Transcripción automática
0:00:00 Atención, a los viajeros, vamos a contar cómo se viajaba a América en los primeros
0:00:10 siglos de la conquista. Primero, era un tipo que vivía en España, siglo XVI, XVII,
0:00:19 bueno, muy bien, me voy a la silla, me voy, qué tenía que hacer. Primero tenía que
0:00:24 obtener una licencia gubernamental para viajar.
0:00:28 ¿Qué se pasa por usted?
0:00:30 Algo así, pero bien, después había que conseguir un lugar en una nave que partiera lo antes posible,
0:00:36 con un destino aproximado a que se deseaba. Si vos querías ir a Lima, por ejemplo, no
0:00:42 era seguro que una nave te fuera a dejar justo allí, entonces no había más remedio que
0:00:48 embarcarse en un viaje que te acercara. No iba a Sarrió de Janeiro, ahí te conseguías
0:00:55 otro que fuera a Tapanamar, cruzaba, cosas así.
0:01:00 Bien, y a veces había que esperar varios meses y esto incrementaba el costo del viaje,
0:01:10 pues tenías que alojarte, generalmente la gente se alojaba el Sevilla, después pasaba
0:01:15 a los puertos, por ejemplo, Cádiz, de donde se alpaba los barcos para América.
0:01:22 A los costos del viaje, que eran bastante salados, había que añadir el precio de las
0:01:26 provisiones, ya que cada pasajero debía llevar su propia comida.
0:01:31 Para todo el viaje, barcos.
0:01:33 Para todo el viaje, 20 días de viaje imaginaste, un mes.
0:01:35 Yo creí que había lo que proveían de...
0:01:39 A mano bienadera, no.
0:01:40 Era una cosa, eh. 40 kilos pulentas, que no había en ese entonces.
0:01:47 Digo, lo único que te daban en la nave era el agua potable.
0:01:54 Algunos llevaban incluso una vaca viva para matarla en el momento oportuno, ¿no?
0:02:00 Todos los barcos tenían corrales con animales vivos, como gasinas.
0:02:03 Gasinas se mejoró.
0:02:07 Las casas, pavos, carneros, chanchos, etcétera.
0:02:10 El vino se consideraba un alimento.
0:02:12 No te daban vino.
0:02:13 Y era, por otra parte, la única bebida existente, además del agua, ya que todavía no formaban
0:02:18 parte de las costumbres europeas, ni el té, ni el café, ni mucho menos las ginger beers,
0:02:24 ni todas estas cosas.
0:02:26 A bordo, el pasajero estaba forzado a buscarse un rincón cualquiera en la superficie de la
0:02:33 cubierta o de la bodega.
0:02:35 Bueno, muy bien, allí acomodabas sus más indispensables pertenencias y su atado de
0:02:40 ropa de cama.
0:02:42 El oidor Eugenio de Salazar describió la promiscuidad que soportaban los viajeros escribiendo.
0:02:48 Vengo aquí.
0:02:50 Es un tector original.
0:02:53 Hombres, mujeres, mozos, viejos, sucios y limpios.
0:02:58 Todos van hechos una masa morra, pegados unos con otros.
0:03:02 Y así, junto a uno, vometan, sueltan sus mereceres, etcétera.
0:03:07 ¡Veo lindo soltar sus mereceres!
0:03:08 Me decó los mereceres acá.
0:03:11 Porque no va la cubierta, no se asoma.
0:03:14 La falta de espacio a bordo era dramática.
0:03:19 La mayor de las carabelas de Colón, la Santa María, era de 100 toneladas.
0:03:23 Me dían menos que un pequeño pesquero actual.
0:03:27 Viajaban así más de 40 hombres.
0:03:29 El pudor estaba permanentemente amenazado.
0:03:35 No describiré, dice el oidor Eugenio de Salazar, el funcionamiento de los lugares discusados.
0:03:43 Así que no lo describen.
0:03:46 Además, había robos y había que estar en permanente vigilia.
0:03:51 Para comer comida caliente, había que pelear por un lugar en el fogón para poner la oya
0:03:56 propia.
0:03:57 Muchas veces el agua potable se pudría y según el Consejo de Ulrichos Miro era menester
0:04:05 perder los sentidos del gusto, olfato y vista para poder beber y no sentir el carácter
0:04:11 nauseabundo de aquellas aguas.
0:04:13 Este es el Ulrichos Miro, probablemente en su libro, viaje al Río de la Plata.
0:04:18 Salvo que usted diera propinas generosas, no se guardaba a los pasajeros ninguna consideración.
0:04:26 La salud se resentía con las malas condiciones higiénicas.
0:04:29 Había ratas y unos piojos que según el padre de la torre.
0:04:33 Ratas en el barco.
0:04:35 Ratas en el barco.
0:04:36 Pero qué cosa.
0:04:37 Y unos piojos que según el padre de la torre, de Diego la torre.
0:04:40 No, de Sergio de la torre.
0:04:42 Se comían a los hombres vivos.
0:04:44 Uno por piojo.
0:04:50 Prodicamente algunos piratas o barcos de huestos y enemigas se unían a las tormentas
0:04:56 para generar terror en los navíos.
0:05:00 Peso no.
0:05:01 Pese.
0:05:02 Pase.
0:05:03 No, pese.
0:05:04 Pese, sí.
0:05:05 Pese.
0:05:07 Pese.
0:05:08 Pese a todo, las naves perdidas en mano de los corsarios representaban una ínfima
0:05:16 parte del total.
0:05:18 De las 1800 naves salían de España rumbo a las sirias entre 1506-1600 se perdieron
0:05:23 106 y solo 11 fueron víctimas de piratas.
0:05:28 Sí, lo hago.
0:05:29 Meno que horas si te de cuidad.
0:05:30 Bueno, igual las cifras son dudosas.
0:05:34 No obstante la amarga vida a bordo todavía quedaban ánimos para el buen humor.
0:05:39 Para pasar el tiempo se recurría a los naipes, a la lectura de libros de caballería, a los
0:05:44 dados, la pesca en alta mar, a las representaciones teatrales improvisadas, incluso riña de
0:05:50 gallos en las cubiertas.
0:05:52 Qué simpático, no es cierto?
0:05:54 Algunos pasajeros ambiguidosos incluso cantaban, tocaban, hacían malabarismos, etcétera.
0:06:00 Dejen dormir, ché.
0:06:02 Cuánto las naves hacían escala en las canarias, que era la única escala.
0:06:06 No solo era la única, sino que además era enseguida.
0:06:08 ¡Ranjo!
0:06:09 ¡Ranjo!
0:06:10 ¡Canarias!
0:06:11 Y para tomar algo ahí en Quismes.
0:06:12 De hecho algunos lo hacen porque hay dos estaciones de servicio que están siempre llenas
0:06:23 de gente y digo ¡Vamos a descansar un poco!
0:06:26 Dos equilómetros, vamos.
0:06:29 Había enorme alegría cuando las naves llegaban a ese puerto.
0:06:33 Todos se aprovechaban para lavarse porque venían demacrados por el mal descanso, sucio,
0:06:40 que eso cuando bajaban a tierra las mujeres se aprovechaban para bañarse y presentar
0:06:45 luego a los caballeros el mejor de esos aspectos.
0:06:49 Había insectos que causaban mucho daño, mucho daño solamente.
0:06:53 Estaban las niguas, unos diminutos de insectos cuyas hembras depositaban los huevos debajo
0:07:00 de la piel o las uñas.
0:07:02 ¡Qué feo!
0:07:03 A mí si hay algo que no me gusta es que le ponga los huevos debajo de las uñas.
0:07:13 Según Schmidl, él mismo sufrió en Paraguay el ataque de estos bichos.
0:07:18 Spigafeta escribe al respecto con un gracioso reparo.
0:07:22 Dice, estos bichos se meten entre los dedos de los pies, con perdón se ha dicho.
0:07:26 Está muy bien, eh.
0:07:28 Le digo, dedos de los pies, momento.
0:07:29 Perdón, con perdón le hará más presencia.
0:07:31 Todos los capitales de Barco se van un cronista y Spigafeta era el de Marallanes.
0:07:37 Recuerdo una hermosa consideración de Ulrich Schmidl acerca del viaje río a río a que
0:07:45 se van por el Paraná, Paraná al norte.
0:07:49 Y se quejaba Ulrich, amargamente, de que venían encontrando indias muy feas, hasta que llegaron
0:07:58 al Paraguay.
0:07:59 Hasta que llegaron al Paraguay y ahí murió Schmidl.
0:08:04 Escribió, y dice, menos mal, llegamos de aquí y las guaranillas son una cosa hermosa.
0:08:11 Y así era.
0:08:14 Bueno, eh, Spigafeta dice exagerando, peores eran los mosquitos, que en lo que hacían
0:08:23 a hombres y bestias, se llenan de sangre y no pueden sostener tanto peso los mosquitos.
0:08:31 Por eso ruedan por el suelo y se pierden por golosos, como tanto de nosotros.
0:08:34 Es un poco exagero.
0:08:37 Sí, que eran bichobolitas.
0:08:39 Pronto los conquistadores encontraron un remedio contra los mosquitos.
0:08:42 Salieron a casar cocullos, que eran unos bichos que se comían a los mosquitos.
0:08:46 Cuando se reunía una cantidad apreciable de estos bichos, los llevaban al barco y los
0:08:50 soltaban alrededor de la cadrera.
0:08:52 Como zapos.
0:08:53 Sí, sí, ahora no sé.
0:08:56 Pero hubo plagas para las cuales no existió remedio alguno.
0:09:00 Al principio del siglo XVI, en la isla, en Puerto Rico, cientos de europeos murieron
0:09:08 devorados por las hormigas.
0:09:10 Hormigas.
0:09:11 Según Álvaro Núñez, cabeza de vaca, eran hormigas rabiosas.
0:09:17 Hay una película que ha hablado un cantador vigas.
0:09:22 Marabunta.
0:09:24 Con Charlton Heston y Eleanor Parker.
0:09:25 Carnívoras y desesperadas.
0:09:27 Ahí viene la marabunta.
0:09:29 Bueno, los pelos de punta.
0:09:34 Sí, sí, era así.
0:09:36 Bueno, estas hormigas mordían y causaban terribles dolores.
0:09:42 Según el padre Bartolmer de las Casas, aquel que se compadeció de los indios, según
0:09:49 él, para dormir en tierras de hormigas, había que rodear la cama con recipientes llenos
0:09:55 de agua para que las hormigas se hogaran.
0:09:56 Es nuestra madre.
0:10:00 Yo hago eso.
0:10:01 Yo duermo rodeado de...
0:10:02 Una sanja, tío.
0:10:03 Y una especie de sanja de alcina alrededor de la cama para que no me ataquen las hormigas
0:10:08 carnívoras.
0:10:09 A veces incluso realizaban procesiones para lograr el auxilio divino en la lucha contra
0:10:15 las hormigas.
0:10:17 Pero confiestan a un hombre muy piadoso que aquel auxilio no era demasiado eficaz, ya
0:10:23 que las hormigas no hacían caso.
0:10:26 El último padecimiento que mencionaremos esta noche es el de las flechas envenenadas.
0:10:31 Ah, yo entre una flecha envenenada y una hormiga me quedo 100 veces con una hormiga.
0:10:36 Pero más vale, una flecha envenenada lo mata y me ataquen.
0:10:39 Te mata.
0:10:40 Te mata, este...
0:10:41 Mire, pé.
0:10:43 Estas flechas eran lanzadas por indios y el más mínimo rasguño podía provocar la muerte.
0:10:49 Los sillos mojos... ¿Conocen los sillos mojos?
0:10:52 No, no los conozco.
0:10:54 Al Oriente de Bolivia y también la mayoría de los pobladores del Tucumán eran especialistas
0:11:00 en fabricar estas flechas.
0:11:02 No era la muerte lo que se temía, dice el cronista, sino los horribles tormentos que la precedían.
0:11:09 Xmilo contó que todos morían desesperados, mordiendo sus propias manos, digo.
0:11:17 ¿Con qué...?
0:11:18 ¿Cuál era la sustancia de la punta de la...?
0:11:21 Ahora le voy a decir, pero una, pero una era la siguiente.
0:11:25 Metía las puntas de flechas en los muertos y las dejaban ahí varios días con lo que
0:11:32 se conseguía por eso un veneno que provocaba una muerte terrible.
0:11:35 No había otras recetas que los occidentales no... los occidentales se está mal.
0:11:41 Para los indios de América nosotros éramos los orientales.
0:11:43 Digo así pensando que éramos europeos, pero yo no, yo era indio.
0:11:50 Ustedes, digo.
0:11:51 Y les, por ejemplo, era un invasor que venía del Oriente.
0:11:57 Hacían también veneno con culebras y sapos.
0:12:00 Es una buena receta.
0:12:03 Esta pueblo tenía su propio modo de envenenar flechas y...
0:12:10 El Inca Garcilazo cuenta algunas recetas para envenenar flechas, incluso para la ama
0:12:14 de casa.
0:12:15 ¿Y para qué quiere la ama de casa envenenar flechas?
0:12:18 Viene el marido y le dice...
0:12:19 ¿Salía acá?
0:12:20 Porque te...
0:12:21 Te duermo de un flechazo.
0:12:25 Hubo un tipo que casi se salvó, pues se morían todos los de la flecha envenenada.
0:12:30 Se llamaba Alonso de Ojeda.
0:12:32 Al sí le hirido por una de estas flechas pidió que le pusiera en él la herida una plancha
0:12:36 de hierro candente.
0:12:41 Y el veneno fue aplacado.
0:12:44 Pero el corazón de Alonso no resistió.
0:12:46 El shock.
0:12:47 El shock de hierro caliente.
0:12:49 Imagina...
0:12:51 Y se murió igual.
0:12:52 Yo prefiero entonces morirme de otra manera.
0:12:58 La tarde aparecieron en las crónicas alguna otra que hace de peligros pero inventados.
0:13:05 Bacas con cara de chivo, caballos que volaban como aves, de las ales que vuelan me gusta
0:13:10 el chancho, de las flores de campo las empanadas.
0:13:13 Becias que parecían el resultado de cruzar camellos con caballos y ciervos, monos con
0:13:19 cara de persona.
0:13:22 Y serpientes bicefales.
0:13:24 Pero esto ya es otra historia.
0:13:28 Conténese a la fantasía.
0:13:30 Así que eso es todo lo que tengo que decir.
0:13:32 Hoy era difícil viajar.
0:13:33 Era difícil.
0:13:35 Se comía mucho, el pan también se pudría.
0:13:39 Entonces como hemos contado aquí algunas veces, se comía el bizcocho que era un pan
0:13:46 como el nombre indica, cocido dos veces, bizcocho.
0:13:49 Y entonces aguantaba más.
0:13:52 Aguantaba un cachomás.
0:13:54 Y las carnes saladas también.
0:13:56 Como fiambre.
0:13:58 Así como fiambre.
0:14:00 Para que duraran más, sino se te pudría todo enseguida en el barco.
0:14:07 Así que pasaba todo el tiempo mareado.
0:14:09 Mareado.
0:14:11 Otra linda vida.
0:14:12 No, era un asco viajar en aquel entonces.
0:14:18 A ver si me adjinaba esa caricatura del pirata que va tomando ron y no existían las bebidas.
0:14:28 Al principio, sí, en la medida de Caribe sí, el ron estaba.
0:14:34 Pero venía de Inglaterra y de todos esos sitios.
0:14:37 Sí, no, no, no formaba parte de las tradiciones al principio.
0:14:40 Te voy a quesar aquí.
0:14:42 Pues posiblemente sí.
0:14:43 Había vino nada más.
0:14:46 No había té tampoco ni café.
0:14:52 Europa no tenía esa costumbre.
0:14:54 Bueno, fui a la discoteca a buscar el contexto de esta historia del discotecario.
0:15:00 Ahora, ahí, había yo que el impresionado con eso de que dejaban la flecha en un muerto
0:15:03 y ya con la sola sustancia de muertos te mataban al vivo.
0:15:07 Sí, se contagia la muerte.
0:15:11 Pero andaba a saber dónde lo metían y todas las cosas...
0:15:16 Como la poder de hombre que somos.
0:15:18 Que le daba una infección.
0:15:20 Que es una infección de porque ya que no te la curaban nadie.
0:15:24 El discotecario incluso me contó que él viaja mal también, porque según parece vive...
0:15:32 No tenían a querer, pero para saber que la familia...
0:15:35 Para gobrar protagonismo.
0:15:37 Vive la reja y se que lo trenen bien.
0:15:39 ¿Qué tiene que ver con esto bien?
0:15:41 Genos y que eso no es nada, a veces como.
0:15:46 ¿Quién quiere ser protagonista?
0:15:48 Sí, él quiere ser protagonista.
0:15:50 Finalmente, me dio un tango que hace alusión al alimento en mal estado.
0:15:55 Llaman fruta amarga.
0:15:59 La fruta cuando se pudre se pone...
0:16:01 Sí, pues no hay nada que ver con este tema que hablamos.
0:16:03 ¿Cómo? El tipo me porfió que tenía todo que ver.
0:16:06 Parece que no.
0:16:08 Había sido escrito ese tango por un viajero del siglo XVII.
0:16:10 Creo que no.
0:16:12 Unos duraz no amargos que...
0:16:14 Me parece que no habla de eso.
0:16:16 Sí, pero está bien, sobre todo considerando el tiempo que tenemos hasta el noticiero.
0:16:20 Está bien la discutió.
0:16:22 Bueno, vamos a escuchar a Horacio Molina, que va a cantar este bello tango que se llama fruta amarga.
0:16:42 La fruta amarga de esta enorme soledad, corazón.
0:16:51 En las nubes de que cielo la tristeza de tu vuelo sin consuelo valara bien lo sé.
0:17:02 Fue aquel frío alucinante de un instante mezlguo.
0:17:11 Fue un viento de locura sin ternura, sin perdón.
0:17:20 Fue el grito enronquecido de un amor enloquecido de dolor.
0:17:32 Eras la luz del sol y la canción feliz y la lluvina gris en mi ventana.
0:17:41 Eras rebanso fiel y duende soñador, hija minero en flor.
0:17:48 Eras mañana su amor mullo viento de loma, cálido arrullo de la paloma.
0:17:59 Ya no serás jamás aroma de rosal frescor de manantial en mi destino.
0:18:08 Solo serás la voz que me haga recordar que en un instante atroste hice llorar.
0:18:21 Ya no estás.
0:18:25 Y el recuerdo es un espejo que refleja desde lejos tu tristeza y mi maldad.
0:18:33 Ya no estás.
0:18:37 Y toda ausencia que se alarga tiene gusto a fruta amarga, a castigo y soledad.
0:18:45 Corazón, una nube puso un velo sobreciendo de los dos.
0:18:58 Y una nube solamente de repente me perdió.
0:19:07 Una nube sin sentido, sin clemencia, sin olvido, sin perdón.
0:19:18 Eras la luz del sol y la canción feliz y la lluvina gris en mi ventana.
0:19:27 Eras remanso fiel y duele de soñador y jasminero en flor.
0:19:34 Eras mañana su amor mullo viento de loma, cálido arrullo de la paloma.
0:19:45 Ya no serás jamás aroma de rosal frescor de manantial en mi destino.
0:19:54 No solo serás la voz que me haga recordar que en un instante atroste hice llorar.
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