Transcripción automática
0:00:00 Haremos un pequeño cartálogo de seres calientes.
0:00:11 O sea que hablaremos de personajes quemantes, de hombres calientes, en el sentido más literal.
0:00:18 En esta oportunidad visitaremos misos, personajes históricos, creencias orientales, ocurrencias nuevas, que es eso.
0:00:26 Entre los manchúes vivían brujos que para ser considerados como tales, vivían pasar por una prueba que indicaba el desmesurado calor de sus cuerpos.
0:00:38 Es decir, para ser un brujo de cartel había que tener el cuerpo muy caliente.
0:00:44 Y ese calor era certificado por brujos ya consagrados, que ya pertenecían al canon, que se acercaban a los iniciados y verificaban.
0:00:56 El grado de calor de cada aspirante.
0:01:01 En invierno se hacían nueve agujeros en el hielo de algún lado o río, o campo o monte o río, o secreto seguro de la intose.
0:01:12 El candidato debía sumergirse por uno de dichos agujeros y salir por el segundo tras nadar bajo el hielo, y así hasta el noveno agujero.
0:01:22 Los que sobrevivían a las aguas urladas eran tenidos por calientes, que eran sinónimos de poderosos.
0:01:30 Entre los manchúes la palabra caliente y la palabra poderoso quería decirlo en el tío.
0:01:38 Cuando una persona quería decir que era poderosa decía tranquilamente que era caliente.
0:01:45 Y les daba igual.
0:01:47 No sólo entre los manchúes, sino en muchos pueblos y en muchas religiones, el exceso de poder, la fuerza mástica, se hacía patente en personajes que sentían un intenso calor.
0:01:59 Entre los hindúes, el Dios cósmico, Fajapati, creó el mundo calentándose hasta un grado extremo a través de la cesis, a través de la mortificación y la medicación.
0:02:14 Y creó el mundo por una exuración mágica producto de ese calor.
0:02:20 Primero se calentó, después se sofocó, sudó, y este sudor es este mundo en que vivimos nosotros.
0:02:30 Este salón, juro de salón Bowen, este micrófono por el que hablamos, la radio por lo que salimos, por lo que salimos y el edificio en que ella está instalada,
0:02:41 la avenida que haya todo y la ciudad de Buenos Aires y las ciudades todas de la América del Sur y el mundo en general, provienen del sudor, de aquel Dios cósmico, Fajapati, y del calor que ese sudor motivara.
0:02:58 Lo mismo sucede entre algunos dioses de las cosmogonías, de las tribus de América del Norte, dice aquí, sin que yo sepa qué es lo mismo.
0:03:06 Qué es lo mismo? Crean el mundo.
0:03:12 Si el mundo creó Fajapati, es decir, que lo mismo sucede entre algunos dioses de las cosmogonías, de las tribus de América del Norte, es admitir que hay varios mundos creados por distintos dioses calientes.
0:03:26 Y este es solo uno de esos mundos.
0:03:28 Hay otros, y es certamente igual, y hay otros y Monasi en otra parte, y otro Astronasi, que ya no provienen de las exudaciones de Fajapati, sino por el contrario del sudor de algunos dioses de América del Norte.
0:03:45 En verdad, cada vez que un dios suga, se crea este mundo otra vez.
0:03:50 Y el calor de los dioses multiplica, como los espejos y las cúpulas, el número de los unidades.
0:03:59 Uno de los mitos más populares de la India cuenta que Manisha, qué lindo nombre Manisha, parece Lumpardo, ¿no?
0:04:07 ¿Qué hace de Manisha?
0:04:09 Un demonio monstruoso amenazó al universo y también me existen los mismos dioses.
0:04:16 Vino un día, Manisha, y ahora van a ver, y entonces la alma, junto con Vishnu y Shiva, emitieron juntos un calor abrazador que dio lugar a una nube igna, a una nube en el que llamas.
0:04:30 Esta nube adoptó finalmente la forma de una diosa de 18 brazos, que es una forma un poco extraña, porque ya finalmente no sabe uno de dónde hacerle salir los brazos a la mencionada diosa.
0:04:45 El primer par de brazos resulta fácil y aún el segundo deja el tercero, pero 18 brazos es muy difícil.
0:04:54 Pero una imánsina 9 de cada lado no tiene por qué ser así.
0:04:57 No, seguramente son 9 de cada lado, pero es muy difícil.
0:05:02 Trate de dibujar usted, primeramente una diosa, yo le aconsejo dibujar una con dos brazos solamente, y después agregarle otros 16.
0:05:10 Acabo ya no va a tener de dónde sacar brazos.
0:05:17 Y va a ser el nojo, eso incluso, para la diosa.
0:05:20 Una cosa que uno le salga, y si usted tiene varios brazos, cada lado.
0:05:22 Y el otro es que uno se camina y se le cruce un brazo, lo priales por así decirlo.
0:05:31 Un pulpo.
0:05:33 O que tenga brazos molestos en el centro de la organización psicofísica.
0:05:38 El caso que esta diosa de 18 brazos llamaba Shakti, logró aplastar al monstruo Manisha.
0:05:45 Tiene el monstruo, amenazó al mundo.
0:05:48 Los tres dioses, Brahma, Vishnu, el de las vicicitudes, y Shiva, emitieron calor.
0:05:55 En ese calor, logró dar una nube y la nube a la diosa Shakti, que con sus 18 brazos aplastó al monstruo Manisha y salgó al mundo.
0:06:05 Como hemos visto en el caso de los Manchus, ese de hielo, no?
0:06:08 No sólo los dioses, sino también algunos heriguíos místicos y magos, consiguieron ser verdaderamente ardientes.
0:06:15 Cuentan que los magos hindúes bebían agua salada o pimentada y comían plantas muy picantes para aumentar su calor.
0:06:24 Existían entre los magos tibetanos ciertas pruebas nocturnas que consistían en verificar el grado de preparación de un disímpulo para acercar el cuerpo desnudo emitiendo calor.
0:06:37 Entonces, ahí, al frío, los mojaban, le creó un bal de enzima y el tipo se concentraba en mi tía el calor y se secaba.
0:06:48 Qué gratis, no?
0:06:50 No como esa gente que necesita vasafúmedas.
0:06:53 ¡Ah, ya! Yo... seca manos, ¿no?
0:06:57 El hombre santo, el tibet, no necesita seca manos en los barrios.
0:07:02 ¿Y el barrio del barro?
0:07:04 Directamente al barrio del barro se helaba las manos y luego con un esfuerzo de su mente y su concentración calienta las manos y no sin algún ruido de psh, psh, psh, psh, nada.
0:07:16 Sí, sí, con esos ruidos el agua se lleva por el tipo que era completamente fresco.
0:07:22 Los musulmanes que han tuvieron por la India creían que un hombre en comunicación con Dios quemaba.
0:07:27 De hecho, eso sucedió con un tal Yacuz que vivió a mediados del siglo XIII.
0:07:33 Cuentan que Yacuz asistía con Pergón a la mezquita de Deli y se projernaba sobre una alfombra para seguir convenientemente la liturza de su fe.
0:07:42 Dice la crónica que su líndio con el profeta era tan extremo que imaginaba haberse raptado por la bestia Burak,
0:07:50 la mula Burak que llegó a Mahoma hasta el séptimo cielo, le dejó conversar con la divinidad y todo en el tiempo en que una jarra ni siquiera al caer ni siquiera alcanzó a derramar gota de agua.
0:08:09 Las rodillas de Yacuz parecen que un día se incendieron de tan caliente que estaba.
0:08:16 Y incendieron a su mes la alfombra sobre la que estaba rodillada.
0:08:21 Yacuz corrió, naturalmente como hubiera hecho cualquiera de nosotros.
0:08:24 ¿Qué haría cualquiera de nosotros? Al notar que sus rodillas calientes han incendiado la alfombra, salió corriendo a toda velocidad.
0:08:35 Pero siguiendo los signos de fe apagaron la alfombra, Yacuz al correr empezó a incender todo lo que tocaba.
0:08:44 Incendió otras alfombras, las ropas de algunas personas, un corán, dos tapis y un mercader.
0:08:52 Al final lo enfriaron con agua y lo dejaron ahí porque los musulmanes no prestan mucho, mucha atención a los milagros.
0:09:03 En el Islam un milagro está mal visto porque la presencia del profeta y la grandesa de Dios queda demostrada merced a la organización del mundo y su belleza.
0:09:15 Y el milagro es para los musulmanes más bien algo pernicioso que viene a desordenar las cosas.
0:09:22 Y así la aparición de alguien que encarnara un prolicio era más bien considerada heredre por los que invocaban la ortodoxia del Islam.
0:09:29 Así que no convenan de andar haciendo milagros entre musulmanes.
0:09:35 El poder sagrado experimentado como un calor intenso no se obtenió únicamente mediante técnicas místicas, no el pensamiento, la medicación, la soledad, la mortificación de los sentidos.
0:09:48 Se conquistaba también gracias a las fuerzas suscitadas durante las iniciaciones militares.
0:09:54 A veces el héroe de la batalla siente mucho calor, un calor extremo.
0:10:01 Y en algunas ocasiones ese calor dejó de ser metáforo y con calor literal.
0:10:09 Por ejemplo, el héroe irlandés Cúchulén salió tan ardoroso de su primer combate que les llevaron tres tinas de agua fría para enfriar.
0:10:19 A la primera tina en la que fue colocado se derrumpieron los costados.
0:10:25 La segunda empezó a hervir milen Cúchulén sin el agua.
0:10:31 Y el contenido de la tercera tina se evaporó al instante.
0:10:35 Y ahí recién se apaciguó un poco el calor del muchacho.
0:10:39 Después lo hicieron con prendas de fiesta porque ya se sabe que un hombre demasiado caliente enciende las prendas con que se lo viste.
0:10:50 Especialmente contradicado es vestir a un señor caliente con ropa de náis.
0:10:57 No se le queda peor.
0:10:59 No le dura nada la prenda.
0:11:02 Lanto.
0:11:03 Con respecto a objetos calientes, no ya hombres calientes, estamos rodeados de objetos muy calientes y vivimos en constante peligro de tocarlos.
0:11:20 Por ejemplo, los radiadores de algunos edificios de la satisfacción suelen estar en estado inundacente.
0:11:27 Son de estar muy calientes.
0:11:30 A 100 o 150 grados.
0:11:33 Muchas personas de nuestro conocimiento tratan de sentarse sobre los radiadores y se queman.
0:11:40 Si me siento arriba de la dos y me calienta todo el cuerpo.
0:11:44 Si el radiador está muy caliente, se queman.
0:11:48 Es una de las cosas que se queman.
0:11:50 Es la búsqueda del hombre por sentirse un dios.
0:11:52 Y el precio de sentirse un dios es entrar en invisión.
0:11:58 Empezar al vero.
0:12:02 ¿Qué otras cosas calientes puede tocar la plancha?
0:12:07 La plancha es caliente.
0:12:09 La plancha caliente la tocamos.
0:12:11 Efectivamente, está caliente.
0:12:13 Y no quemamos.
0:12:15 No uno no cree que está caliente.
0:12:17 No, no cree que va a estar caliente.
0:12:18 Y no, la plancha está tan caliente que se nos queda pegada al dios.
0:12:23 Hay que escupir de lejos.
0:12:28 Se moca los dedos con escupir y luego la lágrimas.
0:12:31 De qué otro modo.
0:12:33 O directamente escupen con la boca como quien lanza un salivar.
0:12:38 Yo no tengo mucha portería con la boca.
0:12:43 A recordar que nuestra fallida fábrica de salivadera,
0:12:48 que ha apuntado por otro lado,
0:12:50 que la fabricamos de más enozca,
0:12:53 pensando en la provergía al puntería del paísamos.
0:12:56 Pero nuestras salivaderas funcionaban bien en estaciones del campo
0:13:01 porque el caucho es muy preciso en escupida.
0:13:04 Y en cambio, conforme uno se ha acercado a la capital,
0:13:08 la salivadera era prácticamente inútil porque las personas,
0:13:13 más ciudadanas, menos habitadas al rigor del campo,
0:13:18 la austeridad propia de la ciudad,
0:13:21 escupían sin tomar puntería y caía el salivato fuera de la salivadera.
0:13:27 Y ahí se dieron cuenta las austeridades de que era chica en la salivadera.
0:13:30 Y otro concursante, otro proveedor,
0:13:34 que fabricó unas enormes salivaderas, nos ganó y nos fundió.
0:13:38 Nos quedamos con las salivaderas esas,
0:13:40 con unas 50.000 salivaderas.
0:13:41 Ah, y qué hago?
0:13:44 Tenemos salidía.
0:13:46 Pero ahí había que tener un cartelito que salía aquí porque el hombre de ciudad
0:13:50 le gusta tener las indicaciones para la ciudad.
0:13:53 Pero que decía salida aquí, pero no le acercaba.
0:13:55 No le acercaba.
0:13:57 No le acercaba. La mala puntería de los hombres.
0:13:59 En cambio, el caucho de 15 metros.
0:14:02 Pone el salivato.
0:14:04 Ah, por donde pone el ojo.
0:14:06 El caucho de alivato.
0:14:08 Tiene más tiempo para ensayar, no?
0:14:11 Sí, el caucho de alivato.
0:14:13 Una persona que en el campo se levanta las cinco de la mañana,
0:14:17 lleva de ganado al fondo el campo, vuelve, son las siete.
0:14:20 Y tiene, hasta que se va a costar,
0:14:22 los de la noche tiene 13 horas.
0:14:25 ¿Qué hacen esas personas?
0:14:27 Se escupieron entre un salio.
0:14:29 ¿Por qué el hombre de campo fue de alzaco y de cierta alzaca?
0:14:35 Está curado mucho.
0:14:36 Acaban las penas rojadas.
0:14:39 A veces chapitas de cerveza, pero el campo es muy difícil encontrar fuego.
0:14:43 A veces el campo donde no hay nada,
0:14:45 nada, ni piedra, ni ocultaria, ni piedra, pudo humus.
0:14:49 Y entonces no hay una piedra para que la alzado se suscabe.
0:14:53 Escupe.
0:14:55 Yo regalé a un sínculo mío que dice,
0:14:58 que en el campo, cinco piedras para jugar al inenci.
0:15:02 Claro, al inenci.
0:15:05 Conté los cantos dorados que hay en las obras en construcción de la ciudad.
0:15:09 Yo había visitado, yo tomaba, y me lo lloraba el chico que pasó.
0:15:12 Toda la tarde me solíció desde las siete,
0:15:15 y la mañana, hasta las ocho de la noche, que se podía dormir,
0:15:18 llorando.
0:15:20 No, jugando al dinante con la piedra que yo le había traído.
0:15:24 Y el padre me seguía pensando y se que,
0:15:27 yo me fui desde Carlos Casar, que estaba igual,
0:15:29 en cuatro patas buscando piedras, no hay.
0:15:32 ¿De dónde hay piedras?
0:15:35 ¿De dónde hay piedras?
0:15:37 ¿De dónde hay piedras?
0:15:41 Pura tierra.
0:15:43 ¿Aguarro, pata, tierra, pata? No va a cobrar con pata al dinante.
0:15:47 ¿Cómo va a cobrar con pata, chico? ¿Tiene que ver?
0:15:49 Lo regalé a un sínculo, un arroz,
0:15:51 no se puede cobrar con pata, ¿eh?
0:15:53 Nada de arroz, no.
0:15:55 ¿Aca puede cierras, no?
0:15:56 No, con cascaduras, con cascaduras, con llena,
0:15:59 pero se les escapaba el.
0:16:01 Claro, es que es complicado.
0:16:04 ¿A quién podemos dedicar este catálogo de hombres calientes?
0:16:09 Recordemos también seres,
0:16:12 los pájaros ardientes del Japón.
0:16:15 En Japón había un árbol
0:16:18 que estaba ardiendo perfectamente de gaseas siglos
0:16:21 y no se consumía nunca.
0:16:23 Y decían los mitógrafos
0:16:24 que los pájaros que vivían en las ramas
0:16:27 de aquel árbol ardiente
0:16:29 eran también pájaros ardientes.
0:16:31 Y es una maravilla imaginar
0:16:33 a esos pájaros volar especialmente en la noche.
0:16:36 Durante el día
0:16:38 una martineta ardiente,
0:16:41 una torca ardiente
0:16:44 no tiene más verde.
0:16:46 Pero a la noche, mirá, a la noche no vuelan las palomas.
0:16:49 Bueno, pero algo bueno.
0:16:52 Pero las lechuzas,
0:16:54 si la lechuza ardiente, el pájaro nocturno ardiente,
0:16:57 aquí en Japón, acá no, porque acá no le arden los pájaros.
0:17:00 Incluso hay chicos que toman pájaros nocturnos.
0:17:05 Y hay un chico que yo desregaré las cinco piedras para huer alguien en ti.
0:17:08 Tomó pájaros nocturnos,
0:17:13 los roció como cerocele.
0:17:19 Cerocele, u conasta,
0:17:21 encendiólos
0:17:22 y soltólos.
0:17:24 Soltólos.
0:17:26 Al volar los pájaros, iban,
0:17:28 o fueron al menos por unos segundos,
0:17:30 pájaros candentes como los de Japón
0:17:33 y después se precipitaron con un tufillo de carne asada.
0:17:37 Hermosa imagen.
0:17:39 Una lucescita, ¿no?
0:17:41 Una lucescita larga.
0:17:43 Címero como todos los planitos.
0:17:46 La flecha luminosa es el clímero,
0:17:48 la estrella cubase es el clímero.
0:17:50 La cañita volador.
0:17:54 Y el lado, al menos en la panpa argentina,
0:17:57 el lado encendido por un niño deseoso de luciérneas más consistentes
0:18:01 es también el clímero.
0:18:03 No eres Japón.
0:18:05 La luciérnea podrá decirse que es...
0:18:09 que dura más.
0:18:11 Pero tampoco, pero...
0:18:13 no termina de encenderse.
0:18:17 Es un vano intento.
0:18:19 Es una asociación de intento.
0:18:20 La luciérnea, como un tartamubeo...
0:18:24 de lo índolo.
0:18:28 Es más lindo prender pájaros.
0:18:32 Es una espectácula.
0:18:34 No lo intenten, chicos.
0:18:36 Otra cosa que se puede hacer también es cogegarle al pájaro
0:18:39 en cuestión.
0:18:41 Una lampadita, pilas.
0:18:45 Instalar la pila donde uno pueda
0:18:47 tomar pájaros es menos natural que prender jugo.
0:18:50 Pero bueno, es menos natural.
0:18:52 Y cogegamos también menos espectáculas.
0:18:54 No es lo mismo algo que se llama que una chesta lampadita.
0:19:01 Es más atractiva también frotar dos palitos
0:19:04 y prender jugo que...
0:19:06 Porque se hace la jogarata de San Pedro y San Pablo
0:19:09 y me ponen al interno.
0:19:11 Imagínense, pero sí que alrededor...
0:19:14 me hundió un alinterno, un ararón.
0:19:15 Un sol de noche.
0:19:17 Un sol de noche, se pone y se pone todo alrededor.
0:19:19 Mira con unas cuantas ramas.
0:19:21 Y al rato se va.
0:19:25 Porque el fuego destruye pero también purifica
0:19:29 y más que nada, modifica.
0:19:31 Algo que se ha quemado no vuelve a ser lo mismo.
0:19:34 Y la gracia de todo esto está en que algo cambia.
0:19:40 Esta es la gracia de incendias.
0:19:42 El que se incendia pasa a otro estado.
0:19:45 El cambio que nos incende y el que permanece sigue siendo el mismo.
0:19:49 Por eso, para enamorarse, hay que incenderse.
0:19:53 Incenderse primero y apagarse después.
0:19:57 Pero es fugaz, mira que...
0:20:01 El amor es también una cañita voladora.
0:20:03 Sí es también una lechusa.
0:20:08 Incendiada por este chico al que yo tuve la mala idea de regalarle
0:20:12 cinco piedras de pasada.
0:20:13 El fímero interrime en el campo los neandúes, cogosos.
0:20:18 Los cogosos que todos los niños andan corriendo neandúes
0:20:22 con una lata en hasta.
0:20:24 Avivando el neandúes.
0:20:26 Muy bien, escucharemos para amoblar esta charla de gente caliente.
0:20:31 El tango a fuego lento que hemos escuchado más en mucho
0:20:34 por Cagán de Lío.
0:20:36 Ahora, por la Orquesta, la gran Orquesta, le doy gracias a la...
0:21:10 A ver, ¿cuál es la gran Orquesta?
0:21:13 ¿Qué es la gran Orquesta?
0:21:15 ¿Qué es la gran Orquesta?
0:21:17 ¿Qué es la gran Orquesta?
0:24:27 Te hemos escuchado a fuego lento
0:24:30 por Horatio Salgan
0:24:32 y su gran orqueja.
0:24:38 www.mooji.org
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