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2 de Abril de 2010

Sujetos que se sientan con las manos entrelazadas detrás de la nuca y abren los codos

Transcripción automática

0:00:00 Tal lo prometido, hablaremos de sujetos que se sientan con las manos entrelazadas detrás de la nunca y abren los cogos.
0:00:06 O no, mejor. Sobre el error de Max von Pettenkoff.
0:00:11 Digamos que se trataba de un científico alemán que una vez se equivocó.
0:00:18 Y este error lo amargo profundamente y lo volvió loco.
0:00:22 Von Pettenkoff era bávaro, había nacido en Múnich en 1818,
0:00:28 lo crió un tío que era boticario de la corona.
0:00:33 Este tío lo fajaba con regularidad.
0:00:37 Max huyó de su lado y más tarde entró en una compañía de cómicos.
0:00:43 Fue actor bastante famoso, se había acortado el apellido al principio y al final.
0:00:49 De modo que se hacía llamar TENKOFF.
0:00:52 Llegó a actuar para el rey de Prussia, Federico Guisermo IV.
0:00:55 Pero no le duró mucho su pasión por el teatro.
0:00:59 Volvió a Múnich, estudió medicina y química y fue famoso por algunos descubrimientos.
0:01:06 Curiosamente volvió a sorprender al rey de Prussia pero esta vez en otros asuntos.
0:01:12 Pettenkoff consiguió fabricar un cristal púrpura que el rey buscaba desde hace tiempo.
0:01:19 Y también logró una mayor combustión del gas que se llamaba de madera, gas de madera,
0:01:26 con lo que este gas producía una mayor luminosidad.
0:01:30 Con esta sustancia se iluminaron las primeras estaciones de ferrocarril del reino.
0:01:36 Después se ganó el favor total de Guisermo, Federico Guisermo,
0:01:42 cuando le solucionó el siguiente problema.
0:01:45 Parece que el rey decía que vivía demasiado seco,
0:01:51 tan seco que la saliva se había ausentado de su cuerpo,
0:01:57 lo que le producía terribles problemas con la correspondencia.
0:02:02 Pettenkoff investigó entonces el lugar, las habitaciones, la galería, la chimenea.
0:02:10 Descubrió que este palacio tenía unos defectos de construcción,
0:02:16 que no aburriría a usted señalándolo, que había en él cambios violentos de temperatura
0:02:22 y a él le pareció que eso le secaba la saliva a Guisermo, Federico IV.
0:02:31 Mejor, a Federico o Guisermo IV.
0:02:34 El caso es que Pettenkoff hizo unas refacciones, que se yo,
0:02:38 y el rey milagrosamente volvió a tener saliva.
0:02:41 El día que escupió, se puso tan contento que le dio medallas a Pettenkoff,
0:02:49 incluso lo nombró investigador de cámara,
0:02:53 y es una investigación más íntima probablemente.
0:02:57 En el año 1854 apareció una epidemia de cólera en Mónich.
0:03:04 Y Pettenkoff se enfermó, pero pudo curarse.
0:03:08 Si había casado con una muchacha llamada Elena, tuvieron una hija, Ana,
0:03:13 que también se enfermó y también se curó.
0:03:16 Solamente murió la criada de la casa Paz Descanse.
0:03:20 Digo todo esto para introducir a Pettenkoff investigando las causas de la enfermedad del cólera.
0:03:27 El tipo dijo, voy a investigar las causas de la enfermedad del cólera,
0:03:31 así como refaccioné el palacio de Federico Guisermo IV.
0:03:34 Entonces recorrió todos los barrios de la ciudad, los hospitales, las casas pobres,
0:03:41 observó camas, clasificó ropa, observó también el suelo sobre el cual se levantaban las viviendas,
0:03:48 y escribió un informe en el cual revelaba que el cólera no se transmitía ni por la ropa,
0:03:55 ni por el contacto de hombre a hombre, ni por el agua.
0:03:59 Aseguró que los gérmenes se desarrollaban en suelos sucios, porosos o húmedos.
0:04:07 Y llegó a decir que el cultivo del vacilo del cólera fuera del suelo no perjudicaba a nadie.
0:04:15 Tenía que entrar en contacto de suelos húmedos y putrefactos para que se detonara toda la virulencia de este repugnante batraseo.
0:04:28 Con ese informe, Petencófa decía que en tanto el cólera no contagiaba,
0:04:35 debían suspenderse por inútiles las cuarentenas o el encierro de los enfermos,
0:04:40 porque te contagiaba solamente por el suelo podrido te contagiabas.
0:04:45 Y al mismo tiempo dijo que convenía revisar las calles, limpiar los suelos y al rey le hizo caso.
0:04:53 Y Petencófa se convirtió en elicienista del reino.
0:04:58 El propio Bismarck, el canciller de hierro, le otorgó ese título.
0:05:03 Bueno, el hombre desarrolló entonces unos trabajos de ingeniería para curar suelos, diseñó cloacas,
0:05:10 que se enfocaban todas en el río Izzar, se tuvo que pelear con todos los basureros,
0:05:15 que desde así a siglos transportaban los desperdicios y lo tiraban en unos terrenos.
0:05:20 Bueno, Petencófa decía que había que tirarlos al río,
0:05:23 porque el río se purificaba a sí mismo a causa de la corriente.
0:05:28 Dicen que Múnich se convirtió en la ciudad más limpia de Europa.
0:05:33 Ahora había un prusiano que se opuso a Fón Petencófa y lo destruyó.
0:05:39 Y este era Robert Koch, que por entonces se había descubierto el vacilo de la tuberculosis.
0:05:47 Y era más famoso que nadie. Imagínense, la mejor forma de hacerse famoso
0:05:51 es descubriendo el vacilo de la tuberculosis.
0:05:55 Koch había estado en la India, donde el cólera hacía desastres.
0:06:00 Había investigado las fuentes de agua de Calcutta
0:06:03 y llegó a la conclusión de que nada tenía que ver el suelo
0:06:08 con la propagación de la enfermedad.
0:06:10 Es decir, la conclusión opuesta a la de Fón Petencófa.
0:06:13 El cólera, decía Koch a los gritos, se difundía en el agua
0:06:18 por más limpia y potable que parecía.
0:06:21 Sólo con la llegada mínima de desperdicios humanos.
0:06:26 De culpa en ustedes se están comiendo.
0:06:28 Si llegaban desperdicios humanos a las corrientes,
0:06:31 enseguida, o mejor dicho, podía sobrevenir la epidemia.
0:06:35 También el contacto bucal con el sudor de una víctima
0:06:39 podía transmitir la enfermedad.
0:06:41 No sé si me interpreta lo que le quiero significar.
0:06:44 Y hubo un fuerte debate en Berlín entre Koch y Fón Petencófa.
0:06:50 Y Petencófa no convenció a nadie. Hablaba, se volvió entonces,
0:06:56 ganó Koch el debate.
0:06:58 Y entonces el tipo se volvió enojado a su laboratorio de Múnich
0:07:02 que se llamaba El Palacio de la Cipótesis.
0:07:06 Y empezó a investigar para jorobar a Koch.
0:07:09 Ya se enprovisió y se va a ver que yo tengo razón.
0:07:12 Cúltivocólera en tierra para demostrar que allí se multiplicaba,
0:07:17 se alteraban y que el viento esparcía los esporos. Error.
0:07:21 Un ayudante le dijo que los vacilos se absorbían y destruían por el suelo.
0:07:27 Que era justamente lo contrario de lo que decía él.
0:07:30 Y el ayudante siguió diciendo que nunca se difundían en el polvo.
0:07:34 Petencófa quedó un poco atormentado.
0:07:37 A los pocos días en Hamburgo, donde él había diseñado un sistema de cantarillas,
0:07:42 apareció el cólera.
0:07:44 La gente empezó a seguir las reglas no de Petencófa sino de Koch.
0:07:50 Y, bueno, bebían aguerbidas y lavaban las manos.
0:07:54 Pero este Petencófa no se convenció.
0:07:58 Para demostrar que los vacilos tenían que estar en el suelo para producir el cólera
0:08:02 hizo algo increíble.
0:08:04 Se hizo enviar desde Berlín un cultivo de laboratorio reproducido fuera del suelo.
0:08:12 Y lo metió en agua y se lo tomó.
0:08:16 Para demostrar que de esa forma, si no estaba en el suelo, uno no se contagiaba el cólera.
0:08:24 Por un breve tiempo creyó que había triunfado.
0:08:27 Koch y sus ayudantes quedaron impresionados porque no le agarraba el cólera al tipo.
0:08:33 Entonces tenían miedo de que caziera toda la teoría bacteriana que habían elaborado.
0:08:39 Pero, tiempo después, Petencófa enfermó de cólera y Koch demostró que tenía razón.
0:08:49 Pero, sin embargo, hay que decir que Fompetencófa no murió de cólera.
0:08:54 Porque apenas dos horas después de reconocer su diagnóstico se pegó un tiro.
0:09:00 Tenía 83 años de edad y una vida por delante.
0:09:10 ¿Qué debe enseñarnos esta historia?
0:09:13 No lo sé, no hay obligación de que una historia enseñe algo.
0:09:17 Pero en esta radio sí. Te cuento historias que enseñan algo.
0:09:21 Lo primero que enseñas es que el cólera sí se transmite por el agua.
0:09:26 Pero yo uno es más exigente respecto de las enseñanzas.
0:09:30 Podría ser una enseñanza tal que dijera,
0:09:33 conviene mantener cierta humildad en nuestra convicción.
0:09:38 Es preferible mantener una prudencia en las convicciones,
0:09:43 cosa de no tener que andar pegándose un tiro.
0:09:46 Todo esto lo redactó la dirección de la radio.
0:09:51 Tiene una fan didáctico.
0:09:54 El departamento de Morales.
0:09:56 El departamento de Morales.
0:09:58 Tiene un poco más allá de la oficina de impotes.
0:10:02 Dependiente del ministerio de Baja Saber.
0:10:05 Sí, sí. Hemos ido a la discoteca.
0:10:08 Le explicamos toda esta historia a este hombre.
0:10:10 Qué triste la historia de Morales.
0:10:12 Dijo que él le había pasado algo muy parecido, pero distinto.
0:10:17 Que había discutido con un cuñado y que al final tenía razón él.
0:10:21 El cuñado.
0:10:23 No, él. Por eso era distinto.
0:10:26 Sí, muy distinto.
0:10:27 Me estuvo como dos horas contando en qué consistía la discusión.
0:10:31 Bien, como quiera que sea enterado de que el cólera se propagaba por el agua,
0:10:39 se contagia con el agua, me traigo un tango que se llama el arrozito.
0:10:44 Y que vamos a ver en la interpretación de Juanjo Dominguez.
0:12:31 El arrozito.

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