Transcripción automática
0:00:00 Continuamos en la venganza, será terrible, estamos en el multi teatro de Buenos Aires en la matinée de los lunes.
0:00:13 Hacemos a las ocho y la pasamos a la media noche por rayo del plazo.
0:00:21 Bueno, vamos a hablar hoy un pequeño episodio de la multitud de episodios en la búsqueda del dorado.
0:00:33 Sí, señor. El dorado, aquella legendaria ciudad, aquel legendario paraje o reino,
0:00:41 en donde cundía el oro de tal manera que había un príncipe que en una festividad del año tenía por costumbre hacerse milanesa con polvo de oro
0:00:53 y arrojarse luego una laguna para acercarse aquel revestimiento en medio de unas ceremonias, un poco absurda,
0:01:03 tal vez creo que servían para demostrar la riqueza que así sobraba.
0:01:09 Entonces los españoles y los visitantes europeos de Toda Lalla oían hablar de aquel paraje y armaban expediciones para buscarlo y para hacerse con el oro de aquel lugar.
0:01:29 Bueno, para casar a todos. Uno de los que estaba muy interesado era un amigo de este programa, Sergio Walter Ray.
0:01:40 Que era una especie de novio de la reina virgen, de la reina Isabel de Inglaterra, un hombre muy galante, pretendiente de la reina, acaso facido.
0:01:55 Que fue el primero en tener el gesto que aparece de nuevo en una propaganda de la televisión, que es el de poner el capote o sobre todo sobre un charco de agua para que pase la dama.
0:02:11 Pareció que había un charco, el tipo se sacó el capote, lo puso sobre el charco, Isabel...
0:02:16 Un capote de paño de flan de recién con plan.
0:02:19 Sí, claro, piso, por la lucha, por más colorada que puso.
0:02:24 Bueno, Rayleigh estaba muy interesado y estaba planeando su primer viaje a la cindia para buscar el dorado, pero alguien se le adelantó.
0:02:34 Y este que se adelantó se llamaba Robert Dudley y le había pedido permiso a la reina Isabel para emprender su expedición.
0:02:42 Rayleigh se indignó bastante, se presentó en el palacio, pero Isabel lo obligó a esperar que Dudley hiciera su intento.
0:02:52 Era el amigo de un hijo ilegítimo del conde del Ice Storm, dicen que era un perfecto caballero al modo Isabelino, cabalgaba con don aire y según la crónica era famoso por su balanceo en la montura.
0:03:05 Y por ser el primero que enseñó a un perro a apostarse para atajar perdices en las salidas de caza.
0:03:14 En aquella gracia se complacían los caballeros al modo Isabelino.
0:03:19 Tenían movimientos, como explicamos la otra noche aquí, movimientos afectados en el andar, movimientos que se ponían de moda y el cumplimiento de tales balanceos y la perfección en ese cumplimiento,
0:03:36 lo llevaban a uno a alcanzar los primeros puestos en las preferencias reales.
0:03:45 Dudley fue uno de estos personajes, igual que el tiempo después no sería Brumel, el hermoso Brumel.
0:03:51 Y también de Dudley se dice una cosa buena, se la repite sobre muchas personas que de ahí viene la voz Dandy, por el Dandy del balanceo al caminar.
0:03:58 Vaya, vamos a ver si no le veo a Ben-Trobato.
0:04:01 Bien, el relato más completo de la aventura de este hombre en América lo escribió el capitán Wyatt, que era uno de sus hombres.
0:04:11 Wyatt consideraba a Dudley el mayor héroe de la caballería y así mismo su mejor escudero.
0:04:20 Dudley tenía 140 hombres a su cargo y el primer piloto temible, lo he dicho un primer piloto que era temible se llamaba Abraham Kendall,
0:04:32 había navegado por las Indias con Drake nueve años antes que había participado en la destrucción casa por casa, fíjese qué proligidad,
0:04:44 de la ciudad de Santo Domingo. Kendall no le caía demasiado bien al resto de la tripulación,
0:04:50 se contaba que no consentía que nadie muriese a bordo porque eso podría traer mala suerte.
0:04:57 Entonces cada vez que alguien se enfermaba o estaba herido Kendall lo tiraba por la borda para que se muriera en el mar.
0:05:06 Dudley llegó con sus hombres al Golfo de Paria al norte de Venezuela.
0:05:14 La primera noche después del desembarco, o mejor todavía del desembarco, ya que habían desembarcado y no habían levantado embargo alguno,
0:05:24 temieron un ataque de españoles o de indios o de personas de cualquier nacionalidad.
0:05:29 Los centineras dieron una alerta, creían que a lo lejos se acercaban hombres con antorchas encendidas,
0:05:36 sin embargo se habían encontrado por primera vez con las luciérnagas.
0:05:41 Te hice el cronista que existía allí cierta especie de mosca que aparecía de noche y que parecían fósforos encendidos,
0:05:52 siempre son curiosas las descripciones de cosas conocidas que alguien ve por primera vez.
0:05:57 Totalmente, jidete solucionado.
0:05:59 Una inocencia que aparece como poética.
0:06:04 Luego de recorrer lo que sería luego la guayana, Dudley capturó a un indio que hablaba español y que se hacía llamar Baltazar.
0:06:14 Le preguntaron por el dorado. Primero no quiso hablar, pero luego lo amenazaron de muerte y Baltazar accedió a llevarlos.
0:06:22 Se inició así una marcha como siempre en estas historias espantosa.
0:06:27 Quien ha oído una de estas historias las ha oído todas, así que si alguno quiere retirarse puede hacerlo.
0:06:35 En determinado momento, estaban viajando a través de un riachuelo obstruido con árboles caídos y detritos vegetales, que son los peores.
0:06:46 Baltazar se ofreció a correr algunos obstáculos y cuando estuvo a cierta distancia se salió rajando en medio de la espesura.
0:06:58 Bueno, entonces el objetivo dejó de ser la búsqueda del dorado y pasó a ser la búsqueda de algún camino que lo salvara.
0:07:08 Por suerte encontraron a otro indio, pero no le sirvió de nada.
0:07:13 Se limitaba este hombre a señalar y a decir para Coa.
0:07:17 Intentaba mostrarles el camino de vuelta hacia el mar, al golfo, pero no le hicieron caso.
0:07:24 Rodlin y sus hombres anduvieron dos meses en medio de la selva comiendo raíces y bebiendo agua de cocos.
0:07:32 Lo único que hicieron, bueno, lo que hicieron fue realmente sensatos en un behoqui.
0:07:38 Fuebus carriachos, seguir la dirección de sus aguas hasta desembocaduras mayores y así conseguiron llegar hasta una corriente grande que los devolvió al golfo de Paría.
0:07:49 ¿Qué cómo se hace para llegar al mar? Se sigue la dirección de las corrientes hasta encontrar alguna que te llegue hacia el mar.
0:07:59 Cuando llegaron a donde habían dejado a los barcos, vieron a otro que era de Playa.
0:08:08 Su llegada unos días antes en Valentinó a Dudley y tentó a los reciéns llegados a una nueva expedición.
0:08:16 La verdad es que no puede pensarse más que en la creencia fervorosa de una ciudad dorada para explicar la gana de volver a salir después de estar a punto de morir en la selva.
0:08:26 Hay que pensar también en la degradación que podía sufrir un noble si regresaba después de haber fracasado.
0:08:37 Así que salieron de nuevo otra vez.
0:08:40 Y no sirvió de nada. Se encontraron con cuatro indios y lo mismo que va al Tassar, lo llevaron hasta un determinado punto, huyeron y lo dejaron aladerido en medio de la expresura.
0:08:52 Pero esta vez habían tomado precauciones, habían establecido postas por lo que no llegaron a perderse y pudieron regresar al golfo para volver a Inglaterra.
0:09:04 Para no perder el favor real Robert Dudley llegó a una conclusión que podía sostenerlo en la corte.
0:09:14 Su expedición había tenido éxito en un sentido.
0:09:18 Dijo haber comprobado que el dorado no existía.
0:09:22 Es decir, cómo comprobar que algo no existe, según la mente de Dudley.
0:09:31 Buscarlo durante un tiempo sostenido y no encontrarlo.
0:09:36 Lo conozco, ese Dalme.
0:09:41 Es curioso pero esa metodología es la más usual para demostrar que algo no existe, algo lo busca mucho.
0:09:53 Incluso ya cuando se ha convencido de que no existe, lo busca con ganas de no encontrarlo.
0:10:02 Es una forma que muchos intelectuales tienen de buscar cosas.
0:10:11 Y bueno, finalmente deciden, no está claro bien en qué punto intelectual, deciden que algo que ha buscado mucho no existe.
0:10:19 Un día se levanta con la montura de Ada y dice, el dorado no existe y vuelve en Inglaterra.
0:10:26 Pero no le creyeron, eso es lo más lo con algunos cortes popereanas que reclaman algo más para una demostración.
0:10:37 Claro, para el reino la única comprobación válida es la que algo existe.
0:10:45 El reino ya decidió que son intelectuales pero en el otro sentido.
0:10:53 Así como para Dudley, la única comprobación posible es la que algo que no encuentra no existe.
0:10:59 La única comprobación posible para la corte es que algo que ellos buscan, tiene que existir.
0:11:05 Entonces, la existencia y ocupación de la ciudad de Oro es la única comprobación válida.
0:11:12 Entonces, no haber encontrado nada agrió la vida de nobleza de Dudley cuando regresó a Inglaterra fue rechazado en la corte por ineficacia.
0:11:22 Así es la ciencia.
0:11:24 Y se exilió a Italia.
0:11:27 Esto produjo mucho alegría en el corazón del otro noble que era Walter Rale.
0:11:35 Y en inicio del viaje Rale conduciría a las mismas construcciones.
0:11:42 Dudley utilizó en Italia los honores que le habían negado en Inglaterra.
0:11:46 Se hizo católico además para mejor defender sus argumentos.
0:11:52 Y el perseguidor de cuanto seréis ingleses pudo encontrar.
0:11:56 Con los años formó parte de la nobleza italiana y ofreció su lealtad únicamente a Florencia.
0:12:04 Escribió obras de navegación publicadas en Italia cuando tenía 72 años.
0:12:09 Y estaban dedicadas al Gran Duque de Toscana.
0:12:13 Esta dedicatoria se repitió en el mapa de la Guayana adornada con barcos e indios desnudos con los topónimos en italiano.
0:12:25 Y Dal di murió en Italia la espera de que nadie encontrará el dorado.
0:12:31 Claro, si alguien encontraba, sería un argumento muy fuerte encontrar.
0:12:37 Eso es lo malo que tiene la demostración por no hallar.
0:12:42 La demostración de no existencia por no hallar se derrumba fácilmente con un hallado.
0:12:51 Y entonces cada vez que llegaban noticias de algún nuevo desastre y una expedición,
0:12:58 ofreció un baile y un banquete para festejar que no se certificara su unificación.
0:13:05 Hay mucha gente como él.
0:13:07 Es curioso, ¿por qué?
0:13:09 Creo que era en la época de Volter cuando alguien oponió un argumento asiente.
0:13:13 La corona decía, bueno, ¿cómo no darle la razón al rey?
0:13:15 Sobre todo por las 200 lecciones de tipo que me pueden crucificar.
0:13:18 Pero es la única forma.
0:13:20 Es muy feo el ejemplo de Dudley.
0:13:23 Es muy feo el ejemplo de Dalmi y en principio tratando de seducir a la reina.
0:13:26 Porque si había una cosa heroica más que andar en la selva,
0:13:29 Amazónica y por América, a la altura de Venezuela,
0:13:32 era seducir a Isabel I, que era más linda que justamente, que andar en la selva de noche.
0:13:38 Tengo para mí que igual hay algunas cosas como la existencia de algunos grupos chichas
0:13:43 ahí cerca de la zona de Titicaca.
0:13:45 Si no me equivoco, que hacía la ceremonia de embadurnarse de oro y sambujirse al agua,
0:13:49 lo cual no demostraba tampoco la existencia del dorado.
0:13:52 Pero si somos un poco más exigentes, al final...
0:13:54 ¿No es necesario tanto oro?
0:13:56 Tampoco. Tampoco. Tampoco.
0:13:57 También, ya más polvo de oro.
0:13:58 Aquello que se saca cuando uno está haciendo las porquerías de brasaletes y cosas así,
0:14:03 lo que sobra del oro.
0:14:04 Y no necesariamente era todo oro.
0:14:06 Además, como aprendieron los monjes medievales después.
0:14:08 Pero digo, quizás si uno piensa en lo que hoy se llama el oro de los incas,
0:14:12 en Lima y en Bogotá, esos dos museos maravillosos,
0:14:15 algo había del dorado.
0:14:17 Era toda América del Sur del dorado, de algún modo.
0:14:19 ¿Y bien que le encontraron los españoles y los británicos y la saquearon arrajatabla mientras...?
0:14:24 Yo lo habían encontrado.
0:14:25 Yo lo habían encontrado y se lo estaban usando y estaban haciendo de eso.
0:14:28 Justamente esta forma estúpida del capitalismo financiero de la corona española,
0:14:32 que los convirtió en un país de América Latina,
0:14:34 pero teniendo todo el oro del mundo, incluso de América Latina.
0:14:37 Pero estaba pensando también, además de la dura suerte y el oscuro destino de los conversos,
0:14:42 que esta cuestión de dar consejos cuando está partiendo la vuelta de una expedición,
0:14:48 que uno ha hecho, es cosa mala en general.
0:14:51 Porque está bien dar cierto tipo de consejos.
0:14:53 Por ejemplo, que se llama, te olvides del pagó si te vas para la ciudad.
0:14:56 Está bien que uno recuerde de dónde salió alguna vez,
0:14:59 por si llega a tener un destino más trascendente.
0:15:02 En cambio, esta cosa de decir, mirá, no vas a encontrar nada,
0:15:05 mirá, te va a ir mal, mirá, los indios son malos.
0:15:08 Digo, sobre todo, una especie de gesto,
0:15:11 mezcla de soberbía y de mezquindad.
0:15:13 De soberbía, por suponer que la experiencia de uno es legítima para todos los demás.
0:15:17 Lo cual se hace estúpido.
0:15:19 Y de mezquindad, porque no cuenta con la posibilidad de la fortuna por un lado,
0:15:23 que lo podía asistir a cualquiera de los sucesores de tal ley,
0:15:26 y tampoco con la inteligencia o los sentimientos de la persona que está yendo después que uno,
0:15:31 y que muy probablemente descubra otro lugar.
0:15:33 Y esto no es sólo valido, Alejandro, para los viajes, para las expediciones,
0:15:37 sea el dorado o el polo, sino también para otros destinos.
0:15:40 Hemos visto muchas veces en nuestras vidas,
0:15:43 aquellos dicen, mirá, no te enamores, o mirá, hace cualquier cosa, tal otra.
0:15:48 Digo, como si la experiencia de uno serviera para alguna otra cosa,
0:15:52 que para hacer que uno haga de su vida lo que pudiera de buena manera.
0:15:57 De modo tal que es algo más rescatable de esto,
0:16:00 es pensar en aquellas personas que, a diferencia de darle,
0:16:03 cuando están frente a algún viajero,
0:16:05 tienen una sola frase que es algo así como buen viaje o buena suerte,
0:16:09 y dejar que después vaya en busca de su propio destino el que está partiendo.
0:16:14 Eso es lo mejor que se le puede otorgar para que se va.
0:16:17 Y para que se va es la chamarrita que va a cantar ahora.
0:16:25 Un otro amigo, Don Alfredo Citarro, se recuerdo de tantos amigos, Don Alfredo.
0:16:31 Yo no lo he conocido a Don Alfredo,
0:16:34 y sin embargo he sido amigo de tantos amigos de él.
0:16:38 Yo le meto los conocidos a ellos cuando militaban el peronismo de Derechos.
0:16:43 Para que se va de izquierda.
0:17:08 El pago si te vas para la ciudad,
0:17:12 cuantís más lejos te vayas más te tenés que acordar.
0:17:18 Cierto que hay muchas cosas que se pueden olvidar,
0:17:23 pero algunas son olvidos y otras son cosas nomás.
0:17:39 No heche en la maleta lo que no vayas a usar,
0:17:45 son más largos los caminos para que va a cargarle más.
0:17:51 Ahora que sos mocito y apita como el que más
0:17:56 no cambié nunca de frío aunque no tengas pa' fumar.
0:18:09 Y si sentís tristeza cuando vives para atrás,
0:18:15 no te olvides que el camino es pal que viene y pal que va.
0:18:21 No te olvides del pago si te vas para la ciudad,
0:18:26 cuantís más lejos te vayas más te tenés que acordar.
0:18:31 Cuantís más lejos te vayas más te tenés que acordar.
0:18:37 Era Alfredo Citarroza, la venganza será terrible, pal que se va.
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