Transcripción automática
0:00:00 Continuamos, la venganza será terrible, estamos en Vendosa, en la feria del libro.
0:00:07 En el barco de la feria del libro de Vendosa, en el espacio Lepar.
0:00:11 En el maravilloso centro de Lepar, un lugar hermosísimo.
0:00:14 Esto es Guaymacher, ¿no?
0:00:18 Mucha, mucha, mucha gente esta noche.
0:00:21 Vienen muchos a saludar y a sacarse fotos aquí al borde.
0:00:24 Vamos, después que termine el programa, nos sacamos todos juntos ahí.
0:00:30 Para que no anden apuntando ahí abajo.
0:00:35 ¿Usted tiene algo para decir?
0:00:39 Vamos a hablar esta noche de sustituciones amorosas.
0:00:48 Es decir, de personas que se han disfrazado de otras, o directamente por arte mágica,
0:00:56 o por su poder de dioses, han tomado redondamente la forma de otro señor para enamorar a la mujer de este tipo.
0:01:04 Para que no.
0:01:05 Una sustitución.
0:01:07 Tenemos algunas, tres nada más, de distintos mitos.
0:01:11 Y el primero es de la India.
0:01:15 El Ramayana contiene un episodio en donde se encuentra, con bastante pudora de más,
0:01:23 el pecado de Indra.
0:01:25 Indra era el Dios del firmamento, en cuyas manos estaban el trueno y el relámpago,
0:01:31 y por cuya voluntad caían las lluvias.
0:01:34 Me parece que era un tipo muy prestigioso.
0:01:36 Claro, pesado.
0:01:37 Un Dios del trueno y la lluvia era un macanudo.
0:01:39 Indra andaba siempre montado en el elefante Ayrabata.
0:01:45 Como un programa de lipódromo de los dioses de la India y sus correspondientes montas.
0:01:53 Bueno, este Indra montaba al elefante Ayrabata, así como Vishnu, montaba al pájaro Garuda.
0:02:02 Y nadie le ganaba.
0:02:04 En alguna oportunidad, Indra quiso seducir a la esposa de un funcionario llamado Gautama, casualmente.
0:02:12 Igual, mira este.
0:02:13 Igual mismo apellido que el Buda.
0:02:14 La mujer se llamaba Ahalya.
0:02:17 Ahalya.
0:02:18 ¿Cómo me gustaría tener una novia llamada Ahalya?
0:02:21 Ahalya.
0:02:22 Ahalya.
0:02:23 Bueno, era hermosa esta fenómera.
0:02:25 Para seducirla, el Dios Indra tomó la forma del sabio Gautama.
0:02:31 Descendió a la tierra y directamente convertió en Gautama, fue a ver a la mena.
0:02:37 Que haces soy Gautama.
0:02:39 Bueno, convertido en este hombre, Indra tenía la esperanza de unírsele a la mujer.
0:02:52 O de unírsela.
0:02:53 No, de unírsela.
0:02:54 No, de unírsela.
0:02:57 Cuenta la historia que Ahalya se dio cuenta de que la persona que se había presentado era Indra.
0:03:04 Que no era su marido.
0:03:06 ¿Por qué se dio cuenta?
0:03:07 Porque era el elefante airabata estacionado en la puerta.
0:03:12 Me imagino yo.
0:03:14 Ahora he dicho, este es Indra.
0:03:18 Con la sombra.
0:03:19 Pero se hizo la autaria, no dijo nada, y se unió al Dios lo más contenta.
0:03:25 Y en todo caso habrá pensado que si se descubría una supuesta falta podría explicar tranquilamente
0:03:31 que había sido un gana.
0:03:32 Ah, yo que sabía que sabía.
0:03:34 En eso, Che, en lo mejor del asunto, ¿quién aparece?
0:03:40 El verdadero Gautama entró y se encontró nada menos que con él mismo, beneficiarse,
0:03:47 que dele con la esposa.
0:03:50 Debió ser una impresión formidable.
0:03:54 Bueno, ahora bien, en el mismo momento en que fue descubierto el Dios Indra volvió a
0:04:00 su forma inmediatamente.
0:04:01 Y entonces el verdadero Gautama se enojó y profirió una maldición sobre el Dios y
0:04:08 su esposa.
0:04:09 Los maldijo.
0:04:10 No me alejo que se yo.
0:04:12 Y a consecuencia de esta maldición, Indra perdió su virilidad.
0:04:18 Y a Jalya fue condenada a vivir invisible durante muchos años en un bosque.
0:04:24 Es decir, la maldición fue esta.
0:04:27 Conforme a esta maldición, tu Indra perderá la virilidad.
0:04:33 En cuanto a ti, esposa mía, vivías invisible durante muchos años en un bosque.
0:04:38 Después Rama otro.
0:04:42 Otro senador.
0:04:43 La encontró y la ayudó a ser visible otra vez.
0:04:46 Poco a poco la fue visibilizando.
0:04:49 No es fácil, ¿eh?
0:04:51 Pero es propio de un poeta eso.
0:04:54 A ser visible lo invisible.
0:04:56 El poeta se encuentra con una mujer que nadie ve y él empieza a fuerza de rimas, a fuerza
0:05:06 de música, a fuerza de juicios acerca de la condición humana.
0:05:12 A ser visible.
0:05:13 Y está muy bien.
0:05:14 Otra visión de este mismo maleficio cuenta que Indra fue obligado a llevar mil marcas
0:05:19 rosadas en su cuerpo, que es bastante preferible a la pérdida tostada y la virilidad.
0:05:27 Vamos directamente a los mitos griegos, segunda sustitución, segundo piola.
0:05:32 Había un rey salmoneo de Tesalia, así donde había buenos caballos.
0:05:38 Que bueno, si las daba de Dios, se disfrazaba de Zeus, recorría las calles cargados de
0:05:44 cacharros de bronce atados a su carro para imitar el trueno.
0:05:49 Ay, el trueno, el trueno.
0:05:51 Posterillero de ese tiempo.
0:05:52 Y no hacía nada porque estaba pagado.
0:05:54 Bueno, al mismo tiempo tiraba al aire unas flechas encendidas, algunas de las cuales caían
0:06:01 y quemaban a sus infortunados súbditos ya que se sabe que era rey.
0:06:06 Entonces tenía la ilusión de que estas flechas serán confundidas con los rayos de Zeus.
0:06:10 Al final, Zeus se cansó y lo reventó con un rayo, pero de verdad.
0:06:13 Ahora bien, este es el moneo, tenía una hija hermosa llamada Tiro.
0:06:23 ¿Cómo se llama usted?
0:06:25 Tiro.
0:06:26 Y sí, pero ¿cómo se llama?
0:06:31 La muchacha se había enamorado de un río, del río Enipeo, o más bien de su personificación.
0:06:40 Vagaba entonces día tras día por las orillas del río, llorando su soledad.
0:06:45 Pero el dios fluvial en Ipeo, a pesar de sentirse alagado y incluso divertido por la pasión que desaltaba,
0:06:54 no le daba bolilla.
0:06:56 Ah, sí, vio cómo son los ríos que se hacen los interesantes.
0:07:01 Cuenta Robert Graves que un día el dios Posidón, el dios del mar,
0:07:05 decidió aprovecharse de esta situación.
0:07:08 Vio cómo era la cosa, que andaba tiro, ahí caca-ra-caque, criqué-cré, cocorocó al río y el río nada.
0:07:15 Tomó la forma de Enipeo.
0:07:19 Fácil para Posidón.
0:07:20 Fácil para el dios del mar, tomó la forma de un río, es un juego de niña.
0:07:24 E invitó a tiro a un encuentro.
0:07:28 Cuando ella se puso a ti, digo, se presentó.
0:07:45 Posidón la sumió en un sueño mágico, como tantos.
0:07:50 Mientras tanto, una enorme ola se levantaba como una montaña para ocultar esta fechoría.
0:07:59 Y así Posidón la amó.
0:08:01 Bueno, así cualquiera.
0:08:03 Claro, qué piola.
0:08:04 Se hacían tanto fuego artificial, de una ola, que un sueño profundo, así enno,
0:08:09 y mira que se me resistan.
0:08:11 Cuando tiro se despertó Posidón le dijo que tendría estupendos mellizos.
0:08:18 Hijo de un padre mejor que un simple río.
0:08:21 Y esos hijos fueron peleas y nereo.
0:08:24 La última historia es de China.
0:08:26 Figura en el libro de las historias extraordinarias, citadas por Gambao.
0:08:30 Es un libro del siglo VI.
0:08:33 Y esta historia dice así.
0:08:36 Yuding era un hombre extraordinariamente hermoso.
0:08:42 Tenía un puesto alto en la administración.
0:08:46 En aquella localidad vivía la familia Su.
0:08:51 La hija menor era hermosa como ninguna otra mujer de la región.
0:08:56 Un día los Su tuvieron una visita inesperada.
0:09:03 Era el funcionario Yuding, aquel que era un hombre extraordinariamente hermoso.
0:09:09 El padre lo trató con gran cortesía y estuvo agasajando lo largo tiempo.
0:09:15 A terminar la reunión le rogó que no se fuera a su casa porque ya se había hecho muy tarde.
0:09:21 Le pidió también que lo honraera durmiendo bajo su techo.
0:09:24 Yuding aceptó.
0:09:27 Pero inmediatamente le habló con Franqueza, a Su.
0:09:31 Y le dijo que su hija le había parecido muy bella, que estaba enamorado.
0:09:36 Y finalmente ya jugado, preguntó si no podía quedarse con la mina durmiendo hasta el día siguiente.
0:09:42 Esos son funcionarios.
0:09:46 El padre ofendido un poco por lo inmoral de la propuesta,
0:09:50 pero considerando el gran prestigio y el poder de Yuding aceptó la propuesta.
0:09:57 Y a la hija le gustó. Le gustó.
0:10:01 Le gustó el funcionario Yuding, que era un hombre hermoso.
0:10:04 Así que durmieron junto toda la noche.
0:10:07 Anduvieron durmiendo toda la noche.
0:10:10 A partir de entonces, a Yuding se le dio juego de seguidilla
0:10:15 y empezó a ir cada tanto a morfar a la casa de los Su.
0:10:19 Y entre vinos y salamines, Yuding se quedaba polillando con la hija menor de Su.
0:10:26 Un día incluso el funcionario le declaró a Su.
0:10:31 Que a modo de agradecimiento, esto, incluso creo que fue así.
0:10:37 Su abrió la puerta de la habitación de la hija y estaba el funcionario ahí,
0:10:42 medio abrazado, tapándose con las cobijas, y de ahí le dijo,
0:10:47 a modo de agradecimiento puedo ayudarlo con cualquier tema en que la administración pueda molestarle.
0:10:53 Listo. Vállase.
0:10:56 Y un día el señor Su fue convocado por el Estado por una régula.
0:11:02 Entonces se acordó de aquel ofrecimiento que le había hecho Yuding
0:11:06 y lo fue a buscar para pedirle ayuda.
0:11:09 Lo fue a buscar al lugar donde trabajaba Yuding.
0:11:12 En cuanto se presentó la respuesta del funcionario, fue la siguiente.
0:11:15 Cómo se atreve a pedirme ayuda si yo no lo he visto nunca en mi vida.
0:11:22 El señor Su, estupefacto, le contó con todo detalle
0:11:27 en que circunstancia lo habia.
0:11:29 Mire, usted viene siempre a mi casa, ¿qué sé yo?
0:11:31 A Policia con mi hija, en fin.
0:11:34 El funcionario lo miró con mucha extrañeza y finalmente le dijo
0:11:39 si vuelvo a aparecer por su casa, márteme.
0:11:45 Pocos días más tarde, Yuding se presentó en la casa del señor Su.
0:11:52 Y el señor Su lo amenazó de muerte.
0:11:55 En pocos instantes, Yuding dejó de ser Yuding.
0:12:01 Y yo fue otro señor Su. Después fue un tigre, después fue zorro, fue perro,
0:12:09 fue grito y se disolvió en el aire.
0:12:13 El verdadero funcionario Yuding nunca se interesó por la hija de Su
0:12:19 que sufrió mucho.
0:12:22 Fin de la historia.
0:12:24 ¡Lind, Victoria!
0:12:26 ¡Pueden, Victoria!
0:12:30 Una última, me gustó entender que en todos los casos que contamos
0:12:35 se trata de una sustitución descendente.
0:12:39 Que es decir, que todos se han hecho pasar por algo menos.
0:12:42 Vada menos.
0:12:43 Claro, de lo que en realidad eran.
0:12:45 Un dios se hace pasar por un funcionario.
0:12:49 Yo creo que ese modo, a muchos de nosotros,
0:12:54 se hubiera ido bastante bien.
0:12:59 No sé, yo prefiero perder a una mujer por tratar de ser mejor.
0:13:05 Claro, es cierto.
0:13:07 Pero digamos a Alejandro, que a lo largo de la historia hay muchos ejemplos también
0:13:11 y que no siempre aconsejan eso que usted dice.
0:13:13 Estaba anotando el azar, por ejemplo, que nuestro amigo Zeus,
0:13:17 que es amigo de este programa, ha sido muchas veces reconocido
0:13:21 a ver, lluvia dorada en un momento, cuando le arraptó a Europa,
0:13:26 por tantas cosas.
0:13:28 Y hay un ejemplo canónico, que es en la comedia anfitrión,
0:13:31 de Plauto, un clásico, en que el tipo se difrace al general de la anfitrión
0:13:34 para beneficiarse al esposo, el general.
0:13:36 Y le pide a Hermes, al dios mercurio, que se difrace, o sea, que se convierta en socias.
0:13:41 Y ahí viene la palabra socias, el esclavo de la anfitrar.
0:13:43 Y lo hace todo y le va bien porque además se hace siempre bien.
0:13:46 Y esa no nos sirve porque se las reiden los dioses.
0:13:48 Pero hay otro ejemplo muy bonito, de un señor llamado Arthur Pendragon,
0:13:52 o para los que leíamos traducciones al español, Uter Pendragon,
0:13:55 que le pide a un mago que lo transforme en el marido de un atal higiene,
0:14:00 que así se traducía el nombre.
0:14:01 Y el mago le dice, sí, pero el primer hijo que tenga ser un hijo varón,
0:14:04 lo llamará Sarturo, y me lo darán para que yo lo crie.
0:14:07 Y ahí nace la esentad de los Reyes Arturo por la sustitución.
0:14:10 Nunca sabemos qué pasa después, porque Arturo no se transformó en el azarote.
0:14:14 Pero bueno, y pensaba en alguien que se llama como otra persona este programa,
0:14:17 Barton, el capitán Richard Barton, que era capaz de pasar por un habitante de cualquiera
0:14:22 de las tribus del desierto, hablaba 12 acentos diferentes del árabe.
0:14:25 Sabe que Barton trabajaba en 14 libros al mismo tiempo.
0:14:30 Y trabajaba del siguiente modo.
0:14:32 Tenía un gran salón con 14 escritorios, con sus carpetas, su pluma preparada,
0:14:38 y iba de escritorio a escritorio atendiendo cada uno de sus libros.
0:14:43 Y su muerte, la última cuñada que tuvo, hizo quemar buenas partes de sus obras.
0:14:46 Es increíble, pero bueno.
0:14:47 Estaba pensando después en otro ejemplo, que son los espías después de todo.
0:14:51 No son otra cosa que personajes sustitutos que también intentan conquistar algo.
0:14:55 Me dirán que los actores también, no, porque si le va mal como actor,
0:14:58 a los somos tiene una mala crítica, como espías lo matan.
0:15:01 Y creo que ahí hay algún secreto, porque en estas cosas creo que es donde nos va.
0:15:05 Si no le va la vida a uno en eso, no tiene sentido.
0:15:08 Pero no pasa solo con la personalidad, pasa con el arte.
0:15:10 Walter Benjamin nos aclaró la reproducción.
0:15:12 Y alguien ha dicho esto.
0:15:14 Existen asesores de imagen, jefes de prensa, maquilladoras.
0:15:17 Digo que tratan de que uno sea un poco más otro, no necesariamente otro distinto.
0:15:22 Pero cuando uno ama, cuando uno trata de conquistar a una mujer, necesariamente es otro.
0:15:27 Y como dice usted, nunca va menos. Siempre es mejor.
0:15:30 Y siempre es otro.
0:15:31 El problema es que quizás ella jamás se entiende del esfuerzo y del sacrificio que hace uno
0:15:35 para transformarse en otra cosa.
0:15:37 Porque dónde se ha visto que una mujer que ha conseguido ser enamorada finalmente
0:15:41 en un momento culminante del cariño se pregunte, ¿será él?
0:15:51 Y será él, es la canción que va a ilustrar esta pequeña charla,
0:15:57 escucharemos la versión de esta linda milonga,
0:16:00 en la voz de Alberto Merlo.
0:16:11 Sobre el brocal que resguarda el viejo pozo aguacero,
0:16:25 con su percaldo minguelo en la voz asentada guarda,
0:16:32 se ve en la inquieta que tarda quién su cariño presente,
0:16:39 porque llevando a la frente una mano a explorar alerta,
0:16:45 la vieja huella desierta donde no asoma el ausente.
0:16:54 Y mientras cada mirada atrás un suspiro va huyendo,
0:17:14 un clavel se va durmiendo sobre una cálida almohada,
0:17:21 ya el sol la veré telomada, lo oculta y ella batida.
0:17:28 Mira la flor prometida mientras sus manos nerviosas
0:17:34 torturen los moños rosas de sus trenzas renegridas.
0:17:51 Pero de pronto calmando su sin quietud es divisa,
0:18:04 a un ginete que deprisa bien el camino acortando,
0:18:11 entonces como soñando besa con ansia el clavel,
0:18:18 y aunque ya el instinto fiel le promete su ventura,
0:18:24 suspirando con ternura se pregunta a ser a él.
0:18:33 Y lo demás para qué decirlo si ya he sabido,
0:18:55 el reproche no ha existido y la tristeza se fue,
0:19:01 solo al mirarlo ya ve que no es posible el enojo.
0:19:08 Hay tanto amor en sus ojos, queso la pierda este reno,
0:19:14 mientras temblando en su seno revive el clavel.
0:19:21 Más rojo.
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