Transcripción automática
0:00:00 Haberemos hoy de Mesíe de Lozín y Catalina de Gramón.
0:00:08 Mesíe era un noble integrante que hizo de las suyas en la corte de Luis XIV, de Francia.
0:00:17 Y yo creo que alguna aventura hemos contado de él.
0:00:20 En realidad se llamaban Tonín, nompar de Comón, y era el tercer hijo de Conde de Lozín.
0:00:26 Ser el tercer hijo de una familia noble no era una situación envidiable.
0:00:32 Generalmente había dos alternativas.
0:00:34 O la carrera de las armas, o vestir el alto religioso.
0:00:39 Residido a No se hizo ninguno, a que los caminos, a Tonín, dejó la casa y se dirigió a París,
0:00:45 donde residía un primo hermano de su papá, el mariscal Duque de Gramón.
0:00:50 Allí lo recibieron muy bien, reducaron dentro de las normas de la etiqueta real,
0:00:56 y con tal conocimiento a Tonín se lanzó a la conquista de la corte de Francia.
0:01:01 Allí fue bastante bien recibida.
0:01:04 Era la época en que el joven Luis XIV se consumía de amor por la encantadora olimpia manchino,
0:01:10 con desa de sozón y sobrina del cardenal masarismo.
0:01:16 A Tonín se hizo un poco amigote en el XIV, se divertieron fiestas y levantan de ocasión.
0:01:23 Según las crónicas, los rompió los corazones de todas las cortes sanas,
0:01:30 y parece que se mofaban de las que lloraban,
0:01:33 hasta el día en que aquel corazón seco cayó en su propia trampa.
0:01:37 ¿Cómo eso le ocurría?
0:01:39 A mí me va a pasar.
0:01:42 Los violas, los que quieren incluso la suerte, no enamorarse seriamente,
0:01:49 de poder ejercer el luminoso fisi de Picaflor,
0:01:57 en una de esas casas, en una de esas el amor,
0:02:02 en la trampa que más temen.
0:02:06 A mí no me va a pasar.
0:02:08 El producto del amor, que se lo haga,
0:02:12 frases cínicas sobre el amor, 2.37 mil.
0:02:16 Hasta que le tocan un punto.
0:02:19 Y pues, el más doloroso, porque claro, no se la suelto.
0:02:24 Es un sínico, no tiene esperanza ninguna.
0:02:27 Sabe dónde ha caído, sabe que no tiene salida.
0:02:31 Por ahí un ingenio que se enamora,
0:02:33 más feliz, porque tiene esperanza.
0:02:36 Ya vendrá, que se yo.
0:02:40 Yo sé que el sínico conoce toda la trampa, sabe.
0:02:44 En un destino luminoso de un ojo, de una pupila, sabe que está el desamor.
0:02:50 Reconozco el desamor ahí, en un pezaneo.
0:02:54 Ah, sí, pezaneo en la mina, yo me dije, no, no es para mí.
0:02:57 ¿Por qué? ¿Por qué no?
0:02:58 Porque lo sé.
0:02:59 Porque trabajé toda la vida de...
0:03:02 Y entonces ese hombre sufre mucho más.
0:03:05 Sufre mucho más.
0:03:07 Se la cuenta cuando hay mucho riesgo, ¿no?
0:03:10 Sí, no sabe, sabe lo que le espera.
0:03:13 Lo peor es que sabe que no tiene salvación.
0:03:16 Sabe que la mina no revisará su posición.
0:03:20 Porque en el amor las posiciones no se revisan.
0:03:23 Él lo sabe, pero su otro es nuevo.
0:03:25 Bueno, así que mirá lo que le pasó a los centros.
0:03:30 En la Corte del Rey, que estaba pasando una temporada,
0:03:34 Catalina de Gramón, una prima de los centros,
0:03:37 que estaba casada con Luis Príncipe de Mónaco.
0:03:41 Dice la crónica que Catalina de Mónaco era atractiva, ingeniosa,
0:03:47 desenvuelta y picante.
0:03:49 Bueno, los dos, el matrimonio,
0:03:54 habían abandonado su residencia en Mónaco
0:03:57 y estaban viviendo en la Corte del Estatorce.
0:04:01 Antonín de los In, se enamoró de su prima Catalina y la sedujó.
0:04:08 Dice la crónica que ella lo acompañó al lecho
0:04:11 con una pasión tan violenta
0:04:14 que ambos debían guardar cama a solas por cuatro días
0:04:18 después de cada lance.
0:04:21 Los amoríos entre los In y Catalina se prolongaron por tres años.
0:04:26 Es un buen tiempo.
0:04:30 Durante ese lapso, Catalina hacía grandes esfuerzos
0:04:34 para convencer a su marido,
0:04:36 no olvidemos que era casada, Luis de Mónaco,
0:04:39 que queda conveniente permanecer en París
0:04:41 por cuestiones políticas para estar cerca del rey,
0:04:44 para tener influencia que es una vez la querida
0:04:46 tal con el otro tiempo.
0:04:48 Como es obvio,
0:04:50 ella aprovechó todos los días los supermanes
0:04:53 para disfrutar de sus encuentros con el primo Los In.
0:04:57 Cuentan que Luis de Mónaco era famoso por su mioptía.
0:05:01 Sin embargo, terminó por descubrir ciertas anomalías
0:05:05 en el comportamiento de su mujer
0:05:07 y por lo tanto decidió volver a Mónaco
0:05:09 y llevarse a su esposa con él.
0:05:11 Volvemos a Mónaco, que no me gusta aquí.
0:05:14 Bueno, aquel viaje del matrimonio a la iglesia Mónaco
0:05:19 fue asombroso.
0:05:21 De golpe dieron a un vendedor ambulante
0:05:23 que seguía el cortejo intentando acercarse.
0:05:27 Luis de Mónaco no pudo reconocer bajo el disfraz
0:05:30 al desventurado Antonín de Los In,
0:05:33 pero aunque no reconoció al amante de sus cosas,
0:05:36 igual hizo echar al vendedor por molesto.
0:05:40 Más tarde pudo verse a un cazador
0:05:42 que se acercó a la comitiva para contar sus periprecias a los...
0:05:46 a la custodia.
0:05:48 Era a los In otra vez.
0:05:51 Los In en ningún momento pudo acercarse a Catalina
0:05:54 del modo que pretendía.
0:05:56 En la frontera de la monagazca
0:05:58 debió abandonar toda esperanza.
0:06:00 Esto se regresó a París
0:06:02 y juró a sus amigos que moriría de pena.
0:06:05 Y con amigos, voy a proceder a morir de pena.
0:06:09 Pero poco después sucedió algo que ayudó a los enamorados.
0:06:13 Luis de Mónaco intentaba resolver el problema
0:06:16 de un déficit económico en Mónaco
0:06:18 para llenar sus arcas vacías
0:06:21 y decidió restablecer el derecho de peaje
0:06:24 en los barcos mercantes,
0:06:26 cobrar peaje a los barcos mercantes
0:06:28 que se detenían en el puerto.
0:06:31 El puerto de Mónaco tiene el no,
0:06:33 que es decir, la mala, la con la mía o algo así.
0:06:38 Los marinos marcelleses,
0:06:40 cercanos de marcelles,
0:06:42 tomaron muy a mal la cosa
0:06:44 y se quejaron a Luis XIV.
0:06:46 Y Luis convocó a París al príncipe Luis de Mónaco
0:06:49 para que diera explicaciones sobre este impuesto.
0:06:52 El príncipe tuvo miedo de enfrentar a otro rey
0:06:55 y envió en su lugar a su esposa
0:06:57 para que se entrevistara con Luis.
0:06:59 Por Luis XIV, no conozco.
0:07:01 Cuando los insupo que Catalina regresaba a ver
0:07:04 Salles sola,
0:07:05 se volvió loco de contentes imaginables.
0:07:08 Pero la alegría de este mensaje no dura mucho.
0:07:11 La chica tuvo entrevistas con el rey,
0:07:14 cada vez más frecuentes, cada vez más prolongadas
0:07:17 y cada vez más íntimas.
0:07:19 El rey llegó a la conclusión
0:07:21 de que el impuesto aquel del peaje
0:07:24 estaba bien,
0:07:25 que la princesa de Mónaco le gustaba mucho
0:07:27 y al final la hizo su amante.
0:07:29 Es decir, aquel regreso a París de Catalina
0:07:32 o a Alzaz de Catalina había servido a otro.
0:07:35 Entonces, Antonín se enteró, imagina que no se puso,
0:07:39 y juro vengarse el rey.
0:07:41 Por ejemplo, sabía que Luis XIV
0:07:43 recibía a sus amantes en unos aposentos
0:07:46 cuya puerta se abría a un corredor visibilizado.
0:07:49 Por ahí ingresaba el amante de turno.
0:07:52 Un día Luis arregló para que lo visitara a Catalina
0:07:56 y mientras se le esperaba en el aposento,
0:07:59 Catalina debía abrir la puerta
0:08:01 con la llave que estaba puesta del lado de afuera.
0:08:04 Estaba todo preparado y en condiciones.
0:08:06 Al rey en la cama, la llave en la puerta y Catalina avisada.
0:08:09 Pero unos minutos antes de que la favorita llegara,
0:08:12 Antonín pasó como una ráfaga por el pasillo,
0:08:15 cerró con llave y se llevó la llave.
0:08:18 A cabo de unos minutos, Luis XIV escuchó
0:08:20 como su amante,
0:08:22 que iritaba desde el corredor,
0:08:24 y golpeaba, implorando que la dejara pasar.
0:08:27 Dice la crónica, Luis intentó abrir.
0:08:30 Pue en vano, sacudió el marco, lamentándose
0:08:34 y suspirando inutilmente.
0:08:36 Los dos amantes y entristecíos debieron tomar la decisión
0:08:38 de acostarse por separados
0:08:40 con gran alegría de los sin.
0:08:43 Catalina sospechó a Antonín
0:08:45 y se lo dijo al rey,
0:08:47 que decía, ¿qué me parece que fue esto?
0:08:50 Y para vengarse a Luis XIV,
0:08:52 ordenó a los sin partir de un pechón
0:08:54 a un regimiento del vear,
0:08:57 allá por Navarra.
0:09:00 Los sin se negó.
0:09:02 Céloso le dijo al rey,
0:09:04 que abandonaba la corte y que jamás volvería
0:09:06 a llevar la espada para su servicio.
0:09:08 Antonín volvió a sus aposentos
0:09:10 y se encontró una nota que decía así.
0:09:13 Por su negativa, la recomendación de su majestad
0:09:16 se invita a Mecio los sin
0:09:18 a descansar en la bastilla durante seis meses.
0:09:21 Lo mandaron en cala.
0:09:24 Cuando salió de la cárcel,
0:09:26 el rey ya no andaba con Catalina,
0:09:28 pero la princesa había regresado a Mónaco
0:09:31 para reincorporarse al afecto de sus esposos.
0:09:34 Nunca más se vieron.
0:09:36 Qué triste estaba ella.
0:09:38 Qué triste estaba ella.
0:09:40 ¿A quién quiere dedicarlo, Lo?
0:09:46 Es el termo de Juntener.
0:09:49 Pues yo se lo voy a dedicar a...
0:09:52 ¿Qué tal ella?
0:09:55 No, lo doce.
0:09:56 A Olimpia Manchini, una que andaba con el rey antes.
0:09:59 Una sobrina de Masarino,
0:10:02 era medio fea, me parece,
0:10:04 la Manchini que era el 3, ¿no?
0:10:06 Así que como nadie seguro les dedican nada,
0:10:08 y menos en la red o en la red argentina
0:10:12 donde son con medios rasios
0:10:14 a dedicarle cosas a Olimpia Manchini,
0:10:16 sobrina del Cardenal Masarino.
0:10:18 Yo nunca oí que le diera nada más.
0:10:20 Ni el AM, ni el F.
0:10:22 Ni el F.
0:10:23 Ni el F, que se dedican de todo.
0:10:25 Sí, sí, que no dejan tipo sin dedicar,
0:10:27 pero a Olimpia Manchini especialmente
0:10:29 no le han dedicado nada.
0:10:31 Bien, hemos ido a la discoteca,
0:10:34 no había ningún disco,
0:10:36 entonces voy a tener la fortuna
0:10:39 de decirles que esta noche
0:10:41 vamos a usar un disco nuestro.
0:10:43 Me canto eso, por suerte, para ustedes.
0:10:45 Pero, ¿dijo que recuerda?
0:10:47 Las actuaciones en televisión,
0:10:50 en el bar de infierno, este disco no fue editado,
0:10:53 pero me parece que hizo una estupenda versión
0:10:57 del tango de Joaquín Mora como Ateja Pernicenza.
0:11:00 Lo canta Ruth Atagile,
0:11:02 acompañada por un trío de cámara
0:11:04 que dirige el pianeta Fernando Marasal.
0:11:07 Adelante con ellos.
0:11:17 Y a la vez,
0:11:19 me ha dado un toque de la música.
0:11:22 Y a la vez,
0:11:24 me ha dado un toque de la música.
0:11:27 Y a la vez,
0:11:29 me ha dado un toque de la música.
0:12:12 Y el librito de cuento
0:12:14 apareció un día.
0:12:17 Se lloró un gran celul.
0:12:19 Suena el ínito páquete.
0:12:22 Le dio una cuerda en un sueño.
0:12:25 Su cuyo dios era el alto.
0:12:28 Su sueno era su.
0:12:32 Como el cílido páquete.
0:12:36 Y el librito de cuento.
0:12:39 Una tarde, sembrando,
0:12:42 me confiaba mi amor.
0:12:44 Se empañaron sus ojos.
0:12:47 Ponto, tiro y un petó.
0:12:50 Y esta era tan dulce
0:12:53 que lo jugué al otro.
0:12:57 Casi no me lo sabía.
0:13:01 No me lo sabía.
0:13:05 No me lo sabía.
0:13:08 Hay una estrella que abonija.
0:13:13 Y el cuerpo añar de tu vida.
0:13:18 Esta cena murada.
0:13:21 Y tu mirada.
0:13:24 Tiene esta duda.
0:13:26 Se consume el hermadilla.
0:13:31 Pero me pide que tranquilizan.
0:13:36 Porque tu aliento se acalía.
0:13:42 Sus manos en mis manos.
0:13:45 Mis labios de sus labios.
0:13:48 Inentalmente una oración.
0:13:53 Como que la trincesa.
0:13:57 Y el librito de cuento.
0:14:00 Apareciste un día.
0:14:02 De un gran celo.
0:14:05 Tu era el cílido páquete.
0:14:08 Una torce del sueño.
0:14:11 Cuso dios era el alto.
0:14:14 Cuso sueno era su.
0:14:17 Como el cílido páquete.
0:14:21 Un cílido de cuento.
0:14:23 Le darte el temprano.
0:14:26 Que con que abamia amor.
0:14:28 Se emañaron tus ojos.
0:14:32 Con tu tiro y un pez.
0:14:34 Un pez para ver a esta dulce.
0:14:39 El urano.
0:14:45 En Pro reactge.
0:14:49 Ca
0:14:58 es la princesa por Ruth Atagele, acompañada por el trío de cámara dirigido por Fernando Parzane.
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