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9 de Diciembre de 2008

Episodio de la historia rusa: El baile de las Dos Rosas

Transcripción automática

0:00:00 Continuemos con unos episodios de la historia rusa que venimos trabajando en este último mes.
0:00:07 Incluso ha pedido de la embajada rusa.
0:00:10 Tenemos una amplia colaboración con la embajada rusa que es la que financia y auspicia este programa.
0:00:17 ¿Quién auspicia este programa?
0:00:19 Restaurants, Bavieca y Embajada de Rusia Buenas Tardes.
0:00:24 Así que hablaremos del famoso baile de las dos rosas.
0:00:31 Si acuerdan ustedes seguramente no, ni siquiera yo me acuerdo.
0:00:35 De unos episodios que contamos.
0:00:38 En orden cronológico probablemente no los contamos, pero el orden cronológico sería este.
0:00:43 Pedro II, Ana Ivanofna y la regencia de Anita Leopoldovna,
0:00:49 que estaba esperando que el hijo que ya había tenido, un tipo que se llamaba Ulrico de Brunswick,
0:00:58 creciera para consagrar lozard.
0:01:01 Terminamos la última chala, me parece que siendo, pero después viene otra historia.
0:01:06 Si sucedió que otro personaje, Isabel Petrovna, hija directa de Pedro, el grande,
0:01:13 dio un golpe de estado y se hizo con el poder.
0:01:17 ¿Qué esperar, qué crezca el sar?
0:01:20 ¿Qué regencia de Anita Leopoldovna?
0:01:23 ¿Qué niño muerto?
0:01:25 Doy un golpe de estado, me hago con el poder, dijo Isabel Petrovna, era el año 1741.
0:01:32 Muy bien, esta chica se hizo zarina y vivió durante los primeros años de su gobierno,
0:01:39 muy temerosa de que la destronaran, como suele ocurrir, al destronador.
0:01:46 Vivía celosa de su entorno y atenta al menor movimiento sospechoso.
0:01:54 Cuando alguien se movía sospechosamente, el terror se apoderaba de la jarina Isabel.
0:02:02 Vale, la pena contar algo de su personalidad.
0:02:05 Tenía una pasión desenfrenada por la ropa, las joyas y todo lo que llegaba de París.
0:02:13 Tenía además la costumbre de cambiarse tres veces en cada bailongo, no solo por coquetería, sino porque según parece,
0:02:22 transpiraba mucho.
0:02:24 Necesitaba entonces mucha ropa, que algún día si usted se cambia tres veces por bailongo, tiene que tener un guardar ropa
0:02:30 a la altura de su mejante costumbre.
0:02:32 Cada vez que llegaba a un barco, sobre todo si era francés,
0:02:36 Isabel ordenaba inspeccionar la carga y ordenaba que les llevara las últimas novedades de los costureros de París
0:02:45 para que ninguna de sus súbditas se hiciera de aquellas novedades antes que ella.
0:02:53 Dos veces por semana había baile de disfrazes en la corte.
0:02:58 Isabel participaba, a veces disfrazada de Cossaco, o de Mosquetero de Luig Threse, o de Marino Holandés.
0:03:07 Y como a su entender con ropa masculina, superaba a todas las invitadas,
0:03:14 instituyó bailes de disfraz en los que por orden solas las mujeres debían asistir
0:03:21 con traje y calzón masculino a la francesa y los hombres con falda y mireñaque.
0:03:27 Era muy celosa de la belleza ajena y no toleraba ninguna competencia.
0:03:34 Acá la piubella sonó yo.
0:03:38 ¿Hablamos así?
0:03:40 No. Hablo así porque hay gente de la embajada italiana.
0:03:45 Pero como si no lo estamos con los de los rusos.
0:03:48 Pero vienen de envidia. Bueno, y no toleraba ninguna competencia.
0:03:53 En una ocasión Isabel decidió ir a un baile con una rosa en el pelo.
0:03:58 Dice, me voy a poner una rosa en el pelo, me voy a poner.
0:04:02 Y en medio del baile hongo, que soy yo, no sé qué, descubrió indignada que
0:04:09 una de las cortesanas, Natalia Lopugina, muy famosa por sus éxitos en sociedad,
0:04:16 tenía también una rosa en el mate.
0:04:22 La farina interpretó la presencia de esa segunda rosa como una ofensa al honor imperial.
0:04:32 Interrumpió el orquesta en medio del minuet.
0:04:35 Dició, tenga mano.
0:04:39 Obligó a Natalia Lopugina a rodillarse.
0:04:44 Pidió unas tijeras y cortó con rabia la flor intrusa, junto con algunos mechones.
0:04:52 Luego hago feteo a Natalia.
0:04:55 ¡Qué espectáculo!
0:04:57 Le hizo una señal a los músicos y siguió bailando, el mismo minuet.
0:05:04 Al final de la pieza, alguien le dijo a la farina que Natalia se había desmayado de miedo.
0:05:11 Pero a Isabel no le importó nada y la fiesta siguió igual.
0:05:16 Sus reacciones eran ciertamente desmesuradas.
0:05:19 Una vez era un paseo por el campo, uno de sus jufones le mostró con ánimo de broma
0:05:25 un puercuespin que acababa de capturar y que se llevaba mentido en el sombrero.
0:05:30 Es una broma estupenda.
0:05:32 Mira lo que le dio acá.
0:05:33 Mira lo que tengo abajo del sombrero, un puercuespin. Le mostró el puercuespin.
0:05:37 Pero al emperatriz le dio miedo, pegó un grito, salió corriendo
0:05:43 y luego ordenó entregar al bufón al verdugo a fin de que fuera atormentado.
0:05:49 Y se me hizo pasado vergüenza y me asustó.
0:05:54 ¿Y al final qué quería? ¿Esa Natalia no le viene nada bien?
0:05:57 Quería que no le mostraran puercuespines.
0:06:00 Quería que los bufones que pagaba fueran eficaces, eso es lo que quería.
0:06:05 Y si al final me gasto toda la grita en bufones y lo único que me dan son sustos.
0:06:10 Tener un bufón para que lo asuste aún no es negocio.
0:06:13 El bufón te tiene que hacer reír.
0:06:16 Eso es lo que diría ella, calculó.
0:06:19 Estas represalias corrían parejas con súbitos accesos de devoción.
0:06:25 A veces se autoimponía peregrinaciones que la obligaban a caminar al límite de sus fuerzas
0:06:32 a tal o cual lugar santo.
0:06:35 Me había luján, me había lúrdia y me voy a Santiago de Compostela.
0:06:39 Permanecía en la iglesia horas y horas de pie
0:06:43 y observaba escrupulosamente los días de ayuno
0:06:47 al punto de desmayarse por no morfar hasta mucho después de terminar el ayuno legal.
0:06:53 Y si ya terminó el ayuno legal, pues ahora me mando 12 horas más.
0:06:57 Yo me estaba la... ruido de tripas.
0:07:01 Isabel era muy aficionada también al alcohol.
0:07:06 Dice el cronista, se mandaba 4 o 5 cañas
0:07:12 y se quedaba en un estado de somnolencia y meditación.
0:07:17 Y en esos momentos recurría el servicio de unas mujeres y unos hombres
0:07:22 que por turno la rascaban.
0:07:26 Se hacía rascar las patas.
0:07:29 Sus rascadores preferidos, qué lindo, agarrarse una curva y hacerse rascar las patas.
0:07:34 Lo que tener plata.
0:07:37 Sus rascadores preferidos, atención embajada de Rusia, eran
0:07:44 Elizabeth Yubalov, Wasili Yulkov y Simon Narinsky.
0:07:50 Cuando tomaba una siesta después de cada esbornea, se hacía rascar por ellos.
0:07:56 Dos años después de su llegar al trono, estalló un asunto que tiene que ver
0:08:01 con lo ocurrido en el baile de las rosas.
0:08:05 En Sámpeterburgo se habló de una conspiración fomentada por miembros de la más alta nobleza.
0:08:13 Estaba también involucrado el embajador de Austria, el señor Koddagadorno.
0:08:19 Qué apellido.
0:08:21 Y qué nombre.
0:08:23 Era una conspiración destinada de Rocara y Isabel.
0:08:29 Los conspiradores pretendían entregar el trono a la familia del esposo de Anna Lopoldovna,
0:08:36 o sea, Ulricho de Brunswick, que eran los padres por otra parte del pequeño Iván.
0:08:45 Cuando estos rumores llegaron a huidos de Isabel, ordenó arrestar al embajador de Austria.
0:08:51 Y se arretemeló al embajador de Austria, pero ya había rajado.
0:08:55 Isabel decidió entonces castigar los cómplices rusos.
0:08:59 Los más comprometidos eran los miembros del clan Lopujín,
0:09:05 como mandados por la ofendida Natalia.
0:09:07 Es decir, aquella chica, la Natalia Lopujina, la que tenía la flor en el baile.
0:09:15 Ella no había soportado aquella humillación y prestaba a su casa para que se reunieran los hombres que hacían planes para destronar a Isabel.
0:09:26 La sarina se enteró y tomó medidas.
0:09:29 Primero hizo encerrar a Ulricho de Brunswick y también a su mujer, Anita Lopoldovna,
0:09:36 y al pequeño Iván por si acaso.
0:09:40 De Riga los mandó a una fortaleza marítima.
0:09:45 ¿Por qué de Riga? ¿Estarían en Riga?
0:09:49 Descargó luego su furia sobre Natalia, la chica esta de la rosa.
0:09:54 La mandó encerrarla, mandó.
0:09:56 Convoco luego a los nobles a un baile, en el cual dijo que se perdonaría la vida de los culpables de conspirar,
0:10:04 limitándose solo a darles una lección en público.
0:10:08 Ante el anuncio tal medida de clemencia, muchos de los involucrados se presentaron en aquel bailón.
0:10:14 Empezo el baile, heche.
0:10:16 Al momento de darles la lección, Natalia, que fue trasladada a medio de prepo,
0:10:24 fue disnudada en público por un verdugo.
0:10:30 Había tomado la precaución de no ir con flor, seguramente.
0:10:35 Aterrada, trató de escapar.
0:10:38 Después insultó y mordió la mano del verdugo, que le había desnudado.
0:10:43 El hombre le apretó el cogote, le hizo abrir la boca y le cortó la lengua.
0:10:50 Y un instante después mostró la lengua, la de la mina, no, la de él.
0:10:55 La lengua de la conspiradora, le cortó la lengua, le cortó.
0:10:58 La muchedumbre era tan cobardes que incluso algunos hasta se rieron.
0:11:04 El verdugo preguntó quién quería la lengua de Natalia Lopugina, que ya sí, ahí, desmayada, imagínense.
0:11:10 Después reaccionó de ese desmayo, sólo para que la subieran a un carro
0:11:18 y la mandaran a Siberia, donde murió poco después.
0:11:23 El baile siguió mientras Natalia se dirigía a Siberia y moría.
0:11:31 La sardina fue muy felicitada por haber limpiado el imperio de cualquier peligro.
0:11:38 Los ciertos que no volvieron a presentarse rebeliones, pues todos los nobles, estaban atentos a otra cosa.
0:11:45 A la inminente llegada Rusia, para casarse con el sucesor que había dispuesto Isabel,
0:11:51 de una princesa alemana, se llamaba Sofya,
0:11:56 y iba a ser nada menos que Catalina la Grande, pero esa es otra historia.
0:12:02 ¿Qué cruel esta muchacha, Isabel Petrovna?
0:12:06 A mí me agarró como una especie de indignación.
0:12:13 A mí sí, que no soporto, es que le corte en la lengua una persona
0:12:20 por tener puesta en una rosa igual a la de la dueña de casa o algo así.
0:12:25 Además, convocó, supuestamente, a los conspiradores para perdonar la poesía.
0:12:31 Para perdonar, como una pena menor.
0:12:34 Bueno, yo quiero dedicar esta charla a esta pobre muchacha deslenguada
0:12:38 y a los rascadores oficiales de Isabel Petrovna.
0:12:42 Había tres que eran los mejores.
0:12:44 Pero cómo se distingue la diferencia de un rascador para ser este y mejor que este?
0:12:47 Yo no puedo decir únicamente el rascado.
0:12:49 ¿A vos te rascan siempre igual?
0:12:54 Pero no te rascas, no te rascas.
0:13:02 ¿Le pasa siempre al lado?
0:13:04 Pasando tal cosa ahí un poquito más.
0:13:12 El otro lado te dije, más al medio, más arriba, más abajo, no cierta nunca.
0:13:16 Hemos sido a la discoteca y le hemos contado repetidamente esta historia
0:13:20 de un discotecario sin recibir ninguna clase de respuesta.
0:13:23 Es un bruto, un bruto de caliente.
0:13:25 Ahora que estás terminando el año, se lo te voy a decir.
0:13:29 Le hablé de las rosas que se dó hasta aquí al viral en un vislumbre racionalidad.
0:13:33 Me dijo, si es una historia con rosas, tengo una canción que se llama El Rosal.
0:13:38 Ah, bueno, muy apropiado. La verdad que estuvo bastante bien.
0:13:41 Estuvo bastante bien y cuíse desmayo.
0:13:43 Así que escucharemos una canción criolla
0:13:48 que cantará Carlos Gardel, acompañado de Juan Cruz Mateo, un pianista.
0:13:53 Y esta canción criolla es del mismo autor de la comparsita, pero no tiene nada que ver con la comparsita.
0:13:59 Así que escucharemos El Rosal, compuesto seguramente por Matos Rodríguez,
0:14:04 pensando en esta historia de Natalia Lopugina y de Sabel Petrovna.
0:14:09 Adelante, pues.
0:15:48 El Rosal es el único autor de la comparsita.
0:15:53 Y el Rosal es el único autor de la comparsita.
0:15:58 Y el Rosal es el único autor de la comparsita.
0:16:03 Y el Rosal es el único autor de la comparsita.
0:16:14 Era Carlos Gardel.
0:16:16 En la venganza será terrible el Rosal.

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