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24 de Febrero de 2009

El control de la lluvia, el sol y los vientos por parte de los magos

Transcripción automática

0:00:00 Tenemos aquí un tema interesante para hoy, es el control de la lluvia, el sol y los vientos por parte de los magos o los sacerdotes de distintas culturas.
0:00:16 Se sabe que una de las principales tareas a cumplir por el mago o por la persona dotada de poderes era controlar el tiempo y asegurar buenos climas en determinadas civilizaciones.
0:00:30 En la India, algunos brazamanes se sometían a ciertos rigores para captar esa habilidad, la habilidad de atraer la lluvia o de controlarla.
0:00:41 Parece que había que aprenderse primeramente un himno de Samabeda llamado Kanto del Zadvari, que rezaba acerca del arma más poderosa de Indra, que es el raso.
0:00:55 Parece que el estudiante debía aprenderse la letra, dominar el himno, después aislarse y dejar su aldea para ir a la selva, cosa que es mucho más difícil que la aprendizakir un himno.
0:01:07 El himno se lo aprende cualquiera, pero después aislarse de la familia y hacerse la selva no está sencillo.
0:01:14 Más si se examina el tiempo que uno debía permanecer ahí, entre 7 y 12 años.
0:01:21 Y bueno, porque si usted quiere controlar la lluvia...
0:01:25 Bueno, usted iba a la selva entre 7 y 12 años y debía observar así las siguientes normas.
0:01:33 Llevar ropa limpia...
0:01:35 Sí, para 7 o 12 años.
0:01:37 Sí, un camión por lo menos.
0:01:41 Comer alimentos negros.
0:01:45 Por ejemplo, higos.
0:01:47 Higos ya pasaron.
0:01:49 No, no, hay algunos que son mayores.
0:01:51 Ah, los higos secos, puede ser.
0:01:54 ¿Y qué más?
0:01:55 Morsillas.
0:01:56 Morsillas.
0:01:57 Morsillas.
0:01:59 Espea, al alimento.
0:02:00 Estar 12 años a higos y morsillas.
0:02:08 Y en la selva.
0:02:11 ¿Eres en cuándo alguna berenjina?
0:02:13 Tampoco podía refugiarse debajo de un techo, ni cruzar un curso de agua sin dejarse mojar.
0:02:20 Le estaba prohibido navegar y debía cantar aquel hino de Sattvary todos los días, durante 12 años.
0:02:29 Bueno, que en siguiera esos preceptos, solo necesitaba desear la lluvia para conseguirla.
0:02:35 Vale, fue muy duro, pero ahora basta desear la lluvia, ninguna otra cosa, eh, para conseguirla.
0:02:42 Después te puedes desear lo único que puedes desear y conseguirlo automáticamente.
0:02:47 Después puedes volverse loco deseando un ventichelo que no viene.
0:02:52 Y dice, no, señor, lo que usted puede desear es la lluvia.
0:02:56 Es decir, te limitar el número de tus deseos es siempre una frustración.
0:03:04 Por ejemplo, cuando alguien te dice...
0:03:05 Ah, gravísimo, los famosos tres deseos.
0:03:07 Tres deseos, chau, te limitó.
0:03:08 Y ¿qué pasó con los otros?
0:03:09 Dice usted.
0:03:10 Decirme que se van a cumplir tres deseos, una pésima noticia.
0:03:15 ¿Qué pasa con todos los demás?
0:03:17 Dice uno que no hace otra cosa que desear de gusto.
0:03:20 Como ministra.
0:03:21 Pero que no trampa, ¿no?
0:03:22 Los tres deseos.
0:03:23 Es la verdadera trampa.
0:03:24 ¿Cuáles son los tres deseos que hay que pedir para que sea perfecto?
0:03:28 Nadie sabe.
0:03:29 Siempre pedir tres cosas es olvidarse de una decisión.
0:03:32 Inmortalidad.
0:03:33 Sí, pues ha sucedido que el que pide la inmortalidad se olvida de la eterna juventud,
0:03:39 por lo cual se convierte como en el mito en una especie de cucaracha, ¿no?
0:03:48 Porque acá lo que usted puede conseguir es desear lluvia.
0:03:52 Es una de las pocas cosas que rara vez deseo.
0:03:56 ¿Y después cuando el deseo seiza para deslober o hay que desear que para deslober?
0:04:02 Usted solo puede desear que empiece a deslober.
0:04:07 Para que para deslober hay que llamar a otro.
0:04:12 Bueno, y es curioso que este precepto, ¿no?
0:04:16 Hacer tanto esfuerzo para que se cumpla un deseo haya surgido de la India,
0:04:20 donde más bien se trata de abolir el deseo,
0:04:23 donde el deseo es visto como una circunstancia innoble y que hay que combatir.
0:04:30 Nosotros que somos de aquí, de la ciudad de Buenos Aires,
0:04:35 pensamos por el contrario que el que no desea no existe.
0:04:40 Que uno no es otra cosa que el deseo.
0:04:43 En Etiopía solían organizar unas peleas entre aldeas vecinas, aldea contra aldeas,
0:04:54 durante una semana entera.
0:04:56 En verdad no es que estaban enemistados, sino que procuraban crear un derramamiento de sangre,
0:05:01 porque creían que eso hacía parecer la lluvia.
0:05:05 Hasta que apareció el emperador Melik y prohibió esa costumbre,
0:05:09 pero tuvo mala suerte.
0:05:11 Al año siguiente las lluvias fueron muy escasas y hubo protestas del pueblo.
0:05:16 Y volvieron entonces las luchas sangrientas, aunque sólo dos días por año.
0:05:22 Sangrar para producir lluvia.
0:05:25 Era un procedimiento común en muchas civilizaciones.
0:05:29 Los profetas de Baal, aquel dios fenicio,
0:05:33 se cortaban con cuchillos conforme a este mismo principio.
0:05:38 Tanto sangre, tanto llueve.
0:05:41 Entre los griegos ya hemos contado aquí la historia de Salmoneo,
0:05:44 que el rey de Eliskey imitaba ruidos de truenos arrastrando vasijas de bronce con su carro,
0:05:49 pero eso lo hacía más que para provocar la lluvia, para compadrearme, parecía menos.
0:05:55 Entre los habitantes de Tesalia y Macedonia, al norte de la élade,
0:06:01 cuando la sequía se prolongaba demasiado, parece que desnudaban a una muchacha
0:06:07 y la vestían de pieza a cabeza con hojas y flores.
0:06:12 Y así, disfrazada, la hacían pasearse por el lugar frente a otro grupo de muchachas.
0:06:18 Parece que se detenían en cada puerta, esta es la cosa.
0:06:24 Bailaban y los dueños de casa debían responder arrojándoles agua.
0:06:29 Y con eso parece que...
0:06:32 Llovía.
0:06:33 Llovía seguro.
0:06:34 Y cuando no lo lovía, era porque seguramente habían cometido algún pequeño error de procedimiento.
0:06:43 Así, dice, con mucha gracia, Robert Graves, que probablemente sea en Joe Claudio,
0:06:54 o Claudio del Dios y su esposa mesalina, que es una novela acerca del emperador Claudio, el emperador romano.
0:07:00 Y por ahí cuenta un procedimiento de un funcionario de Roma para hacer de hogar.
0:07:05 Larguísimo, una cosa tremenda.
0:07:07 Y Graves dice, por la mayor seriedad,
0:07:12 si el funcionario hacía todas estas cosas, yo lo vía con total seguridad.
0:07:19 Salvo que se cometiese el más mínimo error en el procedimiento, cosa que ocurría con mucha frecuencia.
0:07:31 Bueno, en Grecia, en la Hela de, las lluvias las producía Zeus,
0:07:38 pero en verdad la lluvia que producía Zeus era para evitar catástrofes particulares,
0:07:43 porque las cuestiones que trataban sobre la cosecha y la sequía las atendían,
0:07:49 Poseidón y la diosa de Metter.
0:07:52 Zeus lo que podía hacer era manejar la lluvia para apagar incendios.
0:07:57 Para apagar incendios.
0:07:59 Recordemos cuando Zeus engañó al mena para ya ser con ella,
0:08:07 creo que fue una noche que duró tres noches o quizá nueve, no me acuerdo.
0:08:12 Y el esposo de ella, Anfitrion, enfurecido, quiso quemar en una hoguera su mujer,
0:08:19 cuando se enteró de que Zeus había estado con la mujer.
0:08:21 En realidad había estado disfrazado de Anfitrion, tomó en la apariencia del esposo,
0:08:27 dijo que soy tu marido, que se dice, vengo de la guerra.
0:08:30 Ahí estuvo.
0:08:32 O en otros días caía el marido y dice, aquí es todo y vengo de la guerra.
0:08:37 Ya me la quité ayer.
0:08:38 Ya me la quité ayer, digo, la mena.
0:08:41 Bueno, entonces nos jugó Anfitrion y la quiso quemar a la mujer en una hoguera.
0:08:47 Y Zeus envió entonces una fuerte lluvia para salvarla.
0:08:51 Hubo fenómeno.
0:08:53 Bueno, pero algo tengo que decir de Zeus.
0:09:00 Los grigos pensaban que la lluvia era hija de las aguas menores de Zeus.
0:09:06 Cuando Zeus iba al baño, llovía.
0:09:10 Hay un dato filológico muy interesante porque el cielo en griego, ouranos,
0:09:16 tiene la misma raíz, ouro, que el acto de orinar.
0:09:22 Ourinar, ¿no?
0:09:26 Los chinos, muy lejos de allí, ignorantes de todas estas consideraciones filológicas y de cualquier otra,
0:09:33 estaban convencidos de que si los cadáveres humanos no se enterraban,
0:09:37 las almas sentían la presencia de la lluvia.
0:09:40 Repito, si usted dejaba un muerto sin enterrar, y llovía, el muerto se mojaba.
0:09:46 Pero el lógico, pero el muerto percibía, y el alma, me estoy mojando.
0:09:54 Por esa razón, en épocas de lluvia e inclemente, cuando llovía mucho,
0:10:01 desenterraban a los muertos para que al molestarles la lluvia, intercedieran en el más allá para que parara.
0:10:11 Qué resultado es eso, ¿no?
0:10:13 Es un poco rebuscado, ¿no?
0:10:15 Pero qué quiero, otra cosa no podemos hacer.
0:10:20 Cuando la lluvia era deseada, siempre refiriéndonos a los chinos,
0:10:24 hacían un enorme dragón de madera y papel, y lo llevaban en procesión.
0:10:31 Pero si no llovía, el dragón era insultado y hecho pedazo.
0:10:35 Con justa razón.
0:10:38 Que hemos gastado un potosí construyendo un dragón de papel, y mire la sequía que hay.
0:10:46 Otras veces amenazaban los chinos a la figura de un dios, despojándolo de la categoría de dios.
0:10:52 Si no cumplía, o si, en cambio, si llovía, lo promovían a otra superior.
0:10:57 Son las ventajas del politeísmo.
0:11:03 En ave superior que dios.
0:11:06 En el politeísmo, sí. Otro dios con mayor espotentad.
0:11:11 En abril de 1878, los mandarines de Cantón rogaron al dios Lunggong
0:11:18 que destruyeron una lluvia interminable, es decir, que parara.
0:11:22 Pero como dios desosó los pedidos, encarcelaron su imagen durante cinco días.
0:11:28 Pero esto tuvo un efecto muy favorable. La lluvia paró y el dios fue liberado.
0:11:33 Creer o reventar.
0:11:35 Pero de algún momento iba a parar la lluvia.
0:11:38 Creer o reventar. De que no creer realmente porque estaba empecinado en una actitud eséptica.
0:11:44 Paró y paró.
0:11:46 Paró. Bien.
0:11:48 Los seameses, es decir, los habitantes de Siam, Siam di Tela,
0:11:54 cuando necesitaban lluvia, exponían asusídolos al sol.
0:12:00 Y en cambio, cuando necesitaban tiempo seco, quitaban los techos de los templos, de los dioses para que se mojaran.
0:12:07 En Palermo, aquí no más.
0:12:10 No. En Palermo, al sur de Italia.
0:12:15 A fines del siglo pasado, debe ser a fines del siglo XIX.
0:12:23 Parece que tiraron una imagen de San José a un jardín para que viera por sí mismo el estado de las cosas, que no era muy bueno.
0:12:32 Y juraron dejarlo así hasta que yo viera.
0:12:35 Muchas imágenes de santo también fueron puestas de cara a la pared, como si fueran niños traviesos en penitencia,
0:12:42 y otros fueron expulsados de sus parroqueas y groseramente insultados.
0:12:48 En Calta Chineta arrancaron las salas doradas de la espalda de San Miguel y fueron reemplazadas por otras de cartón.
0:12:56 También le quitaron su manto púrpura y le pusieron un taparrabo. En Calzón sí, yo lo dejaron.
0:13:02 Pero qué mal. Y después lo juzgaron por falta de respuestas y golpearon a la imagen.
0:13:09 Esa esgania.
0:13:12 Déjame que lo fajo yo, de si a darme.
0:13:24 Y después se llovió, me imagino, algún momento.
0:13:27 ¿En algún momento llovió o no?
0:13:29 No, pero me tiró todo dentro de él.
0:13:31 En Egipto pasaba esto.
0:13:34 El faraón caminaba solemnemente alrededor de los muros del templo para asegurarse de que el sol cumplía su marcha alrededor del cielo.
0:13:44 Porque creía que si no daba ese paseo, el sol se detenía.
0:13:50 O sea, detenía o peor te había aperturado, como a veces ocurría, por eclipse, sueltos eventos que son siempre molestos.
0:13:58 Aunque a los egipcios le molestaba muchísimo.
0:14:01 Un ego un poco indomable del emperador, ¿no?
0:14:04 Un poco indomable.
0:14:05 ¿Cómo sabemos los griegos creían que el sol transitaba en su carro por el cielo?
0:14:10 El chofer mítico de aquel carro que así siempre era nuestro amigo, Elio.
0:14:15 Tenía un hijo llamado Fahetonte, tiene también un nombre de auto, ¿no?
0:14:22 La madre, Clemen, era una mortal de porquería.
0:14:28 Y lo había criado, como suele ocurrir, en ignorancia de quién era su padre.
0:14:34 Ya que cuando Elio se le había unido, o si le había unido.
0:14:39 No, se le había unido.
0:14:44 Se le... Ah, se le había unido.
0:14:47 No nos quiero confundir el dartivo con el acusativo, nunca se lo como este.
0:14:52 No le había revelado su verdadera identidad. Le dijo, soy otro.
0:15:00 Y solo confesó quién era cuando su hijo llegó al adolescente.
0:15:05 Se pidió que tuvimos...
0:15:07 Está bien, es él.
0:15:09 Pero yo soy el sol.
0:15:14 Y ahora me lo decís.
0:15:15 No, ahora me lo decís, me lo decís.
0:15:18 O sea, sé vivir aquí prácticamente como unos rampañosos.
0:15:25 Raspirando en la casa.
0:15:26 Claro, y somos hijos del sol.
0:15:28 Ni mirar cómo me tenés aquí.
0:15:30 Mira este, mirá las pechas que tengo.
0:15:32 Este vestido me lo compré en el asombro de casero hace 36 años.
0:15:37 Bueno, el caso es que...
0:15:43 Bueno, esto.
0:15:45 Cuando el muchacho se enteró,
0:15:47 sos hijo del conductor del carro del sol, el, y yo, qué sé yo.
0:15:51 Reclamó alguna prerrogativa.
0:15:54 Le dijo, papá, dice, ¿por qué no me hay con día?
0:15:56 Dicen, me dejás conducir el carro del sol.
0:15:58 No, tomate nada, que te crees.
0:16:00 Imagínate un padre que durante 18 años no le había dicho ni quién era.
0:16:05 No, no, no, pues tanto jorubó que...
0:16:08 Elio accedió.
0:16:10 Y luego de hacerle mis recomendaciones.
0:16:13 Me cuidaba de la curva, mira que...
0:16:15 Fue tonte, el pime, partió con el carro del sol, a la manesera.
0:16:22 Pero enseguida se apoderó de él un gran terror,
0:16:25 cuando empezó a tomar altura, se mareó.
0:16:30 Y abandonó el camino que le había sido trazado.
0:16:33 Se alejó demasiado, después se acercó mucho a la tierra.
0:16:37 Eso produjo terribles sequías.
0:16:40 Por poco quema el planeta entero.
0:16:42 Se dice incluso, que cuando pasó cerca de Etiopía,
0:16:46 la proximidad del carro del sol hizo que los habitantes de esa región
0:16:50 tomaran un tinte más oscuro en su piel.
0:16:54 Es un mito creador de racismo.
0:16:59 Más de los tantos que hay.
0:17:02 Después subió tanto que los astros, las estrellas,
0:17:06 se quejaron a Zeus.
0:17:08 Zeus se asomó la ventana, vio los leos que estaban haciendo
0:17:11 y lo fulminó al pobre faetón precipitándolo al río Herídano.
0:17:16 Desde entonces, Elio continuó solo,
0:17:19 transitando con su carro la bóveda celeste.
0:17:22 A este carro lo arrastraban unos velocísimos caballos
0:17:26 llamados Irhunte, Eero, Aetón y Fleronte.
0:17:30 Con ese carro recorría el mundo y a la nochecer
0:17:34 llegaba al océano y allí se bañaban los fatigados caballos.
0:17:40 No está mal, esa imagen del océano occidental.
0:17:44 Y guardaban el sol.
0:17:46 Se guardaban ya atrás.
0:17:48 Los habitantes de Rodas, allí donde estaba el coloso,
0:17:51 cuando necesitaban los beneficios del sol,
0:17:54 entregaban un homenaje,
0:17:59 que eran cuatro caballos que los envían en el mar
0:18:02 para que el sol los usara.
0:18:04 Pensaban que allí era donde el sol descansaba.
0:18:07 A la tardecer, bueno, qué sé.
0:18:11 Esto es todo lo que tengo a decir.
0:18:13 Hay muchas cosas.
0:18:15 A mí le voy a contar una muy chiquita
0:18:20 que hacía los hechiceros finlandeses
0:18:23 que vendían vientos.
0:18:26 A mí ya.
0:18:28 A los pueblos, a los marinos.
0:18:30 Le vendían un viento.
0:18:32 Le entregaban un pañuelo con tres nudos.
0:18:35 Deshaciendo el primer nudo,
0:18:38 podías provocar una brisa.
0:18:40 Con el segundo nudo te venía un viento fuerte
0:18:43 y si deshacías el tercero,
0:18:45 un huracán que podía destruir la propia nave.
0:18:49 Está muy bien, eh, vender vientos como tantos.
0:18:53 Bueno, a quién quiere que dediquemos esto?
0:18:57 A mí a todos los que confiesan
0:19:00 a su mujer o a su novia,
0:19:02 quién tiene sombra de la mente.
0:19:04 A eso.
0:19:06 Pero para confesar hay que ser él, Leo, ¿no?
0:19:09 No sé, ¿no?
0:19:13 Un día usted se mire,
0:19:15 porque la trata de usted a la mujer.
0:19:19 Soy tal cosa.
0:19:21 Ya lo sabía.
0:19:23 ¿Qué cosa es esa anagnosis?
0:19:26 Que es tan peatral, pero que solo se produce en el teatro.
0:19:29 En la vida real...
0:19:31 A mí nunca me han dicho,
0:19:33 mirá, yo en verdad sé quién soy.
0:19:37 Pero hay otro siempre,
0:19:39 porque fulano de yo soy
0:19:41 el rey de Dinamarca.
0:19:43 ¡Oh, el rey de Dinamarca! Sí.
0:19:45 ¡Mira, Marca! Todos.
0:19:47 ¡El rey de Dinamarca!
0:19:51 Pero en la vida cotidiana
0:19:53 hay mucho de teatral.
0:19:55 Sí, pero eso no.
0:19:57 Ese reconocimiento no.
0:19:59 Yo estaba pensando en lo que
0:20:01 usted comentaba el otro día,
0:20:03 la mesa de amigos.
0:20:05 Es como una obra de teatro.
0:20:07 Sí, uno quiere que lo vean como...
0:20:09 A uno le gustaría ser.
0:20:11 Sí, tiene razón, ¿no?
0:20:13 Sí, es verdad. Uno está actuando.
0:20:15 Está actuando incluso
0:20:17 con los parientes.
0:20:19 Hay cada vez más acuación.
0:20:21 En estos tiempos incluso.
0:20:23 Se ven poco y entonces actúan de que de pariente
0:20:25 es divertido.
0:20:27 Entonces le contás un chiste a uno
0:20:29 que está actuando de pariente es divertido.
0:20:31 O exitoso.
0:20:33 Y en vez de permanecer en el más absoluto silencio
0:20:35 pues ya lo sabía el chiste.
0:20:37 Porque no le causó ninguna gracia.
0:20:41 Hablando con este tono.
0:20:43 ¡Este!
0:20:45 Señora hacia el marido.
0:20:47 Uno se alarma muchísimo por esas acuaciones
0:20:49 y tiene mucha cara de abandonar
0:20:51 de abandonar el mundo.
0:20:53 Estaba pensando
0:20:55 en el personaje
0:20:57 del exitoso también,
0:20:59 que siempre hay en cualquier grupo aparece el...
0:21:01 Sí, bueno, el otro día estuve y mofio.
0:21:05 nosotros estamos ahora con la inmobiliaria.
0:21:09 Pero todo esto inicia próxima.
0:21:13 A esto. ¿Sabes quién soy yo?
0:21:15 Amor, el sol.
0:21:21 Sí, el sol.
0:21:31 y hemos contado algunas
0:21:33 de estas historias al discotecario,
0:21:35 cuya dureza de entenderas
0:21:37 es proverbial.
0:21:39 Es un desastre.
0:21:41 Yo sé cómo usted puede mantener una conversación con el Sibom.
0:21:43 Además, dice que es el roil de Dinamarca y nadie le cree.
0:21:47 Dice que es el discotecario y nadie le cree.
0:21:49 En este caso no se enteró...
0:21:51 no utilizó metáfora ninguna.
0:21:53 Sol y lluvia se llama.
0:21:55 Esta canción crió ya que va a cantar
0:21:57 acompañándose el mismo
0:21:59 en su guitarra en el mundo rivero.
0:22:37 No es una pena.
0:22:39 Viralidad.
0:22:41 De a su alivio.
0:22:47 No puede calmar un punto.
0:22:51 Viralidad.
0:22:53 Mi baratidio.
0:22:59 Porque, y querer más otro.
0:23:03 Viralidad.
0:23:05 Que no olvido.
0:23:27 Villas y penas en mi alma.
0:23:33 Viven juntas.
0:23:37 Viles y penas en mi alma.
0:23:43 Viven juntas.
0:23:47 Así bajo el mismo cielo.
0:23:53 Se volvuran.
0:23:57 Cenajes y nubarrodes.
0:24:03 Sol y lluvia.

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