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26 de Junio de 2002

Una aventura del duque de Richelieu

Transcripción automática

0:00:00 Contaremos hoy una aventura del Duque de Richelieu.
0:00:03 Así que, atención.
0:00:06 Como sabemos, el Duque de Richelieu fue un gran seductor.
0:00:10 Su nombre era Louis-François-Armand-Yuplesy y había nacido en 1698.
0:00:15 Y era el sobrino nieto del cardenal Richelieu, el verdadero,
0:00:19 o sea, el de los tres moqueteros.
0:00:23 Y había heredado sus riquezas.
0:00:26 El Duque de Richelieu era un hombre muy elegante, que andaba por Versalles,
0:00:31 constantemente entrometido en intrigas amorosas.
0:00:35 Marcaba 1.33 la mesa.
0:00:41 Y era capaz de domar una vestruza de galope.
0:00:46 Cualquier colectivo lo dejaba en la puerta.
0:00:53 Los cronistas hablaban de un magnetismo impetuoso
0:00:57 que las muchachas no podían resistir.
0:01:00 Dicen que verdaderamente echizaba a las mujeres que se cruzaban en su camino
0:01:04 por no decir otra cosa.
0:01:07 Bien echizadas.
0:01:10 Pues además de las intrigas amorosas, Richelieu participó en varias conspiraciones cortesanas.
0:01:16 En una de ellas había estado en tratos con España
0:01:20 para apoderarse del regente francés Philippe de Orleans,
0:01:24 que gobernaba, saben ustedes, durante la riñez de Luis XV.
0:01:30 La idea era llevarlo secuestrado al otro lado de los Pirineos,
0:01:35 dicho esto en Francia, ¿no?
0:01:37 Porque para nosotros, al otro lado de los Pirineos,
0:01:40 depende por dónde lo encaremos.
0:01:42 Ciertas cartas, hay que pasar el paso de Somport o Canfrán.
0:01:47 Y usted va de España a Francia o de Francia a España.
0:01:53 La idea era llevárselo a España.
0:01:56 Pero ciertas cartas que lo acusaban fueron interceptadas
0:02:00 y Richelieu terminó en la Bastilla.
0:02:03 Lo encerraron en la más repugnante de todas las celdas,
0:02:06 dice el cronista, queriendo decir que lo encerraron en una celda repugnante,
0:02:10 porque cuesta creer que hayan hecho una evaluación de la repugnancia de cada celda
0:02:17 para que no existiera ni una sola más repugnante que el duque de Richelieu.
0:02:26 Parece que sin embargo no había ni una silla para sentarse ni un catre en donde dormir.
0:02:32 Las ratas eran sus únicos acompañantes.
0:02:35 Lo cual es una suerte, porque estar en una celda repugnante,
0:02:40 además tener que soportar la compañía por caso de un psicótico,
0:02:47 de un violador, de un asesino, etcétera, es casi preferible una rata.
0:02:54 El duque de Richelieu supo que así lo tendrían hasta el día de su muerte,
0:02:58 o incluso hasta el día después de su muerte probablemente.
0:03:02 Hay que decir además que el regente Felipe Orleans lo odiaba
0:03:06 porque el duque le había robado unas cuantas menas,
0:03:08 situaciones en las que se hallaba casi todo el Reino de Francia.
0:03:12 Pero sucedió algo.
0:03:14 La hija del regente, la hija de Messier, de Felipe de Orleans,
0:03:18 Mamou Acel de Valois, profundamente enamorada de Richelieu,
0:03:23 declaró que se suicidaría si este hombre, el que amaba, no era puesto en libertad.
0:03:31 La muchacha no había andado nunca con el duque, pero estaba enamorada de él.
0:03:34 Entonces dice, si no lo largan, me he suicido.
0:03:38 Las lágrimas de la muchacha, sus ruegos y sus amenazas
0:03:43 fallaron en el intento de ablandar el corazón de Felipe Orleans.
0:03:47 El duque de Richelieu debía permanecer en la Bastilla.
0:03:53 Tiempo más tarde, ya desesperada, Mamou Acel de Valois,
0:03:56 fue hasta la celda del duque, a altas horas de la noche.
0:04:01 Llevaba consigo velas, bombones y otras cosas.
0:04:07 Además llevaba 200.000 libras, que no sé cuánto eran, calculo que mucho,
0:04:11 para sobornar al carcelero, pero no lo logró.
0:04:17 En fin, volvió a llorarle entonces a Felipe, y seis meses más tarde el regente se dio.
0:04:23 Pero esa liberación tuvo un precio.
0:04:26 Para ordenarla, el regente Felipe de Orleans impuso que su hija
0:04:31 si casara con el duque de Modena.
0:04:34 Un casamiento, mejor dicho, un hombre,
0:04:41 con quien esta chica nunca había aceptado casarse.
0:04:50 Muy bien, se hizo el pacto.
0:04:52 Ella se casaba con el duque de Modena, iba al destierro,
0:04:56 incluso a vivir a Modena y tal, con el duque.
0:05:01 Y largaban al duque de Richelieu.
0:05:06 Muy bien, lo liberaron.
0:05:08 Hay que decir que el duque, a modo de agradecimiento,
0:05:11 antes que la hija del regente concretara su casamiento y su partida,
0:05:16 la visitó durante una semana en sus aposentos.
0:05:21 Bueno, unos días más tarde, Mamo Acel de Valois partió hacia Italia.
0:05:25 Según los cronistas, la muchacha aseguraba que amaba mucho Richelieu,
0:05:30 y que su olvido era cosa imposible.
0:05:33 Que no lo iba a olvidar.
0:05:38 Llegó a Modena y ya el otro día, nomás, empezó a suspirar por su amante.
0:05:42 Y empezó a enviarle unas cartas en las que le suplicaba que fuera hasta ella.
0:05:48 Aquí tengo una de las cartas que dice así.
0:05:51 Ven a verme, pero has lo disfrazado,
0:05:54 para que nadie pueda reconocerte.
0:05:58 Hablaba un poco mal.
0:06:01 El duque recibió la carta y quiso satisfacer el deseo
0:06:06 de quien finalmente lo había salido de la muerte.
0:06:08 Y unas semanas más tarde, el duque de Richelieu,
0:06:12 disfrazado de vendedor ambulante, portando una enorme bolsa con libros,
0:06:17 entró en la ciudad de Modena.
0:06:19 Libros, libros, libros.
0:06:22 Llegó a una posada y se inscribió como Giorgio Gasparini, vendedor de libros.
0:06:29 Una mañana Richelieu, con todos los libros,
0:06:32 se presentó en las proximidades del Palacio de Modena
0:06:35 y mostró sus libros a las damas de la corte.
0:06:38 Mamo Acel de Valois estaba por ahí, pasó ante él,
0:06:42 y el isunos guiño, que es ello,
0:06:45 y la mena se dio cuenta de quién se trataba.
0:06:48 Contuvo la emoción, le dirigió la palabra con mucha cortesía.
0:06:52 Ese afingió interés en una obra que al parecer el tipo no se llevaba,
0:07:00 y le dijo, aquí no tengo esa obra que os referís,
0:07:03 pero la alcanzaré mañana al Palacio.
0:07:08 Muy bien, al otro día se presentó Richelieu siempre disfrazado,
0:07:13 con un libro en Palacio y fue conducido a Mamo Acel de Valois.
0:07:19 Tan pronto se cerró la puerta del aposento, ella cayó en sus brazos.
0:07:24 Al decir de los cronistas,
0:07:26 solo se permitieron unos instantes de amabilidad.
0:07:29 Y está bien, ¿qué tanto?
0:07:32 Estamos desesperados por caer el uno en los brazos del otro,
0:07:35 y vamos a empezar con cómo estás, qué hiciste,
0:07:39 si no mirad, estoy bien, no sabes, mi cuñado se compró una chatita,
0:07:46 mi mamá se compró una casa, yo me compré un vestido,
0:07:50 qué sé yo, estoy bien desalvezada, la semana pasada me enferme, pero ahora estoy bien.
0:07:56 No, no, cayeron el uno en los brazos del otro y chao.
0:08:03 Pero además porque la situación era peligrosa,
0:08:06 tampoco daba para esta clase de conversaciones,
0:08:08 porque en donde se enteraban el primer final
0:08:14 este muchacho, el Duque de Rijelié,
0:08:16 tanto si se enteraba el marido de esta mina como si se enteraba el regente de Francia, no, Felipe Orléá.
0:08:24 Al día siguiente Rijelié se presentó de nuevo ante la puerta del palacio,
0:08:28 con otro paquete de libros para mostrarle a la mena.
0:08:32 Inmediatamente fue introducido en el Duque, en un salón de lectura.
0:08:40 En lugar estaba lleno de recuerdos de los días posteriores a la liberación de Rijelié,
0:08:45 que ambos habían pasado en Versalles.
0:08:48 Había un rulo del Duque encerrado en un pequeño altar, coronado por dos corazones enlazados.
0:08:55 Yo sigo a ver eso y se ve como rajo.
0:08:56 Jajaja, estaba pensando en eso.
0:09:00 Se ve que aceite que me tomo.
0:09:02 Se mira negro lo que está en la madán que voy a buscar un libro hasta la esquina y no aparezco más.
0:09:08 Un rulo mío.
0:09:11 Bueno, el caso es que Mademoiselle de Valois le confesó que desde que se habían separado
0:09:17 cada día había besado aquella reliquia y había derramado lágrimas sobre ella.
0:09:23 Puntería lágrimas sobre un rulo, no es fácil.
0:09:26 Sí, no es fácil. Me imagino la mina llorando, convocando a pensamientos tristes,
0:09:31 para poder derramar una lágrima y luego apuntando con el ojo,
0:09:36 como un B-52 de la Segunda Guerra Mundial, para que la lágrima cayese justo sobre el rulo del ser amado.
0:09:47 Bueno, mis lágrimas sobre tu rulo es un lindo bolero.
0:09:51 Un lindo bolero.
0:09:55 Bueno, todos los días se encontraban un rato, pero en una ocasión el vendedor se entretuvo demasiado
0:10:03 y el duque de Modena regresó inesperadamente de una cacería
0:10:07 y antes de que los amantes pudieran despedirse, entró en la habitación.
0:10:12 Sin embargo, el duque no vio nada extraño.
0:10:17 Mamo Acel de Valois leí en voz alta y el duque disfrazado, de vendedor, la escuchaba.
0:10:23 Richelie se presentó como George Gasparinny y se despidió diciendo que volvería con otros volúmenes que la mujer quería ver.
0:10:31 Ahora bien, el duque de Modena entró en conversación con aquel raro personaje y lo encontró divertido.
0:10:38 Al de Modena le gustaba escuchar las historias de la Corte Francesa que el vendedor contaba.
0:10:44 En un momento, el esposo preguntó, ¿y qué me contáis de ese gran primón?
0:10:49 ¿El duque de Richelie? ¿En qué nuevos enredos andará metido ahora?
0:10:53 Y el duque de Richelie, muy serio, respondió,
0:10:56 Señor, el duque de Richelie es uno de mis mejores clientes.
0:11:01 Y luego, enojado porque después de todo lo habían tratado de Bribeau, le contó el duque de Richelie al de Modena lo siguiente.
0:11:12 Me han dicho que Richelie ha hecho una apuesta afirmando que vendrá a Modena a pesar vuestro.
0:11:19 No me sorprendería que lo lograra.
0:11:22 El duque de Modena rió y como si lo pudiera escuchar en alguna parte, desafió a Richelie a que lo intentara.
0:11:33 Contento por haberse enterado de la apuesta, le dijo al vendedor de libros que fuera el palacio cuando quisiera.
0:11:39 Y así, por deseo del propio marido de Mamacel de Valois, Gasparini se constituyó en el palacio todos los días.
0:11:46 Primero, divertía al duque de Modena con su charla y cuando este se aburría, se encontraba con Mamacel en la biblioteca del palacio.
0:11:58 El duque de Modena nunca se enteró del engaño. Se escactaba de haber derrotado Richelie y de haber hecho que él perdiese una apuesta.
0:12:09 Al poco tiempo, los encantos de Mamacel de Valois comenzaron a aburrer al duque de Richelie.
0:12:15 Ya se sabe cómo son los encantos.
0:12:21 Y entonces, como extrañaba algunas damas de Versalles, abandonó aquella amante que lo había salvado y regresó a París.
0:12:29 Ella permaneció en silencio nunca. Le contó nada a su padre ni a su marido.
0:12:36 Pero el regreso de su amado a Italia lo hizo en vano, ya que Richelie no volvió a verla jamás.
0:12:42 Según los cronistas, vivió llorando hasta el fin de sus días, adorando aquel mechón, aquel rulo que se alzaba en un improvisado altar del Salón de Lectura.
0:12:57 Improvizado es una comodidad, no era improvisado. Era construido con toda premeditación y puntillosidad.
0:13:05 Las aventuras de Richelie continuaron en París, pero esa es otra historia.
0:13:11 Digamos que vivió hasta los 90 años rodeado de mujeres.
0:13:17 Hasta bien entrado en años, su amigo Volter lo ayudó y lo secundó en sus conquistas.
0:13:24 Esta es la historia que quería contarles del Duque de Richelie, de Manmoa Zell de Ovaluá, la hija del regente Felipe Orleans,
0:13:36 y del pobre Duque de Modena, casado con una mujer que amaba a otro como tantos.
0:13:47 A quien dedicar esto?
0:13:49 No sé, el Duque me gusta.
0:13:51 El Duque es imparable.
0:13:53 Que quiere.
0:13:55 Por lo menos fue.
0:13:59 Otro ni va.
0:14:01 Fue allá, se arriesgó, se disfrazó de vendedor del libro, pues se aburrió que va a ser.
0:14:10 Solo ocurrió, sucede.
0:14:14 Queda nadie más.
0:14:16 Ya el pobre Duque de Modena, que murió jactándose de haberlo pasado al Duque de Richelie.
0:14:29 A ver, a ver cómo es eso.
0:14:31 No, no está bien jactarse, al contrario.
0:14:33 Está bien lo otro.
0:14:35 Está claro.
0:14:37 Hacerlo suyo sin jactancia.
0:14:41 Muchas veces dejar que otros se jacten.
0:14:43 La jactancia no es un goce.
0:14:45 Para alguna gente sí.
0:14:47 Para alguna gente sí, principalmente en estos asuntos amorosos.
0:14:51 Hay gente que está más interesada en la jactancia posterior que en el acto mismo.
0:14:59 Ahora le voy a contar a los muchachos.
0:15:03 Estás pensando en el momento.
0:15:05 No me ha dado el momento de tener que irme tan pronto, pero lo tengo que ir a contar a los muchachos.
0:15:09 Se están cambiando de suby ahora cuando le cuente al rumbo.
0:15:11 Sí, cuando le cuente.
0:15:13 La envidia que le va a dar.
0:15:15 Es un horror, es un apogarío.
0:15:19 Ella no fue un poquito loca, le digo.
0:15:23 Ella creo que sí, porque imagínense estaba ya enamorada del tipo desde antes, con previo fervor.
0:15:29 Ya venía a medio enamorar de la gaza.
0:15:33 Y después, todos sus actos fueron realmente un poco demenciales.
0:15:41 Presentarse ahí en la cárcel con 200 mil libras que no sé cuánto eran.
0:15:45 O para coimiar al carcelero.
0:15:49 Si, casarse.
0:15:51 Incluso con un tipo al que detectaba, nada más que para salvarlo.
0:15:57 Y después lo del rulo.
0:15:59 Sí, sí, esto.
0:16:01 Me impresiona a veces más, tengo ese defecto argentino.
0:16:05 Es que de impresionarme más por lo emblemático que por los sucesos propiamente dichos.
0:16:11 Así que tratar de ir regresando de esa condición.
0:16:17 Pero el rulo me asusta.
0:16:19 Y sobre todo el altar.
0:16:21 A hacer un altar al rulo.
0:16:23 Por favor, porque evoca en mi modestísima memoria algunas circunstancias personales.
0:16:30 Rulos de altares, de veneraciones.
0:16:35 Pero más que nada de locura.
0:16:41 Así que esa no le dedicamos nada.
0:16:43 Entonces no le dedicamos nada.
0:16:45 Usted, por ejemplo, guarda el rulo de alguna persona.
0:16:49 No, yo tampoco.
0:16:52 Ni foto, ni nada.
0:16:54 No guardo fotos de alguna. Sí, algunas fotos tengo.
0:16:58 Pero no lo pongo uno, la guarde adrede en una cajita.
0:17:02 Quedó por ahí una foto.
0:17:04 Quedan que incluso a pesar de uno.
0:17:07 Mira que revise bien.
0:17:09 Sí, revise bien qué hace esta foto.
0:17:11 ¿A qué? ¿Cuándo me la habré sacado?
0:17:16 Bueno, no es de esa especie de trofeos de guerra.
0:17:28 Encontramos al discotecario.
0:17:31 Venerando un manojo de pelos.
0:17:38 Ya no un rulo.
0:17:40 Ya que el desorden de esa discoteca es proverbial.
0:17:44 No es de una forma de rulo, sino de manojo de pelos.
0:17:48 Es como si lo hubiera juntado recién en una peluquería.
0:17:52 Y estaba prendiéndole una vela ante un altar.
0:17:56 Con mucho cuidado de que no se le quemaran los pelos.
0:18:00 Me dijo un lugar teniente que no lo molestará
0:18:04 porque estaba haciendo un rulo.
0:18:09 Y me dijo un lugar teniente que no lo molestará
0:18:12 porque estaba haciendo un ritual diario de veneración
0:18:15 a unos ciertos pelos.
0:18:17 Y según acabó por confesarme el mencionado ayudante,
0:18:20 ya habían sido reemplazados porque sin querer se los habían quemado.
0:18:25 Entonces para que este hombre no adivirtiera esta desgracia,
0:18:29 habían comedido un falto para que se trasladara
0:18:32 la peluquería margen cercana
0:18:34 y pidese un manojo o cualquiera de pelos.
0:18:37 ¿Qué eran esos que estaban allí ahora?
0:18:40 Y el hombre los veneraba
0:18:42 creciendo que se trataba de un manojo de pelos de su amada.
0:18:46 Eso es terrible también.
0:18:48 Es muy probable que el rulo que nos han dado
0:18:51 sea falso.
0:18:53 ¿Quién nos asegura que la dama que nos regala un rulo?
0:18:56 No, no regale un rulo cualquiera, qué sé yo.
0:19:00 ¿Qué encontró por ahí?
0:19:02 ¿Qué encontró por ahí?
0:19:04 ¿Qué rulo Rubio le regaló?
0:19:06 ¿Qué sé yo?
0:19:08 Así como uno regala
0:19:11 muñequitos de esos de peluche que le regalan a uno.
0:19:15 ¿Qué es lo que es raro vos comprando esto?
0:19:20 Es raro.
0:19:22 También puede ser que otro regale manojo de pelos
0:19:25 que no son de uno.
0:19:27 Por ahí uno estaba venerando pelos ajenos.
0:19:29 Como en el caso de este hombre el discotecario.
0:19:32 ¿Qué le quemaron a uno que hacía la limpieza?
0:19:35 O a Fredio Géa.
0:19:37 Y fue una gávide y hay un manojo cualquiera.
0:19:40 ¿Qué sabemos lo que venerán?
0:19:42 Me dirán, no importa si es falso.
0:19:45 No estoy venerando los pelos.
0:19:48 Me dijo el discotecario después.
0:19:50 No tiene miedo que esos pelos no sean los mismos.
0:19:53 Al tiempo que justo que apagaba la vela
0:19:56 juntaba unos pelos que se le habían volado.
0:19:59 Con el soplido.
0:20:05 Y me dice, no, en realidad no importa qué pelos sean.
0:20:09 Si son verdaderos, falsos o de quién.
0:20:12 Importa lo que estos pelos simbolizan.
0:20:17 Ah, le dije yo y me fui.
0:20:20 Después volví para pedirle un disco
0:20:23 y me dio el disco loca de amor.
0:20:25 Que viene bien.
0:20:27 Es una buena descripción de esta dama.
0:20:29 Entonces un lindo vals que tocan Horacio Salgan
0:20:32 y Ubaldo de Leo, dos amigos de este programa.
0:20:36 Adelante, muchachos.
0:21:29 Un día en el que se le ha hecho el disco.
0:21:32 Un día en el que se le ha hecho el disco.
0:21:35 Y me dice, no, en realidad no importa qué pelos sean.
0:21:38 No importa qué pelos sean.
0:21:40 No importa qué pelos sean.
0:21:42 No importa qué pelos sean.
0:22:28 Morك kemen
0:22:30 Moroka kemen
0:22:32 Moroka kemen
0:22:34 Moroka kemen
0:22:42 NER

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