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0:00:00 Hoy hablaremos de un cantor, de un cantor que se enamoró de Blanca de Castilla en el siglo XIII,
0:00:08 justamente en el auge del amor cortés, que era cuando los juglares, cuando hablo de cantores, hablo de juglares y trobadores,
0:00:16 que se enamoraban de las princesas sin que esto produjera escándalo a alguno.
0:00:21 El rey Luis VIII de Francia estaba casado con Blanca de Castilla, o quizá de Navarra.
0:00:28 Se amaban. Blanca sabía que debían continuar la dinastía y trató de cumplir.
0:00:37 Tuvieron 12 hijos, uno atrás del otro.
0:00:41 Recién el sexto fue el heredero. Se llamaba también Luis, y sería nada menos que Luis Noveno,
0:00:50 San Luis, el famoso San Luis.
0:00:52 En el año 1226, Luis VIII, salió a agarrar contra los alvigenses, la cruzada contra los cátaros.
0:01:00 El participó de esa cruzada.
0:01:03 Regresó de la lucha enfermo de una disentería.
0:01:07 El médico, a llavo de Bourgón, declaró que había oído decir que tener relaciones con una virgen resultaba beneficioso en esa clase de patología.
0:01:21 Es verdad, es verdad, es verdad.
0:01:23 Yo lo escuché decir también, no sé si el doctor Cormillot o algo.
0:01:28 Y rápidamente el médico inició la búsqueda.
0:01:32 Mira que remedio, ¿no?
0:01:34 Sí, el buen remedio, un lindo gato.
0:01:38 Al cabo de dos días, un general encontró una buena familia que tenía ahí una rubia que parecía muy adecuada para el caso.
0:01:50 Los padres de la donsella se pusieron a llorar de alegría, naturalmente,
0:01:55 y declararon que el cielo se portaba demasiado bien con ellos al permitir que tal honor recayeran su familia.
0:02:02 La donsella fue llevada a la corte para consumar el incho.
0:02:12 Bueno, no lo hicieron nomás.
0:02:14 Luis Otago murió.
0:02:16 Miren qué bien que Luis Otago murió.
0:02:18 Y luego de su muerte comenzaron a correr unos rumores muy poco agradables.
0:02:23 Se decía que el rey no había muerto enfermo, sino que había sido envenenado.
0:02:27 Y todo el mundo acusaba al cóndere champagne, Tibó el cantor.
0:02:33 Tibó el cantor.
0:02:35 Decían que Tibó había arrojado en los alimentos del rey un polvo venenoso.
0:02:43 Más o menos lo mismo.
0:02:45 A quienes se asombraban de tal acto, se les explicaba que Tibó estaba enamorado de la reina nada menos,
0:02:54 y que no podía soportar la idea de que el rey durmiera al lado de su amor.
0:03:00 Se explicaba también que Tibó componía canciones de alto contenido amoroso,
0:03:06 y que iba a cantarle al palacio a Blanca.
0:03:10 Te cantaba canciones de alto contenido amoroso.
0:03:16 ¿Qué serían canciones picarescas?
0:03:24 Ah, sí, sí, puede ser.
0:03:29 Estos versos que he pensado para Blanca en la barra,
0:03:36 dicen junto a mi guitarra que estoy muy enamorado.
0:03:43 Ah, ya está muy bien.
0:03:45 Pero imagínense una señora casada que es la reina.
0:03:48 Pero Tibó ciertamente estaba enamorado de Blanca con un fervor extraordinario.
0:03:53 Era cierto que le componía estas canciones,
0:03:57 y se las cantaba cuando la veía sola, ¿no? en el palacio.
0:04:01 No podía vivir lejos de Blanca.
0:04:04 Por ella desertó de su castillo de Provenza, en el sud de Francia,
0:04:09 donde Judas perdió el ponche y se vino ahí, a París.
0:04:13 Y ahí en ese castillo de Provenza se reunían las más hermosas consejeras
0:04:17 y los más nobles caballeros en una corte de amor que había cansado su fama,
0:04:22 y era de un bailón o atrás de otro, y él no.
0:04:25 Todo esto era cierto, pero Tibó no había envenenado al rey.
0:04:29 Mientras que Tibó se consumía de amor,
0:04:33 Blanca de Castilla tenía una sola idea,
0:04:36 hacer consagrar el rey a su hijo mayor.
0:04:39 Para eso invitó a una ceremonia a todos los varones, a todos los nobles.
0:04:46 Fue un castario, grandes oficiales, en fin.
0:04:50 Algunos estaban de acuerdo con la coronación de su hijo,
0:04:54 recordemos que el rey se había muerto, y otros no estaban.
0:04:59 Así lo que no estaban de acuerdo no fueron.
0:05:01 El más fiel de los varones era Tibó de Champagne, naturalmente,
0:05:06 que sin embargo no pudo llegar a la celebración porque lo pararon en la puerta.
0:05:13 En la puerta de la ciudad, cuando llegó algunos ciudadanos,
0:05:16 le impidieron la entrada, le hicieron un escrache o un piquete, no me acuerdo.
0:05:22 Le gritaban que era un asesino envenenador, como sospechaban de él,
0:05:25 y lucharon.
0:05:27 Tibó pensó que aquella gente tenía instrucciones de la reina,
0:05:31 y se fue a su castillo muy ofendido.
0:05:35 Y le dio tanta bronca que decidió unirse a la Liga de Varones
0:05:40 que estaban descontentos con la coronación del nuevo rey,
0:05:44 y que preparaban una rebelión contra Blanca.
0:05:49 El despecho de los y llegó a...
0:05:52 La reina sentió de estos planes de rebelión,
0:05:55 atacó y derrotó a los varones.
0:05:59 Cuando encontró entre ellos a Tibó, el cantor,
0:06:03 le dijo, no esperaba que tu fueras un enemigo.
0:06:07 Tibó expuso sus razones y le dijo...
0:06:12 Le habrá cantado...
0:06:14 Como forma de canción.
0:06:16 Estos versos que he sentido para Blanca en Navarra
0:06:22 dicen, junto a mi guitarra que estoy un poco ofendido.
0:06:29 Yo le dijo, ¿no?
0:06:31 Pero bueno, se pidieron disculpas, muy totalmente.
0:06:34 Tibó se enamoró de nuevo, siguió a la reina, a París,
0:06:39 y siguió componiendo para ellas canciones amorosas
0:06:42 conforme a las pautas del amor cortés.
0:06:45 El juglar de menor rango, ofreciendo a su persona,
0:06:48 ofreciéndose hasta como esclavo de una dama,
0:06:51 que se presentaba en principio como algo inalcanzable.
0:06:54 Es decir, el amor cortés del cual hemos hablado muchísimo.
0:06:58 Era muy raro que aquella clase de amor tuviera algún logro,
0:07:03 de consumar.
0:07:05 A todo esto, Blanca continuaba ahí medio indiferente.
0:07:09 El cantor, como se ha visto, a veces deslizaba entre las declaraciones
0:07:14 más encendidas algunas notas ásidas.
0:07:18 Que te cuesta.
0:07:20 No, güey, pero como va.
0:07:22 Dice, no hay química, no hay química.
0:07:27 Para vosos cinco minutos para...
0:07:29 Dice yo...
0:07:31 Un humilde garabazo para Blanca,
0:07:36 de Navarra, digo, junto a mi guitarra,
0:07:40 dame bola por un rato.
0:07:43 El caso es que Tivot sintió que la mina no le daba bolilla
0:07:48 y volvió a sus tierras.
0:07:50 Se unió otra vez a las tropas de varones que estaban en contra.
0:07:54 Ahora las comandaba Felipe el Malpainado.
0:07:57 Sí, un señor feudal llamado Felipe el Malpainado,
0:08:01 que se oponía a Blanca.
0:08:03 Bueno, y presentaron batalla en una localidad llamada Belén.
0:08:06 La reina, que participó incluso del enfrentamiento,
0:08:10 se adelantó para ver los movimientos del enemigo,
0:08:13 fue a cogotear.
0:08:15 Y cuando estuvo bastante cerca como para ver los colores y las caras,
0:08:18 palidesió.
0:08:20 A la vanguardia del ejército rebelde estaba Tivot.
0:08:23 El mariscal del reino ordenó la carga contra los conjurados.
0:08:27 Avanzaron.
0:08:29 Y cuando ya estaban al tiro de piedra,
0:08:32 un caballero llegó hasta la reina, desmontó y se arrodilló.
0:08:36 Un caballero de los contrarios, ¿no?
0:08:38 Era Tivot, que declaró no poder decidirse a combatir
0:08:41 contra la que amaba.
0:08:43 Enamorado otra vez, ante la sola vista de Blanca,
0:08:48 Tivot ofreció sus tropas al reino.
0:08:52 Y los rindió a todos, que era un artículo.
0:08:55 Y gracias a su ayuda, algunas semanas más tarde,
0:08:58 los rebeldes fueron obligados a rendirse.
0:09:01 Blanca tuvo contivó una mezcla de agradecimiento y de ternura,
0:09:07 y lo llevó con ella una vez más al palacio.
0:09:11 Y el cantor compuso nuevas canciones.
0:09:15 Algunos dicen que logró conquistarla.
0:09:18 La mayoría dicen que no.
0:09:21 Estos amores han sido objeto de apasionadas controversias
0:09:25 entre los historiadores.
0:09:27 Lo único que riesga el cronista para certificar la supuesta unión
0:09:32 es que las canciones de Tivot dejaron de ser tristes.
0:09:37 Ah, cambió la temática.
0:09:39 Cambió la temática.
0:09:46 Permítame que compongas para Blanca de Navarra.
0:09:53 Digo junto a mi guitarra por fin tuvimos mi loca.
0:10:00 Asusté en un momento.
0:10:02 Mira, es un dato interesante.
0:10:06 Pero también siento que hay gente que se conforma con cualquier cosa.
0:10:10 Ella aparecía con él en todas partes.
0:10:13 Le sonrían tiernamente.
0:10:15 Pero nunca se los pudo ver tomados de la mano o en lugares sugerentes.
0:10:20 Ninguna crónica cita a sirvientes que los hayan visto escabullirse juntos.
0:10:25 Nada de eso.
0:10:26 Prueba a él se le idea de que Tivot nunca pudo amarla.
0:10:30 En ese estado pacífico vivieron juntos, Blanca y Tivot, por algún tiempo.
0:10:35 Bastarde cuentan que la reina se enamoró de otro señor.
0:10:40 Era un legado del papa y el signore Franchipani se enamoró del tano Franchipani.
0:10:48 Que no componía canciones ni tampoco necesitaba hacerlo porque la mina le dio bolilla del primer día.
0:10:55 Uno compone canciones cuando el asunto está en tela de juicio.
0:10:59 Cuando te dan bolilla el primer día y tú no vas a andar perdiendo el tiempo haciendo canciones.
0:11:03 ¿Te volvés más primitivo?
0:11:06 Directamente no gastas por ver en Simán.
0:11:09 Las canciones para cuando se van o cuando no te dan bolilla.
0:11:14 Le digo porque a veces no se vuelve a poner nada más y dice que hace tanca de canciones.
0:11:18 ¿Por qué no me encanta mi hijo? Porque usted ya me dio bolilla, qué quiere.
0:11:22 Juega menos, anda estimando hay canciones.
0:11:27 Más tarde ya está.
0:11:31 Era un rumor, quiero decir. No era cierto.
0:11:35 No está demostrado que se ha andado con el Franchipani.
0:11:39 Pero, Jivot desacreditaba estos rumores diciendo que una dama cristiana no entraba en esa clase de relaciones con Franchipani.
0:11:48 Y para combatir y demostrar el honor de su dama formó una tropa y se fue a la cruzada.
0:11:55 Ya con la distancia se le apagó la pasión a Jivot.
0:11:59 Regresó varios años más tarde sin fuerza ya para sostener su amor por Blanca.
0:12:05 Se recluyó esta vez sí en el Castillo de Provence.
0:12:08 Cuentan que la reina nunca pudo olvidar las horas que él le proporcionó
0:12:13 y especialmente las canciones que le cantaba.
0:12:17 Nunca más Jivot de Champagne regresó a París
0:12:21 y se quedó ya haciado de canciones y esperas invructuosas en su castillo
0:12:28 y seguramente se dedicó a la búsqueda de amores más hospitalarios.
0:12:32 Qué es lo que debe hacer todo buen cantor cuando una mera no le da bolilla?
0:12:36 Ir en busca de otra.
0:12:38 Y así termina esta historia de este hombre que vivió siempre con su lagud, su guitarrita, que sé yo,
0:12:46 es clavo de una obsesión.
0:12:50 Dedicamos a esta charla al propio Jivot que parece que era un tipo simpático
0:12:55 y debe haber sufrido bastante, qué sé yo.
0:12:58 Hemos ido a la discoteca, le contamos al discotecario esta triste historia
0:13:04 porque finalmente un tipo está 20 años atrás de una mina.
0:13:06 La verdad que es una historia con un final que no es feliz.
0:13:08 No, no es feliz, el tipo ahí se va a la cruzada, vuelve, envejece, se le va a la fuerza,
0:13:14 todo por puro cabezón.
0:13:17 Yo tenía la esperanza que le iba a conquistar.
0:13:21 Una parte, la parte no me acuerdo qué dice, yo dije, le va a dar bolilla, le va a dar.
0:13:26 La tercera vez que va al palacio.
0:13:28 Sí, porque yo mina por ahí dos veces, le doy picia.
0:13:33 Pero la tercera, yo digo, va, está bien, pase que seguirás.
0:13:38 Me voy a pegar una enjuagada y va.
0:13:44 Es la lenguaje de la monarquía.
0:13:46 Si usted la vece las patas porque si vienen de la cruzada, me imagino como vendrá lleno de arena.
0:13:53 Hasta que se saca la armadura.
0:13:55 Sí, al rayo el sol la armadura, brava.
0:13:58 Como calienta, no.
0:14:00 Como calienta adentro.
0:14:02 Bueno, el discotecario al final, en atención a esta profesión de juzglar que tenía el hombre,
0:14:11 nos dio un tango que se llama la guitarrita.
0:14:17 La guitarrita, siempre que con la guitarrita estaba correcto.
0:14:20 En la Ud. es como una guitarrita para uno.
0:14:24 Para uno para el discotecario, por lo menos.
0:14:26 La guitarrita es un tango de Eduard Barolas,
0:14:31 que escucharemos en la interpretación de nuestro guitarrista de cabecera, el amigo Juanjo Domínguez.
0:16:15 Juanjo Domínguez, en la venganza será terrible la guitarrita.
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