Transcripción automática
0:00:00 ¿Continuamos en la venganza serata horrible hoy desde un estudio de radio nacional?
0:00:13 Sí, con operadora...
0:00:15 Con Ana se llama nuestra operadora, ahorita baroto.
0:00:18 Bien, y...
0:00:20 Y después informaremos cuando empezaremos a recibir público nuevamente en el auto río.
0:00:24 No hay personas incluso en la puerta que hubiéramos podido dejar pasar, porque eran pocas.
0:00:31 Pero no, porque después...
0:00:33 No te puedo dejar pasar, ¿viste?
0:00:35 Porque después...
0:00:37 Yo te dejo pasar a vos y todos quieren pasar.
0:00:41 Y bueno, y si, tienes razón.
0:00:42 Así que me pones en un compromiso, ¿viste?
0:00:45 Acá este muchacho me dijo que él, cuando esté bien, va a recibir público nuevamente.
0:00:52 Yo soy yo solo, no hay nadie.
0:00:54 Sí, pues empezamos por vos y sabe cómo termináis.
0:00:58 Yo no tengo problema, por mí a mí que me importa, que entraran todos.
0:01:02 Y sí, bueno, por eso.
0:01:03 Pero después, el que paga los platos rotos...
0:01:06 ¿Qué platos rotos?
0:01:07 Los que rompen, los que entran.
0:01:08 Bien, señores, hablaremos entonces de señales del cielo.
0:01:14 Atención, porque el que no puede ver las señales es el más desgraciado de los seres.
0:01:19 Recuerdo un cuento de Constantini que no contaré para nuestro pearlo,
0:01:23 en donde la gondina al infierno está dada después de un interrogatorio,
0:01:30 en donde el tipo no había...
0:01:34 se descubre que el tipo, durante su vida, no había podido ver las señales que el cielo le había mandado.
0:01:41 En todo caso, diremos que a través de la historia,
0:01:45 algunos fenómenos celestiales fueron tomados como presagio,
0:01:50 por ejemplo como presagio nefasto, en algunos pueblos.
0:01:54 Se creía que la caída de piedras del cielo o el paso cercano de cometas
0:02:02 eran indicios de un desastre futuro.
0:02:05 Esto sucedió en todas las épocas, incluso cerca de la nuestra,
0:02:12 y en épocas de la conquista española.
0:02:15 Cuentan que poco antes de la llegada de los europeos a América,
0:02:19 en Perú los adivinos pronosticaron a Huayna Capac,
0:02:24 con lo que usted era, que cortaba el vaca al lado,
0:02:29 que el supremo hacedor estaba amenazando el imperio.
0:02:35 Los adivinos habían visto unos cometas,
0:02:38 que según creían señalaban el fin del mundo.
0:02:41 Otro que creía en estas señales era el casique Guaraní Oberá,
0:02:47 atención nuestros amigos de Oberá reciba nuestro saludo.
0:02:51 Él se decía hijo del cielo y decía que había sido concebido sin intervención de Varón,
0:02:58 como los tópicos míticos se repiten.
0:03:03 Ahora bien, en 1577 apareció un cometa,
0:03:06 y Oberá dijo a sus hombres que él había ordenado su aparición.
0:03:11 Y le crecieron y lo siguieron fervorosamente,
0:03:18 cuando les pidió que lo acompañaran en una rebelión contra los españoles.
0:03:24 Oberá dijo que el cometa iba a ser su arma principal,
0:03:28 que llegado el caso caería y aplastaría a los invasores españoles.
0:03:34 Bueno, los indios de Oberá se entusiamaron mucho y lucharon contra Juan de Garay,
0:03:39 que venía con 130 hombres.
0:03:41 Pero el cometa los traicionó, la famosa traición del cometa.
0:03:46 No los ayudó y fueron apresados y reducidos por los españoles.
0:03:52 Como hemos dicho hace un rato, en el antiguo Perú se creían estas cosas,
0:03:58 y les contaré el asunto de los eclipses.
0:04:03 Se atemorizaban mucho los quechos con cada eclipse.
0:04:10 En realidad ellos creían que si moría el cielo,
0:04:13 al taparse el sol o la luna, moría el mundo.
0:04:16 Entonces cuando había un eclipse, había que llamar la atención de las divinidades,
0:04:21 para que salieran a ayudar al astro tapado.
0:04:25 Para eso, para llamar la atención de los dioses,
0:04:28 fajaban a los perros para que aullaran y avisaran a los dioses.
0:04:34 Hacían ruido.
0:04:37 Y claro, como el eclipse siempre pasaba,
0:04:41 sabemos que un eclipse dura poco,
0:04:45 estas gente creía que el procedimiento era válido.
0:04:51 Si yo cada vez que hay un eclipse hago ladrar a los perros,
0:04:54 y el eclipse se las toma,
0:04:56 y considero con toda justicia que ese procedimiento es válido,
0:05:01 no lo considero con toda justicia, el sino se piensa.
0:05:04 Lo que hay que establecer es una relación de causa-efecto
0:05:08 entre el ladrido de un perro y el fin de un eclipse.
0:05:11 No ir contando cuantas veces ladra un perro y el eclipse termina.
0:05:18 Si no siempre empató en la bombonera, son en la bombonera.
0:05:20 Exactamente, eso no lo han comprendido los comentaristas de fútbol,
0:05:24 que creen que cosa tal es como ya que usted acaba de decir.
0:05:29 Bien, avanzaremos algunos siglos, hasta comienzos del XIX,
0:05:35 y como he dicho, todo este prolegómeno es para contar la historia que viene.
0:05:40 Esto sucedió en Francia y tiene que ver con señales del cielo.
0:05:45 En París vivía un físico famoso, Joseph Gayleusak.
0:05:50 Hoy su apellido nombra una avenida,
0:05:56 una avenida que mueren los jardines de Luxemburgo,
0:06:00 justo ahí donde yo iba a comprar sanguche de mortade.
0:06:05 Este hombre, no el que me vendía los sanguches, sino Gayleusak,
0:06:12 había nacido en 1778 y era químico y físico,
0:06:16 y fue famoso por su estudio de los gases.
0:06:20 Es el autor de la famosa máxima,
0:06:23 la gallina que primero cacarea, es la que puso el huevo, la culo yo.
0:06:28 Pero en cualquier caso, junto a nuestro querido amigo, von Humboldt,
0:06:33 estudió la composición del agua, y dieron con la fórmula del agua,
0:06:39 H2O, la cual nos permite, como todos sabemos, fabricar agua.
0:06:43 Basta con tomar dos moléculas de hidrógeno y una de oxígeno,
0:06:47 meternas en un balde, sacudirlas, y tendrá el balde y lleno, señora.
0:06:54 Más allá de estas investigaciones, Gayleusak estaba interesado en volar.
0:07:00 Quería observar la composición y la temperatura del aire,
0:07:04 a diferentes alturas, etcétera.
0:07:07 Y para eso fabricó uno de los primeros globos aerostáticos.
0:07:12 Su proyecto era discutido por todos en Francia,
0:07:16 los comerciantes, los periódicos, los funcionarios,
0:07:20 no dejaban una gilada por decir.
0:07:23 Uno se preguntaba cómo haría el sabio para descender a la tierra,
0:07:27 si es que llegaba la luna.
0:07:29 Otros pretendían que sería atacado por águilas,
0:07:32 o que ardería con las estrellas.
0:07:35 Todos estaban de acuerdo en que era aterrador ver el incremento de los impuestos
0:07:40 para financiar estas locuras, porque en realidad Gayleusak
0:07:43 era ayudado por el gobierno de Napoleón para realizar estos experimentos.
0:07:49 Habrá pensado en Napoleón que el globo podía tener un uso militar,
0:07:56 como tuvo, pero mucho después.
0:07:59 El caso es que en 1804 se congregaron miles de personas
0:08:03 para ver cómo se elevaba el globo construido por Gayleusak.
0:08:10 Despegó, empezó a subir lentamente, lo vieron durante 20 minutos, fue visible.
0:08:18 La gente mirando para arriba como cogote de yeh-sero,
0:08:24 que daban todo.
0:08:26 El tipo de saludar, que es una cosa imposible, desoportado.
0:08:30 Por fin, desaparición entre las nubes.
0:08:32 Llevaba en el globo un verdadero laboratorio volante.
0:08:37 Mientras los mirones regresaban a las casas,
0:08:41 Gayleusak fue impulsado hacia Normandía por vientos del sureste.
0:08:51 Si venían del sureste no creo que fuera para la Normandía,
0:08:57 sino más bien Alemania, pero debe ser del sudoeste.
0:09:03 El sudoeste, así es.
0:09:06 En cualquier caso, allá por los 4.000 metros, quedó detenido en su ascenso.
0:09:13 Entonces arrojó todos sus lastres y el globo saltó hasta los 5.500 metros.
0:09:19 Muchísimo, ¿eh?
0:09:21 Gayleusak consideró que aún era posible subir más.
0:09:25 Tenía una silla para sentarse y la lanzó al vacío.
0:09:30 Y esta vez el globo subió a 7.000 metros.
0:09:33 Jamás un ser humano había ni siquiera esperado alcanzarse en mejante altitud.
0:09:37 Bueno, loco de alegría, Gayleusak comprobó, sin embargo, algo alarmante.
0:09:42 Su respiración era muy dificultosa, su pulso se había acelerado
0:09:47 y tenía la garganta seca como pastel de polaco.
0:09:51 Tomó nota, conjeturó inmediatamente que el aire se habían rarecido, etcétera, etcétera.
0:09:56 Pero lo interesante era el incidente que empezaba a desarrollarse bajo sus pies
0:10:02 una vez que se deshizo de la silla.
0:10:05 Porque la silla cayó justamente delante de una iglesia pueblerina,
0:10:12 justo cuando la gente salía de misa.
0:10:16 Entonces, al ver que la silla había caído del cielo invadido de fervor religioso,
0:10:21 los campesinos dijeron que se trataba de una de las sillas
0:10:24 en las que tomaban asientos los bienaventurados.
0:10:27 Imagínense, caía una silla del cielo, ¿ustedes piensan?
0:10:30 Bueno, estas son las sillas en donde se sientan aquellos que han alcanzado el paraíso.
0:10:36 Muy bien, se lanzaron, entonces los feligresen, a apoderarse de la silla.
0:10:42 Y a pelearse por las sillas, realmente estaban matando por las sillas.
0:10:46 El cura puso orden y decidió llevar la silla a la iglesia
0:10:50 para ubicarla junto a una colección de reliquia.
0:10:54 Con ánimo comunal, el cura explicó que esa silla era para todos
0:11:01 y que se fueran sentando de a uno.
0:11:04 Naturalmente, el conjeturó que sería muy beneficioso sentarse en una silla que había estado en el cielo.
0:11:11 Y así durante tres semanas hizo como una procesión, o un asunto de la silla,
0:11:16 y hacía en fila para sentarse.
0:11:19 Y en 60 años venía el otro.
0:11:21 Hasta que un día llegaron las noticias del viaje de Guy Lusac,
0:11:26 con detalles pormenonizados de sus peripellas en las alturas,
0:11:31 y entonces todos se advirtieron qué es lo que había pasado realmente.
0:11:37 Una vergüenza general, pero silenciosa, se apoderó de aquellas gentes.
0:11:43 El cura, en silencio, removió la silla del lugar donde le había puesto y la enterró.
0:11:50 Nadie preguntó nada, nadie se hizo reproches a sí mismo,
0:11:56 o a otros, por su demasiada credulidad.
0:12:01 Esta es la historia que yo quería contar.
0:12:03 Es tu pena, linda historia.
0:12:06 Bueno, si uno es crédulo y insiste con su fe poética, puede decir,
0:12:13 no ya que las sillas provienen del paraíso,
0:12:15 pero sí que las señales del cielo siguen caminos misteriosos.
0:12:19 Alguien podría decir, algún miembro de la iglesia,
0:12:23 que después de todo al Señor no le hace falta arrojar sillas desde el cielo.
0:12:29 Le basta inducir en Guy Leesac el deseo de construir un globo y de deshacerse de sus sillas.
0:12:38 Sí, pero bien que cuando cayó la silla la pusieron en la barroquia y hacían cola.
0:12:43 Hemos buscado tangos con globos aerostáticos.
0:12:48 Ay, tangos de buen tipo.
0:12:50 Puede ser que haya, pero en tal caso no tenemos ninguno.
0:12:52 Hemos encontrado, sin embargo, un estilo que se llama la mariposa.
0:12:56 La mariposa tiene que ver con vuelos.
0:12:58 Y también tiene que ver con señales.
0:13:00 A mí me han dicho que algunas mariposas tienen escrito en sus alas nuestro destino.
0:13:06 Y que si uno las atrapa y las lee,
0:13:09 digase que el alfabeto que se utiliza es muy misterioso,
0:13:14 digo, pero uno puede leer lo que le va a ocurrir.
0:13:18 Otros, algunos científicos han arruido,
0:13:21 que todas las mariposas son iguales las de esa estirpe.
0:13:26 Y que parecen tener escrita la misma frase.
0:13:30 La adecuada respuesta es que después de todo nuestro destino es idéntico.
0:13:37 Todas las personas tienen el mismo destino.
0:13:39 Y es por eso que las mariposas son iguales.
0:13:42 No por una repetición genética,
0:13:45 sino porque finalmente el destino de todos los hombres se parece mucho.
0:13:49 Escucharemos entonces la mariposa,
0:13:51 un beso estilo en la voz de Carlos Gardela.
0:14:24 El fútbol tiene la fea,
0:14:31 un misterio de la fuente pura,
0:14:40 el carbo tiene la cultura,
0:14:44 el viento calio de su amé.
0:14:48 Un peor peor peor de la amé,
0:14:57 un trozo de la vengua amor al puro amor.
0:15:05 Tiene mil guitas al día,
0:15:21 glores y vestes al suelo,
0:15:26 tipo de tapía y mil tienas,
0:15:33 que cubre la poesía.
0:15:38 Tiene muchas melodías,
0:15:45 los pezinos cantan,
0:15:50 y calma tiene los mares,
0:15:54 un verbo de los dos kilómetros.
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