Encontrá todos los archivos de audio en MP3 del programa de radio La Venganza Será Terrible de Alejandro Dolina

9 de Abril de 2015

Un episodio de espiritistas

Transcripción automática

0:00:00 Continuamos en la venganza, será terrible, estamos en el auditorio de Radio del Plata,
0:00:09 nuestro galponcito de la calle Gorriti 5963.
0:00:13 Mañana jueves será la última presentación en Buenos Aires esta semana, pueden venir
0:00:18 a la media noche, porque el viernes haremos el programa en posadas, en misiones, en el
0:00:23 Instituto Montoya, a través de la gente de misionesonline.net, ahí hay más información.
0:00:30 El viernes en posadas.
0:00:33 Hablaremos esta noche de un episodio de Espiritistas que involucra al espíritu de Enrique Octavo,
0:00:42 de quien hablamos muchas veces aquí, también llamado Charles Louton.
0:00:47 Enrique Octavo había cometido muchísimos pecados, había tenido seis esposas,
0:00:56 a una de ellas le cortó la cabeza a Anabolena, la más famosa quizá, porque fue la madre también
0:01:02 de la reina Isabel de Inglaterra.
0:01:08 Bien, todo el mundo sabía de estos crímenes, bla, bla, bla.
0:01:13 Y en 1917, un misionero británico que vivía en la China,
0:01:20 leyó una biografía de Anabolena, quien, como hemos dicho, había sido esposa de Enrique,
0:01:28 y ejecutada en 1506, por adulta, por orden justamente de Enrique.
0:01:35 Ahí está, en la Torre de Londres, un lugarcito donde te dicen que ahí le corta la cabeza.
0:01:41 Y este misionero que se había emocionado con la historia de Anabolena, se llamaba William Pachenham,
0:01:49 y posteriormente fue canónico.
0:01:52 Al principio, este señor Pachenham se interesó solamente por Anabolena,
0:01:58 pero luego fue estudiando con tanto fervor el tema que terminó por convertirse el tema
0:02:06 en el asunto central de sus investigaciones.
0:02:09 Y no había en la vida otra cosa que le interesara más que la decapitación de Anabolena a manos de su esposo.
0:02:18 Cuando volvió a Inglaterra, recuerde, se quitaba en la China, se propuso rescatar la reputación de una reina
0:02:27 muy mal comprendida, según él creía, y se propuso hacerlo a través del perdón de su esposo.
0:02:35 O sea, ¿cómo modificó esta idea de que Anabolena era un tanto ligera de cascos?
0:02:43 Bueno, haciéndole a perdonar por el propio Enrique, pero Enrique ha muerto.
0:02:48 Bueno, para eso, para lograr el testimonio de Enrique, no solo indagó históricamente que es una manera,
0:02:57 buscar documentos que aseguren que Enrique le había perdonado o algo así.
0:03:03 Entonces buscó allí frases de perdón, momentos de arrepentimiento que pudiera encontrar en las crónicas.
0:03:11 Pero también trató de comunicarse con el fantasma de Enrique,
0:03:17 o al menos con algún otro fantasma que intercediera ante el fantasma del rey para pedirle el perdón postrero de su esposa.
0:03:28 Pakenham no era médium, ni tenía ninguna virtud en ese sentido, pero consultó a otros médiums profesionales
0:03:37 para hablar con fantasma del tiempo que estaba estudiando el siglo XVI en Inglaterra.
0:03:43 Pakenham conoció primeramente a Miss Clegg una médium que lo ayudó.
0:03:49 En la primera sesión de las muchas que realizaron sucedió lo siguiente.
0:03:56 Se empezaron a acumular hechos absurdos, experiencias dudosas, apariciones equivocadas.
0:04:05 Y parece que en una de esas, después del llamado a Miss Clegg, apareció el fantasma de un viejo de pelo blanco.
0:04:13 Pakenham decidió que se trataba del padre de Ana Borena.
0:04:19 Uy, mire, eso es seguramente el padre de Ana Borena.
0:04:22 Y le pidió al espíritu una descripción de Ana, también para comprobar si el espíritu no estaba pintiendo.
0:04:30 En realidad el espíritu le dijo, soy el padre de Ana Borena.
0:04:34 Para ver si era cierto, Pakenham le dijo a ver, describa Ana.
0:04:40 Y el espíritu dijo que Ana era más bien regordeta y que, entre otras cosas, tenía manos muy besas.
0:04:47 Y entonces indignado el misionero Pakenham le dijo que se fuera.
0:04:56 Incluso quiso golpear al espíritu en quien había descubierto ya un impostor.
0:05:02 La erudición del misionero le indicaba que Ana Bolen no podía tener manos muy bellas porque en una de ellas tenías seis dedos.
0:05:11 Ana Bolen tenía un dedo supernumerario en una de sus manos.
0:05:15 Y es discutible si se puede o no tener manos bellas con un dedo de más, un dedo que te sobra.
0:05:24 Y el espíritu, antes de escumarse, hizo una disculpa que me parece de lo más extraordinario que he escuchado en las últimas 24 horas.
0:05:34 El espíritu dijo que en vida se había dedicado a la impostura y que en la muerte no podía evitar esa condición de impostor.
0:05:45 Y estaba condenado a presentarse a quien lo convocara fingiendose a alguien que no era.
0:05:54 Un personaje extraordinario.
0:05:56 Condenado a presentarse siempre como alguien que no era.
0:06:03 Entonces la médium explicó a Pakenham que no era su culpa la intromisión de aquel fantasma impostor.
0:06:13 Al final Pakenham comprobó que Miss Clegg era excelente médium pero que solo convocaba a espíritus equivocados.
0:06:20 Así que no fue más.
0:06:22 En diciembre de 1922 Pakenham recibió una carta.
0:06:28 ¿La tiene ahí?
0:06:33 Estoy abriendo.
0:06:36 Y tres médiums importantes de Londres, a saber, Elinor Kelly, Frederick Bond y Miss Hester Dowding,
0:06:46 que sabían conocían el interés de Pakenham, lo citaron para conversar.
0:06:51 Y le dijeron que a través de ellos iba a poder contactar a los espíritus según el método que los espíritistas llaman escritura automática.
0:07:01 Según este método, el médium entrance se transforma en una especie de amanuense delfinado.
0:07:11 El tipo escribe lo que el final le dicta.
0:07:15 Se iniciaron entonces sesiones en la casa de Hester Dowding en Chelsea
0:07:21 y parece que el lápiz de Miss Dowding voló sobre una libreta de apuntes y quedó escrito.
0:07:29 Estoy aquí, firmado en Rique.
0:07:36 La señora continuó escribiendo, mientras Kelly y Bond continuaban hablando con el espíritu del rey.
0:07:46 Le preguntaron si sabían que estaba muerto.
0:07:50 Y el rey le pregunta al espíritu, ¿usted sabe que está muerto?
0:07:54 ¿Y qué dice?
0:07:56 El espíritu del rey contestó.
0:07:58 Sí, lo sé. Es horrible.
0:08:01 Quiero saber si saben lo que ha sucedido y por qué estoy todavía en un lugar oscuro.
0:08:07 Pakenham creía certificar a leer eso que Enrique permanecía castigado por sus crímenes.
0:08:15 Enrique continuó.
0:08:17 Dijo que su hija, Isabel, la hija de Annaboren, no significaba nada para él.
0:08:22 Cuando se le advirtió que esa hija se había convertido en una reina extraordinaria, contestó que no lo podía creer.
0:08:29 ¿Sabe que los espíritus suelen andar, así como los personajes de los sueños, atrasados de noticias?
0:08:38 No saben mucho lo que está pasando.
0:08:41 Luego Pakenham hizo recordar a Enrique que el derecho divino de los reyes no tendría peso el día del juicio final,
0:08:50 por lo que era conveniente que él se repintiera de sus crímenes.
0:08:55 Enrique se enojo y con trazos muy gruesos escribió a través de la médium lo siguiente.
0:09:02 Yo no lo oiré. Usted es un estúpido, un ribón de taberna que se divierte a mis expensas porque estoy muerto.
0:09:11 Me gustaría estar vivo para mandarlo ejecutar.
0:09:14 Pakenham explicó a sus compañeros, Mediums, que Anna Bolena había dicho en el cadalzo,
0:09:20 Dios salve al rey, de una forma de perdón, y explicó que él como canónico, aunque hubieran pasado 400 años,
0:09:27 estaba obligado a hacer caso de esa súplica, pero por ahora parecía que no tenían suerte.
0:09:34 Cada vez que hacían contacto con Enrique, el rey aparecía insultante, no quería salir de la oscuridad,
0:09:41 ni rey me indicaba de modo alguno la figura de Anna Bolena y nada.
0:09:45 Finalmente, algunos meses después, con gran esfuerzo, en una sesión pudo reunirse.
0:09:51 Enrique octavo y todas sus reyinas, las serias, las dos Catalinas, todas.
0:09:59 A Gulsic, que era el ministro, a Tomas Moro, que también había sido una víctima del rey,
0:10:08 entonces él vio que Pakenham vio que los espiritistas copiaban voces del más allá a toda máquina.
0:10:18 A veces hablaban con voces extrañas o reproducían golpes que se traducían en frases.
0:10:24 Y se le dijo a Pakenham que Enrique octavo quería ser público su arrepentimiento
0:10:30 y quería hacerlo frente a los fantasmas de sus esposas y a sus funcionarios principales.
0:10:37 William Pakenham abrazó emocionado a los médium y seguro de haber cerrado un hecho, un esto de la historia,
0:10:45 bendijo a todos los espiritus presentes que él no veía desde luego, lo único que veían es lo que escribían los médium.
0:10:52 Y otorgó a Enrique, como canónico, que era el perdón.
0:10:56 Más tarde les pagó a los médium, pagó muy contento, sabedor de que ese dinero era poca cosa,
0:11:07 al lado de la resolución póstuma de aquel problema histórico.
0:11:12 Se gastó muy bien la guita realmente.
0:11:16 Después se fue a su casa y empezó a escribir un libro acerca de este episodio que clausuraba la historia de Enrique con sus esposas.
0:11:24 El libro de Pakenham se llamó La Historia de los Tudor, y aunque se publicó a mediados del siglo XX, ya no lo recuerda nadie.
0:11:33 Y esta es la historia de Pakenham y su intento por Redimir, Ana Bolena y por perdonar a Enrique.
0:11:42 Es una historia extraordinaria.
0:11:45 Bueno, le dedicamos esto a Sberenburg, que fue el que trajo esta idea de que los muertos, cuando mueren, a veces creen que están vivos.
0:11:57 Y Sberenburg visitó el cielo personalmente y nos trajo muchas noticias de allí.
0:12:06 También dedicamos esta charla a ese fantasmita que estaba condenado a ser siempre un impostor, a presentarse siempre como uno que no era.
0:12:16 Y sí lo dedico porque tal vez yo soy como ese espíritu condenado a la impostura perpetua.
0:12:26 Digo, yo mientras estoy a punto de convertirme para siempre.
0:12:31 También se lo dedicamos a esta medium que tenía poderes, pero convocaba a espíritus que no tenía nada que ver con la historia.
0:12:39 Estaba hablando de Enrique Octavo y se le presentaba el mariscal Rommel.
0:12:43 ¿Qué va a hacer? Gente que no tiene suerte.
0:12:45 Hemos ido a la discoteca y le pedimos discos de espiritistas, de fantasmas y de perdones.
0:12:55 Y entonces conseguimos un disco que es nada menos que no te perdono más.
0:13:03 Pero por esa historia de convocar a uno y que aparezca a otro, estaré yo mismo cantando ese tango,
0:13:10 cuando todos esperaban un destino más venturoso para esta parte del programa.
0:13:16 ¿Estás seguro?
0:13:17 No se perdono más, canto yo mismo pero acompaña Federico Mijer.
0:13:24 Adirante.
0:13:54 Vivir así en esta eterna desconfianza, decidir sin la esperanza de sus seres felices.
0:14:05 No te perdono más, te grita mi conciencia.
0:14:15 No te perdono más, es esa mi sentencia.
0:14:25 No te perdono más, se reje mi corazón, inútil es que sabes, inútil es que clames de nuevo mi perdón.
0:14:42 Por perdonar y perdonar es tanta mentira, de mi enredado en el tormento de tu vida.
0:14:52 Fue vilagroso apartarme de tu lado y así salir del sendero equivocado.
0:15:02 Vuelvo otra vez a recorrer el buen camino que en ciego de satino dejé por vos.
0:15:14 No te perdono más, te grita mi conciencia.
0:15:24 No te perdono más, es esa mi sentencia.
0:15:35 No te perdono más, se reje mi corazón, inútil es que clames, inútil es que sabes, no te perezó no más.
0:15:53 Era Alejandro Dolin, a la venganza será terrible, no te perdono más.

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