Transcripción automática
0:00:00 La conspiración de los papis.
0:00:04 Esto sucedió en Florencia, allá por el año 1478, y es una conspiración contra los mechis,
0:00:13 la familia que por entonces mandaba a la ciudad.
0:00:16 El gobernador era Lorenzo del Magnífico, tal vez el más célebre de los mechis.
0:00:23 En Roma, el Papa VI IV estaba disconforme con el gobierno de Lorenzo.
0:00:30 No solo estaba disconforme, en realidad quería unir Lorencia al Vaticano.
0:00:35 El Papa, junto con Girolamo Riario, era un capitán de las fuerzas pontificias,
0:00:42 y junto también con el hermano de Girolamo, incardenal, Rafael Lo Riario,
0:00:48 acordaron acerca era gobierno de los mechis.
0:00:51 Dijeron un día, envaludados con dos cañas, dijeron vamos a ser caer al gobierno de los mechis.
0:00:58 Para eso no era necesario hacer la guerra, el asesinato era una metodología política muy usual en aquello años.
0:01:05 Así que dijeron vamos a liquidar a Lorenzo y a su hermano Juliano.
0:01:11 Y seguramente ante esos asesinatos la ciudad va a caer por sí sola,
0:01:16 y el partido de los mechis sería fácilmente desmembrado.
0:01:23 El cardenal Rafael Lo Riario, para herer un aliado dentro de Florencia,
0:01:28 tentó para la conjura a un banquero florentino muy importante, que era Jacopo de Pazzi.
0:01:36 Incluso Obrino se había casado con una hermana de Lorenzo, Jacopo de Pazzi odiaba los mechis,
0:01:42 lo tenía entre Ceja y Ceja, y desde luego quería participar de su caída.
0:01:48 El hecho de que su familia estuviera ligada a la de Lorenzo lo hacía poco sospechoso,
0:01:53 que iban a dejar entrar en todas partes.
0:01:55 Por eso fue sobornado por los hombres del papa para que participara en la conjura.
0:02:04 Ahora bien, todos eran bastante optimistas porque calculaban lo siguiente,
0:02:09 tanto Lorenzo como su hermano Juliano se cuidaban, fueron bastante compadrones,
0:02:15 y salían sin armas y sin custodia, y sin coraza.
0:02:21 Especialmente Juliano, que como era joven y hermoso, salía toda la tarde sacaba al gar solo para persever,
0:02:31 lo cual es el fenómeno.
0:02:33 Cuando uno es joven y hermoso y es el hermano del que maneja la ciudad, tiene que salir toda la tarde sacaba a ello,
0:02:40 para pasar el calópef frente a la comisariga, y hacerse ver, para dar envidia, para dar envidia a los caballeros,
0:02:47 y rique a las damas.
0:02:50 Bueno, desde luego aquello lo bastaba, y la copo de Pasi, el Florentino, el traidor Florentino,
0:03:01 dudó, y se por ahí la muerte de Juliano fue secosa Pasi, pero más cara Lorenzo no es tan fácil.
0:03:07 Entonces el cargador, nada, Rafa El Oriario, solo dijo una palabra, Monteseco.
0:03:14 Y Pasi se quedó tranquila porque Monteseco era el más ilustre y certero asesino de la región.
0:03:21 Sin Monteseco era de la partida el éxito estaba asegurado.
0:03:25 Alcerca de sobre 6 años Lorenzo del medicino, no pesaba completamente nada,
0:03:30 tanto era así que después de acordar la participación de los Pasi, el cardenal Rafael Oriario,
0:03:37 llegó a Florencia para hacerse recibir por Lorenzo.
0:03:40 El capitán Girona Moriario se quedó en Roma.
0:03:44 El cardenal Rafa El Oriario era un hombre dedicado, supuestamente manso, buen diplomático,
0:03:50 así que Lorenzo sin sospechar nada lo invitó a morfar.
0:03:54 Nadie se extrañó que el cardenal llegara acompañado de pajes escurderos, criados, alcahuetes,
0:04:03 era lo común para un príncipe de la iglesia.
0:04:07 Rafael Oriario se sentó de pie al lado de su silla,
0:04:11 estaba nada menos que el asesino Monteseco, disfrazado de escudero, de piches, joderes, joderes.
0:04:21 Y estaba Oyean Cierca, uno más, uno más, todo estaba planeado,
0:04:25 pero resulta que faltaba Juliano, el hermano de Lorenzo.
0:04:28 Había un lugar vacío y Juliano no aparecía.
0:04:31 Y por ahí apareció uno, un mensajero y se echó el dice Juliano y dice que no va a venir a morfar,
0:04:36 porque está medio culero, cansado.
0:04:39 Y bueno, matar solo a Lorenzo no era negocio, había que despachar a las dos.
0:04:44 Entonces le dijeron a Monteseco, si esto más será que no, hoy no corre el asesino.
0:04:50 Y Monteseco tal vez corriendo, le avisó a los pazis que estaban aguardando señales,
0:04:54 ahí con un pequeño ejército, dijo, mire, Juliano no está culero, no puede almuerzo,
0:05:00 no va a poder matar.
0:05:02 Así que esperen otro día, ¿qué es eso?
0:05:06 El cardenal Riario improvisó, le dijo a Lorenzo que le gustaría regresar al día siguiente
0:05:11 para dar las obras artísticas del palacio, y Lorenzo le fue encantado.
0:05:16 Pero al día siguiente Juliano seguía culero, no se había mejorado.
0:05:20 Este... el cardenal Riario empalidesció,
0:05:25 o sea que si esperaban más tiempo, bueno, la intriga podía desilasarse,
0:05:29 siempre hay alguno que se enteró, ¿cómo es?
0:05:32 Y entonces Riario dijo, ¿cómo puede ser este Juliano, que no lo puede saludar?
0:05:41 Y se dijo, mire, mañana voy a dar misa, y a ver una misa,
0:05:44 porque él no le dice que venga, y Juliano se proprecentó.
0:05:48 Y se sigue ahí, el mando le dice que viene ahí.
0:05:51 El cardenal Riario reunió a sus hombres, y le dijo que se efectuaría el asesinato de los médicos
0:05:56 durante la misa que le haría, pero entonces saltó el asesino a Monteserro.
0:06:01 Un momento, dice, yo seré muy asesino, yo he asesinado a mucha gente, pero en la iglesia no.
0:06:09 ¡Ah, mi hijorio, qué es eso!
0:06:12 ¿De qué te la das?
0:06:14 Además, es un asesinato ordenado por el Papa, así que no hay que acliriglo aquí.
0:06:20 Monteserro no hizo hay razones, así que tuvieron que cambiar de asesino.
0:06:26 Y la muerte de Juliano la confiaron a Francesco de Pasi y a Bernardo Bandini,
0:06:32 el asesinato de Lorenzo a dos aserdotes.
0:06:36 En el camino a la misa, Francesco de Pasi pasó amistosamente el brazo alrededor de la cintura de Juliano,
0:06:43 que justamente el que tenía que matar.
0:06:45 Era para asegurarse que su víctima no llevara coraza ni cota de magia debajo de la ropa.
0:06:53 Bueno, empezó la misa, mucha gente.
0:06:56 Cuando lo fieles que arrodillaron, inclinaron el marote, los conjurados pelaron las armas.
0:07:03 Bandini y Francesco de Pasi no fallaron y Juliano de Messi se desplomó muerto.
0:07:10 Pero los aserdotes, a quienes se les había confiado la muerte de Lorenzo,
0:07:15 era muy duro en esto de las armas, fallaron.
0:07:18 Lorenzo sufrió un rasguño, fue pegunzalto y barajando como mejor punto los golpes que le levantaron,
0:07:26 salió rajando y se encerró en la sacrifica.
0:07:29 Después aparecieron varios amigos que se juntaron para defenderlo y quedó a salvo.
0:07:36 Entonces los conjurados intentaron derribar la puerta de la sacrificia, pero en vano,
0:07:42 incluso adentro la sacrificia de un amigo de Lorenzo que se llamaba Ridolfi,
0:07:47 que les pucció no la herida porque pensaban que podrían estar envenenados los cunidades.
0:07:55 Pues bien, entre Lorenzo y el aserrado de la sacrificia, sus partidarios se armaron
0:08:00 y los ciudadanos de Florencia también.
0:08:03 No querían ningún modo la custodia de Roma y los hombres que seguían los conjurados,
0:08:09 al ver el movimiento de defensa de los mechis, se disfresaron a terrorizar por toda la ciudad.
0:08:15 Finalmente, Lorenzo abandonó la sacrificia, volvió a su palacio,
0:08:19 una multitud se acercó a presentar sus condolencias por la muerte de Juliano,
0:08:25 lamentó mucho que eso.
0:08:27 Mientras en la iglesia sólo quedaba Rafael Oriario,
0:08:31 uno de los conjurados que temblaba agarrado del altar y estaba esperando a los vengadores,
0:08:36 increíblemente Lorenzo le ofreció asilo para que no lo linchara.
0:08:41 Todos aquellos de quienes se creía era el sospechoso de haber participado en la conjura,
0:08:46 fueron atacados en las calles, arrancados de sus casas y arrastrados hasta la vía larga,
0:08:52 donde a pesar de la súplica de Lorenzo, sus cuerpos fueron de pedazados.
0:08:56 Los pastis se habían recugiado en una liga fuera de Florencia,
0:09:00 pero la noticia del asesinato había llegado a los campesinos, así que en liquidar una toda familia.
0:09:06 Sus escudos de armas fueron borrados de todas las casas y de los edificios públicos.
0:09:11 El asesino Montesíco, a quien en realidad no había participado, también fue liquidado.
0:09:19 Se enteraron de que formaba parte de la conjura y formaba el protesto,
0:09:23 así como por ejemplo si uno quise matar a Peñá, y si a quien estaba, vamos a matar a Peñá.
0:09:30 Solamente un culpable se escapó, Fernando Bandini, el que había matado a Giuliano.
0:09:36 Se fue de Florencia sin servisto, pero su destino fue realmente notable.
0:09:44 Se escapó y llegó a Venecia.
0:09:46 En Venecia se subió un barco que salía hacia Turquía, y se dice más que a Turquía no agarran más.
0:09:52 Desembarcó en Constantinopla y allí dice que no seguro, pero la noticia del atentado había llegado antes de él.
0:09:59 Unos comerciantes florentinos lo reconocieron y lo hicieron detener por los geníjaros.
0:10:05 El sultano Tomano, que quería demostrar su amistad a Lorenzo,
0:10:10 arrojó a Bandini a la prisión y luego se lo mandó como regalo a Lorenzo.
0:10:17 No solo le mandó al asesino, sino también un montón de otros regalos, ponerles fruta, en realidad caballos,
0:10:27 una cirafa, tapices y amantes y el asesino de su hermano.
0:10:32 Feliz cumpleaños.
0:10:35 Bandini fue ejecutado y su cuerpo colgó hasta que fue solo hueso en la fachada del palacio.
0:10:42 Un detalle, Sandro Botticelli recibió la orden de la señoría para pintar los cadáveres de los acusticials.
0:10:51 Supongo que era para alguna revista.
0:10:55 Una vez que se borró a todos los compiradores locales y a todas las familias y a los que habían llegado de Roma,
0:11:02 Lorenzo de Medici apuntó más alto y empezó una larga y abierta disputa con el Papa, cincuarto pero estación.
0:11:09 La de hoy es solamente la historia de este fallido atentado, la conspiración de los pacientes.
0:11:18 Podríamos intentar la moralidad.
0:11:25 No conviene confiar en aficionados.
0:11:32 Pero quiero dedicar esto al pobre Monteseco.
0:11:35 Que justo cuando quiso ser bueno, cuando quiso ser peado, yo perdí.
0:11:41 No se puede. No se puede en este mundo ser bueno.
0:11:44 So bueno y te toman para su rete, fueron las últimas palabras de Monteseco, el Pirado Monteseco.
0:11:52 Hemos ido a la discoteca del Teatro para pedir un disco y un tango o una milonga o una canción criolla que tuvieran algo que ver con este episodio.
0:12:07 Y rápidamente nos dieron la milonga de Pintín Cacellano que se llama la puñalada.
0:12:12 Y como todos os prestamos, nos piden una pared y formusen a otras puñaladas.
0:12:18 Toda puñalada nos hace acordar a la milonga de la puñalada.
0:12:23 Así que escucharemos la versión del Fintesto Real. Adelante, muchachos.
0:15:48 Pintín Cacellano
0:16:06 Hemos escuchado al Fintesto Real interpretando de Cacellano y Flores la puñalada.
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