Transcripción automática
0:00:00 Las encarnaciones de Elise Müller y el profesor Flournoy
0:00:08 Contaremos un asunto, mitad misterioso, mitad amoroso, que sucedió a fines del siglo XIX en Cinebra.
0:00:18 Elise Müller nació en 1861 en Marcinia en un cantón suizo.
0:00:24 Poco después de su nacimiento, su familia se mudó a Cinebra y así vivió con su madre viudad, teniendo un negocio de ropa.
0:00:32 Pero bueno, no importa lo que sucedió con Elise, hasta 1892.
0:00:38 En ese año fue a una sección de spiritismo y le gustó.
0:00:44 Me gusta esta manera de contárselo. Fue a una sección de spiritismo y le gustó.
0:00:52 Lo agarraron entre cuatro y le gustó.
0:00:56 Nuestra vida cambia con ese.
0:01:01 Algunos dicen que descubrió su capacidad de mailum, otros dicen que encontró el modo de engañar a algunos y ganar dinero.
0:01:12 Elise era hermosa, era alta, amorosa, a los con negros.
0:01:16 Dice el conneta que nada recordaba en ella el aspecto de macrado tráfico que se solía atribuir a las adivinas o a quienes traficaban con espíritus.
0:01:28 La cuestión fue que empezó con reuniones espiritistas humildes en las que las demostraciones se reducían a mesas giratorias, floreros volantes y ramilletes se movían.
0:01:42 Para esto no es poca cosa, pero después de todo era lo que hacían todos los que se posturaban como mailums y los ciertos que no sorprendían ni convocaban más que unos pocos curiosos.
0:01:54 Pero en 1895 Elise se hizo famosa con escenas de reencarnación.
0:02:00 Aseguraba que en trance podía corporizar en sí misma el espíritu de cualquier muerto famoso y empezaron a visitar los numerosos curiosos, numerosos interesados para no ocurrir en una rima tan inmigrante.
0:02:17 Entre ellos, entre los curiosos, estaba un profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad Quinebra, Thomas Flugnoy.
0:02:26 Era un hombre escéptico que sólo quería encontrar datos para sumar a su tesis de no creyente.
0:02:35 Se dieron procedimientos de muchos intelectuales que solamente prestan atención a los datos que vienen a confirmar una tesis que ya tenían de vea.
0:02:43 Pero como quiera que sea, Flugnoy era un refutador de genda que andaba con ganas de
0:02:52 dejar arrancar cualquier asunto relacionado con el espiritismo.
0:02:57 Parece que cuando entraba en trance, las representaciones que hacía Elise de María Antonieta eran impactantes y seductoras.
0:03:08 Los más entusiastas aseguraban que Elise conseguía los más delicados matices de expresión, de encantadora cortesía, de activa con descendencia e incluso de abrumador de expresión,
0:03:22 que se sucedían alternativamente ante el desfile de cortesanos versallegos que poblaban extravamente sueños.
0:03:30 Bueno, eso no era mucho, puesto que lo podía ser cualquier buen actor.
0:03:34 Hasta que Elise, portadora del espíritu de la reina, escribió.
0:03:40 Y vino a suceder que su letra, cotejada por visitantes seruditos, era la misma que la letra de María Antonieta.
0:03:49 ¡Ay, Juna!
0:03:51 El diablo anda suelto.
0:03:57 Las ramas que visitaban su sesión estaban incluso maravilladas con el malejo que Elise hacía del pañuelo real y de otros accesorios ficticios.
0:04:10 También quedaban pasmadas ante la desemboltura con la que a cada vuelta quedaba echaba hacia atrás la imáclaria cola de su vestido.
0:04:22 El doctor Plurnoy no creía nada y tenía buenas razones.
0:04:27 Cuando, en su encarnación de María Antonieta, a Elise se le ocurrió edificirse algunos de los asistentes como si fueran personajes concritos de su corte,
0:04:38 Plurnoy, que era un erudito, la hacía incurrir en anacronismos inarmisibles.
0:04:45 Las construcciones discursivas de Elise y su supuesta encarnación eran nobles, pero correspondían a la época que estaban viviendo,
0:04:54 a fines del siglo XIX y no pertenecían al siglo XIX.
0:05:00 Entonces, muy entusiasmado, Plurnoy estaba preparando un capítulo más de sus reputaciones.
0:05:06 Pero vino a suceder algo.
0:05:10 Elise supo que las investigaciones de Plurnoy iban a disfrutar de esto y la sentieron, aunque el tipo estaba preparando unas notas destructivas.
0:05:22 Entonces, y de un plan que no tenía nada a ver con encarnaciones o corporalizaciones y actividades medio-humnecas,
0:05:34 Elise decidió seducir a Plurnoy del modo más contundente.
0:05:39 Una noche, en una sesión a la que Plurnoy asistió solo, Elise entró en Francia y dijo encarnar a Simandini, una princesa árabe y no italiana.
0:05:54 Quedó la esposa principal del príncipe hindú llamado Sibruka Nayaka.
0:06:01 Este príncipe había reinado en Canara, allá por el siglo XV.
0:06:07 En esta ocasión, en vez de remitirse a estos cortes sanos, tal como lo hacía con María Antonieta, Elise pinchó en su transe ingresar en el aren de Sibruka.
0:06:20 Los movimientos y las expresiones de Elise fueron de lo más víbidos y de lo más lascivos.
0:06:27 El doctor Plurnoy fue invitado al amor en el sáin escrito más correcto.
0:06:34 Dice el cronista que Plurnoy también entró en transe y se creyó Sibruka por un rato.
0:06:44 Se llama arma.
0:06:46 La cuestión fue que las notas de Plurnoy abandonaron todo el scepticismo
0:06:51 y el tipo creyó pervorosamente en todas y cada una de las encarnaciones de Elise.
0:06:57 Tanto creyó que siguió visitándola y esperando que cada transe lo remitiera algún ginecio preferito.
0:07:06 Por creyente, por enamorado o por agradecido, Plurnoy no molestó más a Elise.
0:07:16 Después de que algunos encuentros más, con otros nombres, tal vez o con otros rostros,
0:07:22 bueno, dejaron de verse.
0:07:24 Succedió lo que a veces ocurre con los amantes.
0:07:27 Elise Müller continuó con su trabajo y deslumbró a otros con apariciones de Catalina de Médici,
0:07:36 de María Estuardo y de Isabel de Inglaterra.
0:07:39 Parece que todas las reinas tenían los mismos gestos, pero eso no importa.
0:07:43 En 1900 una acaburalada millonaria norteamericana, los millonarios suelen ser acaburalados.
0:07:52 En 1901 millonaria norteamericana lilegó una fortuna.
0:08:00 Parece que le habían gustado los espectáculos de Elise a la millonaria.
0:08:05 Se murió la mina primero y parece que en el Teclamento figuraba a Elise.
0:08:13 Y las rentas de aquella fortuna le permitieron vivir tranquilos a la que se murió.
0:08:19 O sea que sucedió ya cerca de nosotros en 1929.
0:08:24 Murió Elise Müller.
0:08:27 Aquí termina la historia, pero yo quiero decir que el amor, el enamoramiento y sus formas vecinas
0:08:41 son siempre formas de credulidad.
0:08:45 El enamorado es antes que nada un creyente.
0:08:52 Es muy difícil ser escéptico respecto al sentimiento que uno profesa y sostenerlo.
0:09:03 De manera que está muy bien lo hecho por el esnola.
0:09:09 Y es muy legítimo.
0:09:12 Lo trasladó a Flournoy allí donde no podía ser escéptico, al territorio de la pasión.
0:09:19 El que no cree en la pasión que siente, ya no siente pasión.
0:09:25 Así que yo creo que siguiendo las encarnaciones de Elise eran cuentos.
0:09:35 La pasión no lo era.
0:09:38 Y convido a todos aquellos que estén interesados en ver algo,
0:09:43 en ver algo que no sea de este mundo, en ver algo que no sea lo usual,
0:09:48 en ver algo meravilloso y milagroso, que miren bien en los momentos de la pasión.
0:09:55 Eso es lo más cercano, un milagro que yo he visto en mi vida.
0:10:00 Mucho más milagroso que hombres que tragan fuego, que encantadores de serpientes
0:10:08 y que medium que dicen ser el espíritu de Alejandro de Macedonia.
0:10:13 Así que yo se lo dedico, no sé usted porque seguro que va a aprovechar,
0:10:19 para traer clientes a su territorio.
0:10:22 Si eres facturar el hombre, pero yo se lo dedico a los enamorados creyentes todos.
0:10:28 Y también a este doctor Tomas, es uno de los que dejando en el sentido de que primero
0:10:35 se establecen dos posibilidades para el anulubista, dijo,
0:10:40 tal vez por enamorado, tal vez por agradecido.
0:10:44 Deslizo también, tal vez porque creo que sabemos que no,
0:10:48 me parece cierto en ese punto donde se confunde con el amor,
0:10:51 pero digo al principio por enamorado y después por agradecido, está muy bien.
0:10:56 Me gusta que ustedes hayan reparado en esa palabra, la palabra agradecida.
0:11:05 Y salve por las dos cosas, un buen enamorado siempre agradecido.
0:11:09 Yo suelo tener una pobre opinión de aquellos que hablan mal de sus antiguos amores.
0:11:18 Yo no hago más que hablar bien de las mujeres que me dejaron.
0:11:23 Pero estoy tan agradecido, pero tan agradecido.
0:11:28 Yo decidiría que no conozco otra forma de felicidad que no sea esa.
0:11:32 Les había dado las mujeres que han tenido la desgracia de cruzar por mi viga
0:11:39 y las que provienen del mundo del arte, de manera que cómo no está agradecido.
0:11:47 Cómo va a hablar mal uno de alguien que alguna vez demostró algo parecido humilado.
0:11:54 Así que me hace muy bien.
0:11:58 Hemos buscado discos en nuestra crigo de escoteca y nos encontramos con la sombra,
0:12:07 una canción de la opereta criolla, lo que me costó el amor de Laura,
0:12:11 que seguramente alurre a un milagro parecido.
0:12:18 Esa sombra, desconocida, es también como un espíritu de su aparición.
0:12:27 Toda persona que nos enamora tiene el efecto de una aparición milagrosa.
0:12:33 Así que escucharemos la sombra, que es una breve canción que canta maravillosa mente Julia Senko,
0:12:42 acompañada por ese que está hablando.
0:12:45 Adelante Julia.
0:12:58 No sé qué es lo que me parece
0:13:11 Soy la muerte de trazos, abrazos al mi amor
0:13:18 No me engañó ser tu nombre,
0:13:23 y el divino, coge nombre,
0:13:26 que te ama de mi alma, de mi cara,
0:13:31 mi divino, tu soy, amor.
0:13:47 No me engañó ser tu nombre,
0:13:51 y el divino, coge nombre,
0:13:54 que te ama de mi alma, de mi cara,
0:13:59 mi divino, tu soy, amor.
0:14:09 No me engañó ser tu nombre,
0:14:15 y el divino, coge nombre,
0:14:20 que te ama de mi alma,
0:14:25 de mi cara,
0:14:30 mi divino, tu soy, amor.
0:14:35 Y el divino, tu soy, amor.
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