Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos hoy, ya que estamos, de antiguas asociaciones de ladrones.
0:00:07 Y empecemos.
0:00:11 Giordoro de Sicilia ha referido que cuando un egipcio quería dedicarse al robo,
0:00:20 no tenía que hacer más que presentarse frente a un jefe de partida y alistarse en una banda.
0:00:27 Y desde ese momento trabajaba por cuenta de ese jefe, a quien debía llevarle todo el producto de sus afanos,
0:00:34 a cambio de ciertos beneficios que a modo de prima se lea. Seguraban, ¿no?
0:00:40 Eso es lo que yo llamo una organización perfecta del choreo. Es el capitalismo, básicamente.
0:00:47 Si habían dictado incluso terribles castigos contra los afiliados poco escrupulosos.
0:00:53 Es decir, los ladrones imponean castigos terribles para aquellos que fueran de sonestos.
0:01:03 Qué curioso ver que ladrones auspiciando la necesidad de una propiedad inviolable, la de ellos.
0:01:14 Justamente desde el momento en que la propiedad cae en sus manos, pero no antes.
0:01:20 Es decir, la propiedad es inviolable desde que cae en mis manos. Antes no.
0:01:26 Es un concepto extraordinario. Un detalle curioso.
0:01:30 La persona que era víctima de un robo se dirigía a los jefes de las partidas, que eran conocidos por todo, como siempre.
0:01:39 Describía la clase de objeto robado, en lugar, la circunstancia del robo,
0:01:45 y mediante el abono de la cuarta parte de su valor recobraba los sustraídos.
0:01:50 Bueno, no es un detalle muy curioso, y menos para el que han dado mucho en el Gran Buenos Aires.
0:01:55 Así que no hace falta ir hasta el antiguo Egipto.
0:01:58 Es más barato que una compañía de seguro, igual.
0:02:00 Mucho más, señoras.
0:02:02 Señores, vamos a la India a ver qué pasaba.
0:02:05 Ahí estaban las leyes de Manú, que demuestra que en aquel lugar había muchas cuadrillas de salteadores.
0:02:13 En un apartado, la ley reclama que el rey se dedique con la mayor solicitud a castigar todo atentado contra los bienes de los particulares.
0:02:24 Ya aparecen consejos prácticos.
0:02:26 Por ejemplo, que el rey, para descubrir a los ladrones, y darlo sumerecido, se sirva de hábiles espías.
0:02:35 Estos espías deben asociarse con los ladrones, estar al corriente de sus maniobras, y después los de la tang convenientemente.
0:02:46 Bueno, una porquería.
0:02:48 En la India había familias famosas de ladrones.
0:02:51 Los barhac, los sotorias, los molongi, ¿qué tal?
0:02:57 ¿Cómo me gusta el nombre molongi?
0:03:00 ¿Ustedes qué familia de ladrones es de los molongi?
0:03:06 Bueno, yo les premonte bien.
0:03:08 Los otros son los de Vengala.
0:03:10 Todos estos que le nombré son de Vengala.
0:03:12 Los siguientes son los Ramosi de Bombay y los Karajwandu de Jain.
0:03:19 Cada miembro de estas familias se dedicaba al robo hasta el fin de su vida.
0:03:24 Y cuando llegaba viejo debía incluso aconsejar y dirigir a los más jóvenes en estos asuntos.
0:03:32 Este dicho tenía que ver con ciertas vertientes de la teología hindú, conforme a la cual cada criatura se encontraba inevitablemente de su origen predestinado al bien o al mal.
0:03:46 Incluso muchos ladrones de estas familias, al defenderse frente a la ley,
0:03:52 arguvían que no hacían otra cosa que cumplir con sus destinos.
0:03:56 Destinos que ya estaban previstos en las regiones del cielo.
0:04:00 Si señor juez, en verdad yo no soy culpable porque este es mi destino,
0:04:05 un destino que ha sido decidido para mí desde el cielo.
0:04:09 Y el juez dice, es verdad.
0:04:12 También es verdad que yo tengo otro destino,
0:04:15 que es el que consiste en castigarlo a usted por los rogos que ha cometido.
0:04:22 Y no puedo hacer otra cosa.
0:04:24 Así que iba en cana igual.
0:04:27 Las cuadrillas más ingeniosas de ladrones de la India eran los que entraban en las llamadas cenanas con ceta.
0:04:38 Era la parte reservada a las mujeres en las viviendas opulentas.
0:04:44 En Grecia le dirían el Gineseo.
0:04:47 Esto no tiene que ver con el aren, porque se trata del hinduismo.
0:04:53 Pero bueno, ahí estaban todas las minajuntas, todas las esposas de un príncipe.
0:04:59 Y entonces estas cuadrillas de chorros afanaban las joyas en esa habitación,
0:05:06 que por lo general estaban en los sitios más inaccesibles de los palaces.
0:05:11 Parece que si en túneles eran escuchantes,
0:05:14 habrían una galería subterránea a bastante distancia de la casa,
0:05:20 caminaban bajo tierra hasta llegar debajo del piso y recién entonces,
0:05:24 bla bla bla, entraban por la noche en aquellas dependencias.
0:05:28 Y ahí se afanaban broches de piedras preciosas,
0:05:33 collares, sarsos, cinturones.
0:05:41 Para llegar a ser jefe ilustre de estas cuadrillas era preciso
0:05:47 tener la suficiente audacia como para ser robos muy sutiles.
0:05:51 Imagino por ejemplo los que podían sacar sortijas y aros y collares
0:05:56 que las mujeres llevaban puesto mientras dormían.
0:05:59 Y estos ladrones con mano magistral robaban y las chicas ni siquiera se despertaban.
0:06:06 Había otros que desbalizaban caravanas.
0:06:10 En ese caso los ladrones hindúes tenían una estrategia muy original
0:06:16 que consistían, tirarse en el suelo o colocarse en actitud forzada
0:06:22 de manera que sus nervios que eran nervudos y retorcidos, eran todos tipos flacos
0:06:28 y se esforzaban por parecer árboles.
0:06:32 Entonces imagínense uno no le va a tener miedo a un árbol.
0:06:36 Cuando los de la caravana se acercaban y están totalmente desprevenidos
0:06:42 los tipos abandonaban su condición arbórea y se revelaban como lo quieren.
0:06:49 Unos chorros, se terminaban tus asañas.
0:06:54 Pero incluso la policía los veía y decía, bueno, son árboles, ¿qué pueden robar?
0:07:00 Las policías les pasaban por al lado,
0:07:05 incluso a veces había vigilante que se rascaban la espalda
0:07:09 contra algún ladrón creyendo que eran árboles.
0:07:15 Pasemos a Roma. La cuna de Roma, o sea, el palatino, fue en principio
0:07:22 una guarida de ladrones a quien el rómulo les había dado asilo y protección.
0:07:27 Estaban allí los sicarios, palabra que aún se usa,
0:07:31 y los sicarios alquilaban sus servicios criminales para apuñalar con su zica,
0:07:36 así les llamaban a la fariniera, a los enemigos de los hombres políticos.
0:07:41 Asesinos a suelo. También había bandoleros romanos que andaban por los caminos
0:07:46 y desbalejaban a los viajeros. Estaban muy bien organizados.
0:07:51 A veces entraban a Roma en las fiestas públicas y afanaban a todos los mamás que veían por ahí.
0:07:57 Con él entraban un 25 de mayo y entre empanadas y empanadas los robaban a todos.
0:08:04 En los primeros tiempos del imperio romano, la gente atribuía a ciertos bandidos
0:08:11 delicadezas sorprendentes. Es una fan permanente. La gente atribuía a los bandidos
0:08:18 una delicadeza que en realidad por ahí no posee.
0:08:22 Pero a la gente le gusta que los bandoleros sean personas más nobles que, por ejemplo,
0:08:30 los agentes de finanzas. Creencia que es muy difícil de refutar.
0:08:38 Los actores antiguos dicen que habiendo caído un gramático llamado palemón en una emboscada,
0:08:48 viva el gramático palemón por ahí, viene los chorros emboscados, cayó palemón.
0:08:55 Al enterarse los bandidos que el sabio era justamente un gramático, lo pusieron inmediatamente en libertad.
0:09:05 Los bandoleros actuales en realidad ya no parecen tener en gran estima el estudio de la gramática.
0:09:13 Haga así la siguiente experiencia. Estudiarse gramática hasta obtener el doctorado.
0:09:20 Luego camínese por varios frecuentados por los ladrones.
0:09:24 En caso de asalto podrá comprobarse cómo los ladrones se obtienen de toda piedad con el gramático
0:09:32 y le roban como si se tratara de un ciudadano común.
0:09:36 Se me dirá que es una experiencia cuyo previsible resultado no justifica las arduas condiciones
0:09:43 de preparar el experimento, bueno, que soy yo.
0:09:47 Pasemos entonces a la China Imperial. Allí existían cuadrillas que robaban e incendiaban todo a su paso.
0:09:56 Quiero decir, algunas cosas las robaban y otras las incendiaban.
0:10:01 No sería bastante absurdo que incendiaran incluso aquellas cosas que habían robado.
0:10:07 Uno piensa en este caso, ¿cómo harían para reputar que una cosa había sido robada si todo lo incendiaban?
0:10:13 Una vez que le prendió fuego a todo, ¿cómo sabes que lo que robaste y lo que no?
0:10:19 Existían en la China asociaciones de extraños nombres.
0:10:22 Los cinetes que cortan el aire, carmo, las langostas de vuelo rápido,
0:10:28 los hermanos del sable cortante y la más conocida en Hanchéu, la que nombramos hace poco, ¿no?
0:10:35 La asociación de ladrones en detalles.
0:10:40 En la edad media, la palabra band, banda o cuadrilla,
0:10:49 designó en un principio una pequeña tropa de mercenarios o ladrones reunidos para marchar bajo una bandera.
0:10:57 La bandera del jefe que los alistaba y de allí viene la palabra banda.
0:11:03 Bronton lo describió así, vestido con más descuido que limpieza,
0:11:10 llevaban puestas en las camisas dos o tres meses sin cambiar, se las digo, ¿no?
0:11:16 Llevaban todos marcadas las flor de lice en la espalda.
0:11:19 Bueno, no era un tatuaje.
0:11:21 Es la flor que le marcaba a la policía cuando fanaban.
0:11:24 También iban desorejados porque les cortaban las orejas a veces.
0:11:29 A los criminales se los marcaba con una flor de lice cuando se les cortaban las orejas.
0:11:34 Era como un registro judicial.
0:11:36 Nadie piense que había crueldad en aquello, ¿eh?
0:11:40 Era un registro como puede ser las impresiones digitales o el DNI.
0:11:45 Bueno, dice que cuando Felipe Augusto,
0:11:53 que hablábamos también hace poco, fue a Tierra Santa,
0:11:55 mientras estaba ausente,
0:11:58 las bandas de ladrones realizaron una gran devastación.
0:12:02 Que llegó a tal extremo que el rey, para terrorizarlo a la vuelta,
0:12:06 inventó un castigo muy doloroso y humillante.
0:12:11 A todo hombre convicto por robo, se liuntaba la cabeza con pez hirviendo,
0:12:17 una especie de cola, ¿no?
0:12:19 Y se lo había con plumas y en tal estado se lo abandonaba en medio de la nada,
0:12:24 o en el campo, para que muriera miserablemente.
0:12:27 Bueno, no sé de qué manera iban a conseguir que muriera.
0:12:32 Bueno, eso es todo, ¿no?
0:12:39 Eso es todo lo que tengo.
0:12:41 ¿Cuál le gustó más de todos estos chorros?
0:12:44 Me parece que los es la India.
0:12:46 Me gustaron.
0:12:47 Me gustaron los nombres de la China.
0:12:52 Y los ladrones egipcios, que por lo pronto permitían que uno seguiera con vida, ¿no?
0:13:00 Bueno, y...
0:13:11 Sí, me...
0:13:14 Se habla aquí de ladrones deterministas.
0:13:17 O sea, aquellos de la India que le decían al juez,
0:13:21 no pueden ser otra cosa que robar porque tal,
0:13:25 así está escrito medio estino.
0:13:27 Y el juez no puede hacer otra cosa que condenarlo porque así está escrito medio estino.
0:13:32 Pero del determinismo y del no determinismo,
0:13:36 hablaremos en alguna otra ocasión.
0:13:40 Y en este momento me están afanando.
0:13:43 Sí, ¿estás?
0:13:45 Quiero decir que ha venido a descubrirse que todo el público que esta noche ha venido aquí
0:13:51 se ha revelado recién como una plural banda de ladrones.
0:13:58 ¿De qué manera lo ha hecho?
0:13:59 Bueno, trayendo cada uno de entre sus ropas un tremendo bufoso.
0:14:04 Así que nos están asaltando.
0:14:06 Y, realmente, no podemos defenderlo.
0:14:09 Hemos ido a la discoteca y allí, por fin,
0:14:12 vamos a tener un tango que sí habla de ladrones.
0:14:15 ¿Y cuál es?
0:14:17 Habla de un ladrón incurable y el tango se llama incurable
0:14:21 y dice cosa de ladrones.
0:14:23 No dice cosas de otras naturalezas.
0:14:25 Claro, es de hechodeo.
0:14:27 Directamente.
0:14:28 Y es una historia muy tierna.
0:14:31 La historia de una mujer que nos deja al tipo por chorro.
0:14:37 Lo abandona por chorro.
0:14:39 ¿Será cierto?
0:14:42 Para mí es que no le gustaba.
0:14:45 Para mí es que ya le había dejado de ver.
0:14:50 Resultado muy lindo y muy gracioso que canta ahora mismo Carlos Gardel.
0:14:54 El disco lo afanamos de la discoteca.
0:14:56 Sí, por mí.
0:15:26 La historia de un ladrón incurable y el tango se llama incurable
0:15:31 y dice que no le gustaba.
0:15:34 Y, realmente, no le gustaba.
0:15:37 Y, realmente, no le gustaba.
0:15:40 Y, realmente, no le gustaba.
0:15:52 Supe que todo el acuedo que seguí tu prasadía
0:15:59 supe que la otra donía no marcha al departamento
0:16:06 la porca que le aman a teléfonos a un tal nuevo constitución.
0:16:13 Yo ya no puedo creer este porqué la gente es perdida
0:16:18 mi corazón está erinto, ya no puedo subir mal
0:16:21 pues la menda que mis ojos enamoradas llevaba
0:16:25 rompió el velo que ocultaba tu vida de cachafás
0:16:28 mataste mis ilusiones, olvidaste de mi nombre
0:16:33 si no supiste ser hombre ya no mereces perdón
0:16:36 por tus vicios incurables siempre vivirás en cana
0:16:40 serán tu amante y hermana las recas de la perejilla
0:16:45 y a dar tu recopilidad en tu toda fiamalcuna
0:16:52 cuando piensen por vencedura un minuto a ti olor
0:16:59 reconozca este querido en vez de vermo vergonzada
0:17:07 y que mi alma de dorosada no porió mucho
0:17:13 por tu amor
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