Transcripción automática
0:00:00 Y ahora sí Alejandro, si se quiere.
0:00:02 Sí, diré que hablaremos de Éliseo Maclé, un personaje extraño de Montmartre, que vivió,
0:00:08 nació a fines del siglo XIX y vivió, está bien entrado el siglo XX.
0:00:14 Padeció, como veremos, el ser sombra de alguien a quien admiraba mucho.
0:00:20 Dice el cronista que no se sabe bien si el Iseo Maclé era un ingenio o un ingenio,
0:00:30 o si era un experto en utilizar su pretendida rusticidad, detrás de la cual se escondía una gran astucia.
0:00:38 Eso suele creerse de todos los simples, que detrás de esas simplesas,
0:00:45 bueno, por benevolencia suele creer, que detrás de esas emplezas se esconde una complejidad
0:00:51 que por astucia está disimulada y maquillada.
0:00:57 Por lo general no es así, lamento tener que decirlo, las personas que nos parecen rusticas suelen ser rusticas.
0:01:06 Incluso algunos que no nos parecen rusticos, sino verdaderamente refinados, ingeniosos,
0:01:13 en realidad son rusticos. Se lo digo desde la rusticidad, cuyos enjetos conozco enteramente.
0:01:20 Y esta pregunta se suele formular retóricamente, no cada vez que alguien aparece demasiado elemental.
0:01:29 Se da tan tonto como parece. El caso es que Maclé era pintor, así que estamos hablando de pintores.
0:01:35 Había llegado Montmartre desde, así se llama el pueblo, lejón santerre, un pueblo en la Picardía.
0:01:46 La Picardía es una región de Francia además de una condición de astucia de la que este hombre carecía por otra parte.
0:01:56 Los que nacen en Picardía se llaman Picardos, contrariamente a lo que uno podría suponer.
0:02:03 El padre de Maclé era obrero agrícola. Maclé había viajado a París porque su médico le había recomendado que lo hiciera para restablecerse de la furunculosis.
0:02:19 Ahora bien, está bien que uno viaje a Córdoba para curarse de la tuberculosis, pero a París para curarse de un furunculo.
0:02:32 Nunca lo había oído. De todos modos, en aquel entonces se creía que el aire de Montmartre era beneficioso.
0:02:40 Aquellos años donde se hablaba de ir a Montmartre desde París, siendo que es un mario, es año más.
0:02:50 Bueno, en París ya trabajó como conocid, como cocinero y como conocedor también en varios lugares.
0:02:57 Conoció a Tullulo III y quedó admirado. Empezó a dibujar, tenía alguna facilidad, y entonces se consiguió un laburo en una fábrica de camas, de camas de 2 metros 15,
0:03:10 que se distinguía por presentar ornamentos pictóricos en los respaldos.
0:03:16 Una fábrica de camas, y se pintaba adorno en el respaldo, florcitas o qué sea.
0:03:21 Después también fue jardinero en el Mulán de la Galette, una sala de baile con espacios al aire libre que Macle debía preservar.
0:03:31 Cuidaba entonces los pensamientos, no quiero decir aquella cadena de razonamientos, sino las flores que se llaman así, y también cuidaba los alelíes con enorme devoción.
0:03:45 En aquellos jardines se instalaban unas mesas, en las noches agradables, desde luego, y el tipo regaba las plantas, yo qué sé.
0:03:55 A Macle se le fijó una identidad, fue el jardinero de Montmartre.
0:04:00 Andaba siempre con un traje blanco, un delantal verde y un sombrero espaja.
0:04:06 Macle era muy supersticioso, pretendía ser alumno de un fantasma, del fantasma del pintor de escuela Puvide Chavang,
0:04:13 que parece que se le prestó un gran favor, y que se le daba un gran favor.
0:04:19 Y, como se le daba un gran favor, y que se le daba un gran favor, y que se le daba un gran favor,
0:04:26 pretendía ser alumno de un fantasma, del fantasma del pintor de escuela Puvide Chavang, que parece que se le presentó un día.
0:04:39 Y le estaba ahí pintando, y un señor distinguido vestido con levita, con sombrero copa, y con decoración de la Legión de Honor,
0:04:47 se había detenido ahí donde pintaba Macle.
0:04:50 Y con cierta condescendencia, este desconocido le dio algunos consejos.
0:04:56 Eso gastó para que Macle llegase a la conclusión de que el que le había dado las indicaciones era el fantasma de Puvide Chavang,
0:05:04 que había muerto ocho años antes, como conviene a un fantasma que se precie, y que según él declaraba, lo había adoptado como alumno posmortem.
0:05:14 En una ocasión, los amigos que le hacían muchas bromas, comidieron a un señor Pajol, cuya especialidad era la de tirar las cartas a las porteras,
0:05:28 y lo hicieron pasar por César.
0:05:32 Y Macle conversó con este señor Pajol, creciendo lo César, durante toda una tarde, sobre la mezcla de colores.
0:05:41 En otra oportunidad le hicieron creer que había aparecido la figura del escritor, François Billon.
0:05:46 Macle lloró y pidió a esta nueva aparición que le recitara algo.
0:05:52 Jamás se enteraba de la verdad como no sucedía todo.
0:05:56 Y cuando le confesaban que le habían hecho una broma, se negaba a aceptar aquella confesión.
0:06:04 Le decían, no, mirá, le queremos decir algo.
0:06:07 El tipo que vino el otro día no era François Billon, sino uniato a un amigo nuestro.
0:06:11 No es así, no es así. Era Billon.
0:06:14 Parece que nunca tenía un peso en amigo Macle.
0:06:17 Max Jacob, de quien hemos hablado alguna vez aquí, que era muy caritativo, solía darle asilo.
0:06:25 Parece que a las 11 de la noche, cuando Jacob se iba a participar en la adoración perpetua en el Sacre-Cœur,
0:06:31 Jacob era cristiano, pero converso, no? Se había convertido a cristianismo.
0:06:36 Cuando Jacob se iba a la iglesia, que es el Iglesias Montmartre, ¿no?
0:06:40 Sí, sí, el Sacre-Cœur.
0:06:41 Macle se acostaba en la cama del propio Jacob.
0:06:45 Le dejaba la cama en ese rato que no estaba.
0:06:49 A veces regresaba Jacob para no perturbar el sueño de este amigo.
0:06:56 Se volvía al Sacre-Cœur, donde había un aposento destinado a los peregrinos, y apolizaba ahí.
0:07:03 Como se ve, todos eran muy pobres.
0:07:05 Jacob, Macle.
0:07:08 La pintura de Macle pasó de las flores a los paisajes de Montmartre.
0:07:12 Algunos dicen que era reiterativa.
0:07:14 El propio biógrafo de Macle dicen que era una pintura grosera y con una gran pobreza de confección.
0:07:21 Así que, si así hablaba el que le escribió la biografía, calcular.
0:07:29 Parece que los mejores trabajos de Macle eran una copia de la obra de Utilio.
0:07:34 Trataba los temas de Utilio a partir de postales.
0:07:38 ¿Usted recuerda? Los cuadros de Utilio son siempre paisajes urbanos.
0:07:43 Muchos dificiles.
0:07:45 Muchas ventanitas.
0:07:47 Se compraba el tipo de postales de Utilio y las copiaba, como hacemos tantos.
0:07:53 Macle lo alentaba por lo que fue responsable de estos plagios.
0:08:01 Macle se peleaba con quienes lo acusaban de plagiario.
0:08:04 Y decía que él tenía suficientes dotes para imitar a un grande.
0:08:08 Algunos supieron que Macle podía pintar como Utilio.
0:08:12 E intentaron entonces llevar a cabo un plan de falsificaciones.
0:08:17 Pensaron que los aficionados ignorantes no sabrían diferenciar sus pinturas del consagrado Utilio.
0:08:25 Entonces lo contrataron a Macle y lo pusieron a trabajar.
0:08:30 Utilio consagrado hasta Inová.
0:08:34 Utilio paraba en un boriche donde solían borracharse convenientemente.
0:08:41 Y garpaba con cuadros.
0:08:43 Así que tan consagrado no estaba.
0:08:46 Garpaba con cuadros.
0:08:48 La dueña del lugar tenía cuadros. Ya no los quería para nada incluso.
0:08:53 Estaba harta, estaba de Utilio hasta la pera.
0:08:57 Pero en todo caso podrá ser momento posterior a esta forma de escabiar que tenía Utilio.
0:09:06 Entonces lo contrataron a Macle y lo pusieron a laborar.
0:09:10 Pintó y vendió cientos de piezas firmadas por Utilio, pero pintadas por él.
0:09:16 Y las ganas se las llevaban los macanudos que lo protegían.
0:09:20 Jamás firmó ninguna con su nombre.
0:09:24 Hacían pasar como obras inéditas de Maurice Utilio.
0:09:29 Cuando los mercaderes hicieron suficiente dinero, lo abandonaron.
0:09:33 Y Macle siguió en su eterna pobreza.
0:09:36 Tuvo un solo momento próspero en su vida.
0:09:39 Eliceo Macle.
0:09:42 Eliceo, como los campos.
0:09:46 Y esta oportunidad fue la causa de su caída final.
0:09:50 Un día golpearon la puerta de su guardilla en la rí...
0:09:55 ... durante la tarde.
0:09:59 A la tarde golpeó la puerta.
0:10:02 Y el que golpeaba era nada menos que Henry Ford.
0:10:08 ¿Quién es? Dijo el tipo de dentro.
0:10:10 Dice, soy Henry Ford.
0:10:14 Parece que Ford había visto la obra de Macle y le había gustado.
0:10:19 Y eliceo, asustado, poco acostumbrado a las honras...
0:10:26 ... le dijo que él era un imitador mediocre y que poco valía la pena lo que podía ofrecer.
0:10:32 Pero Ford, después de haber observado la obra, eligió cinco pinturas.
0:10:36 Y en el momento de agarpar, un equívoco sobre el pago hizo llover sobre Macle una buena cantidad de dinero.
0:10:42 Ford preguntó el precio de las piezas.
0:10:46 Macle, suponiendo que hablaba del conjunto, dijo cinco mil francos.
0:10:50 Ford pensó que se trataba del precio de un solo cuadro y le hizo un cheque por 25 mil.
0:10:55 Cachó los cuadros y se fue.
0:10:58 Macle, que nunca había visto tanta guita junta, quedó trastornado.
0:11:02 Y volvió al mulán de la galette y entró a escabiar.
0:11:08 Y se escabió a las 25 lucas.
0:11:13 Tomaste algo, hermano.
0:11:15 Y fue este joven tanto que tuvo que ser internado para una desintoxicación.
0:11:22 Y a partir de aquel momento, el momento en que le vendió los cinco cuadros a Henry Ford, no volvió a hacer nada.
0:11:28 Vivía en el hospital.
0:11:31 Salía, juegas incesantes con la guita de Ford siempre, ¿no?
0:11:35 Y volvió otra vez al hospital.
0:11:37 Y ya no hizo más que mamarrachos informes.
0:11:40 Vivió, sin embargo, hasta los 80 años, lo cual demuestra que la farra corrida asegura la longevidad, salvo que uno se muera antes.
0:11:51 Murió después de todo, no hace tanto, en 1962.
0:11:55 Llegó a conocer este mundo, este mundo de hoy.
0:11:59 Se lo ha recordado alguna vez como él utriñó de los pobres.
0:12:05 Si fuéramos proclives a la moral hecha, aconsejaríamos evitar los golpes de suerte y las visitas de Henry Ford a nuestras casas para comprarnos cuadros.
0:12:15 Ya que podríamos conjeturar que todo aquel que es visitado por Henry Ford después termina siendo mamarrachos e intoxicándose.
0:12:23 Pero no, muchas personas han sido visitadas por Henry Ford y no han terminado intoxicados.
0:12:31 Así que esto no demuestra nada. Nada demuestra nada, en general.
0:12:36 ¿A quién dedicar esto? Esto es lo que decía Popper y no lo que yo dije el otro día, usando desafortunadamente la palabra verificación.
0:12:46 Justamente desagradaba a Popper.
0:12:48 Popper decía que los muchos hechos que confirman una teoría no servían de nada.
0:12:54 Lo que sí servía era preparar junto con la teoría un hecho tal que de producirse refutara la teoría.
0:13:06 Y si no había ningún hecho que pudiera refutarla, si se producía, entonces ya no era una teoría porque era irrefutable.
0:13:16 Vamos a hablar de esto. Es muy interesante a usted y le compete porque él no quería mucho.
0:13:25 A los análios.
0:13:27 Está pensando en un método que también se utiliza bastante en matemática, Alejandro, y que muchas veces es mucho más fácil demostrar un teorema
0:13:36 justamente por lo que se llama por el absurdo, por la negativa.
0:13:40 Usted demuestra el teorema de Pitágora suponiendo que la suma de los cuadrados a los catetos no es igual al cuadrado de la potenumia.
0:13:49 ¿Qué pasaría si siga siempre a un error, algo inconsistente? Un método bastante interesante.
0:13:56 Bueno, le digo que me quedé pensando un poco en este hombre que desde el momento en el que fue reconocido como autor y reconocida su obra como valiosa
0:14:07 no volvió a producir más nada más que autoagresiones.
0:14:10 Y entonces dedico en parte, ya que de analistas hablábamos al amigo Sigmund Freud, que tiene un artículo muy interesante escrito acerca de los que fracasan cuando triunfan.
0:14:19 Pero esta realidad no es que fuera reconocida su obra, no fuera reconocida nunca.
0:14:26 Reconocido por Henry Ford, que era un perfecto cuadrado a la hora de reconocer pintura.
0:14:30 El palón que servía era para hacerse millonario inventando el automóvil, producir un show.
0:14:36 Y para equivocarse en las cuentas.
0:14:38 Y para equivocarse en las cuentas a favor de otro.
0:14:40 Bueno, déjenme dedicarme.
0:14:41 Para mí que fue un gesto de Ford ese, ¿no?
0:14:44 Sería lindo, me quedo así.
0:14:46 Sería lindo.
0:14:48 Se lo quiero dedicar al personaje dulce melancólico de Woody Allen, que también vivía la sombra de un grande.
0:14:54 Claro, que era Jean-Claude Rangel.
0:14:56 Era el segundo mejor guitarrista.
0:14:58 Que era un personaje muy lindo.
0:15:00 Este, al amigo Kosinski, ya que hablamos del jardinero y que había hecho el personaje de Chance Gardner.
0:15:07 Y a Christine, si no me equivoco, este era el nombre del personaje que sí fue eleccionada en el arte por un fantasma,
0:15:14 ya que era el personaje que le aprendía con el fantasma de la opera cantar.
0:15:20 Yo quería pedir la mina al Ford.
0:15:22 Pero se me ocurrió cuando venía para acá.
0:15:25 Y si no hubiera traído la mina al Ford, que es la canción que debíamos escuchar hasta ahora.
0:15:31 Y lo más rico es que como pintaba a Flores...
0:15:33 Y cuidaba a Flores.
0:15:34 Y cuidaba a Flores.
0:15:35 Escucharemos Flores Negras.
0:15:37 Es la versión de Don Julio de Caro.
0:15:40 Una versión clásica de este tango.
0:15:42 Flores Negras que hemos escuchado por de Felipe, por Juanjo.
0:15:47 Es uno de los tangos preferidos.
0:15:49 Hoy lo escuchamos por Julio de Caro.
0:18:12 La canción de Don Julio de Caro.
0:18:42 En la venganza será terrible hemos escuchado Flores Negras en la versión de Julio de Caro.
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