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0:00:00 Continuamos desde el Multiteatro de Buenos Aires, es Avería Corrientes, 1283 este programa
0:00:09 se hace con público, presidente, y la entrada es libre y gratuita.
0:00:13 Bien, hablaremos hoy de costumbres concernientes a la CEO y la Vallecesa, ya lo vemos hecho
0:00:20 en otras ocasiones, pero la historia de estos temas abarca muchos siglos, casi siempre agotamos
0:00:29 estas charlas en la antigüedad clásica, hoy nos internaremos en la edad media e incluso
0:00:35 el relacimiento, no, era el nacimiento, vamos a empezar con el siglo XVII y seguiremos adelante,
0:00:42 incluso saltaremos al nacimiento y le metemos a la edad moderna y a la edad moderna ya
0:00:48 bien entrada.
0:00:49 Bien, también entrada que falta poco para el edad contemporáneo.
0:00:56 Algunos recordarán las charlas anteriores, otros no.
0:01:00 Hemos hablado de prostitutas griegas que se cubrían el estracho con miel, hablamos
0:01:06 de Cleopatra que se bañaba con leche de burra y había escrito también Cleopatra según
0:01:11 se dice, un tratado de belleza, hablamos de los hindúes y de sus abluciones con estiércol
0:01:18 de vaca para lavar el alma ya que no es cuerpo, y hasta también hablamos de los orines importados
0:01:25 de España para cepillarse los dientes.
0:01:28 Y de los perros que lamen a sus dueños.
0:01:30 Y así recién, lo hicimos recién.
0:01:33 Ahora hablaremos de lo que sucedió a partir del siglo XVII.
0:01:37 En Francia, mientras en la mayoría del resto de los países europeos se amontonaba el colorete
0:01:43 en las mejillas, las francesitas procuraban conservar o aumentar la blancura de su té.
0:01:51 Utilizaban combinaciones extrañas a base de pepinos, azufre, tiza, cal... bueno, y las
0:01:59 consecuencias eran terribles.
0:02:02 Algunas se ponían esas mezclas en el estracho para ir a las fiestas cortesanas y luego parece
0:02:07 que tenían que desaparecer durante largas temporadas para recomponer el rostro de los
0:02:12 efectos de las quemaduras y la humedad.
0:02:15 O sea que por una noche de buen aspecto, pues en todo caso de lo que ellos creían era un
0:02:19 buen aspecto, tenían que pasar meses recomponiéndose el desastre que aquellos mejunges hacían
0:02:25 en la cara.
0:02:27 Existían blanqueadores menos fuertes, menos nocivos.
0:02:31 Los hacían con flores de agua, agua destilada de lírios, jugo de limón, aceite de talco,
0:02:38 leche virginal, que la cual no se explica su procedencia.
0:02:41 Bueno, parece que estos ingredientes le vían ponerse en un frasco, taparse bien y se ponían
0:02:48 bajo el sol de verano durante un mes y recién después funcionaba o quizá no.
0:02:53 Se usaban también cremas de día y de noche.
0:02:56 En el siglo XVIII la crema de belleza, la creme de bocte, tenía mucho auge por no decir
0:03:06 otra cosa.
0:03:07 Había unos vendedores ambulantes, medio charlatanes, que viajaban junto a los sacamuelas
0:03:15 y a los vendedores del Ixir y parece que se vendían toda la ciudad una crema que se
0:03:21 llama aprodita y faón.
0:03:26 Y decía en el frasco, tan perfecta para la piel que es imposible no darse cuenta de
0:03:32 que la belleza que proporciona y los años que quitan no vienen de la naturaleza sino
0:03:37 del arte de los dios 12.
0:03:38 Frasco grande era eso.
0:03:39 Estaba escrito con esta voz además.
0:03:43 El rey Luis XIV que ya estaba un poco viejo, estamos hablando del año 1708 por eso que
0:03:48 en el siglo XVIII algunos dirán cómo es el Luis XIV en el siglo XVIII y alcanzó a
0:03:53 sumarse el viejo Luis al siglo XVIII.
0:03:56 Bueno parece que Luis se compró 500 frascos, ni uno más ni uno menos de esta crema de
0:04:01 belleza.
0:04:02 Deme 500 frascos.
0:04:03 Y todas las noches se surtía junto con los masajes que le daba una mina una buena dosis
0:04:10 del ungüento.
0:04:11 El nombre del producto aprodita y faón viene de la mitología clásica.
0:04:17 Faón era un señor de lesbos y parece que un día siendo ya bastante viejo, feo y pobre
0:04:26 era barquero, trabajaba de barquero.
0:04:28 Bueno, usaba un barquito para pasear a los ancianos y un día se le presentó a la diosa
0:04:34 aprodita disfrazada de ancianos.
0:04:38 Fue al luego afrodita que es la diosa de la belleza y pidió que la cruzara con el bote
0:04:42 hasta alguna costa cercana.
0:04:44 Faón no le cobró a la vieja o a la supuesta vieja.
0:04:48 En recompensa la diosa le dio un frasco que contenía un extraño bar al samón con el
0:04:54 que ella parece que se untaba todos los días.
0:04:57 Faón lo aceptó y en cuanto empezó a usarlo, adquirió una admirable belleza y se enamoraron
0:05:05 de él, viejo y todo, todas las mujeres de la época, especialmente se enamoró de él
0:05:10 Zafo de Lesbos, mire qué cosa.
0:05:12 Faón no le dio bolilla y Zafo se precipitó al mar desde el alcantilado de Leucade, que
0:05:19 es Leucade sería mejor, que es lo que hacemos todos nosotros cuando alguien no nos abolilla.
0:05:25 Nos precipitamos al mar desde el alcantilado de Leucade.
0:05:28 A finales del siglo XVIII, decir muchísimo después, todas las mujeres de parecimiento
0:05:33 se juntaban la jeta con esos unguentos.
0:05:36 ¿Va a ver qué pasaba?
0:05:38 Otra moda curioso eran los lunares artificiales.
0:05:43 Las minas se acostumbraban a comprarse un lunar, se lo ponían en la cara, se llamaban
0:05:48 mousche, como el dor de boca, aunque ellas insistían, pronunciaban mousche, mousca.
0:05:58 Pero se compraban y...
0:05:59 Sí, sí, se colocaban en puntos diversos de la cara e incluso hasta había un lenguaje
0:06:05 particular acerca del lunar, algo así como el abanico entre las damas españolas.
0:06:10 Ponerle la muchacha que se ponía el lunar bajo el ojo izquierdo estaba comprometida.
0:06:16 Lo que lo hacía bajo el ojo derecho, buscaba novio, las casadas se lo ponían en el mentoma,
0:06:24 las quebradas fraudulentas en el entresejo y todo por el estilo.
0:06:29 En fin, miles de posibilidades hay para ponerse lunares y miles de situaciones, puede ocupar
0:06:36 este lunar o más lunares, hasta puede hablarse de un alfabeto humoro de los lunares si usted
0:06:44 tiene suficiente lunar.
0:06:45 Pensemos Alejandro que era un gesto de bastante audacia porque muy poco tiempo antes, unas
0:06:49 décadas antes por tener lunares una podía ser tomada como una presa de limón.
0:06:53 El lunar era un indicio de la posesión de amólica.
0:07:00 La moda llegó a tal punto que las mujeres comenzaron a dibujarse ocho o nueve lunares
0:07:04 en la cara, lo que hizo que el cérebre predicador Masilón terminara diciendo un sermón muy
0:07:11 comprometido ante la corte en contra de los lunares.
0:07:15 Sermón que terminaba diciendo, la única que fue alta es que se pongan lunares en la
0:07:20 pechuga.
0:07:21 Al otro día varias dama llevaban lunares allí mismo donde había dicho este señor y
0:07:27 les llamaron justamente lunares de Masilón.
0:07:31 Qué lindo lunar de Masilón que tiene la señora allí donde le dije, allí en el paso
0:07:37 de Opañata.
0:07:38 A Luis XIV se le gustaban las rubias.
0:07:43 Volvamos al Luis XIV.
0:07:45 Hemos hablado muchas veces de Luis y de una de sus amantes más famosas, Madame de Montespan,
0:07:51 que era morena, pero se hizo teñir, hizo todas clases de hazañas para estar con el pelo
0:07:58 más claro.
0:08:01 Se cambió el color como podía en realidad.
0:08:03 Había recurrido a la famosa bruja, la Boacén, que también llegó a fabricarle unos filtros
0:08:08 de amor que casi terminan con la vida de Luis XIV.
0:08:11 Lo hemos contado aquí.
0:08:13 Bueno, se ponía Madame de Montespan en la cabeza ácido, frutas, orines, y así durante
0:08:22 mucho tiempo llevaba un color más o menos clarito.
0:08:26 Había también depilatorios en ese entonces para suprimir los llamados pelos superfluos.
0:08:33 Como dijo el japonés.
0:08:35 Estos depilatorios consistían en recetas poco pintorestas.
0:08:40 Había que usar las cáscaras de 50 o 60 huevos bien pulverizadas, mezcladas con estiércol
0:08:47 de gato.
0:08:48 Todo esto reducido a polvo y todo mezclado con vinagre, habían fuertes.
0:08:52 Después había que untar aquellos lugares que uno quisiera depilar.
0:08:56 Fue el Luis XIII, el hijo del Enrique IV, el que estableció la moda de la peluca, digo
0:09:02 en otro orden de cosas, de la peluca para hombres.
0:09:06 Se había quedado pelado rápidamente y se puso una peluca de esas que ustedes vieron
0:09:10 después hasta la Revolución Francesa.
0:09:13 En un principio las pelucas observaban el color natural, rubio, moreno, blanco para
0:09:19 los canosos.
0:09:20 Pero estas últimas pelucas eran difíciles de conseguir las canosas.
0:09:25 Supone que los hombres grandes ya han hecho fortuna o no tienen pelo.
0:09:31 Por eso es que para no tener que andar incomodándose, corriendo detrás de canosos pertinaces, se
0:09:40 empolgaba la peluca y así quedó la costumbre.
0:09:44 Las muchachas tenían también mucha preocupación por sus cienos.
0:09:49 La célebre y ya nombrada guasán vendía productos destinados a proporcionar mágicamente
0:09:55 pecho a las que no tenían.
0:09:57 Sin embargo parece que las recetas no daban muy buenos resultados.
0:10:01 La duquesa de Defà le dijo una amiga que no era menos que Madán de Montenegro.
0:10:08 Dice, profunda esmequeja y mi tristeza.
0:10:11 Cuanto más frato, tan menos sale.
0:10:15 Todos saben que la sociedad era normal en los palacios, donde los cortesanos hacían sus necesidades
0:10:21 donde podían, etcétera, etcétera.
0:10:23 Una cosa además, siempre le ha gustado mucho a ciertos republicanos, que creen que la diferencia
0:10:31 entre la monarquía y la democracia consiste en la existencia de baños en los edificios
0:10:35 puro.
0:10:36 Bueno, el caso es que había perfumes.
0:10:44 Había como la gente se bañaba poco.
0:10:46 Fernando de Napoli tenía la costumbre de usar mucho perfume, pero ¿por qué?
0:10:54 Es un tema un poco escabrón.
0:10:57 Eso un poco, sí.
0:10:58 Parece que se sentaba el hombre, incluso durante los conciertos que daba su bella esposa tocando
0:11:03 el arpa en el salón de su calle, se sentaba en su cintrete portátil mientras asistía
0:11:11 a esos conciertos.
0:11:13 Un asco.
0:11:15 Es mucho mejor la democracia.
0:11:17 Algunos dicen que a lo mejor tocaba mal la esposa.
0:11:21 Y como toca su esposa.
0:11:23 Claro, lo veo.
0:11:24 Con respecto a los perfumes, siguen en este mismo asunto, se aplicaban de forma muy especial.
0:11:31 No había vaporizadores, entonces no se habían inventado todavía.
0:11:34 Y para perfumar un ambiente grande, llamaban a una criada, le llenaban la boca de perfume,
0:11:40 y estas criadas desarrollaban una técnica interlabial o interdental para pararamar
0:11:50 del modo más democrático el perfume.
0:11:53 Bueno, entre otras cosas, dada la suciedad del ambiente y el correspondiente mal olor,
0:11:59 también eran muy usados los pañolos perfumados que la gente se llevaba a la nariz con la
0:12:04 pestilencia, alcanzaba proporciones inaguantables.
0:12:08 María de Médiches tenía una colección de pañolos perfumados increíbles, dice aquí.
0:12:13 ¿Por qué va a ser increíble?
0:12:15 Yo creo en los pañolos perfumados.
0:12:17 No sé por qué uno no puede creer en un pañolo perfumado.
0:12:20 Bueno, el caso es que María de Médiches era la mujer de Enrique IV, cuya pestilencia
0:12:29 era proverbial.
0:12:30 Era un buen rey, pero su mal olor era príncipezco.
0:12:34 Bien, debajo de las cedas y los encajes, decían las crónicas, se enioreaba la roña hasta
0:12:44 tal punto que una grandama pudo decir a la otra.
0:12:47 Tengo una ayudante tan sucia que aquí es un negro que se nos hace entre los dedos de
0:12:52 las patas, se les forma ella entre los de las manos.
0:12:55 No voy a decir nada.
0:13:00 Esta consideración está a la sevolter.
0:13:04 En Oriente, por ejemplo, al casarse se dejaba la barba, incluso para denotar que eran hombres
0:13:13 mayores.
0:13:14 En Europa hubo varias modas de barbudos.
0:13:20 Casi todos los cortesanos seguían la moda del rey.
0:13:22 Durante el Reynado de los XIV se usó la barba descuidada.
0:13:26 Todos cuidaban de que su barba resultara descuidada.
0:13:31 Bueno, pues en Luis XIII se la llevaba a corta y en punta en Ríos IV cuadrada.
0:13:38 Carlos V de España y Julio II el Papa y Francisco I de Francia pusieron de moda los cortes de
0:13:45 barba larga y peyosa.
0:13:50 Quiero decir lo siguiente para terminar.
0:13:55 Bueno, Alejandro, estaba pensando en principio esta cuestión que uno toma como natural,
0:14:15 el surgimiento, esos catos de proteína, distintos colores, distintas formas y texturas, como
0:14:22 si el ser humano pudiese tener todavía algo natural.
0:14:26 Y sabemos claramente desde el comienzo de la humanidad que usted acaba de contar varias
0:14:29 de estas historias.
0:14:30 Lo curioso es que al mismo tipo de arreglo para una parte del cuerpo, de aceite o de gracia
0:14:36 para lucir mejor, se le han dado distintos significados.
0:14:40 Y creo que este es el más simpático de la cultura.
0:14:42 Es también casi lo más simpático de la política.
0:14:45 Aquí el que significa para unos una cosa, para otros significa exactamente lo contrario.
0:14:50 Y muchas veces por ese tipo de diferencias, darle a lo mismo, un nombre diferente se produce
0:14:54 en las guerras o las confrontaciones.
0:14:56 Pesaba por ejemplo en nuestros amigos chinos que tantas veces han ilustrado, obviamente
0:15:00 este programa, los mandarines por ejemplo, y acostumbre de ir roscando el pelo hasta
0:15:06 que cobrase la forma de una pequeña serpiente que se movía anudada al final con un bonito
0:15:12 de un lado para el otro.
0:15:13 Y esto era un símbolo de distinción, después también de elegancia.
0:15:18 Y finalmente se convirtió en un símbolo mismo de la vieja china.
0:15:20 O sea por 1911, claro, de la Manchuria.
0:15:24 Y después pensaba también en los marineros.
0:15:27 Nosotros que hemos estado a bordo alguna vez, hace mucho tiempo, sabemos que esa vieja
0:15:32 costumbre que le da origen, por ejemplo, a eso que se llama aquí el patito, esa especie
0:15:36 de pedazo de tela que va en la espada para cuidar que la trenza, la trenza ingresada,
0:15:42 saltó de marineros que se exprecie, caiga así.
0:15:44 Y después pensaba finalmente en nuestro heroico cuerpo militar de Patricio, su regimiento
0:15:51 infantil día uno, que alguna vez le dio a ese pedazo de pelo, roscado sobre sí mismo
0:15:56 y colgante, así en la espalda, el carácter de un símbolo tan fuerte que se hicieron
0:16:00 matar.
0:16:01 Por eso, uno empezó y le llamó el motín de las trenzas, ayer, que soy el Colegio Nacional,
0:16:05 donde con tal de no dejar cortarse las trenzas, justamente estos muchachos fueron a la muerte.
0:16:10 Y después pensaba lo que para dedicatorias, cómo lo elegir una mujer en el día de hoy,
0:16:15 por ejemplo, una que...
0:16:16 Tiene que ser una mujer pequeña, porque las mujeres pequeñas se pusieron de moda a partir
0:16:22 del siglo XVIII.
0:16:25 Y quizás digo, ahí está la cosa, cuanto más grande era la trenza de un marinero, esto
0:16:29 lo hacía valer más, cuando más grande era la trenza de un mandalín esto le daba una
0:16:33 curna diferente, y sin embargo, esto mismo, el mismo aceite, el mismo, la misma gracia
0:16:37 trasladada a una mujer, necesita cambiar de carácter, de categoría, para significar
0:16:42 lo mismo, es decir, más, más, digamos, una especie de privilegio, del lugar mayor.
0:16:46 Aquí, donde uno vea en sí un rasgo grande y grosero, que mejor lo busque cuando vea
0:16:52 una mujer, de tal modo que esa marca sea sencillamente pequeña.
0:16:57 Y pequeña es el vals que oiremos, en atención a esa moda de las pequeñas, que siempre informó
0:17:06 la belleza femenina.
0:17:08 Tanto en la China, donde los pies pequeños eran una muestra de belleza, en Occidente,
0:17:15 las pequeñas manos, las pequeñas cinturas, y en general, las pequeñas de la mujer suelen
0:17:22 introducir a el hombre a una especie de estética de muñecas de porcelana.
0:17:28 Hay una forma, incluso creo yo, de amar a la mujer menuda y pequeña, y otra de amar
0:17:36 a la mujer importante.
0:17:39 No estoy hablando de obvias cuestiones de peso y de envergadura, sino a distintas ternuras.
0:17:48 Una distinta ternura nos produce la mujer menuda, delicada y frágil, y otra es la que nos
0:17:57 produce la mujer arrojada, fibrosa, grande y llena de cura.
0:18:03 Lo mismo sucede a Alejandro con cada sector del planeta, del mundo que el hombre ha creído
0:18:08 ir y poder conquistar.
0:18:09 Debo a la sutileza para navegar un río lleno de meandros o por agencias para abordar un
0:18:13 oleaje fuerte, como si alguna vez uno estuviese conquistando realmente algo.
0:18:18 La clave una vez más suele estar así, en eso que resulta finalmente ese objetivo de comienzo.
0:18:24 Es una pequeña, vamos a escuchar, es un lindo ball de Osmar Maderla, que escucharemos en
0:18:30 la versión, creo yo, que de Juan Trepiana, finalmente, solo de piano.
0:21:54 Era Juan Trepiana, la venganza será terrible, pequeña.
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