Transcripción automática
0:00:00 Continuamos en la venganza a Ser Aterrible desde el auditorio de Radio Nacional.
0:00:08 Hablaremos de Alfredo el Grande, así que ubiquémonos en Inglaterra en el año 800.
0:00:15 Allí estaba Higberto, el abuelo de Alfredo, que se un parece fue el primer rey de Inglaterra.
0:00:22 Conquistó y unió varias regiones y estableció un país dividido en siete reinos, acusa cabeza, se colocó el mismo.
0:00:31 Esta unión estaba siempre amenazada por los daneses y por los Vikings, que a veces incluso eran las mismas personas.
0:00:39 Alfredo nació en el año 849, era hijo de Edelwulf, y tenía cuatro hermanos.
0:00:46 A los cinco años lo mandaron a Roma.
0:00:50 El Papa León IV se encargó de su educación, y parece que lo hizo bien, porque Alfredo fue extraordinariamente erudito.
0:00:59 Algunos lo creen fundador de la Universidad de Oxford.
0:01:03 Sin embargo, no se sabe esto. Lo que sí es cierto es que tradujo del latín al inglés las confesiones de San Agustín y la obra de Veda, el venerable y de Boesio.
0:01:15 Mientras Alfredo estudiaba su padre, Edelwulf, era rey, pero duró poco tiempo.
0:01:25 Parece que lo liquidaron.
0:01:28 Después, por orden de sucesión, les tocó a los hermanos mayores de Alfredo, que eran Etelbaldo, Etelberto y luego Etelredo.
0:01:41 Me parece que este baldo es como yo traté de decir al principio, Etelbaldo posiblemente, pero vaya uno a confiar en estas cosas.
0:01:50 Estos reyes de Inglaterra estaban acostumbrados a las incursiones de las huestes nórdicas, de las que hablamos, que saqueaban lo que encontraban y luego se retiraban.
0:02:00 Amontonaban un botín y se las tomaban.
0:02:03 Pero en el año 868, durante el reinado de Etelredo, las cosas cambiaron.
0:02:10 Una gran flota danesa que llevaba a bordo un gran ejército y también mujeres y niños, llegó a la ciudad de York y la tomó como para quedarse.
0:02:21 Alfredo luchó junto a su hermano Etelredo hasta que Etelredo cayó muerto.
0:02:28 Entonces Alfredo, que era el cuarto en el orden sucesorio, fue rey a los 22 años, en el peor momento de una invasión.
0:02:37 El rey de Dinamarca se llamaba Guthum.
0:02:40 Desde York, la invasión danesa se desplegó hasta donde estaba la corte de Alfredo.
0:02:47 Él no pudo resistir el avance de los daneses y con su ejército desintegrado,
0:02:54 pero lo mejor era apartarse del escenario y tomárselas.
0:02:59 Se las tomó a un lugar donde pudiera esconderse para esperar nuevas oportunidades.
0:03:06 En un rincón al sudeste de Bretaña, en una llanura baja, entre dos ríos, Stone y Port, estaba la isla de Atelnay.
0:03:18 Allí se guardó Alfredo, ocultando su jerarquía de rey, salvo para unos pocos de su fiel.
0:03:25 A los giles que pasaban por ahí, le decía nada.
0:03:29 Dice la crónica que Alfredo se estableció, incluso con disfrazado, disfrazado de palurdo de la comarca.
0:03:37 El cerebre disfrazó de palurdo de la comarca.
0:03:42 Hacía 300 años, digo en otro orden, que los artistas y juglares habían hecho su aparición en Inglaterra y eran bien recibidos en cualquier parte.
0:03:50 Alfredo hizo que llegaran hasta su refugio a algunos de estos músicos para que le enseñaran su arte.
0:03:56 Y se convirtió en un estupendo artista.
0:04:00 También aprendió truco de la comarca.
0:04:05 Una vez que supo aquellas destrezas, Alfredo partió como trovador junto a un servidor, no a mí, sino a alguien que lo servía, que era muy fía.
0:04:16 Se llamaba Dene Gulfo.
0:04:19 Y se dirigió a la corte del mismísimo Rey Guttrum, el invasor que estaba en Llollabur.
0:04:25 Alfredo entró cantando en los campamentos armados del enemigo.
0:04:32 Nadie lo interrogó ni a él ni a su compañero. Pensaban que era uno más de tantos trovadores que andaban por ahí.
0:04:39 Allí se enteraron el rey y su guayudante, que era el rey de la comarca.
0:04:46 Y se había instalado en un valle situado al norte de Westbury, en la pequeña aldea de Chippenham.
0:04:53 El campamento consistía en varias tiendas diseminadas y las casas estaban ocupadas por los mayores, por los oficiales.
0:05:01 Guttrum, en el que se llamaba Dene Gulfo, fue un gran formato de la comarca.
0:05:08 El lugar se encontraba poco protegido, porque con el éxito de la conquista y la desaparición aparente de Alfredo,
0:05:15 ya se sentían seguros.
0:05:33 Y cuando se llamaba Dene Gulfo, la comarca se llamaba Dene Gulfo.
0:05:38 Y se llamaba D unuseda y la desaparición aparente de Alfredo.
0:05:42 Ya se sentían seguros los daneses.
0:05:45 Y andaban metas de estín.
0:05:48 Todo el día salían en excursionesしのordn alguno.
0:05:51 Y andaban siempre borraches.
0:05:55 Alfredo se presentó para cantarle al rey Guttrum y divirtió al rey enemigo durante una semana.
0:06:01 Dene Gulfo fue aterrizada con los soldados y con las mujeres.
0:06:06 Y entre las hacktancias de los vividores y los chismes de los soldados, Alfredo y su servidor Dene Gulfo
0:06:14 se enteraron de todos los movimientos del campamento y de cada una de sus debilidades.
0:06:20 Pasado el tiempo que consideraron conveniente, regresaron a donde estaban escondidos,
0:06:25 porque ya tenían un plan pensado, ya tenían.
0:06:29 El fallo del 878 Alfredo estuvo listo para la batalla.
0:06:34 Gente de distintas comarcas se desplegaron bajo su bandera.
0:06:39 Aunque las tropas danesas eran superiores, las crónicas cuentan que los vicios habían minado el espíritu de los conquistadores
0:06:49 y no fueron capaces entonces de sostener la lucha.
0:06:52 Fueron atacados en medio de una soberana mamúa y desde luego perdieron eficacia.
0:06:59 Los danes se fueron empujados hasta unas alturas, las alturas de Wilshire
0:07:05 y de ese modo quedaron encerrados entre las montañas y quienes los atacaban.
0:07:11 No tenían provisiones porque estaban acostumbrados a los saqueos, así que no guardaban.
0:07:19 Y lo mejor en ese caso era sitiarlos.
0:07:23 Pero sitiaban, no tenían que comer, enseguida se rendieron.
0:07:26 No tenía más que esperar usted sitiándolos.
0:07:28 El sitio duró apenas un mes al cabo del cual el Rey Gudrun se rindió.
0:07:35 Pero las invasiones danesas no cesaron, por el contrario continuaron.
0:07:40 Pero nunca pudieron volver a establecerse en Inglaterra, era invasión o venía nafana o ni se iba.
0:07:46 Entre guerra y guerra Alfredo continuó con sus estudios, con su música
0:07:52 y estaba siempre desesperado por la llegada a su tierra y algún sabio que le enseñara algo.
0:07:58 Él en realidad era el único que sabía algo en Inglaterra.
0:08:02 Lo habían mandado a estudiar a Roma, había aprendido mucho de lo que se podía aprender
0:08:07 y había vuelto a una tierra recién nacida de escasa cultura,
0:08:11 donde casi nadie sabía leer y escribir, donde nadie tenía libros
0:08:16 y el hombre se aburría y esperaba que alguien llegara y le enseñara algo.
0:08:21 Quería aprender y no había quien le enseñara.
0:08:24 Así que se pasaba las tardes mirando el horizonte
0:08:28 y cuando venía uno le preguntaba si sabía algo para enseñarle.
0:08:33 Qué hombre notable.
0:08:35 Dice el cronista que querer saber fue lo que más ayudó a este Rey.
0:08:40 Uno de esos sabios al que Alfredo prestó atención fue nada menos que Juan Escoto-Origina.
0:08:45 Alfredo gobernó hasta 899 cuando murió a los 50 años de edad.
0:08:51 Las guerras han evolucionado hoy en día.
0:08:55 Usted no se imagina el señor Buche metiéndose en el campamento enemigo a cantar.
0:09:00 Menos aún sabiendo muchas cosas.
0:09:02 Claro, pero tiene que ver con eso el que antes no se conocía la cara de los Reyes y ahora sí.
0:09:08 Hemos ido a la discoteca haciéndonos pasar por gerentes.
0:09:15 El tío de Palurdo.
0:09:17 El discotecario no nos creyó.
0:09:19 Nos dijo que no teníamos a andar de gerente y descubierta nuestra condición no-genencial.
0:09:26 En realidad nos agasajaron todo el tiempo al saber que no éramos gerentes.
0:09:30 ¿A quién quiere dedicar esta pequeña historia, querido Dório?
0:09:34 Estaba pensando que si hay alguien que se merece una dedicatoria a este muchacho Alfredo,
0:09:39 que a diferencia de la mayoría de sus colegas Reyes tenía esta voluntad de saber
0:09:43 y no la de enseñar qué es lo que hacen los Reyes, sobre todo si son británicos.
0:09:47 Recordemos el caso de otro posible dedicando en el Río Octavo hasta los 25 años,
0:09:52 época en la que se dedicó a prever.
0:09:54 Después quiso enseñarle al mundo todo lo que sabía y se pudrió todo.
0:09:57 Pensaba en otro rey británico y inofensivo, que es una condición difícil.
0:10:01 Y estaba pensando en el rey Arturo, que cuando menos es un personaje inofensivo.
0:10:05 Claro, pero lo mejor no existió.
0:10:07 Justamente por eso.
0:10:08 Los únicos Reyes inofensivos son los Reyes místicos.
0:10:10 Y justo con él, junto con él mejor dicho,
0:10:13 aquellas otras cosas que vienen de Inglaterra, que algún poeta español llamó la raposa,
0:10:19 de la rubia albión y que no son tan perniciosas como sus Reyes.
0:10:23 Por ejemplo, la lengua, pienso en Cristo Fármarlo, en nuestro amigo Shakespeare,
0:10:28 no sé, en el mismísimo Dr. Johnson, en tantas personas que cuando uno escucha la lengua inglesa,
0:10:35 en vez de pensar que es la voz miserable de algún rey pirata y captor,
0:10:39 piensa, probablemente hay algo bueno, tal vez esa sea su voz.
0:10:43 Bueno, el tema que habíamos pensado para hoy, tal vez, era su voz.
0:10:48 Pero, a lo mejor, conviene más ver qué está pasando en Chile.
0:10:54 Tenemos a lista la conexión.
0:10:57 Bueno, vamos ayer después de hablar de Alfredo Grande, el rey de Inglaterra.
0:11:01 Vamos a ver qué está pasando con nuestros amigos en Chile. Adelante.
No hay comentarios. ¡Podés ser el primero en comentar!