Transcripción automática
0:00:00 Señores, vamos a hablar de dentaduras detestables en boca de los poderosos.
0:00:10 Tenemos un catálogo de mucho interés para dentistas y para historiadores revisionistas.
0:00:21 El rey Luis XIV de Francia no fue muy afortunado en asuntos de muelas.
0:00:27 Cada tanto, Dan Tong, que era el médico de cámara, anotaba unos dolores de dientes que no fueron comedientemente tratados.
0:00:40 Y las consecuencias de aquel mal tratamiento llegaron en 1665.
0:00:45 Dice el cronista.
0:00:47 En ese año se le reveló al rey la infantería de la parte izquierda del maquilar superior
0:00:53 y debieron peantarle todo lo diente de ese lado.
0:00:56 Aquella intervención no fue muy exitosa porque los que anduvieron manoseándolo por ahí
0:01:03 le arrancaron también un pedazo de hueso en ese afán que uno tiene
0:01:08 y hacer bien las cosas para quedar bien con el rey.
0:01:11 Le arrancaron un pedazo de hueso del maquilar superior.
0:01:15 Al principio este corte logró terminar con una infección que lo amenazaba
0:01:20 y le dio además a Luis una nueva gracia.
0:01:24 El rey podía meterse agua por la boca y lanzarla por la nariz debido al corte que le habían hecho en el maquilar.
0:01:32 Fue perfeccionando su nueva habilidad hasta tal punto
0:01:37 que podía incluso elegir el orificio nasal para el desagote
0:01:42 y lanzar el líquido a sus cortesanos con toda violencia.
0:01:46 Lo hacía a cada momento.
0:01:48 Las ayudas de cámara, o los ayudas de cámara, decían que el rey se quijaba de sed.
0:01:54 Intentaban entonces explicarle que no debía distraerse con aquella tentación cada vez que bebía
0:01:59 pues toda la agua era desperdiciada en bromas mundanas.
0:02:03 Entonces Luis advirtió que para no morir de sed las bebidas debían seguir su curso natural a través del cuello.
0:02:12 Madame de Mantenon, una favorita real, se quejaba margamente por este juego
0:02:18 y más se quejó cuando el agujero que hemos descrito se infectó
0:02:23 y comenzó a despedir un olor fétido.
0:02:27 Luis XIV debió renunciar entonces a estas gracias y ordenó que le cerraran aquella cavidad.
0:02:34 El rey soportó 14 cauterizaciones, sufrió desmayos
0:02:40 y sufrió tanto que la gente pensó que moriría y rezó por él.
0:02:44 En medio de los ataques Luis dictó sentencia de muerte a Vantán, el médico,
0:02:50 y también al cirujano Dubois y a otro cirujano que pasaba por allí, el señor de Solía.
0:02:57 Finalmente el problema se solucionó y Luis XIV no padeció nuevos ataques.
0:03:06 Otro rey, Jacobo IV de Escocia, era dentista aficionado.
0:03:13 En 1503 llamó un barbero para que le sacara una muela que le dolía
0:03:18 y Jacobo aprendió la técnica de las extracciones que practicó desde entonces
0:03:24 con sus cartesanos y familiares.
0:03:27 Tenía una inmensa colección de pinzas, palancas y cauterios para quemar los dientes doloridos.
0:03:34 Jacobo anduvo toda su vida con dos mondas dientes de oro
0:03:38 que colgaban de una cadena en su cuello para estar siempre listo.
0:03:42 Claro, nunca se sabe.
0:03:44 No es en realidad un rey que haya padecido, sino un rey interesado en los menesteres de la odontología.
0:03:52 Isabel I de Inglaterra, descendiente de Jacobo, era aficionada desde chica a los dulces.
0:04:00 Ya de grande solía llevar atada a la cintura una bolsa con confites.
0:04:06 ¿Hara cuándo?
0:04:08 El 17 de octubre de 1578, el Conde de la Isestal escribió a Lord Barley
0:04:15 diciéndole que la reina padecía dolores en la mejilla.
0:04:19 En diciembre de ese mismo año, el Estado de Isabel era tan crítico
0:04:24 que se pensó en quitarle una muela averiada.
0:04:28 Pero Isabel no quería saber nada con la extracción, ya que no existía ningún tipo de anestesia en aquel tiempo.
0:04:35 William Clavis, cirujano de los Tudor, había escrito que los sacamuelas eran brutos
0:04:42 en juicio y entendimiento, carniceros de catadura, alcahuetes y bribones.
0:04:49 Isabel había ordenado que ninguno de esos hombres se le acercara su pena de muerte.
0:04:55 El obispo de Londres, entonces, debió intervenir y el éxpico le explicó, mejor dicho, a la reina
0:05:02 que no era tan terrible una extracción.
0:05:05 La reina adujó que ella era la que padecía el dolor, pero el obispo contestó,
0:05:10 aunque a mí me tocara, seguiría pensando igual.
0:05:14 Isabel le ordenó entonces que lo demostrase, y así el pobre obispo debió someterse
0:05:19 ahí mismo a una extracción silenciando como podía sus padesimientos.
0:05:23 Eso por hablar demasiado.
0:05:26 Después de la intervención, el obispo continuó con su sermón
0:05:29 y dijo que había que conformarse con los envíos de quebrantos que Dios afectuaba,
0:05:33 acaso para templar la fortaleza de aquellos que contraían responsabilidades superiores
0:05:39 a las de común de la gente.
0:05:42 Isabel le explicó que no quería probar su fortaleza,
0:05:45 y no que hubiera preferido que el señor gritaras directamente sus designios,
0:05:50 pero se dio y finalmente le sacaron la muela.
0:05:53 Para que no se llenan los gritos, se liaron puertas y ventanas de la sala.
0:05:59 La dentadura de Isabel anduvo siempre mal.
0:06:02 Desde 1567, y su número nuevo, 67,
0:06:09 supo canela para enmascarar la fetidez de su aliento.
0:06:13 En 1570 recibió como regalo una cajita con seis escarbadientes de oro
0:06:18 y trapos para los dientes, porque no había cepillos en aquel...
0:06:22 Entonces te limpiaba con un trapo que era mucho más razonable.
0:06:29 En realidad los manuales de urbanidad aconsejaban lavarse la boca con agua fresca,
0:06:35 levantarse y frotarse los dientes con un trapo,
0:06:39 que era a veces la misma sabana con la que había dormido.
0:06:43 O una tovalla que solía llamarse así porque servía para quitar la tova,
0:06:49 o el sarro de los dientes.
0:06:52 Cuando murió Isabel en 1603 ya no tenía ningún diente desde así a diez años.
0:06:59 Algo que le sucedió a la reina española María Cristiana de Austria
0:07:05 tuvo importantes consecuencias para la odontología.
0:07:10 Nos ubicamos a fines del siglo XIX.
0:07:13 La muerte de la reina Mercedes de Ornanz fue un durísimo golpe para Alfonso XII,
0:07:18 que abatido por su desgracia se recluyó.
0:07:23 Bueno, que se los cortesanos lo rodearon, le dijeron que un rey sin descendencia
0:07:28 no podía darse el lujo de entregarse a la melancolía.
0:07:31 En fin, el jefe de gobierno, don Antonio Cánovas del Castillo,
0:07:35 le dijo al rey que debía volver a casarse.
0:07:38 Alfonso contestó, está bien, pero haga usted el favor de buscarme la novia.
0:07:45 Alfonso XII tenía muy mala suerte en Asuntos de las Damas.
0:07:48 Primero se habían muerto Mercedes, y cuando miró a Cristina, hermana de la difunta,
0:07:54 la muchacha murió también.
0:07:56 Finalmente, Cánovas del Castillo repasó una lista de princesas disponibles
0:08:01 y señaló a María Cristina de Austria, nieta del emperador Leopoldo II de Austria.
0:08:11 Bueno, y se casaron.
0:08:13 Un día, María Cristina salió a pasear en un carruaje,
0:08:18 y el caballo que lo arrastraba se asustó, se alzó sobre sus patas traseras.
0:08:24 María Cristina fue lanzada hacia adelante y se rompió el odiente contra un pasamato.
0:08:29 La llevaron enseguida al palacio, donde le atendió un tal florestan aguilar,
0:08:36 que le recompuso los dientes hastillados, logró fijar los que habían quedado medio flojos,
0:08:41 y reemplazó los volados.
0:08:43 María Cristina sintió un gran agradecimiento, y lo nombró dentista de Cámara,
0:08:49 y lo hizo su amigo predilecto.
0:08:51 Por entonces, no había en España enseñanza oficial de odontología.
0:08:58 Para ser cirucano dentista, no hacía falta ni siquiera el bachillerato.
0:09:04 La Facultad de Medicina no quería saber nada con incorporar sacamuelas a su institución.
0:09:09 Cuando Aguilar fue nombrado dentista oficial, se presentó junto a los catalanes Alonso y Pret,
0:09:17 y los marileños Subirana y Lozada ante la Reina, para pedir una vindicación de su trabajo,
0:09:25 y una enseñanza superior.
0:09:29 María Cristina prometió ayudarlos, y el 21 de marzo de 1901,
0:09:33 se firmó la Real Orden, que instauraba el título de odontólogo con bachillerato previo,
0:09:40 y dos años de medicina.
0:09:42 Así que píquese cómo la caída de María Cristina vino a reglamentar y a dar peso institucional
0:09:54 a la enseñanza de la odontología en España.
0:09:57 Si no fuera por ese incidente, todavía hoy en España, las personas con dolor de muelas
0:10:05 tendrían que recurrir a peluqueros, a sacamuelas, y a la peluquería pobre piedraísta, por ejemplo.
0:10:12 Ante un dolor de muelas no tendrían más remedio que ir a la peluquería y hacerse sacar por un señor cualquiera
0:10:20 las muelas con un dolor espantoso.
0:10:22 Pero, por suerte, la princesa María Cristina se cayó.
0:10:27 Luis es devoto de María Cristina, pero además no un señor cualquiera sino los sangradores,
0:10:31 que desde muchos siglos antes se ocupaban de cortar el pelo, afeitar la barba, sacar muelas y hacer sangría.
0:10:37 Las peluquerías anívan de cadencia.
0:10:39 Sí, señor, no va a haber hoy en día, no va a comparar.
0:10:41 Ahora todo se reduce al arte de la conversación.
0:10:44 Y cada vez menos.
0:10:46 Pero estaba pensando, Alejandro, recordando, más bien que esto de la...
0:10:51 A ver, incuestionabilidad, infalibilidad real respecto de las cosas,
0:10:56 llevaba una costumbre que en Inglaterra sobrevivió mucho tiempo, que era este, el famoso cuerpo del rey.
0:11:02 El cuerpo del rey no es solo es intocable, sino que es imposible considerar ser corrupto.
0:11:08 Luego, cada vez que el rey, siendo un príncipe, un niño cometía alguna máquina, había un niño de asorte,
0:11:13 a lo cual se lo castigaba en nombre del rey.
0:11:15 De alguna vez se permitió que cuando el rey informaba de algo, le hicieran lo que tenían que hacerle al rey,
0:11:20 al otro tipo, bueno, se morían, se cambió eso.
0:11:23 Pero pensaba también que la otra cuestión incuestionable es esto de las...
0:11:28 A ver, de ventajas que trae alguna dolencia, por ejemplo, las infecciones.
0:11:32 Y esa ventaja ha pasado también a ser omitida en los galanes.
0:11:36 Por ejemplo, un obelos grandes, galanes y lecargables,
0:11:39 es uno de los que sus parteners solían decir que tenía un aliento peor que el de todos los muertos que hay en lo que el viento se llevó
0:11:45 y aún así ya tenían que besarlo.
0:11:47 O algunas bellezas aquí.
0:11:49 ¿Me sientes?
0:11:50 Claro que hay un...
0:11:53 Pero me lo problema, me decía a Víbal Leque, porque yo se casó con Lorenzo Libia después, porque no bancaba al tipo.
0:11:57 Él había casado con Carol Lombard.
0:11:59 Carol Lombard, claro.
0:12:00 Que también lo dejó y bien hecho por...
0:12:02 No, era pareja de Carol Lombard en varias películas.
0:12:06 El asunto es que, digo, los galanes o estrategias sufren este tipo de historias,
0:12:11 pensaban otras personas que, pese a la ausencia de piezas dentarias,
0:12:16 lograron seguir siendo sedutoras como José Fina de Boarnet, por ejemplo.
0:12:20 Sí, tenía una dentadura detestable.
0:12:22 Detestable.
0:12:23 Y el emperador igual aguantó bastante el día en temerlo.
0:12:25 Sí, sí, llamó muchísimo.
0:12:26 Y otras personas también.
0:12:28 Claro, sí, el temerlo mismo tiempo, es lo que es peor.
0:12:32 Quería agregarlo, que durante mi instancia en Estados Unidos la canela se vende en algunos lugares de Virginia
0:12:37 como algo para...
0:12:38 Se ven en escobas de canela y piedritas para desodorizar ambientes y también bocas,
0:12:42 lo cual me dieron la atención...
0:12:44 Me comí varias escobas hasta enterarme que era por esa vieja tradición ridícula de esta gente.
0:12:48 Y finalmente pensaba que este asunto de relacionar la dejesa o el mal aliento y que se yoeste,
0:12:56 digo con solamente cuestiones de simples mortales,
0:12:59 en realidad es un problema de los malos observadores de la vieja.
0:13:02 La vieja siempre tiene otra parte, digamos, puede ser la actitud, el carácter,
0:13:06 eventualmente la inteligencia, las tucias,
0:13:09 saber colocarse en cada momento que también hacen a la vieja.
0:13:12 De modo que la litosis es tan peligrosa o tan frecuente a veces,
0:13:17 como el no saber comportarse el momento antes,
0:13:20 del momento culminante del cariño para una dama.
0:13:22 De modo que cuando uno deja a una mujer a veces,
0:13:25 y ella le pregunta, bueno, pero qué pasa, no te basta con mi beceza, con mi sonrisa,
0:13:30 decirle, hay otra cosa que está detrás y que es nada menos que la sombra de tu sonrisa.
0:13:35 Y la sombra de tu sonrisa...
0:13:38 Un buen eslogan para un dentístrico.
0:13:43 Sí, bonita.
0:13:45 La sombra.
0:13:46 He leído hace poco una definición cínica acerca de la democracia,
0:13:52 de la democracia en estos tiempos,
0:13:54 dice, la democracia es la sombra que los grandes negocios proyectan sobre la sociedad.
0:14:01 No está mal, es cínico, pero...
0:14:04 Escucharemos entonces la sombra que los grandes negocios proyectan sobre las sociedades,
0:14:10 también llamada la sombra de tu sonrisa,
0:14:13 en la poco frecuentada versión de nuestro querido Sandro.
0:14:40 La sombra.
0:14:41 La sombra.
0:16:35 Good.
0:18:06 Tu amor.
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