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12 de Agosto de 2005

Yehonala

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos otra vez de Diejonalda.
0:00:03 Se acuerda que el personaje que hablamos hace unos días,
0:00:07 cuando nos referimos a la sucesión del emperador Sino Sienfeng,
0:00:11 que murió en 1961.
0:00:14 Entre los personajes que se disputaron la Regencia,
0:00:18 después de la muerte de este emperador,
0:00:20 estaba su concubina preferida que se llamaba Diejonalda.
0:00:24 Luego de una intriga palacera que ya hemos contado,
0:00:27 Diejonalda se hizo finalmente esta Regencia,
0:00:30 fue sumando cada vez más poder y terminó por gobernar el sigla durante casi 50 años.
0:00:35 Por eso los historiadores las llaman la Última Imperatriz de China.
0:00:41 Sin embargo, hoy hablaremos del principio de la vida pública de Diejonalda.
0:00:49 Vamos a contar de qué modo llegó esta mujer a ser concubina del emperador Sienfeng.
0:00:55 Atención lápiz y papel,
0:00:57 ha tenido que estar interesados en ver cómo se llega a concubina del emperador de la China.
0:01:03 Diejonalda era la hija de uno oficial Manchu.
0:01:06 Los Manchus eran la última dinastía imperial de China.
0:01:11 Nació en 1634.
0:01:14 El hecho oficial, el papá, murió cuando ella tenía tres años.
0:01:18 Por esa muerte Diejonalda, su hermana y su madre,
0:01:21 quedaron acá con un pillo llamado Nufang que vivía en Pekín y que era funcionario del Imperio.
0:01:28 En 1650 llegó al prono Sienfeng, tras la muerte de su padre Tao Guang.
0:01:37 Sienfeng quería casarse pero no podía porque después del fallecimiento de su padre
0:01:42 los ritos exigían que no se celebrara ningún matrimonio durante un periodo que creo que era de 27 meses.
0:01:49 Así que tuvo que esperar ese tiempo.
0:01:51 El caso que en julio de 1652 se emitió un decreto que decía
0:01:56 el emperador se va a buscar unas cuantas menas.
0:02:01 Quiere casarse.
0:02:03 El decreto ordenaba que los oficiales Manchu, de todas las provincias,
0:02:07 presentaran en Pekín una lista de las muchachas solteras Manchu es elegible.
0:02:14 Manchu es el decir de la dobleza.
0:02:18 Las listas incluían información meticulosa sobre la genealogía de las jóvenes,
0:02:24 las alineaciones astrológicas de su nacimiento, su edad, temperamento y apariencia física.
0:02:31 La educación de una muchacha era lo que menos se consideraba.
0:02:35 La etiqueta social que regía el comportamiento de aquella sociedad
0:02:41 Existía que las mujeres cultivaran tres obediencias,
0:02:46 al padre, al marido y al hijo mayor en ese orden cronológico probablemente.
0:02:53 ¡Qué horrible!
0:02:54 Cuando se casaba la mujer debía acatar también los deseos de los sueños medio en poco.
0:03:01 Bueno, entre las jóvenes elegibles para el honor imperial del concubinato,
0:03:05 las que poseían defectos evidentes eran descartadas
0:03:09 durante una selección preliminar a nivel provincial.
0:03:14 En la lista de candidatas preseleccionadas que se envió al Pekín,
0:03:17 figuraron sólo 60 o 11 edad que se juzgaban adecuadas para ser dignas de la atención imperial.
0:03:24 60 entre una posible población femenina de la nobleza, alrededor de un millón y medio, no eran muchas.
0:03:33 Y los historiadores dicen que sólo aparecían 60 por dos causas.
0:03:36 Una era la corrupción.
0:03:39 Por esta razón, muchas los deseos elegibles quedaban fuera de la lista.
0:03:44 El otro motivo era la dura visitud de la vida en China
0:03:48 que producieron multitudes de desfiguraciones físicas, incluso entre la nobleza.
0:03:53 La viruela, por ejemplo, había los estragos entre una enorme mayoría de mujeres.
0:03:58 Por lo tanto, la visita física era un bien raro, escaso.
0:04:03 Y Ejonala era hermosa, una de ellos según la crónica,
0:04:07 a la que los hombres no podían contemplar sin deseos.
0:04:12 Muy bien, las 60 oportunidades entre las que estaba Ejonala
0:04:16 recibieron la convocatoria al palacio mediante los mensajeros del emperador.
0:04:22 Si no, sólo los mensajeros del emperador me fueron elegidas.
0:04:27 Cuando aparecían los mensajeros, gran fiesta.
0:04:31 Porque esto se inequicaba, evidentemente, un ascenso social inmediato de la familia visitada.
0:04:41 Y la otra cosa es que no podía rechazar ese mechón.
0:04:46 No podía decir, no, miren, hija, no había uno muchacho, así que no, no, tenías que ver.
0:04:52 Ejonala formaba parte del grupo de chicas que hubieran rechazado si hubieran podido aquel honor,
0:04:59 porque antes de la convocatoria imperial se había comprometido con uno de sus primos.
0:05:06 Pero tuvo que romper desde luego la relación y marchar hacia la ciudad prohibida.
0:05:10 Hay que decir que ni siquiera el pasar con éxito el proceso de selección
0:05:15 garantizaba ser objeto del favor imperial,
0:05:18 ya que el emperador tenía una aren tan vasto que era perfectamente posible ser elevada al rango de concubina,
0:05:28 pero no ser llevada nunca al derecho imperial.
0:05:31 Como las esposas del emperador nunca salían de la ciudad prohibida, dice sea,
0:05:36 pequeños sectores, pequeños donde vivían los emperadores,
0:05:41 y como los aposentos estaban atendidos sólo por el Eucos,
0:05:46 la vida allí podía someterse a una dignidad perfecta.
0:05:51 Bueno, el día señalado para la presentación ante el emperador siempre,
0:05:55 las 60 aspirantes se prepararon con el mayor cuidado,
0:05:59 hicieron las mejores pinchas,
0:06:03 lucieron las cosas más simposas que sus familias podían permitirse,
0:06:08 las llamaron empalantines hacia el llamado Gran Interior.
0:06:13 Una vez así, los Eucos las condujeron hasta el Ney Wuhu,
0:06:19 un pabellón en el que deberían esperar la llegada de la emperatriz Viguda,
0:06:23 que era la esposa del final Tauquán, el papá de Sienfe.
0:06:29 Según las tradiciones compulsoras de Piedad Pilial,
0:06:33 era esta mujer incluso superior en que la arquiera del emperador,
0:06:37 era ella con el consejo del jefe Eucos,
0:06:40 quien decidía cuáles muchachas podían ser confortes convenientes
0:06:44 para su hijo el príncipe celestial.
0:06:46 Pues ya que el tipo no elegía ni siquiera, se la elegía la veta.
0:06:50 Pero imagínense...
0:06:54 Imagínense si mi novia lo hubiera elegido.
0:06:57 Por eso las cualidades, ¿no?
0:06:59 La hubiera elegido.
0:07:01 Bueno, aunque el emperador también estaba presente,
0:07:05 no se le permitió opinar, cae la boca, te guéste.
0:07:09 Las aspirantes a concubinas imperiales pasaron lo más alto en la emperatriz
0:07:14 y al final la separaron en cuatro clases de importancia de crecimiento.
0:07:18 De las 60 muchachas entrevistadas, primer rango, ninguna.
0:07:26 Y es con nada, fue una de las 28, les decía, para el ADN,
0:07:31 pero en el tercer rango.
0:07:36 Había cuarto, pero bueno, así...
0:07:39 Casi no figuró.
0:07:41 Pues elegía, pero hay un pelotón, me agadra un montón.
0:07:46 Una vez dentro de la ciudad prohibida, la pertenencia al aren, con ese rango,
0:07:50 tercer rango era una desgracia,
0:07:52 porque el emperador difícilmente visitaba las que habían sido elegidas en tercer y cuarto órganos.
0:07:57 Allí a jornada se le afingaron aposentos en el vestibulo de la elegancia preservada.
0:08:02 Los primeros años fueron tristes, tronates.
0:08:06 La ingresió sola durante cinco años mientras el emperador
0:08:13 concedía sus favores a otras concubinas más oportunadas.
0:08:18 Cansaba de esperar una invitación milagrosa a la cama del emperador
0:08:23 y el jornada empezó a trabajar un poco para conseguirla.
0:08:26 Cuenta el croneza que se esmero por cultivar buenas relaciones con los enucos
0:08:31 que se encargaban de atender al emperador para vestirlo, para darle de comer y para bañarlo.
0:08:37 Muchos enucos llegaban así hacia el íntimo del emperador y se convertían en sus consejeros,
0:08:42 en algún caso sus amigos.
0:08:44 Y el jornada se decidió en ganar la gratitud y la edad del jefe de un enuco, Antehae,
0:08:51 y las consiguió. Sucedió entonces lo siguiente.
0:08:54 Antehae caminaba y conversaba junto al emperador acerca de cualquier asunto.
0:08:59 El emperador, distraído de su conversación, seguía el paseo que Antehae proponía secretamente.
0:09:05 Antehae hizo llegar al emperador hasta el palacio de verano,
0:09:09 más precisamente a un pabellón llamado Los Recobecos Profundos Entre los Árboles Planos.
0:09:15 Ahí estaba Yejonalá cantando una lastimega canción de su tierra natal.
0:09:21 Al oír la voz, el emperador espió entre el verdor
0:09:26 y quedó meravillado por la belleza de Yejonalá,
0:09:29 a la que evidentemente no había notado cuando declaró en la 60.
0:09:35 En silencio se alejó y volvió al palacio.
0:09:39 Pero esa misma noche fue la placa de Jare que llevaba el nombre de Yejonalá,
0:09:45 la que se exhibió en su mesa de marfil, indicando así que la dueña de ese nombre
0:09:51 sería su compañera de aquella noche.
0:09:54 Y esa noche Yejonalá desnuda fue llevada sobre la espalda de un meunico a la posente imperial.
0:10:03 Aquí le traigo el mondongo que usted me mandó comprar.
0:10:10 Y así se sometió a la voluntad del Hijo del Cielo por no decir otra cosa.
0:10:16 Ve eso metida. Pero hizo más que eso, muy más que uno.
0:10:20 Enamoró a Cenzen y así comenzó el ascenso, Yejonalá, hacia el poder
0:10:26 y a ser del hijo que tuvo con el emperador el sucesor de mi fe.
0:10:33 Qué linda historia, ¿no?
0:10:35 De esta burocracia de la elección concluina por parte del emperador.
0:10:43 Y por otra parte, por parte... por otra parte, por parte de Cielo.
0:10:50 En otra, en otra cosa, forma parte de la colección de fantasías eróticas de los burguesos
0:10:58 que siempre sueñan con que se sientan, que se sometan a su elección y con este dedo
0:11:05 digo, aquella, aquella y aquella.
0:11:07 Esta noche, ya.
0:11:08 Claro. Esa es una de las llamadas fantasías. No es un poco de gracia, mía.
0:11:15 ¿Cuál es su fantasía? Preguntan todos los programas que se la dan de audaces.
0:11:20 Como si una fantasía fuera eso.
0:11:22 Hay fantasías que 60 tipos se ponen en la puerta de mercados y yo me elijo al 3.
0:11:29 Qué sé, si te vos pensás en eso y te erotizás.
0:11:33 ¿Cómo funciona? No sé, estoy preguntando acá al pelado.
0:11:36 ¿No funciona si una fantasía, no?
0:11:41 Usted es psicólogo.
0:11:43 ¿Pero que no está rollo?
0:11:46 Pero, caso no, mis fantasías son las que se parecen a mi realidad.
0:11:51 Claro. La más cercana.
0:11:55 Tiene que forzarse, en todo caso, por construir una realidad, este, que me hará producir determinados
0:12:01 ejemplos.
0:12:02 Pero vi en ella porque intentó demostrarle a algún modo, ¿no?
0:12:04 Que era atractiva. A través del eunucho, ¿qué hizo?
0:12:07 No, no, claro. Pero ella tenía mérico, no es que hizo política, ¿no?
0:12:11 Y ella decía, mirá, emperado, si usted me lleva la cama, le ciego los campos de mi
0:12:19 familia en cantón. No, no dijo eso. Se puso a cantar una canción y el tipo de avión,
0:12:26 quería que la vayan.
0:12:27 La vayan.
0:12:28 Dice, si tenías, tenías, ve. Si este me ve, me elige.
0:12:33 Las amores, cuando cantes más, eso sí.
0:12:37 Bueno, si hubiera que dedicar algo a alguna persona, dedicaríamos eso a Yejonalas, al
0:12:48 menos a esta, Yejonalas, inicial, que era una jovencita hermosa y que, además, desperdició
0:12:56 cinco años de su mejor cuban sub, esperando que el ganso de siempre lineera a tocarle el
0:13:05 timbre, sin por no haber sido trago. Si no fuera por el eunucho, pues, bien.
0:13:13 Hemos elegido para amoblar esta charla, como ya hemos dicho, una canción interpretada
0:13:22 por María Marta Písima de nuestras cantantes de cabecera y se trata de una milonga que
0:13:29 se llama justamente la solita, tal la relación que presentamos hoy, es decir, el tículo ser
0:13:39 relacionado con esos cinco años de Yejonalas. Acompaña a María Marta Písima y la tarifa
0:13:47 Horacio Gourmas.
0:13:48 Y a grande, por favor.
0:13:59 Dicen que nada le apela y que por nadie alura.
0:14:17 Y de venar esta vieja y de llorar se acanta.
0:14:33 Y de venar esta vieja y de llorar se acanta.
0:14:53 Que nada le apela y que por nadie alura.
0:15:09 En la puerta de su vida mirando el cielo robo, mirando el cielo robo, que le dijera la
0:15:27 palabra que nunca habló, recontando su mentira. La esperanza la llevó por mis caminos vacíos.
0:15:47 Dicen que no lo vos, dicen que nada le apela y que por nadie alura.
0:16:09 Se fue blanqueando su pelo y esperando lo pidió.
0:16:19 Y esperando lo pidió, ahora se fueron casando. Nadie en su fuerza se acrió.
0:16:33 El viento con su melitia por su ventana bajo. La noche más noche inlerda la vio llorando.
0:16:49 Dicen que nada le apela y que por nadie alura.
0:17:09 Hemos escuchado la solita de Canaro, Rivero y Bucino por María Marca Péxzi.
0:17:19 Ese tema forma parte de Discos Tangos de Barbe de Inferno de Alejandro Dorinas.

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