Transcripción automática
0:00:00 Es una historia que ya hemos contado más de una vez, pero echando agentiles pedidos vamos a
0:00:08 tratar de comunicarla una vez más. Que es la historia de un estafador llamado Vren Lyca.
0:00:15 Vren Lyca nació en 1818 en un pequeño pueblo de su referencia, era jorobado Lyca.
0:00:24 Su padre, al verlo de forma, consideró que no era necesario que estudiara.
0:00:28 Pensó que apenas podría servir para trabajar la tierra.
0:00:33 Sin embargo, el muchacho se las compuso para adquirir algo de instrucción.
0:00:38 A los 20 años llegó a ser pasante en el estudio de un procurador general y enseguida empleado
0:00:45 en la escribanía y en la conservación de las hipotecas. Cada tarde, una vez que había terminado
0:00:53 de clasificar sus minutos, iba Vren a la biblioteca de la ciudad en la que lo esperaba el dueño del lugar.
0:01:03 Se trataba de un viejo abad con el cual conversaba durante horas.
0:01:09 Aquel abad le permitió a Vren Lyca ampliar su conocimiento, sobre todo sus conocimientos históricos.
0:01:17 Un día de 1842, Lyca le dijo al abad que quería ir a la biblioteca imperial de París.
0:01:24 Pidió una carta de recomendación y la obtuvo.
0:01:31 En París no le fue, como él quería, presentó una solicitud para trabajar en la biblioteca, pero no la aceptaron.
0:01:41 Se necesitaba el título de Bachischer.
0:01:44 Sin embargo, el tipo que lo recibió en la biblioteca lo mandó, lo recomendó para que trabajara en el gabinete de un señor le corto a Téllier,
0:01:53 que era un genialogista, que andaba buscando un empleado.
0:02:01 Lyca fue entonces a trabajar en aquella casa que, por otra parte, tenía una pésima reputación.
0:02:06 Así no tenían escrúpulos en falsificar una ascendencia cuando faltaban documentos.
0:02:14 Buscaba ingenialogías, arreglaban herencias y llegó del caso un tubo y en sus servicios la falsificación lisa y lzana.
0:02:24 Mientras trabajaba en esa casa, Vren Lyca iba a la sorbona como oyente, sobre todo, casualmente en los cursos de Michelette.
0:02:34 Ahora bien, en París vivía un profesor famoso que se llamaba Michel Chassol.
0:02:41 Chassol había nacido en 1793 en Epernone, era profesor de Geodesia de la Escuela Politécnica.
0:02:51 Se había creado, incluso para él, en la Facultad de Ciencias de París, una cátedra de geometría superior.
0:03:00 Era un valero aquel Michel Chassol.
0:03:04 Era autor de unos diez tratados que se usaban como referencia continuamente, y el más importante se llamaba Ensayo sobre la Atracción de los Elixoides.
0:03:15 Muy bien, el profesor Chassol, o Chassol, se cruzó en una ocasión con Vren Lyca.
0:03:22 Allá por 1858 se encontraron en la Biblioteca Imperiala de Brasil.
0:03:28 Chassol buscaba documentos antiguos, que era su afición.
0:03:32 El profesor juntaba documentos.
0:03:36 Lyca, que había empezado con falsificaciones en la Casa de los Genealogistas, donde cada tanto, como se ha dicho,
0:03:43 falsificaban un par de documentos, dijo, Lyca, supo que podía sacar rédito de aquel interés que tenía el hombre,
0:03:51 el profesor Chassol, por los documentos antiguos, y confió en su habilidad para falsificar cualquier cosa.
0:04:03 Y un día le ofreció un documento.
0:04:07 Lyca le ofreció a Michel Chassol una carta de molier, algo así.
0:04:16 El segundo pertenecía a Juana de Arco.
0:04:19 El profesor Chassol no daba crédito a sus ojos.
0:04:22 En el pergamino que le alcanzaba Lyca, pudo leer.
0:04:27 Valientes descansada.
0:04:29 París es nuestra.
0:04:31 Mañana dormiremos allí, y es tan cierto como que el día en que nació la madre de Dios es hoy.
0:04:37 7 de septiembre.
0:04:39 Firmado Juana, llamada la doncella.
0:04:41 Eso decía la carta de Juana de Arco.
0:04:45 Bien, en total Lyca le vendió a Michel Chassol 27.320 cartas provenientes de 660 personajes ilustres.
0:04:55 En los comienzos de las ventas Lyca le dijo a su cliente que él trabajaba para un hombre cuyo desván estaba lleno de papeles antiguos.
0:05:07 Chassol quiso ver ese desván, pero Lyca dijo que era imposible.
0:05:11 Y explicó que el hombre del desván le había dicho prometer que no revelaría nunca su nombre,
0:05:18 porque era el último descendiente de una familia que había emigrado durante la revolución.
0:05:24 Desgraciadamente, como ya no era muy rico, de vez en cuando vendía algunos de sus papeles para mantener el antiguo palacio que sus parientes le habían dejado como herencia.
0:05:34 Lyca dijo que él servía como intermediario y que se llevaba a una comisión.
0:05:40 Bueno, entonces el profesor ha habido de conseguir las cartas aquellas o aquellos documentos.
0:05:47 Le preguntaba cada tanto a Lyca como iban las economías del hombre del desván.
0:05:52 Le decía que faltaba poco para que tuviera que vender algo y no fallaba nunca en sus predicciones.
0:05:59 Después de cada venta, el jorobado Lyca le decía a Chassol que el señor del desván estaba muy triste
0:06:09 por tener que deshacerse de aquellos documentos.
0:06:12 Incluso en una oportunidad para fingir mejor, Lyca se presentó en casa del profesor y le dijo, mire,
0:06:20 la carta de Eloisa Velardo que le di la semana pasada va a tener que devolverme la porque mi cliente está muy apenado, aquí tiene su dinero.
0:06:30 Y Chassol respondió que no la devolvería jamás.
0:06:36 Inmediatamente ofreció una buena gratificación a Lyca que en realidad no esperaba otra cosa.
0:06:40 La gratificación era justamente para que convenciera a su jefe que no había conseguido recuperar el escrito de Velardo.
0:06:48 Entre las cartas más notables que vendió Bren Lyca estaba una de Julio César a Bergin Getorix, el jefe de los galos.
0:06:59 Otra extraordinaria era una de Santa Magdalena alázaro resucitado.
0:07:07 En todas curiosamente aparecían referencias positivas hacia la galia y además, dato curioso, estaban escritas en francés.
0:07:18 La perdición del profesor Chassol comenzó cuando se dispuso a publicar unos documentos que provocarían enormes debates.
0:07:32 Se trataba de unas cartas de Pascal, nuestro amigo Blés Pascal, que probaban que mucho antes que Newton, Pascal, había establecido la ley de gravedad.
0:07:47 El 15 de junio 1869 ante los miembros del Instituto de Ciencias de Francia, el profesor, le dio solemnemente dos cartas que Pascal había escrito que contenían cuatro páginas de observaciones sobre la gravedad.
0:08:00 El físico Duha Mel gritó que se le adjudicaban a Pascal vórmulas y medidas que se ignoraban en su época, y Chassol respondió que Pascal era un genio y que además era francés.
0:08:14 El profesor Fouallet, que era director del Gabinete de Relaciones Exteriores, había escrito cuatro obras sobre Pascal y conocía todos sus trabajos.
0:08:22 Y dijo, esas notas que usted atribuye a Pascal fueron copiadas de un tratado moderno de cosmografía.
0:08:31 Chassol dijo que era difícil aceptar algo tan sorprendente y prometió en la siguiente sesión llevar la correspondencia mantenida por Pascal hacia el final de su vida con el joven Newton que tenía 15 años.
0:08:44 Llegó la siguiente sesión y el profesor le dio esas cartas que Lica le había proporcionado.
0:08:50 Algunos enfermarizaron científicos nacionalistas franceses y gritaban que se le devolviera a Pascal lo que no era de Newton.
0:08:59 Enthusias Mado, Chassol, sacó las cartas en las cuales Newton agradecía a Pascal por haberles cedido epistolarmente su conocimiento.
0:09:10 Y también mostró unas en las que el rey Jacobo II retaba a Newton por haber irritado a los franceses con la apropiación de papeles pertenecientes a Pascal.
0:09:23 Sir David Buster, que era el director de la Academia de Edinburgh y también el director del Observatorio de Glasgow, un profesor llamado Kant, remitieron cartas indignadas a París.
0:09:37 Chassol decía que sus descubrimientos eran incuestionables.
0:09:42 Dijo que disponía también de otros que certificaban, por ejemplo, la primacía de los andes Higgans sobre los descubrimientos de Galileo.
0:09:50 Higgans creo que fue el que inventó la circulación de la sangre.
0:09:55 Antes de Higgans, la sangre no circulaba.
0:09:59 No, no, no, la teorizó, la descubrió si usted quiere y la formalizó.
0:10:03 Pero no la inventó.
0:10:05 La sangre hay quietas.
0:10:07 Exactamente, tenemos estado de quietud permanente de lo más desagradable y con los pies fríos.
0:10:12 Bueno, ahí entraron a tallar los sabios de Holanda, los de Italia.
0:10:18 Los italianos se asombraban de que Galileo hubiera escrito en francés.
0:10:22 En fin, Chassol, imposible, seguía aportando pruebas.
0:10:27 Todos los lunes llevaban a la academia nuevos documentos.
0:10:31 Cada vez quedan rebatidos, le sucedían otros que refutaban todas las contradicciones.
0:10:37 Cuando llegaba el lunes por la tarde, después de haber sostenido una batalla contra sus colegas,
0:10:41 se precipitaba para encontrarse con Renlika y le preguntaba si no tenía nada más sobre Galileo
0:10:48 o si ya se le había agotado todo lo de Pascal.
0:10:51 Y Lika verificaba y entregaba lo pedido infaliblemente.
0:10:55 Un día habló en la sesión de la academia el profesor Urben Le Verrier,
0:11:01 nada menos que el tipo que descubrió el planeta Neptune, que lo descubrió calculando,
0:11:06 no viendo, no lo vio, lo calculó.
0:11:09 Le Verrier era también un político y un brillante orador y dijo,
0:11:13 «Cado de lo que ha traído nosotros, el profesor Chassol es falso».
0:11:19 Le Verrier había estudiado cada escrito con especialistas.
0:11:23 Los escritos de Galileo fueron sometidos a un peritaje en Florencia
0:11:28 y le dijo a Chassol, le dijo, «Sabemos que usted está al margen de todas sus pechas,
0:11:34 pero tememos que haya sido engañados».
0:11:37 Así que haga una denuncia y déjelo en paz a Newton.
0:11:40 Chassol estaba abrumado, dicen que le costaba respirar, que casi sozaba.
0:11:46 Y en la sesión siguiente, pálido y casi sin voz, se resignó a reconocer su error
0:11:52 y a dar explicaciones sobre su colección.
0:11:55 La verdad es que si los cientistas de la academia hubieran sabido antes que Chassol tenía cartas
0:12:00 de Cleopatra, de Alejandro Magno, de Aristóteles, de Culeo César y de Colón,
0:12:06 la reacción hubiera sido más rápida.
0:12:10 Pero cuando mostró todas estas cosas, se sorprendieron muchísimo.
0:12:15 Había entre otras, 27 cartas de Shakespeare, 28 de Plinio, 10 de Platón, 10 de Cénica,
0:12:21 5 de Alcibiades, 200 de Rabel y 18 de Laura a Petrarcha,
0:12:27 en las que uno podía enterarse que en realidad ella lo amó,
0:12:30 pero que Petrarcha figuroso de ese engaño porque era mejor así para la posteridad.
0:12:35 Desde luego las poesías escritas, o sea, una persona que no lo quiere a uno, no siempre mejores.
0:12:41 Finalmente, la policía detuvo a Brenlica, hubo un juicio,
0:12:45 y el hombre adujo que había hecho aquella falsificación es por patriotismo.
0:12:50 Argumentó que no solo en los debates de Pascal estaba esa idea.
0:12:55 Y así, por ejemplo, tales de Milet,
0:12:57 odaba consejos a Ambigat, el rey de las Gálias, sobre la forma de gobernar su pueblo.
0:13:02 Alejandro elogiaba a la Gália y a los Galos, al hablar con Aristóteles.
0:13:07 Cleopatra envió a Césarón, el hijo que tuvo como Culeo César,
0:13:12 a Marsella para instruirse a causa del aire puro que allí se respiraba
0:13:16 y por las bellas cosas que enseñaba.
0:13:18 Lázaro, después de resucitar, y María Magdalena en sus cartas a San Pedro,
0:13:23 no encuentran sujetos más interesantes que los galos.
0:13:28 Y de algún modo, la táctica de resultado eran tiempos difíciles para la frontera de Francia,
0:13:36 porque lo condenaron solo a dos años de prisión.
0:13:40 En 1879, Michel Chassoud, el profesor, legó toda su falsa colección a la Biblioteca Imperial,
0:13:50 convertida luego en Biblioteca Nacional.
0:13:52 Ya no era imperial.
0:13:53 Se la aceptaron, solo para no perturbarlo más.
0:13:57 Al año siguiente comió Pate en mal estado y murió.
0:14:02 Pate falsificado, probablemente.
0:14:07 En cuanto al falsificador, Lluica no tardó mucho en ser condenado otra vez,
0:14:13 porque salió de la cárcel y le vendió una magnífica e imaginaria genealogía
0:14:22 a un viejo cura que buscaba a sus ancestros.
0:14:24 Y por reincidente pasó sus últimos años en cara.
0:14:28 Esta es la historia de las falsificaciones de Ren Lluica, estupendo falsificador.
0:14:37 Aquí no quiere dedicar.
0:14:39 Si te lo gustó.
0:14:40 Realmente, es muy lindo la historia.
0:14:42 Sí, sí, que muestra además la dudosa conveniencia de cometer un delito siempre en el mismo lugar.
0:14:48 Querido, si esto me hubiera vendido dos cartas y después hubiera...
0:14:53 Después de la otra.
0:14:54 Tal cual, ¿no?
0:14:55 Bueno, ¿qué va a ser?
0:14:57 Los delincuentes que están escuchando llegan de esta fara salteadito.
0:15:07 En vez de dedicar esto, Alejandro, un personaje de ficción que alguna vez había imaginado
0:15:15 que usted se enamoraba de la cajera de un banco y iba a fanar toda la semana,
0:15:18 nada más que para verla, ¿se acuerda?
0:15:21 De bien de hecho.
0:15:22 El ladrón enamorado.
0:15:23 Con la de verdad enamorado.
0:15:24 Con la de verdad enamorado.
0:15:25 Sí, era un banco, Afalaba el Banco y este...
0:15:29 Junto con el pedido del dinero y luego de apuntar, por supuesto, con su arma a la cajera,
0:15:34 le entregaba por entre los barros una caja de bombones.
0:15:38 La cajera de nombre Inés.
0:15:40 Pero bueno, hay mucha cuesta.
0:15:42 A él entonces, y ya que este chico tuvo, nació digamos, poco agraciado y fue rechazado,
0:15:49 más o menos, algo así por su padre, pienso en la niña que fue rechazado por su madre,
0:15:53 por algo parecido y arrojado de lo limpo.
0:15:55 Entonces le dedico esto al amigo Zesto, que sin embargo, después con dudosa suerte,
0:15:59 fue el esposo de la mujer más bella del mundo.
0:16:01 Sí, sí, y el mejor herrero.
0:16:03 El mejor inventor.
0:16:05 Vamos a ilustrar esta charla sobre cartas falsificadas con el tango que se llama Cartas Viejas.
0:16:11 Pero sin humo.
0:16:13 Pero sin humo esta vez.
0:16:15 Dice, Rolón, recordando una interpretación que hice yo en un foro de ese tango Cartas Viejas,
0:16:22 que arrojaba las cartas al fuego y para que las cartas aprendieran mejor a lo que han puesto nos
0:16:26 llegué una especie de estopa.
0:16:28 La televisión.
0:16:30 Pues yo agarrar humo a aquello y no se podía respirar.
0:16:32 Lube de cantar todo el tango cortito.
0:16:34 Con una perra.
0:16:36 Cartas viejas, ilusiones de pasado.
0:16:40 Hasta los guitarristas miramos pal costado.
0:16:44 Morimos todos aquella noche.
0:16:46 Ahora escucharemos casi con los mismos guitarristas.
0:16:51 Falta usted.
0:16:53 Y esta Carlito Juárez.
0:16:55 Así que Carlito Soria, Carlitos Almón y Carlito Juárez,
0:16:59 acompañan a Carina Biorlegui en Cartas Viejas.
0:17:51 Cartas viejas,
0:17:53 nadie sabe las historias que aquí dentro hay encerradas que jamás renacerán.
0:18:01 De mujeres que eran buenas,
0:18:03 de mujeres que eran malas
0:18:05 y que nunca pude amar.
0:18:07 Cartas viejas,
0:18:09 ¿cuánto amor entre mis manos?
0:18:11 ¿Cuánto beso?
0:18:13 ¿Cuántas citas que ya nunca volverán?
0:18:21 Sin embargo, de l'ingratta,
0:18:23 que a metardo ni una carta
0:18:25 que me pueda consolar.
0:18:31 Esta carta dice angustias que pasaron.
0:18:35 Esta otra de un amor que regresó.
0:18:39 Grandes ojos que rieron y lloraron.
0:18:44 Todo dice de estas cartas de pasión.
0:18:48 Ya en mi caso, por la cien encarnacidad,
0:18:52 quiero ver en una hoguera tanto amor
0:18:56 que su llama de igual modo que en la vida.
0:19:00 Me acompañó y que ha vuelto el corazón.
0:19:08 nadie sabe las historias que aquí dentro hay encerradas que jamás renacerán.
0:19:16 De mujeres que eran buenas,
0:19:20 de mujeres que eran malas
0:19:22 y que nunca pude amar.
0:19:28 ¿cuánto amor entre mis manos?
0:19:30 ¿Cuánto beso?
0:19:32 ¿Cuántas citas que ya nunca volverán?
0:19:36 Sin embargo, de l'ingratta,
0:19:38 que a metardo ni una carta
0:19:42 que me pueda consolar.
0:19:50 En la venaza del aterrible hemos escuchado a Karina Verleig interpretando
0:19:54 Cartas Viejas.
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