Transcripción automática
0:00:00 Tenemos algunas historias de hújidos y supuestos messías.
0:00:05 Para engrosar el larguísimo catálogo que hay en este programa de supuestos messías, de falsos messías.
0:00:13 Aquí nos interesa más los falsos messías que los verdaderos, probablemente.
0:00:17 Las historias de messías son, en ser, historias de esperas.
0:00:21 Actualmente, ¿no? Los judíos esperan una cegada y algunos cristianos esperan un segundo advenimiento.
0:00:30 La aparición de messías falsos vino a detener, en algunos casos, la impaciencia de los más fervorosos.
0:00:38 Usted está esperando algo y a ver si viene y llegue el messías.
0:00:41 Ahí estaba, por ejemplo, Lauer Prowsnit, que nació a fines del siglo XVII en Polonia.
0:00:50 Pasó a vivir en la región de Moravia, donde se casó, fue vendedora mulante.
0:00:57 Y, allá por los 20 años, manifestó un dom para los sobrenaturales.
0:01:03 Descubrió, bueno, así como algunos tienen un dom para la música o para la plomería,
0:01:10 él pensó, mira yo, tengo un dom, ¿sabes por qué? para los sobrenaturales.
0:01:15 Y empezó a afirmar, por ejemplo, que su casa estaba encantada
0:01:20 y que frecuentemente era visitada por seres de ultratumba.
0:01:25 Después le dijo esto mismo a un cabalista y un buen día le dijo a todos los vecinos
0:01:32 que la presencia divina ocurriría en su casa a medianoche.
0:01:37 Que Dios mismo se iba a presentar a medianoche en su casa.
0:01:41 Bueno, a la hora anunciada todo el barrio, era gente que no tenía mucho casar, nunca.
0:01:46 Se agolpó ante la puerta de Prowsnit.
0:01:50 No, todos los días se puede ver a Dios, tiene que decir.
0:01:54 La verdad es que Prowsnit había extendido, de un extremo a otro,
0:02:01 de la habitación principal, que era la única por otra parte,
0:02:06 una gran cortina con unos agujeros.
0:02:09 Y por los agujeros se adivinaba del otro lado un fulgor.
0:02:14 Y el fulgor era provocado por una mezcla inflamable que Prowsnit había encendido.
0:02:20 Estamos a finales del siglo XVII en Polonia.
0:02:26 Prowsnit, que estaba oculto, proyectó sobre la cortina, de un modo parecido a las sombras chinescas,
0:02:33 las letras de un mensaje sagrado que indicaba justamente que la agua el Prowsnit era enviado del cielo.
0:02:40 Bueno, el principio del público que era unos 30 vecinos tampoco era.
0:02:45 Se impresionó. Debiase ser gente impresionable.
0:02:49 El vecino del Prowsnit.
0:02:51 Pero nunca falta un enceptico.
0:02:53 Y justamente Prowsnit tenía un vecino enceptico.
0:02:57 Y éste fue el que arrancó la cortina y dejó al descubierto los bastidores.
0:03:00 Y el profesor que tenía, qué especie de profesor, que iba a tener un profesor,
0:03:04 si no hubiera intentado la linterna mágica.
0:03:08 Fíjense del XVII, no, a Tanasius Kirchner, Kircher.
0:03:14 Inventó la linterna mágica por esos años.
0:03:18 Bueno, se vio la trampa y los rabinos lo expo, muy gano.
0:03:23 Un poco enojado por esta comunión, viajó por Austria, por Alemania,
0:03:29 por Hungría y las puertas de la comunidad judía le fueron cerradas en todas partes.
0:03:35 Entonces hizo algo poco habitual.
0:03:37 Escribió a otros supuestos mesías.
0:03:41 Nunca faltan falsos mesías.
0:03:43 Éstos eran Mordechaymokia y Negemiasayum.
0:03:47 Y los indagó acerca de los métodos más pertinentes para ser creído un enviado de Dios.
0:03:55 Le dijo, estimado señor Mordechaymokia y Negemiasayum,
0:04:00 ¿cómo debo hacer para que crean, para que todos crean que soy un enviado de Dios?
0:04:05 Sin embargo, los mesías antedichos ocupados en ser creídos ellos mismos no le dieron mucha bolisa.
0:04:12 En 1725, Lauer Prasnitz quiso regresar a los preceptos de la ortodoxia judía,
0:04:20 pero su excumunión está mal en este caso.
0:04:24 Su expulsión fue renovada.
0:04:26 Burlado primero y luego olvidado, Prasnitz murió en 1750.
0:04:32 Éste es el primero de los falsos mesías que tenemos hoy.
0:04:35 El primero y el menos interesante.
0:04:38 El segundo es Klasept.
0:04:41 Klasept.
0:04:43 Un Menonita.
0:04:44 Los Menonitas no reconocían ninguna autoridad cristiana.
0:04:48 Y los Menonitas no conocían la autoridad cristiana.
0:04:52 Y retrasaban todos los sacramentos, salvo el bautismo.
0:04:56 En 1881, ya es bastante cerca de nosotros,
0:05:00 Klasept, que vivía en tekrar Rusia,
0:05:04 declaró con toda precisión que se encontraría con Cristo el 8 de marzo de 1889
0:05:11 y después a quien le encontró junto con Cristo, partiría al cielo.
0:05:17 Y luego con Cristo para 1889.
0:05:21 O sea que tuvo tiempo para prepararse.
0:05:24 Pasados algunos años, Klasept arrastró a sus discípulos Menonitas
0:05:30 en un penoso camino que los condujo hasta el este,
0:05:34 en dirección a Jiva, una región musulmana.
0:05:37 Porque Klasept estaba convencido de que Cristo no se revelaría
0:05:41 en otro sitio que no fuera el Asia Central.
0:05:45 El día previsto, es decir, el 8 de marzo de 1889,
0:05:49 Klasept y sus discípulos esperaron la llegada de Jesús
0:05:55 allá donde el diablo perdió el poncho.
0:05:58 Pero esta llegada no se produjo.
0:06:04 Pero ocupado, Klasept fingió entrar en éxtasis.
0:06:09 Y ya en pleno éxtasis dijo que el encuentro esperado
0:06:13 en realidad tendría lugar recién en 1891, dos años después.
0:06:18 Para los apóstoles de Klasept, un poco cansado por el viaje,
0:06:24 habían ido hasta el Asia Central de gusto.
0:06:28 Pero esos sí llenos de confianza regresaron a sus tierras.
0:06:32 Pero el propio Klasept impaciente no esperó hasta 1891
0:06:37 para presentarse como mesillas.
0:06:40 Entonces dijo que él era el mismo, era hijo de Dios
0:06:44 y una nueva persona de la treneda.
0:06:47 De tal modo estableció una nueva plegaria en el nombre del Padre
0:06:50 de los hijos, Cristo y Él, y del Espíritu Santo.
0:06:55 Por esa desmesura, Klasept fue excomulgado
0:07:01 y abandonado por la mayoría de los fieles que lo habían seguido.
0:07:04 Algunos sin embargo, obstinados, marcharon otra vez
0:07:08 hasta Jiva en 1891 para ver si efectivamente Jesús se aparecía.
0:07:14 Tal cosa no sucedió.
0:07:18 Y algunos empezaron a sospechar que Éxt era un impostor.
0:07:24 Si dos veces Botevas, hasta Asia Central, encontrarte con Cristo
0:07:29 y Cristo no viene, todos empezamos a sospechar que sos un impostor.
0:07:35 De todos modos Klasept perseveró en su vocación mesiánica,
0:07:40 vivió hasta 1913, bueno, sí es una forma de perseverancia,
0:07:45 rodeado de una veintena de familias que estaban convencidas
0:07:50 de que vivían en el Reino del Señor y que el Señor era Éxt.
0:07:54 Bueno, no llegó a convencer a todo el mundo, pero 20 familias no está mal.
0:07:58 Él es Cristo... Bueno, este es el señor, ahí terminó.
0:08:01 En 1913 20 familias crean que éxts me gustó.
0:08:05 Éxts sé que más me gustó hasta ahora.
0:08:07 Y las 20 familias siguieron creyendo, no lo sabemos.
0:08:10 Sí, siguieron creyendo siempre, siguen creyendo todavía.
0:08:14 Se lo dije para que se quedara tranquilo.
0:08:17 Yo estoy empezando a creer.
0:08:20 Último Mesías.
0:08:22 El escritor León Bloy ha dicho que tuvo un amigo
0:08:29 que se creyó Mesías.
0:08:32 Se llamaba Ernest, Hello, y era cristiano.
0:08:37 Y la mayor parte de la vida la pasó en castillo de los alrededores del Ognón.
0:08:42 Era un místico.
0:08:46 Un día abuso una voz que pronunció exactamente estas palabras.
0:08:52 Tú serás el gran monarca y el enviado de Dios.
0:08:56 Todo el universo estará sometido a tu dominio.
0:08:59 Ya te enviaré la espada.
0:09:02 Ya te enviaré la espada, es rarísimo.
0:09:06 Como es obvio, esta revelación condicionó el destino de Ernest Hello.
0:09:11 Durante toda su vida, espero el día fatal y luminoso en el que Dios
0:09:16 le debía entregar la espada, la espada que había prometido aquella voz.
0:09:22 De esta espera vigilante quedaron numerosos textos.
0:09:26 En verdad, Dios no se manifestó más.
0:09:32 Hello, advertido, pero no ungido, empezó a indignarse y también a envejecer.
0:09:40 Finalmente, resignado, se contentó con reunir a su alrededor
0:09:45 un pequeño grupo de amigos entre lo que estaba justamente León Bloy.
0:09:48 No sé cómo decirlo. Un gran escritor, de luego.
0:09:53 Hemos hablado de la caga alguna vez.
0:09:55 Lo citaba en su castillo de Lorient para que lo acompañaran
0:09:59 en una cada vez menos posible entrega de esta espada sagrada.
0:10:07 Hasta que en 1887, Ernest Hello murió
0:10:12 y jamás aceptó la posibilidad de que la advertencia divina
0:10:16 pudiera haber sido un delirio místico o una alucinación sonora.
0:10:21 No. Sí se fue a asegurar, orgulloso, que debió ser uno de los pocos mortales
0:10:28 a quienes Dios había fallado tras concertar una cita.
0:10:32 Y él la había esperado toda la vida.
0:10:35 Y este es el último y el más simpático, seguramente, de los falsos messías.
0:10:41 Porque este no trataba de engañar a nadie.
0:10:45 Simplemente estaba convencido el mismo de haber sido advertido por el Señor
0:10:50 y luego olvidado.
0:10:51 Yo olvidé hoy, Dios, con todos los asuntos que tiene.
0:10:55 A quienes se.
0:10:56 Incertotos, por venta, inundaciones.
0:10:59 Pero este era un asunto importante.
0:11:02 Yo olvidó.
0:11:03 Él no hizo ningún trao de nada.
0:11:08 O yo las palabras de advertencia creyó en ellas, esperó y no la tendieron más.
0:11:14 Esto de estar indignado con la divinidad es verdad, una sensación estupenda, envidiable.
0:11:21 Porque para estar indignado con la divinidad hay que creer fervorosamente, sin ninguna duda, en esa.
0:11:27 El que está indignado con Dios no tiene ninguna duda de que Dios existe.
0:11:33 Así que me gustaría compartir esa indignación de que él lo diría.
0:11:37 Yo probablemente digo, un hombre más feliz.
0:11:41 De todos modos, uno no puede evitar sospechar que a lo mejor el pobre Jelo escuche cualquier otra cosa.
0:11:49 Así somos nosotros de repugnante los agnósticos.
0:11:56 A mí me gustan estos falsos messias.
0:12:02 Me gustó también Prost, el que hacía adeptos entre los vecinos.
0:12:06 A mí me pareció.
0:12:08 Yo pensé bien empezar con los vecinos.
0:12:11 Que uno, si quiere ser la divinidad misma, conviene empezar con los vecinos.
0:12:18 Por ejemplo, los primeros son gente de un futuro pianista, son los vecinos.
0:12:22 Sí, pero el vecino en general es más incrédulo.
0:12:25 Yo creo que lo conviene si va a ser messías.
0:12:28 Irse un poquito.
0:12:30 A donde no lo conozcan.
0:12:31 El vecino le ve que usted va a comprar la leche, se lo cruzan el...
0:12:35 El primer converso de un profeta es un vecino.
0:12:38 Primero, las novia.
0:12:40 Primero, la novia de uno es quien es su vecina.
0:12:43 Vecina.
0:12:47 Así que, ¿para qué tenemos vecinos?
0:12:49 Para iniciarnos, para hacernos empezar una carrera, para hacernos debutar en cualquier clase de actividad.
0:12:56 Siempre lo hacemos primero con los vecinos.
0:12:59 Y después salimos al mundo a ver qué es lo que sucede.
0:13:03 Y ahí viene el desengaño, porque por algo tenés vecinos muy hospitalarios con el elogio.
0:13:08 Y después salís al mundo y ya no están sencillos.
0:13:11 Salimos del barrio pensando que podemos entusiasmar al mundo.
0:13:15 Y a lo mejor el mundo no está hecho de la misma sensibilidad que nuestro vecino.
0:13:20 Ni tampoco con la misma incendiedad, ni tampoco con carácter fácil de nuestro vecino.
0:13:27 Las mujeres del universo no son tan amables como nuestra vecina.
0:13:33 El choque principal entre los vecinos y el mundo está en el quejote.
0:13:42 El quejote es abandonar el mundo chiquito de la vecindad y ir a buscar la gloria.
0:13:48 Quien es solo vecino?
0:13:49 Y la sobrina, los achiller, sanzón carrasco, todos esos tipos.
0:13:54 Y lo demás es la gloria.
0:13:57 El yelmo de manbrinos, los morinos de viento, todo eso es la gloria.
0:14:02 Y hay en todos nosotros, me parece a mí subol querido,
0:14:06 una lucha entre los vecinos, es la familia, el barrio, los afectos,
0:14:14 los sueños chiquitos y cercanos, entraniebles, tentadores.
0:14:23 Y de la afuera, el mundo, la gloria.
0:14:30 Y ahí está la elección.
0:14:32 ¿Qué quería el bachiller sanzón carrasco cuando lo perseguía el jeje?
0:14:36 ¿Qué volviera?
0:14:38 ¿Qué volviera a sus afectos, a su sobrina?
0:14:41 Y el otro que quería, el mundo, que decía.
0:14:44 Y está lleno de bachiller sanzón carrasco,
0:14:48 que nos vienen a buscar en nombre de nuestros afectos pequeños.
0:14:54 Y son tan tentadores, pero tan tentadores,
0:14:58 que a mí me parece que son demoníacos.
0:15:01 Cuando una cosa nos tienta demasiado,
0:15:04 lo más probable es que sea una cosa del demonio.
0:15:08 Y todos creemos que en realidad el demonio es el mundo.
0:15:15 Y a lo mejor, el demonio lo teníamos en nuestro barrio,
0:15:20 en nuestra casa, en nuestros vecinos.
0:15:24 A lo mejor, el que se va a ir a un vecindario,
0:15:27 no se va por traición, no se va por ingratitud.
0:15:33 A lo mejor se va usando.
0:15:36 A lo mejor se va usando de andar a saber qué malos tratan.
0:15:41 Así que, yo que amo tanto, el lugar de mi origen,
0:15:50 puedo decir hoy con amor que no volvería así.
0:15:54 Que no volvería.
0:15:56 Primero porque nadie vuelve.
0:15:59 Si volvería así, sin encontrar allí, a mi padre, a mi madre, a mi abuelo,
0:16:03 y a mí mismo, como un niño,
0:16:06 ¿a qué voy a volver ahora?
0:16:08 Ya volvería otro lugar.
0:16:11 Pero a mí me parece que hay que pensar un poco.
0:16:16 Cada vez que uno tiene que elegir entre los afectos pequeños, cercanos,
0:16:23 los sueños chicos y los sueños grandes.
0:16:28 Un día le ofrecieron a un joven, muy joven, José Ortega y Gacé.
0:16:34 No sé qué cargo, no sé qué distinción.
0:16:38 El encargado de aquel ofrecimiento fue nada menos que Miguel de Unamuno,
0:16:42 que es un poco mayor que Ortega.
0:16:45 Y Ortega le manda una carta, 20 años, señor Ortega,
0:16:50 y le dice, si rechazo este ofrecimiento, no es porque no tengan visiones,
0:16:57 es porque las tengo mucho más grandes,
0:17:01 de las que corresponden a esta aceptación.
0:17:05 Así que no está mal, soñar grande.
0:17:10 Para el no cumplimiento de los sueños, hay tiempo,
0:17:14 que no se te cumpla el sueño del más hermoso poema del mundo.
0:17:21 Es más o menos lo mismo que que no se te cumpla el sueño de una noche de Garufa.
0:17:33 Así que los sueños incumplidos son siempre iguales.
0:17:36 Es preferible, entonces, soñar con la más linda de corse.
0:17:40 Fracasar por fracasar, fracasar con la más linda, no con la más fe.
0:17:45 Hemos sido a la discoteca, el discotecario, a la vida de estas palabras u otras.
0:17:51 Me digo que él en realidad nunca se había ido de su barrio,
0:17:55 más que nada porque no lo dejaban.
0:17:58 Que encontró una historia totalmente sólida, de deudas, de amenazas,
0:18:05 de familias, de hermandades, de sucesiones, de mafias.
0:18:13 Que son las historias que hay siempre detrás de una perseverancia.
0:18:17 Sabes que un hombre se queda mucho tiempo en unos lugares porque alguien no lo deja irse.
0:18:23 Y en homenaje a los vecinos me entregó este disco que vamos a escuchar hoy,
0:18:29 que ciertamente se refiere a los vecinos.
0:18:32 Llaman los cosos de al lado.
0:18:36 Y escucharemos en la versión de Don Jorge Vida. Adelante.
0:19:03 Y en la noche se perdieron los sacros de mi botón.
0:19:11 Un botón que toca rota para quedarse dormido.
0:19:18 Y un galán que esté escondido, ahunando en un samboa.
0:19:24 De pronto se escucha el rumor de que estás, es que están de fiesta.
0:19:31 Los cosos de al lado ha vuelto la piba y un día se fuera,
0:19:36 cuando lo tenía y se fue y va a ver a, hoy tiene un purrete y lo ha bautizado.
0:19:45 Por eso es que bailan los cosos de al lado.
0:19:53 Ya las luces se apagaron, el barrio se desmereza.
0:20:01 Y en la noche con su tristeza el origuo se atoma.
0:20:09 Los obreros rumbo al lluno como todas las mañanas,
0:20:16 mientras que hablando macadas, asombrano en curdelas.
0:20:22 De pronto se escucha el rumor de uno de que estás, es que están de fiesta.
0:20:28 Los cosos de al lado ha vuelto la piba y un día se fuera,
0:20:34 cuando lo tenía y se fue y va a ver a, hoy tiene un purrete y lo ha bautizado.
0:20:43 Por eso es que bailan los cosos de al lado.
0:20:50 Era Jorge Vidal en la venganza, será terrible, los cosos de al lado.
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