https://es.wikipedia.org/wiki/Louis_François_Armand_de_Vignerot_du_Plessis
Transcripción automática
0:00:00 Contaremos hoy una aventura del Duque de Richelier.
0:00:03 El Duque de Richelier, atención.
0:00:06 Como sabemos el Duque de Richelier fue un gran seductor,
0:00:10 su nombre era Luis Juan Suárez, Armand Bibles y había nacido en 1692.
0:00:15 Seguir el sobrino nieto de Cardenal Richelier, el verdadero,
0:00:19 o sea el de los tres moscas,
0:00:23 y había heredado sus riquezas.
0:00:26 El Duque de Richelier, un hombre muy enveniente que andaba por Versalles,
0:00:31 constantemente entró metido en intrigas amorosas,
0:00:35 marcaba 1.33 la mella.
0:00:41 Y era capaz de domar una destrucción al hombre.
0:00:46 Cualquier colectivo lo dejaba en la puerta.
0:00:51 Los cronistas hablaban de un magnetismo impetuoso que las muchachas no podían resistir.
0:00:58 Dicen que verdaderamente existaban las mujeres que se cruzaban en su camino por no decir otra cosa.
0:01:04 Bien, existadas.
0:01:07 Pues además de las intrigas amorosas Richelier participó en varias cooperaciones cortesanas.
0:01:14 Tenía una de ellas, había estado en tratos con España para apoderarse del regente francés,
0:01:20 Felipe Dolevas, que gobernaba, sabiendo ustedes, durante la línea de Luis XV.
0:01:26 La idea era llevarlo secuestrado al otro lado de los Pirineos,
0:01:33 dicho esto en Francia, ¿no?
0:01:35 Porque para nosotros, al otro lado de los Pirineos, dependen por un carémoslo.
0:01:40 Hay que pasar el paso de Sompor o Canfran y usted va de España a Francia o de Francia a España.
0:01:47 La idea era llevárselo a Francia.
0:01:51 Pero ciertas cartas que lo acusaban fueron interceptadas y Richelier terminó la abastiza.
0:01:58 Lo encerraron en la más repugnante pasada celda,
0:02:03 el crónico está queriendo decir que lo encerraron en una celda repugnante,
0:02:08 porque cuesta creer que hayan hecho una evaluación de la repugnancia de cada celda
0:02:14 para que no existiera ni una sola más repugnante que el duque de Richelier.
0:02:20 Parece que sin embargo no había ni una cisa para sentarse en un cabtre en donde dormir.
0:02:26 Las ratas eran sus únicos acompañantes, lo cual es una suerte porque estar en una celda repugnante
0:02:34 y además tener que soportar la compañía por caso de un psicótico, de un violador, de un asesino, etc.
0:02:41 es casi preferible la rata.
0:02:44 El duque de Richelier supo que así lo tendrían hasta el día de su muerte,
0:02:48 incluso hasta el día después de su muerte probablemente.
0:02:52 Hay que decir además que el regente Felipe Ognanz no odiaba porque el duque le había robado unas cuantas nenas,
0:02:58 o sea, si por ejemplo la que se llevaba casi todo el Reino de Francia.
0:03:04 La hija del regente, la hija del demacídeo Felipe Ognanz, vamos a hacerle evaluar,
0:03:10 profundamente enamorada de Richelier,
0:03:13 declaró que se fuiste la vida si alguien, si ese hombre que amaba, no era puesta en libertad.
0:03:20 Las muchachas no habían dado nunca con el duque, pero estaba enamorada de la mujer.
0:03:25 Y la mujer se fue a la casa de la hija de Ognanz,
0:03:28 y ese hombre al que amaba no era puesta en libertad.
0:03:31 Las muchachas no habían dado nunca con el duque, pero estaba enamorada de él.
0:03:35 Entonces ya, y si no lo largan, me sí hicieron.
0:03:38 Las lágrimas de la muchacha, sus juegos y sus amenazas fallaron en el intento de ablandar el corazón de Felipe Ognanz.
0:03:47 El duque de Richelier debía permanecer en la Bastilla.
0:03:53 Tiempo más tarde y ya desesperada, vamos a hacerle evaluar, fue hasta la celda del duque,
0:03:59 alta sola de la noche.
0:04:01 Llevaba consigo velas, bombones y otras cosas.
0:04:07 Además llevaba 200 mil libras, que no sé cuánto eran, calculo que mucho,
0:04:12 para sobornar al carcelero, pero no lo logró.
0:04:17 En fin, volvió a llorar entonces a Felipe, y seis meses más tarde el regente se dio.
0:04:23 Pero esa liberación tuvo un precio.
0:04:26 Para ordenarla, el regente Felipe Ognanz impuso que su hija sí casara con el duque de Modena.
0:04:34 Un casamiento mejor hizo un hombre.
0:04:40 Con quien esta chica nunca había sentado casarse.
0:04:49 Muy bien, se hizo el pacto.
0:04:53 Ella se casaba con el duque de Modena, iba al deshierro,
0:04:57 y se vivía Modena, en Italia con el duque.
0:05:00 Y largaban al duque de Richelier.
0:05:07 Muy bien, lo liberaron.
0:05:09 Hay que decir que el duque a modo de agradecimiento,
0:05:12 antes que la hija del regente concretara su casamiento y su partida,
0:05:17 la visitó durante una semana en sus aposentos.
0:05:22 Unas días más tarde, vamos a hacerle valor a Partio hacia Italia.
0:05:26 Según los cronistas, la muchacha aseguraba que amaba mucho Richelier,
0:05:31 y que su olvido era cosa imposible, que no lo iba a olidar.
0:05:36 Llegó a Modena y ya el otro día, nomás, empezó a suspirar por su amante.
0:05:43 Empezó enviando unas cartas en las que le suplicaba que fueran a ella.
0:05:49 Aquí tengo una de las cartas que dice así.
0:05:52 Ven a verme, pero hazlo disfrazado, para que nadie pueda reconocerte.
0:05:58 Hablaba un poco mal.
0:06:02 El duque recibió la carta y quiso satisfacer el deseo
0:06:07 de que finalmente lo veas a lo de la muerte.
0:06:09 Y una semana más tarde, el duque de Richelier, disfrazado de vendedor ambulante,
0:06:15 portando una enorme bolsa con libros, entró en la ciudad de Modena.
0:06:20 Libros, libros, libros.
0:06:22 Llegó a una posada y se inscribió como Giorgio Gaffarini, vendedor de libros.
0:06:30 Una mañana Richelier, con todos los libros, se presentó en las proximidades del palacio de Modena
0:06:36 y mostró sus libros a las armas del acorde.
0:06:39 Mamosel de Valois estaba por ahí, pasó ante él,
0:06:43 y hizo no bien o que se dio, y la mena se dio cuenta de quién se trataba.
0:06:48 Contuvo la emoción, le dirigió la palabra con mucha cortesía.
0:06:54 Y la fingió interesa en una obra que al parecer el tipo no llevaba,
0:07:01 y le dijo, aquí no tengo esa obra que os referís, pero la alcanzaré mañana al palacio.
0:07:09 Muy bien, al otro día se presentó Richelier siempre disfrazado
0:07:14 con un libro en el palacio y fue conducido a Mamosel de Valois.
0:07:20 Y tan pronto se cerró la puerta del aposento, ella casó en sus brazos.
0:07:25 Al decirle los cronistas, solo se permitieron unos instantes llamabilidad.
0:07:30 Y está bien, aquí es tanto.
0:07:33 Estamos desesperados porque a él uno logró su renoto,
0:07:36 y vamos a hacer algo como está, que hiciste,
0:07:40 si no mirá, estoy bien, no sabes, mi cuñado se compró una chatita,
0:07:46 mi mamá se compró una casa, yo me compré un vestido,
0:07:51 que sé yo, estoy bien desalvezada, mi mamá me enferme, pero la estoy bien.
0:07:57 No, no. Cayeron el uno en los brazos del otro, y chau.
0:08:04 Pero además porque la situación era peligrosa,
0:08:07 tampoco daba por esta clase de conversaciones,
0:08:09 porque en donde se enteraban, el primer finado era este muchacho,
0:08:16 Lucke de Gérye, tanto si se enteraba el marido de St. Maria,
0:08:20 como si se enteraba el regente de Francia, no, feliz pero bien.
0:08:25 Al día siguiente, Lucke de Gérye se presentó de nuevo
0:08:28 ante la puerta del palacio, un otro paquete de libros para mostrarle a la mena.
0:08:34 Y veía que también fue introducido en Lucke, no, en un salón de lectura.
0:08:41 En Lucke estaba haciendo de recuerdos de los días posteriores a la liberación de Risení,
0:08:46 que ambos habían pasado en Versalles.
0:08:49 Había un rulo del Duque, encerrado en un pequeño altar,
0:08:54 coronado por dos corazones enlazados, y se lo merece como rajos.
0:08:59 ¿Sabes qué aceite que me tomo?
0:09:03 Mirá negro lo que me dices.
0:09:05 Mirá de Amaran, que veo caro libros al escenario, parezco más.
0:09:09 Es un rulo mío, bebo.
0:09:12 Bueno, el caso es que Malmo, así el de Valois, le confesó que desde que te habían separado
0:09:18 cada día había besado, aquí es la reliquia, y había derramado la grima sobre ella.
0:09:25 La grima sobre un rulo no es fácil.
0:09:28 No es fácil. Me imagino, a mí me llorando, convocando a pensamientos cristes
0:09:32 para poder derramar una lagrima y luego apuntando con el ojo como un B-52
0:09:39 de la Segunda Guerra Mundial, para que la lagrima callese justo sobre el rulo del ser amado.
0:09:46 Bueno, mis lagrimas sobre tu rulo es un lindo bolero.
0:09:53 Bueno, todos los días encontrábamos un rato, pero en una ocasión el vendedor se entretuvo demasiado,
0:10:03 y el Duque de Modena regresó inesperadamente de una cacería,
0:10:08 y antes de que los amantes pudieran despedirse, entró en la habitación.
0:10:13 Sin embargo, el Duque de Modena no vio nada extraño.
0:10:18 Mamo a ser de Valois, leí en voz alta y el Duque disfrazado, de vendedor, le escuchaba.
0:10:24 Recién le dié este presento como Giorgio Gasparini,
0:10:27 y se despidió diciendo que volviera con otros volúmenes que la mujer quería ver.
0:10:31 Ahora bien, el Duque de Modena entró en conversación con aquel raro personaje,
0:10:37 y lo encontró divertido.
0:10:39 Al de Modena le gustaba escuchar las historias de la Corte Francesa que el vendedor contaba.
0:10:45 En un momento el esposo preguntó,
0:10:48 ¿Y qué me constáis de ese gran privado, el Duque de Richelieu?
0:10:52 ¿En qué nuevos enredos andará metido ahora?
0:10:55 Y el Duque de Richelieu muy serio dijo Dios,
0:10:57 Señor, el Duque de Richelieu es uno de mis mejores clientes,
0:11:02 y luego lo he enojado por el bien.
0:11:05 Después de todo lo habían tratado de Bribeau,
0:11:07 le contó el Duque de Richelieu al de Modena lo siguiente.
0:11:13 Me han dicho que Richelieu ha hecho una apuesta afirmando que vendrá Modena a pesar vuestro.
0:11:20 No me sorprendería que lo lograra.
0:11:23 El Duque de Modena rió,
0:11:26 y como si lo pudiera escuchar en alguna parte,
0:11:30 era esa fior Richelieu que lo intentara.
0:11:34 Contento por haberse enterado de la apuesta, le dijo al vendedor de libros,
0:11:38 que fuera el palacio cuando quisiera.
0:11:41 Y así por el propio marido de Mamacel de Valvá,
0:11:44 Gasparín se constituyó en el palacio todos los días.
0:11:47 Primero divertía el Duque de Modena con su charla,
0:11:50 y cuando éste se aburría,
0:11:52 se encontraba con Mamacel en la biblioteca del palacio,
0:11:56 y bueno...
0:11:59 El Duque de Modena nunca se enteró del engaño,
0:12:02 se escapaba de haber derrotado Richelieu,
0:12:05 y de haber hecho que él perdiese una apuesta.
0:12:09 Al poco tiempo, los encantos de Mamacel de Valvá comenzaron a aburrir al Duque Richelieu.
0:12:17 Ya se sabe cómo son los encantos.
0:12:20 Y entonces, como extrañaba algunas damas de Versalles,
0:12:25 abandonó a aquella amante que lo había salvado,
0:12:28 y regresó a París.
0:12:30 Ella permaneció en silencio nunca,
0:12:33 le contó nada a su padre ni a su marido.
0:12:36 Esperó el regreso de su amado Italia,
0:12:39 pero lo hizo en vano, ya que Richelieu no volvió a verla jamás.
0:12:44 Según los cronistas, vivió llorando hasta el fin de sus días,
0:12:50 adorando aquel mesón, aquel rublo,
0:12:53 que se alzaba en un improvisado altar de salón de lectura.
0:12:58 Un improvisado es una comodidad, no era improvisado,
0:13:01 era construido con toda premeditación,
0:13:05 digo, con toda puntuosidad.
0:13:08 Las aventuras de Richelieu continuaron en París,
0:13:11 pero esa es otra historia.
0:13:13 Digamos que vivió hasta los 90 años rodeado de mujeres.
0:13:18 Hasta bien entrado en años,
0:13:20 Sonigo Volter lo ayudó y lo secundó en sus conquistas.
0:13:26 Esta es la historia que quería contarles
0:13:28 del duque de Richelieu,
0:13:32 de Margo Acelo de Valvada, hija,
0:13:35 del regente Felipe Orleans,
0:13:39 y del pobre duque de Modena,
0:13:42 casado con una mujer que llamaba a otro como Tantos.
0:13:48 ¿A quién dedica esto?
0:13:50 Pues no sé.
0:13:54 Bueno, no me lo fue.
0:13:59 Otro ni va.
0:14:03 O allá se arriesgó,
0:14:06 se disfrazó el orden libro,
0:14:08 pues se ocurrió qué va a ser.
0:14:11 Solo ocurrió que usted,
0:14:14 ya nadie más,
0:14:17 ya el pobre duque de Modena,
0:14:20 que muy jojanzándose
0:14:23 de haberlo pasado al duque de Richelieu,
0:14:28 y eso está bien.
0:14:31 A ver, a ver cómo es.
0:14:33 No, no, no está bien jantarse, al contrario.
0:14:36 Está bien lo otro.
0:14:38 Ah, sí, claro, de hacer los unos los injactarse.
0:14:42 Muchas veces dejar que otros ejaten.
0:14:45 La jantarse ya no es un gozo.
0:14:48 Y para alguna gente sí.
0:14:50 Fusualmente en estos asuntos amorosos,
0:14:53 hay gente que está más interesada en la jantancia posterior
0:14:56 que en el acto mismo.
0:15:00 ahora le voy a contar los muchachos.
0:15:03 Claro, ahora lo está pensando en el momento.
0:15:06 La menos tener que irme tan pronto,
0:15:08 pero tengo que ir a contar los muy bienes.
0:15:10 Se están cambiando y subo,
0:15:12 y ahora cuando le cuente el ruido,
0:15:14 y cuando le cuente el ruido,
0:15:16 es una por que digo.
0:15:20 y ya no he cuestionado un poquito, no,
0:15:22 cabrillo.
0:15:24 Y se creo que sí, porque, imagínese,
0:15:26 estaba ya enamorado del Fipo desde antes,
0:15:28 un conbreo perorg, ¿no?,
0:15:30 ya venía a medio enamorado de la casa.
0:15:33 Y eso también le asusta.
0:15:38 todos sus actos fueron realmente
0:15:41 un poco demenciales.
0:15:43 presentarse ahí en la cárcel con 200 mil libras que no sé cuánto era, o para coñar al carcelero,
0:15:50 casar, casar, que cruzo con un tipo al que detectaba nada más que para salvarlo.
0:15:56 Y después lo del rulo. A mí me impresiona a veces más tengo ese defecto argentino,
0:16:06 que es impresionarme más por lo emblemático que por los sucesos propiamente.
0:16:13 Así que trataré de ir regresando de esa condición.
0:16:18 Pero pero el rulo me asusta, me asusta.
0:16:20 Y sobre todo el altar, mira acá, no sé.
0:16:22 ¿El altar al rulo?
0:16:24 Sí, porque evoca en memoresísima memoria algunas circunstancias personales,
0:16:31 rulos de altades, de veneraciones, pero más que nada de locuras.
0:16:38 No, si que esa no le dé de que mojar.
0:16:44 No, eso se no le dé de que mojar.
0:16:47 Usted, por ejemplo, guarda rulos de alguna persona?
0:16:52 No, ni survey, ni foto, ni nada.
0:16:55 Ni foto, no.
0:16:56 No, no guardo fotos de alguna.
0:16:58 Sí, alguna foto tengo, pero...
0:17:00 Sí, pero no os pongo una guarda y digo, adreve en una cajita.
0:17:04 Que era por ahí, que era incluso a pesar de uno, ¿eh?
0:17:08 Sí, sí, que reviste bien, dice.
0:17:11 Sí, dice, ¿qué hace esa foto aquí cuando me la he descalgado, ese?
0:17:14 Bueno, no, no, desde esas veces y trozos de guerra, ni...
0:17:26 Hemos ido a la discoteca, encontramos al discotecario,
0:17:32 generando un manojo de pelos.
0:17:40 Ya no un rublo.
0:17:42 El desorden de esa discoteca es probabilidad e involucraba no solo los discos,
0:17:47 sino también a los recuerdos capilares del discotecario,
0:17:51 que no tenían forma de rublo, sino de manojo de pelos, o sea,
0:17:55 o algo así como si lo hubiera juntado recién en una pelucreina.
0:17:59 ¡Claro, es que es barriero!
0:18:00 Y estaba prendiéndole una vela ante un altar,
0:18:04 con mucho cuidado de que no se le quemara los pelos.
0:18:09 Entonces me dijo un lugar teniente que no lo molestara,
0:18:14 porque estaba haciendo un ritual diario de veneración a unos ciertos pelos,
0:18:18 que según acabó por confesarme el mencionado ayudante,
0:18:22 ya habían sido reemplazados, porque sin querer se los habían quemado,
0:18:27 entonces para que este hombre no alivirtiera, esta desgracia,
0:18:31 habían comedido un falto para que se trasladara la pelucrea más cercana
0:18:36 y pideese un manojo o cualquier de pelos.
0:18:39 ¿Qué eran esos que estaban allí ahora?
0:18:41 Y el hombre lo veneraba,
0:18:43 creciendo que se trataba el de un manojo de pelos de su amada.
0:18:47 Eso es terrible también.
0:18:49 Es muy probable que el rublo que nos han dado sea falso,
0:18:53 que no se asegura que la dama que nos regala un rublo,
0:18:57 no le regale un rublo a cualquiera, que se yo,
0:19:01 que se encontró por ahí,
0:19:03 que un novio rubio le regaló.
0:19:09 Así como uno regala muñequitos en esos de peluche,
0:19:14 que le regalan a uno...
0:19:19 Es muy raro, vos comprando esto.
0:19:21 Sí, raro.
0:19:23 También puede ser que otro regale manojo de pelos,
0:19:26 por ahí va a estar venerando pelos ajenos,
0:19:29 como en el caso de este hombre, el discotecario.
0:19:32 Los pelos se le quemaron a uno que hacía la limpeza,
0:19:35 y nos afredojea.
0:19:37 Claro, y fue una garnita y un manojo cualquiera,
0:19:41 aquí sabemos lo que veneran.
0:19:43 Y me dirán, no importa si es para eso.
0:19:46 No importa, bueno, estoy venerando los pelos.
0:19:49 Me dijo el discotecario.
0:19:51 No tiene miedo que esos pelos no sean los mismos.
0:19:54 Le dije, porque lo vi al tiempo que justo que apagaba la vela,
0:19:57 incluso juntaba unos pelos que a la apagar la vela
0:19:59 se les habían volado.
0:20:01 Con eso, pido, había un olapelo quemado.
0:20:04 Sí, sí, le dijo.
0:20:06 Y me dice, no, en realidad,
0:20:09 no importa qué penocencio,
0:20:11 son verdaderos, falsos o de quién,
0:20:13 importa lo que estos pelos simbolizan.
0:20:17 Ah, le dije, yo, me subí.
0:20:21 Les puedo volver para pedirle un disco,
0:20:24 y me dio el disco loca de amor,
0:20:26 que es una buena descripción de esta gama.
0:20:30 Y que además es un lindo balz que tocan horas y salgan,
0:20:34 y igual lo delenó los amigos de este programa.
0:20:37 Adelante, mi chato.
0:22:37 Y me dice, me dice,
0:22:39 yo, interpretando loca de amor.
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