Transcripción automática
0:00:00 Bueno tal cual lo hemos prometido hablaremos de la Boasía, de Antoine Lohen de la Boasía,
0:00:14 nació en 1743 por eso hemos dicho que había fallecido, era miembro de la Baja Nobleza,
0:00:22 parece que su padre había comprado un título para la familia, en 1768 adquirió, compró
0:00:29 una participación en una institución profundamente despreciada, la Fuermel General o Granja General,
0:00:38 que recaudaba impuestos y tasas en nombre del Estado, aunque la Boasía era en todos los
0:00:47 sentidos amables y justos, la empresa para la que trabajaba no era ninguna de esas dos cosas,
0:00:53 en realidad así funcionaban los impuestos, o más o menos así, usted se hacía recaudador de impuestos
0:01:03 y no es que le pagaban un sueldo sino que usted trabajaba para recaudar y se quedaba con una parte
0:01:11 de la recaudación, una especie de comisión, entonces claro en ese sentido usted tenía un
0:01:18 afán recaudatorio que iba más allá de lo razonable y tenía fuertes tentaciones de ser injusto
0:01:27 y de hacerle pagar a la gente más de lo que debía pagar, por suerte esas cosas ya no suceden,
0:01:36 no hay creo en el mundo ningún agente privado que se encargue de recaudar en ningún sentido,
0:01:43 de cobrar impuestos o por ejemplo de cobrar multas por el tránsito, no hay eso, no hay más,
0:01:52 por suerte, muy bien, por una parte esta sociedad empezaba por algo terrible, los ricos no pagaban
0:02:03 impuestos y los pobres sí, eso tampoco pasa más, para la Boasía el atractivo de la institución
0:02:12 era que le daba bueno la riqueza necesaria para seguir su principal vocación que era la ciencia,
0:02:20 sus ganancias personales alcanzaron en su periodo culminante la cifra de 150 mil libras al año,
0:02:29 cuánto quiere decir eso, unos 18 millones de euros actuales, en un año no está mal, no está mal para
0:02:37 ir a cobrar la luz, tres años después de embarcarse en esta lucrativa actividad profesional se
0:02:44 casó la Boasía con la hija de 14 años de uno de sus jefes, con la hija de uno de sus jefes,
0:02:53 no es mejor, con la hija de 14 años de uno de sus jefes porque si usted dice con la hija de
0:02:57 uno de sus jefes que tenía 14 años van a creer que el que tenía 14 años era el jefe lo cual
0:03:04 me hace enseñar que efectivamente era así, bueno se casó con una mina de 14 años que era hija
0:03:09 de uno de sus jefes, el matrimonio fue en realidad un encuentro de corazones y de mentes, se amaron,
0:03:17 se amaron furiosamente, la señora la Boasía poseía una inteligencia arrolladora y enseguida empezó
0:03:27 a trabajar muy productivamente al lado de su marido, a pesar de las exigencias de trabajo que
0:03:32 él tenía y de una activa vida social, la mayoría de los días podían dedicar cinco horas a la ciencia,
0:03:39 dos por la mañana y tres al final de la jornada, digo yo con una proligidad que a nadie...
0:03:44 Sí, que crónica, prolícita.
0:03:45 También trabajaban todo el domingo que ellos se llamaban sus jur de moner, el día de la felicidad,
0:03:52 no sabemos cómo se habrá arreglado la Boasía para desempeñar el cargo de comisionado de la
0:03:59 pólvora para supervisar la construcción de una muralla alrededor de París para impedir el contrabando,
0:04:06 para ayudar a elaborar el sistema métrico y para ser coautor del manual método de nomenclatura
0:04:14 química que se convirtió en guía normativa para los nombres de los elementos. Bueno,
0:04:19 tenía tiempo para todo. Como miembro destacado que era también de la Real Academia de Ciencias,
0:04:26 esta, le pidió que se tomase un interés activo e informado por todos los demás temas de la actualidad,
0:04:35 por ejemplo el hipnotismo, la reforma de las prisiones, la respiración de los insectos,
0:04:41 el suministro de agua a París, todas esas cosas. En el desempeño de esa función hizo, en 1780,
0:04:49 ciertos comentarios despectivos sobre una nueva teoría de la combustión que había sido sometida
0:04:56 a la academia por un científico joven y prometedor. La teoría era ciertamente errónea, pero este
0:05:04 nuevo científico, despreciado de algún modo, nunca le perdonó ese desprecio a la Boasía.
0:05:12 Este científico joven se llamaba Jean Paul Marat. Lo único que nunca llegó a ser la Boasía
0:05:19 fue descubrir un elemento, un elemento nuevo. Era una época en que parecía que casi cualquiera que
0:05:25 tuviese a mano un vaso de precipitados o una llama, o polvos, así interesantes, podía descubrir algo
0:05:32 nuevo. Quiero decir que dos tercios de los elementos que componen la tabla del presidente ruso,
0:05:40 Mendelé Yer, aún no estaban descubriertos. Y la Boasía no consiguió descubrir ni uno solo,
0:05:47 en una época en que se descubría muchísimo. Y no fue ciertamente por falta de vasos de precipitados,
0:05:54 desde luego. Tenía 1.300 vasos, en lo que era hasta un grado casi ridículo el mejor laboratorio
0:06:01 privado que existía. En vez de descubrir él, se hizo cargo de los descubrimientos de otros y les
0:06:08 dio sentido. Arrojó, por ejemplo, a la basura la idea del flojisto, de los aires mefíticos,
0:06:14 identificó el oxígeno y el hidrógeno como lo que eran y les dio a los dos sus nombres modernos.
0:06:20 Ayudó a introducir rigor, claridad y método en la química. Ahora, este fantástico intrupental
0:06:28 que él tenía resultó muy útil. La señora, la Boasía, que me imagino no habrá tenido 14 años
0:06:35 toda la vida, se entregaron durante seis años a estudios que exigían muchísimos de ellos y que
0:06:45 requerían de mediciones muy precisas. Me mostraron, por ejemplo, que un objeto oxidado no pierde
0:06:50 peso como todo el mundo suponía, desde así a mucho, como suponía yo incluso hasta ahora,
0:06:56 sino que lo ganaba. Era un descubrimiento extraordinario. El objeto atraía de algún modo
0:07:03 al oxidarse partículas elementales del aire. Fue la primera vez que se comprendió que la materia
0:07:09 se puede transformar pero no eliminar. Si uno quemara ahora estas páginas que estoy leyendo,
0:07:17 bueno, que es la materia de que está hecho el papel, se convertiría en ceniza y humo,
0:07:25 pero la cantidad de materia en el universo sería la misma. Esto acabaría conociéndose como la
0:07:32 conservación de la masa con otro tipo de revolución. Pero hablando de revoluciones
0:07:40 científicas, ocurrió que en ese mismo momento ocurrió otra revolución, que fue la francesa,
0:07:46 la revolución francesa. Y lamentablemente la Boasía estaba en el bando equivocado. No solo era
0:07:54 miembro de la odiada fermé generada, sino que había participado con gran entusiasmo,
0:08:02 como hemos dicho, de la construcción de la muralla que rodeaba a París, una hora muy
0:08:07 detestada, tan detestada que fue lo primero que ordenaron destruir los ciudadanos ublevados.
0:08:14 Aprovechando esta idea, esta situación, quiero decir, de estar la Boasía en el bando equivocado,
0:08:19 naturalmente apareció que en Jean-Paul Marac, que se había convertido en una de las voces
0:08:24 destacadas de la Asamblea Nacional, y en 1791 denunció a la Boasía, indicando que hacía
0:08:30 esa tiempo que tendrían que haberlo ejecutado.
0:08:32 Ya era la época del terror.
0:08:35 Ya era la época del terror. Se clausuró entonces la farmacia en el bando general, no mucho después
0:08:40 Marac fue asesinado en la bañadera, como sabemos, por la muchacha ya lo coordene. Las
0:08:46 jóvenes también agraviadas, los agravios eran terribles en Francia. Bueno, pero ya era
0:08:52 demasiado tarde para la Boasía cuando murió Marac.
0:08:55 En 1793 el Reino del Terror alcanzó una intensidad cúlmina. En octubre fue enviada la guillotina
0:09:04 María Antonieta. Al mes siguiente, cuando todavía la Boasía hacía con su esposa Plan
0:09:10 Estardíos para escapar a Escocia, fue detenido. En mayo, 30 colegas de la farmacia general
0:09:17 comparecieron con él ante el Tribunal Revolucionario.
0:09:22 Estaban en una sala de juicio presidida por un busto de Marac.
0:09:27 A ocho de ellos se les concedió la absolución, pero la Boasía y todos los demás fueron conducidos
0:09:33 directamente a la plaza de la revolución, que hoy se llama la Concorde, que era la sede
0:09:39 de la más activa de las guillotinas francesas.
0:09:42 La Boasía presenció cómo guillotinaban a su suegro y después subió él al cadalzo
0:09:50 y aceptó su destino. No podía hacer otra cosa.
0:09:54 Menos de tres meses después, el 27 de julio, era despachado Robespier.
0:10:04 Y así se ponía fin al Reino del Terror.
0:10:08 Un centenar de años después de su muerte se erigió en París, una estatua de la Boasía,
0:10:15 que fue muy admirada, hasta que alguien indicó que no se parecía en nada a él.
0:10:24 Entonces lo interrogaron al escultor y el escultor, después de una buena apretada,
0:10:30 fue confesando que había utilizado la cabeza del marqués de Condorcet, también matemático
0:10:35 y filósofo, tenía él un duplicado, con la esperanza del que nadie se diera cuenta,
0:10:41 o que si alguien lo advertía le dio ese igual.
0:10:44 Al final aceptó, porque se permitió que la estatua de la Boasía y Condorcet siguieran
0:10:52 en su lugar, al menos otro medio siglo más, hasta la Segunda Guerra Mundial, en que la
0:10:58 retiraron una mañana y la fundieron para chatar.
0:11:02 Esto es lo que quería contarles hoy del amigo de la Boasía.
0:11:07 Fui a la discoteca, le conté, mira, esta es la historia de un matrimonio que se refugiava
0:11:14 en su gabinete para estudiar la ciencia y ahí encontraba.
0:11:19 Sí, y creo que eso no...
0:11:22 Él dijo que él también se refugiava en un gabinete que tenía, pero no tanto para
0:11:28 la ciencia sino porque llevaba unas menas.
0:11:32 Ahí mismo en la discoteca.
0:11:33 Sí, me contó el nombre de las menas, la edad, el peso.
0:11:37 Parece que le gustaban robustas al discoteca.
0:11:39 Pero todo eso es datos, sin por.
0:11:40 La historia que no tenía nada que ver.
0:11:42 Y inmediatamente me dio el tango Mi Refugio, que escucharemos en la versión de Sebastián
0:14:49 Juntan.
No hay comentarios. ¡Podés ser el primero en comentar!