Transcripción automática
0:00:00 Una ola de frío en Rusia.
0:00:02 Ah, ahí se me da pena de consternación.
0:00:05 No, no, no, mira, tanto es amigo de gusto, tenemos, por ejemplo, Dimitri,
0:00:09 Rodman, nuestro querido gelista, afortunadamente está en Buenos Aires.
0:00:15 Pero de estar muy consternada por lo familiar.
0:00:19 Claro, no sé por qué, no sé por qué pregunté.
0:00:22 Bueno, le cuento lo que dice la nota.
0:00:24 Dice que los fríos responden a ola de baja temperatura que llegó en el primer grado.
0:00:28 Los fríos responden a ola de baja temperatura, sí, señor.
0:00:32 Ah, usted está en la noche del lunes, llegó el termómetro a menos de 31 grados.
0:00:38 No tengo termómetros, ninguno tiene menos de 31 grados.
0:00:41 ¿Cómo va a llegar eso?
0:00:42 Pero no es el que se pone de bajo grado.
0:00:44 A la sulimónice, que cuelga uno está muy bueno, menos 31 grados.
0:00:48 A la sulijo de abajo, oligar.
0:00:50 Pero, bueno, lo que pasa es que el armómetro ruso es distinto.
0:00:55 Claro, vamos.
0:00:56 No tiene 30 grados para arriba.
0:00:59 No tiene más de 0.
0:01:01 Bueno, le cuento algo, ¿no?
0:01:05 Que los médicos obvirtieron, que hay que obvirtir los consumos a los clientes en Rusia.
0:01:11 Que obvirtieron los médicos, que hay que subrir el consumo de alcohol porque da la idea de un falso calor.
0:01:17 Esto se lo sale pensando que tiene calor.
0:01:19 Y tiene frío.
0:01:20 Sí, usted como psicoanalista debe estar muy atento a gente que por ahí cree que tiene calor y tiene frío.
0:01:29 Y gente que cree que tiene frío y tiene calor.
0:01:31 Sí, exactamente, de eso digo.
0:01:33 O que una gente.
0:01:35 Tendría que ir a Rusia y darles de tomar.
0:01:37 Bueno, le cuento las dos cosas más extrañas.
0:01:41 Los domadores de un circo y a los lables, general de beber, bócalos elefantes.
0:01:48 Un elefante con una ciricloca.
0:01:50 Un elefante, digo, y en otro lugar, el IMPER.
0:01:53 Y el elefante con el que está en el África.
0:01:57 Yo sé como te quiero, hermano, el elefante.
0:01:59 Dame un beso de trompa.
0:02:07 Dame un piquito.
0:02:08 A mí me dijeron que al elefante para que cree que tiene frío hay que calentarle la trompa.
0:02:14 ¿Usted como lo sí palcriciando?
0:02:17 Usted le prepara un tacho con agua caliente y gremete la trompa adentro.
0:02:23 Y el elefante, oh.
0:02:25 Se le calienta todo el cuerpo.
0:02:26 Claro, calienta la trompa.
0:02:27 Ah, mire usted, porque es la zona más sensible.
0:02:31 Y me arrumé el trompe.
0:02:32 Yo no lo sé.
0:02:34 No seguí preguntando.
0:02:35 Cuando me dijeron eso cambié de conversación.
0:02:38 No me expliqué más.
0:02:39 Ah, digo.
0:02:40 Porque es un tigre que te saca esas conversaciones para pasar los umbrales de la intimidad.
0:02:47 A ver cómo se funciona.
0:02:49 Atención, porque hay muchos hombres que hacen eso.
0:02:51 Ah, cómo se va a estar los brazos.
0:02:53 Usted sale con una dame y le dice, sabía que en Rusia a los alejantes le calientan la trompa
0:03:00 para que entren en calor.
0:03:02 Qué notable, le dice la dama.
0:03:04 Y ahí nomás usted dice, ¿qué le parece?
0:03:07 Y nos damos un besito.
0:03:10 Bueno, alguna otra...
0:03:15 ¿Y a qué sabe que arrecian los llamados?
0:03:20 Ampliaremos.
0:03:21 Ampliaremos, eh.
0:03:23 Imágenes sin procesar.
0:03:24 Usted sabe que nacen a los monos.
0:03:29 Pero no en Rusia, en todas partes.
0:03:31 No, acá o por este tema.
0:03:33 Ah, cuando hace frío, ¿qué hacen los monos?
0:03:36 Solo, eh.
0:03:37 No, le dan vino azucarado tres veces al día.
0:03:40 Azucarado.
0:03:41 Azucarado.
0:03:42 Azucarado.
0:03:43 Como el vino a mis téloles, vino de mis hijas.
0:03:45 Claro, Rusia.
0:03:46 Al mono en Rusia le dan vino azucarado.
0:03:50 Sí, para que entren en calor también.
0:03:52 Y primero que nunca he visto un mono en Rusia, tampoco no creo que se quiera una persona
0:03:58 en Rusia.
0:03:59 Pero un poco de defante muy ruso que le damos.
0:04:02 Digo, cuando uno dibuja imágenes rusas por encargo de algún amigo, más bien dibuja
0:04:09 la Plaza Roja, dibuja Lenin, dibuja Cossacos, Trilleos, pero no les van a ser ni monos.
0:04:20 Y bueno, que no se adapta mucho al frío de ahí que por eso.
0:04:23 Bueno, entonces atención, aquellos que posean mono y estén en Rusia, bueno, que les ven
0:04:30 a su cara, a esos infáticos animales.
0:04:33 A los Trineos quienes los llevan en Rusia?
0:04:36 También los perros, ¿no?
0:04:38 Los perros, no, es cierto.
0:04:39 Y los caballos que le andan ladrando, van a trabar a cada perro.
0:04:43 Como detrás del sur, que van a trabar a los perros.
0:04:45 Exactamente, con que te juegas los ruses.
0:04:48 El uso es raro.
0:04:49 Con razón se vino aquí, mixtri.
0:04:51 Bueno, después que ven a alguien ya.
0:04:53 Bueno, vamos al... claro, vamos al programa.
0:04:58 Muy bien, le decía que lo tenía de la provincia de Buenos Aires, la emoción de jugar y ayudar,
0:05:03 presenta este bloque inicial en la venganza será terrible.
0:05:07 El intento de la cantante y el intento de la actriz.
0:05:13 Es una historia relacionada con Luis II, el rey loco de Baviera.
0:05:19 Así que nos ubicamos en Baviera, allá por 1667, Baviera, el sur de Alemania,
0:05:25 una región cuya capital es Monich.
0:05:28 Bien, el rey Luis II, de si hemos hablado algunas veces de aquí, en este programa,
0:05:33 no toleraba reinar.
0:05:36 No le gustaba reinar.
0:05:38 Buscaba aliviarse la carga que implicaba la corona
0:05:42 con actividades de distracción que siempre estaban cercanas a la locura,
0:05:47 puesto que él estaba loco.
0:05:50 Hay que decir que de acuerdo con la Constitución de Baviera
0:05:54 el monarca reinante estaba obligado a pasar por lo menos 21 noches por año,
0:06:01 por año en la capital.
0:06:04 El rey estaba obligado, usted tiene que pasar 21 noches en Mojé
0:06:11 y después va de donde quiera, pero ese número,
0:06:15 ese denocio que usted tiene que pasar en la capital.
0:06:18 A partir de 1867 Luis nunca estuvo en Monich más allá de la obligación más estrica.
0:06:27 Acaba las 21 noches y después se las tomaba.
0:06:29 Obligaba Monich.
0:06:31 Cuando se veía obligado a permanecer así,
0:06:34 hacia todo lo que estaba su alcance para aliviar lo que para él era una tortura.
0:06:39 Una de sus excontricidades era realizar caballatas nocturnas ficticias,
0:06:47 mientras toda la población descansaba Luis abandonaba la residencia
0:06:53 y se dirigía al picadero del Pallon Real de Egitación.
0:06:58 Un picadero muy lindo que ha alfechado,
0:07:00 una especie de pista de circo que se usaba para adiestrar a los caballos.
0:07:05 Entonces tomaba unas mapas, unas cartas,
0:07:09 y decía bueno, esta noche vamos a ir con él a Innsbruck,
0:07:15 entonces se subía a un caballo con unos ayudantes que se vieron que se daban a la vuelta.
0:07:20 Claro, porque el picadero calculaban,
0:07:23 ahí estaba, de tantas vueltas, por donde iban con los mapas.
0:07:27 Bueno, le hicimos como 10 kilómetros.
0:07:30 Entonces dice vamos a parar de descansar.
0:07:32 Paraba, ponía en el mismo, el picadero unas mantas con unas comidas
0:07:38 y descansamos un rato, pues subía el caballo y seguía,
0:07:41 y hasta que por ahí a las 4 o las 5 de la mañana cambiaba el caballo cada tanto, imagínense.
0:07:47 A las 4 o las 5 de la mañana llegó a Innsbruck, menos mal.
0:07:51 Se bajaba y se iba a dormir.
0:07:55 Es lindo, lindo entretenido.
0:08:00 Solo tres años de reinado habían ahondado las penas de Luis.
0:08:06 Y hacía más reinado.
0:08:08 Cuando príncipe, era un muchacho muy bello, muy hermoso.
0:08:12 Pero aquella belleza había comenzado a decadir.
0:08:15 Había engordado, pareció un sanso.
0:08:18 Su pasión por los dulces afectó además su dentadura y empezó a perder dientes.
0:08:24 Su miedo a los dentistas y a los médicos le impedía si quiera hacer un tratamiento.
0:08:30 En consecuencia sufría horribles dolores de muelas y caquecas.
0:08:36 Se tranquilizó con hidrato de cloral y otros narcóticos que le hacían peor toda la vida.
0:08:44 Luis II limitaba su intimidad a dos clases de personas.
0:08:48 Aquella con la cual podíamos carse sin cero.
0:08:51 Y las personas que aportaban a subir el mundo teatral que tanto lo complacía.
0:08:57 En este segundo grupo predominaban por ejemplo Wagner, los actores y los cantantes.
0:09:04 Y entre tantos artistas aparecieron dos, una cantante y una triste, que quisieron ser ucir al rey.
0:09:10 Pero se encontraron con una dificultad.
0:09:12 Luis era casto.
0:09:14 Y en el caso de no serlo estaba más inclinado al amor de los caballeros.
0:09:22 Josephine Sherevsky era una cantante de cierta reputación, la soprano,
0:09:28 que más tarde representó un papel en la primera presentación de las óperas del anillo, del anillo del nivel 1.
0:09:35 La voz de Josephine era excelente, pero era un poco demasiado robusta.
0:09:42 Así pareció un héroe, vagneriano.
0:09:46 Y Luis no podía soportar verdad.
0:09:49 Lo entripecía esa falta de concordancia entre una voz delicada y un cuerpo de lichin.
0:09:57 Ella estaba enamorada del rey y soportaba toda clase de humilaciones.
0:10:03 Dice la que only, atención.
0:10:05 Luis no le cierra que la ilusión perfecta de las olas poéticas de Wagner se viese destruida por la presencia torpe de la dama.
0:10:13 Y siempre que Josephine cantaba para él, la ocultaba con cuidado de tras de unas palmeras o de unos cortinados.
0:10:21 Vaya Josephine, cántese el pañuelito atrás de la puerta.
0:10:29 Con frecuencia convocaba Josephine al jardín de invierno de la residence para que actuase en representaciones privadas.
0:10:40 Se cuenta que la muchacha Arta de los que desatendía por el rey un día fingió un accidente
0:10:49 y se casó a un lago con esperanza de que el rey la salvara.
0:10:55 Y que, enternastido por la que le hace gracia, aprovechara el salvataje para carizarlo un poco como uno siempre hace.
0:11:02 Casi uno cuando salva a una mujer de las aguas, de un lago, de un río o de un mar.
0:11:08 Se hace latavicio un poco.
0:11:12 Sin embargo, Luis se limitó a quitar una campanilla y ordenar a sus criados que retiraran del agua a la voluminosa cántase.
0:11:24 Desdeñada, Josephine quiso por lo menos disfrutar del dinero del tesoro real.
0:11:31 Y aprovechó una costumbre burocráfica.
0:11:37 Era usual que quienes gozaban del trato del rey le tuvieran que hacer regalos como retribución a los que inevitablemente recibían del monarca.
0:11:45 Se llamaban regalos de agradecimiento y eran parte de un protocolo que no insumía a ningún gasto para el que regalaba.
0:11:54 Porque una vez que vos le comprabas al rey ponenle una jabonera de bronce.
0:12:01 Bueno, si me gusta comprarle otra cosa.
0:12:04 Les pasaba en la factura la tesorería real y la tesorería real se devolvió a la guita.
0:12:11 Bueno, y esta mina le compró una salfombra oriental, es al rey, que le habían costado 10 pesos y se la cobró 5 mil euros.
0:12:23 Y el rey se dio cuenta.
0:12:26 Ordenó que se denunciase a la cantante Quenezena en presencia de toda la compañía de ópera y después la de esterro de Lemonech.
0:12:39 Así terminó la vida de la enamorada José Rina en la corte de Bavaria.
0:12:44 Pero apareció entonces la otra.
0:12:47 Un día Luis asistió a una representación de María Suardo de Schiller.
0:12:52 Y el papel de María estaba representado por Lila von Bullioffi, una crishundara que tenía 10 años más que el rey.
0:13:02 Al igual que María Antonieta Espezade, María Suardo con una reina de lichada, murió, le hicieron matarse.
0:13:10 Y era una heroína clásica que Luis prefería.
0:13:16 Y la representación de Lila lo que activó a Luis se sintió tan conmovido por la obra que al salir del teatro poco antes de la mañana noche,
0:13:25 ordenó que se abriera especialmente una iglesia porque andaba con ganas de rechar por el alma de María Escoardo.
0:13:33 Según parece Luis se sintió atraído por Lila, pero su interés se centraba en el personaje, no en Lila sino en María Escoardo.
0:13:45 Luis y María Suardo comenzó a escribir una edad al actriz, a Lila von Bullioffi, unas cartas largas e íntimas,
0:13:53 que incluían desde luego pasajes de María Escoardo, Ramón Julieta, y a la gada por aquella atención que le dispensaba el rey,
0:14:01 Lila se convenció de que Luis se proponía seguir la tradición conforme la cual varios reyes se habían...
0:14:13 los reyes iban a buscar novio al teatro.
0:14:17 A los reyes de la tradición entonces le gustaba mucho ir al teatro y enamorarse de una de las actrices.
0:14:23 Y esta chica creció que Luis era uno de ellos.
0:14:26 Y tranquilamente se enamoró del rey.
0:14:29 Y se va a seguir enamorando.
0:14:31 Y decidió, del modo más unilateral, entregarse al nuevo pretendiente.
0:14:39 La verdad es que Luis le invitaba a la mitad de la noche y ella acudía a la residence o al café de Borg,
0:14:46 donde Luis le pedía que le llegase a Silver o Shakespeare durante largas horas.
0:14:53 Durante esas lecturas Luis escuchaba sin inmustarse.
0:14:57 Y esto se repitió muchísimas veces y Lila empezó a empacientarse,
0:15:02 porque ya estaba esperando que de una vez el rey le saltara encima y interrompiese la lectura,
0:15:07 lo que espera una cuando un rey la invita a sus piezas que le resiten así.
0:15:14 Si un rey lo invita a usted, roll out, a que le resita a Bacaresa en sus piezas.
0:15:25 Usted, que se llevaba la segunda vez que le comentís a la paloma,
0:15:29 está medio esperando a ver cuando el tipo se le insinúa o no.
0:15:33 O nunca le ha pasado.
0:15:34 No suerte nunca, Lila. A mí tampoco. Es curiosa la mediocridad de nuestras vidas.
0:15:41 Bueno, un día Luis invita a Lila a visitarlo a unos tantos castillos.
0:15:47 Era un constructor de castillos, si te lo digo.
0:15:49 Cuando la mina llegó, Luis la guió en una especie de gira nocturna.
0:15:54 Le explicaba los cuadros, de cada cuadro contaba la leyenda,
0:15:59 y entraron por ahí en el dormitorio real.
0:16:03 Bueno, esto es mi pieza.
0:16:07 Lila se mostró muy impresionada por los cuadros.
0:16:10 Había uno que representaba la seducción de Armigna a mano de Rinaldo.
0:16:14 A mano se suende sí.
0:16:22 Muy bien. Y Lila empezó.
0:16:27 Se iba a mostrarse más a hurar.
0:16:30 Por ahí Luis se recostó en su cama.
0:16:33 Pero esto lo cuenta en una ayuda de cámara que estaba espiando.
0:16:36 Luis se recostó en la cama y cerró los ojos, mientras hundían los almohadones.
0:16:41 Lila se acomodó en el borde de la cazrera y comenzó a leer en voz alta una cosilla.
0:16:48 Aquí le traigo el moldongo que usted me mandó comprar.
0:16:51 Como no puedo entrar en la puerta se lo pongo.
0:16:55 Bueno, o algo así.
0:17:00 Se trataría de alguna otra pusiera artística.
0:17:04 El caso que mientras escuchaba Luis se emocionó.
0:17:07 Y Lila pensó que tal o tal era.
0:17:13 Se lanzó sobre él y trató de besarlo.
0:17:16 Horrorizado.
0:17:18 Luis saltó de la cama y se escondió en un rincón de la habitación.
0:17:22 Lila lo corrió.
0:17:25 Lo corrió mientras le declaraba su amor.
0:17:28 Dios era una escena impresionante.
0:17:30 Imagínate a toda velocidad por el bulevar marítimo.
0:17:36 Mientras una dama lo corre y resoplando le declara su amor.
0:17:41 Quiero que haya pasado una cosa, dice.
0:17:45 Desde la primera vez que tenéis.
0:17:48 Bueno, después de varios minutos de persecución,
0:17:52 porque ya es perseguir, ¿no?
0:17:54 Lila renunció al intento, dijo más así.
0:17:57 Y salió furiosa del castillo.
0:18:00 Y declaró públicamente que el rey tenía la sangre fría como un pescado.
0:18:07 O algo así.
0:18:09 Luis declaró que la descarada ruscona se vaya al demonio.
0:18:15 Y Lila fue expulsada de Moniz.
0:18:19 Poco más tarde Luis un poco arrepentido, ¿no?
0:18:23 Escribió.
0:18:24 Sólo deseo que abandone Moniz por breve tiempo,
0:18:27 no de manera definitiva.
0:18:30 Estoy muy dispuesto a tratarla como antes,
0:18:32 con la convicción de que no vuelvo a olvidar el respeto debido al rey.
0:18:36 Es necesario que recupere su tranquilidad,
0:18:40 pues las mujeres que han sido despreciadas son como hienas.
0:18:44 Dijo al rey que era muy simpatio.
0:18:47 Pero Lila despreciada nunca regresó a la corte.
0:18:53 Estas son las dos historias de amor, o de amor milateral,
0:19:00 que es otra cosa.
0:19:02 Estos dos mujeres que se enamoraron del rey Luis Eugol, no el loco.
0:19:07 ¿A quién quiere dedicar esta historia?
0:19:10 No me diga que a las dos milas.
0:19:13 ¿Usted sabe que pensaba dedicarse a las dos chicas por una cuestión,
0:19:17 que pasaba por esa imposibilidad que habían tenido
0:19:21 de darse cuenta de lo que ocurría y haber confundido
0:19:24 como un gesto de amor lo que en realidad era una locura?
0:19:27 Una había creído que se llamaba eso cuando en realidad
0:19:30 esa locura al rey le hacía amar a un personaje
0:19:33 y no poder metalizar en esto que produce la locura.
0:19:35 ¿Es lo que quiere pasarle a los locos?
0:19:37 Exactamente, por eso no hubiera de la metáfora.
0:19:39 La imposibilidad de alguien de comprender que a lo mejor el otro
0:19:43 no está mando sino que le pasan otras cosas.
0:19:46 Y bueno, pensaba, pero ya que no me deja dedicarse,
0:19:49 ¿no ya es loco?
0:19:50 ¿Me digas el otro?
0:19:52 Pásenlo y quiesa.
0:19:56 Mira este cuadro, Mario Boye.
0:20:00 Y no es la mano de Boye.
0:20:04 Bueno, ¿y usted con qué música los van a acompañar?
0:20:08 Vamos a ilustrar esta historia de dos mujeres
0:20:14 que también por ser artiris y tenían también sus caprichos
0:20:18 a enamorarse de un rey, pretender que un rey casto la ama a una es también un capricho.
0:20:23 Así que escucharemos Capricosa, el fado que solía cantar Carlos Aguilera.
0:20:32 Tiene la interpretación clásica de Don Carlos.
0:20:36 Adelante entonces con esta canción portuguesa que seguramente fue compuesta pensando en Baviera.
0:20:44 ¿Qué le hace pensar eso?
0:20:48 La convicción de que todas las canciones que le hicimos tienen algo que ver con la historia que contamos.
0:20:54 Y la única forma que encuentro de que esta canción tenga algo que ver con lo que contamos
0:20:59 es que transcurre en Baviera y no en Portugal.
0:21:03 Pero desde aquí Baviera y Portugal se ven parecieron muy parecidas.
0:21:10 Que en Belisboa y Ben Mounich, especialmente si no tienen la menor idea de lo que sucede
0:21:18 si no han leído ningún libro, puede llegar a pensar que se trata de la misma ciudad.
0:21:23 ¿Cómo le dije yo? Disculpe que me sigue que es un horror, ¿no?
0:21:28 Aún no el otro día en una entrevista.
0:21:35 Que en realidad los matices, las diferencias artísticas, los saltos y los bajos de las obras artísticas
0:21:46 no están quizá tanto en las obras como en quién las reciben.
0:21:50 Para un chico que no sabe leer, el jijote y el caso 9D2 son el mismo libro.
0:22:00 Así que para uno que no es en Europa muy mucho, ni en libros muy versados,
0:22:07 Mounich y Ligoba se parecen mucho.
0:22:10 Si a mí me soltaran en medio de la ciudad de Mounich o en medio de la ciudad de Ligoba
0:22:15 perdería un buen rastro en darme cuenta de lo que está más.
0:22:18 Así que entonces está muy bien el jío Caprichosa por aquello de quien dice Ligoba, dice Mounich.
0:22:25 Caprichosa es un jado portugués que canta.
0:22:28 Carlos Jardel, agrade.
0:23:00 Deja de ser Caprichosa por su beca y la merida de él.
0:23:05 En por su alzada y conmigo, oja ahora amor, el don amor.
0:23:10 Donde se ha puesto el domingo, siempre gaja el nuevo amor.
0:23:15 Si tú quieres poder tu verdad, vamos juntos para la ría.
0:23:50 Para los hombres, no te esperan y hasta que me cuerdas donde despedan.
0:23:57 Ay, de a mí, si es preadí, deja de ser tan brillosa por tu beca y la merida de él.
0:24:07 En por su alzada y conmigo, oja ahora amor, el don amor.
0:24:12 Donde se ha puesto el domingo, siempre gaja el nuevo amor.
0:24:17 Donde se ha puesto el domingo, que es para tu verdad, vamos juntos para la ría.
0:24:22 Y ahora por favor, dírebo la canción de por tu verdad.
0:24:27 ¡A cantao Carlos Jardel, Caprichosa!
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