esa eternidad, pide un ideal, soñar y nada más.
0:25:02 No desiertes que tu eres, que te pido todas soñar y vivir.
0:25:09 Piensa cual magis lunes de la cura,
0:25:13 verán que tu acercas en el mundo es feliz.
0:25:17 Me acertaré en matar, esperanza,
0:25:20 y enfrentar a la tuve realidad.
0:25:24 Es por eso que quiero que tuve
0:25:29 que soñando jamás por ala.
0:25:38 Soñar y nada más con un cojón siente,
0:25:42 soñar y nada más con un querer al robador.
0:25:46 Soñar y tu voz es mi vida para ti.
0:25:49 Soñar y siente, soñarte y sentí el amor.
0:25:53 Es triste de acercar.
0:25:59 Soñar y nada más con otro tequetor.
0:26:06 Se me sirvió, se hagan cantando amor y de ápico.
0:26:10 Volar y hacerle el hijo de Francones.
0:26:14 Y en esta eternidad vivir un ideal, soñar y nada más.
0:26:29 Ha cantado libertad de la marca, soñar y nada más.
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