Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos de tentaciones, pero no de tentaciones en general,
0:00:05 la cual implicaría un examen de la historia del mundo.
0:00:09 Si uno de las tentaciones sufrida por los aceptas, los monjes de medidad,
0:00:15 de iguales que se retiraban al desierto, así siempre la tebaida,
0:00:20 y que fueron tentados nada menos que por el diablo, que es sino
0:00:25 con la intención de alejarlo de la virtud naturalmente.
0:00:29 Diablo como mujer hermosa.
0:00:32 Como sabemos, el diablo asaltaba muchas veces con el horror para
0:00:41 hacer huir a la coreta de su vida diados.
0:00:44 Se presentaba muchas veces como bestia, como monstruo, como serpiente.
0:00:51 Cuando San Antonio, por ejemplo, llegó al desierto Xixio, a fines del siglo III,
0:00:57 vivió sus famosas disputas con el diablo, aquella que pintó mucho más tarde
0:01:02 y erónimos el bosco.
0:01:05 Parece que una noche, una tropa infernal produjo un río tan intenso
0:01:11 que toda la morada de Antonio fue sacudida.
0:01:13 Por lo demás, la morada de Antonio era lo suficientemente endeble
0:01:16 como para dejarse sacudir, sin más de la mínima aparición,
0:01:20 no era necesario una tropa de demonio para sacudir la morada,
0:01:24 sino permite la expresión.
0:01:37 Cuando los muros de la caverna donde dormía el santo se descubrajaron,
0:01:42 los xxxxos entraron desprolijados y sin virtuosamente,
0:01:45 con esa imagen entraron en perfector.
0:01:49 Y se presentaron bajo la forma de leones, oso, toros, lobos y serpientes.
0:01:55 Cada uno de ellos hacía lo que se hable, pero estos aniguelos leones rugían,
0:02:00 los toros corneaban toreros y las serpientes se regían ante él.
0:02:09 Antonio permaneció sin embargo en su caverna varios meses, sin hacer caso.
0:02:18 Parece que después de los asaltos del diablo,
0:02:21 Antonio quedaba varias horas en el suelo desmayado,
0:02:26 pero nunca abandonó la caverna ni mucho menos la vida pacética.
0:02:32 Pero, si bien esto era lo usual, lo clásico,
0:02:39 después empezaron las apariciones del diablo ya bajo la forma,
0:02:42 pero no se ha intentado de mujeres hermosas.
0:02:48 Parece que Antonio se cruzó un día con una muchacha en el desierto.
0:02:53 Ya el dicho tiene algo de inusual.
0:03:01 Un lugar se llama el desierto,
0:03:03 implica la casi total ausencia de muchachas con las cuales cruzarse.
0:03:09 Bien, Antonio siguió el camino,
0:03:14 pero estaba seguro de haberse encontrado con el diablo.
0:03:17 La verdad es que en este caso no se especifica si la mujer era tentación diabólica
0:03:25 o si era verdadera.
0:03:28 No dice esto la historia.
0:03:30 Pero el profesor La Casiere dice que la distinción hubiera sido más rana,
0:03:35 porque para San Antonio, en tanta caceta, todas las mujeres eran el diablo.
0:03:42 Antonio murió en el año 356 a la edad de 105.
0:03:48 Escribió su biógrafo.
0:03:50 Vivió hasta la vez que sin que sus fuerzas ni noyeran,
0:03:53 y ninguno de sus dientes cayó.
0:03:57 Y esto, de un modo lunar, pero indiscindible, es una moraleza.
0:04:13 Lo que quiere el asciógrafo que nosotros pensemos es que,
0:04:20 si insistimos en no saludar a las señoritas que se nos cruzan en el desierto,
0:04:25 si diremos hasta los 105 años si no se nos caerán los dientes.
0:04:30 Pero si ese es el precio de tan modesto logro,
0:04:34 yo prefiero saludar a las armas que se me crucen en este desierto que es mi vida.
0:04:43 ¡Me lo juro!
0:04:45 Pero hablemos de la tentación de San Pañón, que es la que más me gusta,
0:05:00 porque sufrió la aparición de alguien del pasado.
0:05:04 San Pañón llevaba 40 años en su celda del desierto, no pensando más en su salvación.
0:05:11 Un día comenzó a tormentarlo algo y escribió en él,
0:05:16 un día habiéndose transformado el devolio en una joven etíope a quien yo había visto durante un verano en mi juventud recogiendo aspiras de trigo,
0:05:23 me pareció que ella venía a sentarse sobre mis rodillas,
0:05:27 y me dio tal deseo de prender a Dios que me sentí un trajado de dolor tras darle un caquetazo a ella desapareció.
0:05:37 Es decir, era un recuerdo del pasado.
0:05:39 Se acordó de una joven etíope a quien había visto juntando aspiras de trigo.
0:05:46 También pudo resistirse a ese recuerdo y le dio un caquetazo al recuerdo,
0:05:56 pero la mano de San Pañón, todavía dos años después,
0:05:59 se diga tan mal olor que ni él mismo podía soportar la pestilencia.
0:06:05 Es decir, hay varias cosas raras.
0:06:08 Primero darle un caquetazo al recuerdo es fácil en la mala poesía solamente.
0:06:15 En realidad no.
0:06:16 Y después si la mano te quede olorosa, es tan bien raro.
0:06:26 Es el sentido de monía con el recuerdo.
0:06:33 ¿Usted te la recuerdo conmigo y la psicología?
0:06:37 Que algunos recueros se presentan solo para tormentarnos y son la forma que el demonio reveste.
0:06:46 Son lo que nos encaja en una conducta de recuerdo que podemos salir,
0:06:50 que nos impulsa hacia una patología o hacia una conducta pecaminosa,
0:06:56 y al menos como quiere usted.
0:06:58 Cuando no hacía la locura.
0:06:59 Cuando no hacía la locura.
0:07:01 Es decir, hace bien uno muchas veces empegarle caquetazos a los recuerdos del pasado
0:07:07 y también decirle que estos caquetazos nos dejan en la mano un cierto olor.
0:07:13 Después de todo el olor es tan bien otra forma de recuerdo.
0:07:18 El recuerdo se fue, pero el olor es una referencia, es un signo de la imagen que se ha creído.
0:07:27 La atentación de San Pañón del Loro Nazíneca en la historia de los atentas y los recuerdos tentadores.
0:07:32 El diablo aparecía muchas veces a la forma de una mujer de maravillosa hermosura,
0:07:37 extraviado en el desierto, y que se dirigía a cualquier solitario en demanda de hospitalidad.
0:07:42 Y eso le sucedió a Juan de Jepto según la historia de los monjes de Rufino.
0:07:48 No de Rufino, pero de los reyes, pero de los centafé.
0:07:51 Sino de Rufino, el autor de Historia de los Monjes.
0:07:56 Un día el diablo tomó la figura de una mujer bellísima y llegó hasta la caverna de Juan de Jepto.
0:08:03 Se sintió a estar estenuada, o estenuado, y dijo,
0:08:09 La noche me ha sorprendido en este desierto, se tenía la voz muy parecida a San Pañón.
0:08:20 ¿A dónde he venido para ocultarme?
0:08:23 Permitirme os lo suplico, descansar un poco en un rincón de vuestra celda, a fin de no ser laborada por las vesias.
0:08:31 Dijo el diablo y trasladó a la mujer hermosa.
0:08:34 Juan de Jepto aceptó y le preguntó cuál eran los motivos que la obligaron a la mujer por el desierto.
0:08:40 Por qué lo que hace son las tesoras, por estos desiertos.
0:08:44 Y dicen que ella lanzó en su discurso todo el veneno de sus encantos.
0:08:49 ¿Cómo me gusta que alguna mujer lance en su discurso todo el veneno de sus encantos?
0:08:56 De, sin embargo, esto comovió al Espíritu de Solitario.
0:09:00 A esas primeras palabras siguieron unas segundas.
0:09:04 Más dulce de agún mezcladas con risas y caricias.
0:09:09 Y según la crónica la mujer tuvo el atrevimiento de llevar ambas cabellas y hasta el cuello.
0:09:15 Bueno, condenado, la condenada, ahí es en tiernos.
0:09:19 Juan de Jepto quiso iniciar abrazos impulsos, que son los mejores.
0:09:26 Entonces el demonio se desvaneció entre sus manos, lanzando al heridos de cuantosos.
0:09:36 Juan de Jepto se abrigonció y en ese momento un tropelle de demonios se agrupó alrededor del aceite
0:09:47 y comenzó a reírse a cartazar.
0:09:49 Y se abrigonció mucho este hombre.
0:09:51 Y por haber sido tentado, Juan abandonó el desierto y se dedicó al comercio.
0:10:00 Los aceitas hablaban del envío de un sentimiento que adjudicaban al diablo y que era la asidia,
0:10:06 palabra griega que significa indiferencia, tío, apatía, el corazón y el alma.
0:10:12 En instituciones de los monjes de Jepto, Casiano escribió que se trataba de unas piebras pertinas
0:10:18 con sus accesos aparecían periódicamente.
0:10:21 El aceite comenzaba a sentir horror por el lugar donde vivía, astilio de sus celdas y desprecio por sus hermanos.
0:10:28 La asidia, un mal de la soledad, era atribuida al diablo y era generalmente enviada al medio día.
0:10:34 Atención, cuando esté al medio día, Rodón, sienta que nada le importa en la asidia que le envía al diablo.
0:10:41 Así te sale, va corriendo.
0:10:44 Pero claro, la mayoría del calor insoportable producía aquella sensación en el desierto.
0:10:50 El medievalista italiano de la Universidad de Bologna Vito Fumagalli cuenta que en los siglos XI,
0:10:58 los monjes europeos le tenían miedo al sueño.
0:11:02 Esa derrola aunque la carne, durante las horas nocturnas, escapa al control de la virtud.
0:11:09 Casián, una siglo XI, distinguía entre las ilusiones nocturnas voluntarias y las involucarias.
0:11:16 Las primeras la provocaban un deseo y no un combatido.
0:11:20 Las segundas eran independientes del comportamiento del hombre, pero marcaban también una dura derrota.
0:11:26 Decía Casián que las ilusiones nocturnas eran amargos, nautraques y trumpos del demonio.
0:11:31 Entonces, dormía poco.
0:11:34 La única manera era no dormir.
0:11:36 Casi todos los monjes de Kilimí dormían entre una y dos horas.
0:11:40 Y se establecían guardias para descortar al que, durante el sueño iniciara movimientos honestos.
0:11:53 Contemos para terminar algo acerca de uno que hacía cosas raras para evitar la sentación.
0:11:59 El franciscano Pedro de Alcántara llegó a Santo, pero primero murió.
0:12:05 Murió en 1562.
0:12:07 Acá dice, llegó a Santo y murió en 1562.
0:12:10 Que nunca miró a una mujer y en verdad a nadie.
0:12:14 Pero no era ciego, simplemente procuraba no mirar.
0:12:18 Pedro conocía a nosotros frailes por su voz.
0:12:22 Nunca levantaba la mirada del suelo y a veces andaba con los ojos cerrados.
0:12:28 O con los ojos cerrados mirando al suelo, arrastrando a los fangullos y arrimados a la pared.
0:12:35 Cuando tenía que ir a algún sitio de viaje, no sabía por dónde pasaba.
0:12:40 Se contentaba con ir detrás de los camiones.
0:12:44 Ah, no, detrás de sus compañeros atado a una soga.
0:12:49 Y preguntaba un compañero dónde iba y por el que decía, voy a Palmiro.
0:12:55 Muy bien, se acompaño.
0:12:58 Entonces, si me tengo una semilla por abajo.
0:13:02 Un lugar elegido.
0:13:05 Todo esto lo hacía para evitar ser tentado.
0:13:09 Pasaba en vela toda la noche, dormía una hora por noche más o menos.
0:13:13 Después se mortificaba, ¿no?
0:13:15 Mortificaba los sentidos que para él en la ventana del alma, para evitar la tentación.
0:13:20 Este muchacho Pedro de Alcántara, a lo base de dormir poquísimo,
0:13:25 no se protegía de calor ni en el frío.
0:13:29 Comía una vez cada tres días. Hablaba poco y torturaba su carne.
0:13:34 Me refiero a la que comía.
0:13:37 Sí, ya, verdad. Yo creo que voy a poder ponerle.
0:13:40 Santa Terenza dice que aquella penitencia le dio el resultado.
0:13:44 Y que a ella misma se le apareció en un par de oportunidades,
0:13:48 a Uriolaro de Grisante y Gloria,
0:13:50 que lo podían revelar el éxito de aquellas, de aquellas procedidas.
0:13:54 Pero muy bien Pedro Alcántara, que no me daba.
0:13:58 No se ha dado el mundo sin verlo.
0:14:00 Yo solamente el suelo, el piso, la parte inferior del mundo.
0:14:08 Solo para no ser tentado.
0:14:14 ¿Cuál a mí me gustó aquella consideración de Antonio Gono Secrusca
0:14:27 en el desierto con una mujer enseguida?
0:14:29 Dice que es el diablo.
0:14:32 No importa si fuera en verdad una aléana.
0:14:35 Para él era aléado.
0:14:37 Y no estaba equivocada el sentido que le fuese.
0:14:40 Lo que producían las mujeres en él era ciertamente demoníaco.
0:14:49 Pero me dirá, bueno,
0:14:51 usted organiza la percepción de modo tal que lo que importa son los efectos
0:14:57 y no la realidad.
0:14:59 ¿Cómo conjeturamos la realidad sino por su sefe?
0:15:02 Señor mío, digo yo, mientras miro a una dama, ciertamente demonio,
0:15:08 que nos atendió la risca o tecdaria.
0:15:11 Ahí vivimos a la gran carrera porque si hay algo que no resistimos son las tentaciones.
0:15:17 Así que mandamos después a otras personas a que pudieran un disco cualquiera.
0:15:25 Y nos trajeron una rumba que tiene en su título algo de las tentaciones.
0:15:32 Esto se llama por tus ojos negros.
0:15:34 Y ciertamente,
0:15:39 yo adivino que se están requiriendo a los ojos negros de una dama que es en realidad el diablo.
0:15:47 Usted me diga como si no, al ver piedra.
0:15:53 O como si no le resultara tan sencillo ese traspaso.
0:15:57 Esa es la situación entre la dama y los ojos negros y el demonio.
0:16:01 No, me parece bien, es como el modo en el que te armaron los títulos.
0:16:05 Por tus ojos negros.
0:16:07 Es una situación a la condena.
0:16:09 ¿A dónde vas a robar al infierno?
0:16:12 ¿Por qué es lo que te acondentaba?
0:16:14 Por tus ojos negros, mujer, dice, ¿no?
0:16:17 Y entras en prisa de senta.
0:16:22 Por tus ojos negros es una rumba que canta ahora mismo Carlos Garellos.
0:16:44 Y el corazón acuareco sin ecuaredo.
0:16:49 Y el corazón acuareco sin ecuaredo.
0:16:53 Y el corazón acuareco sin ecuaredo.
0:17:14 Por todas las rutas de ilusión.
0:17:20 En el control que te conviene no.
0:17:26 Una ronca de la soludio un viejo amor.
0:17:34 Por tus ojos negros es una tarde de carácter.
0:17:41 Y del ser iluminal o no,
0:17:45 hoy te vuelves a encontrar.
0:17:51 Un desle QUESTION,
0:17:55 todo un oppos ME poster.
0:17:58 Quien la decision.
0:17:59 Quiera pa la PML...
0:18:05 Y ahora antes hiciera para te entras,
0:18:39 ¡Y entonces addóel, adóel, adó Industr suchartelation!
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