Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos sobre Dostoyevsky, quito ruso que todos conocen, detestado, según se ha dicho
0:00:09 muchas veces aquí en el programa, por un amigo de Jorge Doryo, que era Vladimir Nabokov,
0:00:16 un gran autor ruso también, desde luego no del tamaño de Dostoyevsky, me parecía
0:00:22 pero que ha escrito Ada y el ardor y ha escrito, bueno, lo lista, es la primera vez la más
0:00:28 que te has conocido. Pero Nabokov fue exiliado, ruso, vivió en los Estados Unidos y allí
0:00:36 fue profesor de literatura y al menos una vez por semana calumniaba a Dostoyevsky.
0:00:43 Le encantaba hablar mal de Dostoyevsky. Nosotros hoy también hablaremos mal de Dostoyevsky,
0:00:51 porque no nos vamos a referir a sus libros.
0:00:54 ¿Y a qué?
0:00:55 Ya veremos. Hemos hablado acá alguna vez de sus amores, también de sus libros e incluso
0:01:06 de sus procedimientos literarios, de su participación política, de los días en Siberia,
0:01:12 días que él mismo glosó, ¿no? en el libro, suspendidos, ofendidos, lesionados y humillados.
0:01:20 Así se llama. El escritor noruego Geyer Kiezza escribió sobre Dostoyevsky como jugador.
0:01:30 Ahí desde luego una gran novela de Dostoyevsky que se llama el jugador, pero ahí le gustaba jugar.
0:01:38 Así que vamos a centrarnos en esos asuntos para nada menores en la vida de Dostoyevsky como veremos.
0:01:47 Dostoyevsky tuvo dos esposas. La primera se llamaba María y murió joven.
0:01:51 La segunda, Ana, fue aquella secretaria que contrató para poder ordenarse un poco
0:01:57 y tratar de responder a los plazos de sus editores, que solían darle plazos exiguos.
0:02:04 ¿Por qué? Ya lo vamos a explicar. En medio de estos dos matrimonios, con María y con Ana,
0:02:12 amó a una muchacha conocida como Polina. No Dolina, Polina. Alejandro Polina.
0:02:22 Esta chica, Polina y Ana, la segunda esposa, dejaron muchos escritos y notas, llenas de quejas
0:02:28 y preocupación por el desenfreno que tenía Dostoyevsky cuando jugaba.
0:02:35 Algunos dicen que jugaba para salir de pobre, situación de la que parecía no poder salir nunca.
0:02:41 Siempre fue pobre. Cuentan que los contratos literarios eran tan desesperados que si Dostoyevsky
0:02:49 no los cumplía, los editores quedaban dueños de toda la obra futura. Le incluían los editores
0:02:54 con las cláusulas de esa naturaleza, aprovechando que el tipo contraía de agua
0:02:59 desde que estaba tan desesperado por pagarlas que por un anticipo arreglaba cualquier cosa.
0:03:05 Dostoyevsky escribía toda velocidad para impedir que estos tratos funestos
0:03:11 no hicieran que toda su obra escrita, o mejor dicho, su obra no escrita, le resultara ya ajena.
0:03:20 Quedar imposibilitado de vender la obra futura incluso.
0:03:25 Pero siempre conseguía llegar a tiempo, pero ganaba poco porque le pagaban poco.
0:03:32 Pero otros biógrafos más románticos dicen que en realidad el deseo de ganar en la ruleta era secundario.
0:03:38 Él sentía que había un desafío casi pascaliano en el sentido de la apuesta de pascalo.
0:03:45 Eternos enfrentamientos con el azar o con Dios mismo que para él era la misma cosa, quizá Dios y el azar.
0:03:56 Dicen que allá por 1863, ya exhiliado de Rusia, empezó a jugar con método.
0:04:03 Fue en el casino de Weisbadem.
0:04:06 Parece que empezó a estudiar tendencias, la revista Tendencia,
0:04:11 creyó en correlatividades entre un tiro y otro de la ruleta,
0:04:16 creyó también en todos los manuales que enseñaban a los jugadores el mejor modo de reventar a la banca mediante sistemas infalibles,
0:04:23 solía decir que había afirmado un contrato con el destino y que gracias a eso, más tarde o más temprano, la perseverancia daría sus fructos.
0:04:31 Pero este fue un grave error que le hizo padecer terribles indignidades.
0:04:38 Algunos dicen que solo cuando se quedaba sin un peso y muy endeudado, se ponía a escribir.
0:04:44 Y siempre por la noche.
0:04:48 La imposibilidad de cualquier actividad lúdica o urguesa por falta de guita era lo que lo instalaba en su escritorio.
0:04:54 Parece que lo echaban de los hoteles, parece que mendigaba, andaba jeteando guita por todos lados.
0:05:02 Nunca trabajaba mejor que cuando lo perdía todo.
0:05:05 Durante su permanencia, vecina al castillo de Bicebaden, empezó a escribir crimen y castigo.
0:05:12 Cobraba a veces anticipo, como hemos dicho, pero se lo gastaban en el casino o en pagar deudas.
0:05:18 A veces sin un centavo iba el casino nada más que a adivinar, a jugar de ojo, ¿no?
0:05:24 Y podía verse lo festejar como loco a ciertos íntimos e inoperantes y dicen que le gustaba el cinco.
0:05:33 El cronista dice también que el amor por somante polina pasó a importarle poco.
0:05:39 La muchacha no se sometió a ninguna espera, no lo esperó.
0:05:44 Mientras Fyodor meditaba acerca de su sistema de frecuencias rojinegras, ella se fue con un estudiante.
0:05:51 Un estudiante español de medicina llamado Salvador, digo yo, ejerciendo el arte de la proligidad.
0:05:59 Otro de los casinos visitados por Dozo Yetti fue el de Baden Baden y el de Barhomboor.
0:06:04 Algunos jugadores legendarios como Toma García y el maltez Vincento Bujeja habían convertido aquella ciudad, Baden Baden,
0:06:14 en la capital del escolas.
0:06:16 Probablemente comparado con esos grandes jugadores de Dozo Yetti tenía un juego más bien viscerable, jugaba Chautja.
0:06:27 Estaba fuera de su ambiente en ese lugar.
0:06:30 Era pobre.
0:06:32 Por ejemplo, el nombre de Dozo Yetti no aparece ni siquiera una vez en el libro de los ganadores del casino.
0:06:41 Sin embargo, nadie parecía más concentrado que él en aquel lugar.
0:06:45 Pasaba todo el día allí y cuando se quedaba sin guita, le aconsejaba a los que todavía tenían plantas como tenían que jugar.
0:06:57 Se hizo deudor de algunos famosos, anduvo mangueando por ahí, se endeudó con Tolstoy y con Turgenev, deuda que saldó 10 años más tarde.
0:07:06 Lo que sucedió con su segunda esposa Ana fue terrible.
0:07:10 Vivían en Dresden.
0:07:12 Después del casamiento en 1867, Dozo Yetti sugirió viajar a Hombor para probar suerte en la ruleta.
0:07:22 Partió con la intención de volver a su casa en dos o tres días.
0:07:26 Fue solo, me parece. Sí, fue solo.
0:07:29 La visita de luego 10 días y al cabo de ese periodo estaba arruinado por completo.
0:07:35 Entonces le mandó unas cartas llenas de culpa y de halagos a Ana y después cada una de esas cartas agregaba un pedido.
0:07:46 Tenemos una carta acá.
0:07:49 Tenemos el original.
0:07:51 Ah, mira usted, la aconsejó.
0:07:53 Quería a Ana envíame inmediatamente la suma de 20 imperiales.
0:08:00 Debo rescatar el reloj que empeñé.
0:08:03 Después tengo que pagar la cuenta del hotel y comprar un boleto de regreso.
0:08:08 Por Dios que no jugaré más.
0:08:10 Fiodor, 21 de mayo de 1867.
0:08:13 Tengo otra.
0:08:16 Tres días después.
0:08:18 24 de mayo de 1867.
0:08:20 Ana, mi amada y querida esposa, perdí todo lo que me enviaste.
0:08:26 Tu juicio es lo único que me inspira temor.
0:08:29 Podréis respetarme la carta continua, no?
0:08:33 Suplicas, explicaciones, pedidos de indulgencia.
0:08:38 Ana ciertamente respetó a Dostoyevsky y hasta lo acompañó a jugar.
0:08:43 Los anillos de boda fueron las primeras víctimas.
0:08:46 Siguieron los regalos del casorio y finalmente las prendas de vestir.
0:08:50 Hubo un momento en el que Ana no pudo salir a la calle por varias semanas.
0:08:54 Su vestido y su calzado fueron empeñados.
0:08:57 No, no, no, la ropa.
0:08:59 Fiodor le echaba la culpa a otros jugadores.
0:09:02 Decía que lo distraían, otras, a veces por codazos o por el exceso de perfume.
0:09:10 Dice el cronista que en Baden-Baden se transformó en un personaje notorio.
0:09:15 Tenía el rostro enrojecido, los ojos en guinolientos y el enojo fácil cuando no acertaba su apuesta.
0:09:22 Lo detuvieron en dos oportunidades por agredir al crupié.
0:09:26 Dios te voy a dar en 31, a torrán.
0:09:31 Bueno, no existió nunca un momento de orgullo económico en la vida de Dostoyevsky.
0:09:37 Dostoyevsky jugó siempre pobre.
0:09:40 Aparecían pagos, adelantos, contratos pobres que se diluvían siempre en Baden-Baden, en Humboldt o en Weissbaden.
0:09:49 Fiodor y Ana hacían permanentes viajes de un prestamista a otro.
0:09:54 Dostoyevsky jugó siempre salvo en los últimos años de su vida
0:10:00 y puede decirse que no jugó por circunstancias ajenas a su voluntad.
0:10:04 En 1873, estas son las razones, ¿no?
0:10:08 En el año 1873 fueron clausuradas toda la sala de juego de Alemania
0:10:13 y se reabrieron solamente cuando Hitler asumió el poder.
0:10:19 En absoluto fueron esos los años más inspirados de Dostoyevsky o aquellos en que no jugó.
0:10:26 Dostoyevsky escribió casi todo lo que conocemos
0:10:30 y lo escribió de la desesperación, de la deuda, de la angustia, de los cálculos y de la puro.
0:10:37 Así que esto es lo que queríamos contar hoy del amigo Fiodor Dostoyevsky.
0:10:51 Nos ha tenido el discotecar y le hablamos de Dostoyevsky.
0:10:55 El que combatió la tuberculosis.
0:11:06 Después de contar historias de sus aventuras, de la lotería familiar,
0:11:14 nos dio este disco muy pertinente.
0:11:18 Llamamos por culpa del escolazo, que fue compuesto evidentemente pensando en Dostoyevsky.
0:11:25 Sí, no sé si es tan evidente.
0:11:27 Dostoyevsky siempre fue un tema central.
0:11:30 Sí, que tangos aire de Dostoyevsky.
0:11:35 Dostoyevsky es el escolazo de salto y carta, es el escolazo.
0:11:40 Todos los de escolazo son por el Dostoyevsky.
0:11:43 ¿De quién estamos hablando ahora?
0:11:46 Sí, ahora hablamos.
0:11:48 En medio raro.
0:11:50 En medio raro.
0:11:52 Cuando ve que la perdió quiere seguirla al infinitum.
0:11:58 Vamos a escuchar la versión clásica de este tango.
0:12:01 En realidad no es un tango, sino es una milonga.
0:12:04 Por culpa del escolazo la canta el mundo rivero.
0:12:14 Por culpa del escolazo me quedé bien en la vía.
0:12:20 Las cosas que mamá mía me tuve que pechugar.
0:12:25 Ya no podían pichar, andaban mis repasos
0:12:30 y al no gustarme el pechazo ni los grupos papilar.
0:12:36 Para poder escabiar del whisky me fui al quebracho.
0:12:48 Ya no aportí más al fecón, ni a la barra de la esquina.
0:12:53 Me rajaba hasta las vidas por si había que armar.
0:12:58 No faltó pa' completar, a que se acancha barroza.
0:13:03 Cuando una mina rasposa que mi bulín compartía.
0:13:08 Se las tomaron buen día, a ver polera las cosas.
0:13:18 En peñer, zarzo y el bobo, recundí hasta la barroca.
0:13:23 El centro me fui a la boca a vivir en un altillo.
0:13:28 El aire del conventillo me fue ganando de apuro.
0:13:33 A fuerza marroco duro ya no podía tirar.
0:13:38 Ya no poderme aguantarme y se amigo del laburo.
0:13:45 Hoy derrajo al entrelero de timbas y de paradas.
0:13:50 Vinga de vida locada, la noche de la cajita.
0:13:54 Una grila que me quieta acusa sus beneficios.
0:13:59 Y sin hacer sacrificio cuando hay termino el invierno.
0:14:04 Tomo el sol de palermo de paso, desde punto al vicio.
0:14:10 Y hay que darse el gusto total.
0:14:13 En una de esas vienen 9, llaman 13 y nos mandan 94.
0:14:19 13 y 7.
0:14:24 Era el mundo rivero, en la venganza será terrible por culpa del escolazo.
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