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6 de Febrero de 2014

James Nayler, el cuáquero seductor

Transcripción automática

0:00:12 Continuamos en La venganza será terrible
0:00:14 Estamos en el auditorio de Radio del Plata, en la calle Gorrite 5963
0:00:19 Si no viniste después de venir mañana y así, cualquier noche, a la medianoche y es gratis
0:00:26 Vamos a hablar esta noche
0:00:30 De un cuáquero
0:00:32 James Naylor se llamaba
0:00:35 Se llamaba el Cuáquero seductor
0:00:38 El Cuáquero seductor es un título impresionante
0:00:42 La historia también, ya va a ver
0:00:45 En la actualidad hay unos 7000 cuáqueros
0:00:49 Los cacos, los tembladores
0:00:52 Una secta que ya lo hemos contado fue fundada por el inglés George Fox
0:00:56 A principios del siglo XVII
0:00:59 Hoy hablaremos de un problema que tuvieron los cuáqueros en sus inicios
0:01:08 La congregación casi se disolvió por culpa de un compañero de Fox
0:01:13 Llamado James Naylor
0:01:15 Naylor había nacido en 1618 en Yorkshire
0:01:20 Y se cronista que nada hacía pensar que podía suceder algo extraordinario en su vida
0:01:27 En el año 1651 George Fox pasó cerca de la casa de Naylor
0:01:35 Y se encontró con él de pura casualidad
0:01:38 Seguramente, líder de los cuáqueros lo habrá meloneado un rato
0:01:44 Y Naylor decidió apoyar esta nueva religión y ponerse a su servicio
0:01:51 Bueno, muy pronto empezó a temblar y a adorar desemprendadamente a la divinidad
0:01:58 Tal cual como acostumbraban a hacer los cuáqueros
0:02:01 Ahora bien, luego de la visita de Fox, se produjo otra visita
0:02:07 Más contundente, Naylor contó que paseaba por el campo
0:02:13 Cuando se le presentó Dios mismo en persona
0:02:18 Y le dijo, la siguiente palabra, deja a tus amigos la casa y anda
0:02:25 Una sintaxis bastante poco feliz por provenir de Dios
0:02:31 Por favor, señor
0:02:34 Deja a tus amigos la casa y anda
0:02:38 Curiosamente, no hubo éxtasis, ni siquiera mucho entusiasmo por parte de Naylor
0:02:45 Naylor estaba casado, tenía dos hijos
0:02:50 Y la idea de abandonarlos le resultaba intolerable
0:02:53 Es decir, la orden de Dios le presió inconveniente
0:02:57 Así, día tras día posponía el viaje que Dios le había encomendado
0:03:02 Y no dejaba la casa y no andaba
0:03:07 Y ahí apareció un rasgo que es fundamental
0:03:10 Y que es casi único en esta clase de situación
0:03:13 Naylor le residió su destino, señalado por Dios, arregañadientes
0:03:17 No le gustaba, aquel toque divino le resultaba molesto
0:03:24 Tan molesto que él mismo se volvió uranio, confundido, comía poco
0:03:30 No hablaba nada, estaba fastidiado por la orden que había recibido de Dios
0:03:35 Pero bueno, un día dijo, más está bien, ya que está, me voy
0:03:40 Y abandonó la granja y sus hijos, empezó a caminar
0:03:44 No tenía ni una moneda en el bolsillo, no duró mucho
0:03:48 La primera puerta que llamó justo era la puerta de un juez
0:03:54 El juez Fell, que tenía pocas pulgas y lo detuvo por vagabundo
0:04:01 Y lo metió en cana, la primera noche, la primera puerta que golpea en su predicación, preso
0:04:07 Ahora empezó entonces a predicar su fe en la prisión
0:04:12 Y si ya que no puedo ir por el mundo, voy a predicar acá la prisión
0:04:17 Y ahí lo acusaron de Blasfemo
0:04:22 Y bueno, estuvieron en cana unos años, fue liberado, viajó a Londres
0:04:29 Y allí sí se convirtió en un auténtico militante de la religión de Fox
0:04:34 En 1655 le encargaron regresar a sus tierras para establecer allí un centro
0:04:42 La Sociedad de los Amigos, se llamaba, ahí de Cuáqueros
0:04:47 Su eloquencia era admirable y pasó a ser entonces un verdadero predicador profesional
0:04:54 El número de fieles aumentó con rapidez
0:04:57 Pero la mayoría de los que llegaban ahí al centro de la Sociedad de los Amigos eran mujeres
0:05:03 Parece que Neyler era un hombre bien parecido, las dejaba estaciadas las dejaba
0:05:09 A partir de 1656 las reuniones que presidían se veían constantemente interrumpidas por los gritos histéricos de sus partidarias
0:05:19 ¡Oh! y todos gritaban
0:05:22 Y el asunto es que el tipo se transformó en objeto de un culto personal
0:05:28 En verdad no tenía mucho que ver con la religión del otro, no de Fox
0:05:32 Una de sus discípulas adquirió una importancia determinante, se llamaba Marta Simons
0:05:39 Pero con D, o se llamaba así, o acá hay una D que se le escapó
0:05:44 Era una Marta Simons, era una admiradora desenfrenada, una gran tembladora
0:05:52 Bueno, un Cuáquero que no sepa temblar, bueno, de poco sirve
0:05:56 Pero ésta era muy Cuáquera, temblaba maravillosamente
0:06:01 Dirigía un comando de mujeres que se dedicaba a buchear en las reuniones de otras sectas
0:06:09 A otros, incluso otros líderes Cuáqueros, Iván
0:06:14 Sí, sí, a otros tipos, claro, y Neyler la retó, pero no hubo caso
0:06:19 Marta Simons, que probablemente tenga la D porque se repite aquí
0:06:25 Le dijo que hacía eso por él, y entonces siguió siempre con sus abucheos
0:06:31 Algunas malas lenguas afirmaron que la mena lo había hechizado
0:06:36 En cierto ocasión la mujer lo invitó a su casa, dice Che, venía a mi casa
0:06:41 Allí Neyler estuvo tres días, aparentemente experimentaron un intenso transemístico
0:06:51 Pronistas más sensatos dicen que se amaron con notable fervor, minga de transemístico
0:06:59 Marta le sugirió a Neyler que fundara su propia religión, le dijo
0:07:05 ¿Qué tenés que andar con la religión de Fox? Fundaba tu propia religión, macho
0:07:11 Y Neyler le hizo caso, claro, Fox se indignó, imagínense
0:07:15 Siempre dujo entonces la ruptura en el movimiento de los Quackers
0:07:19 La actitud de Neyler no hizo sino reforzar el fervor de sus discípulos
0:07:25 Ya lo llamaban rey de Israel, o hijo del todo poderoso, o cualquier cosa
0:07:30 Ahora, Sosel Mesías le decían, ¿Y Neyler? A Neyler no le gustaba eso
0:07:36 No sabía qué hacer, le decía que a los discípulos que no estaba, seguro
0:07:42 De ser ni tan siquiera un místico, como que las muchachas cada vez más entusiasmadas
0:07:48 Lo convirtieron en su Dios
0:07:50 El 24 de octubre de 1655, Neyler aceptó montar un caballo blanco guiado por dos mujeres
0:07:59 Que caminaban de rodillas por el barro delante del caballo, una cosa muy difícil ya sea
0:08:05 ¿Qué sacrificio?
0:08:07 Con un rodeado de damas histéricas y de algunos aduladores en transe
0:08:12 ¡Oh! Veo cómo es el adulador en transe
0:08:17 Con todos los que conocemos
0:08:19 Bien, este...
0:08:22 Y entraron a la ciudad de Bristol
0:08:25 Hicieron una entrada real y messiánica si se quiere
0:08:29 Los transeuntes miraban atónitos frases
0:08:33 Neyler con también lo mismo, pasivo, dejaba que las cosas ocurrieran
0:08:39 Hasta que al final vino la cana, lo paró la cana
0:08:44 Este muchacho que está ahí arriba del caballo es Dios
0:08:47 Los llevaron en cano y lo torturaron
0:08:51 Al ser interrobado por la se autoridad él dijo que él era el messián pero sólo de aquella gente
0:08:56 Que a los demás no quería ni molestar
0:09:00 Pero Neyler fue expuesto en la picota, recibió unos cuantos azotes
0:09:04 Le atravesaron la lengua con un fierro caliente
0:09:07 Le marcaron la letra B
0:09:11 De Blasphemo
0:09:13 La B corta de Blasphemo
0:09:16 Esto en la frente
0:09:19 Mal trecho Neyler fue conducido a la entrada de Bristol
0:09:23 Y lo obligaron a parodiarse a sí mismo
0:09:27 Un montón de muchachas desesperadas lo acompañaron en todo su suplicio
0:09:32 En realidad Neyler lo que quería era abandonar aquel oficio de Mesías
0:09:36 Ya estaba podrido
0:09:38 Y cada transe de sus enamoradas era un golpe para él
0:09:42 Bueno, lo volvieron a meter en cana, estuvo cuatro años
0:09:46 Al final Neyler regresó junto a George Fox
0:09:50 Arrepentido y reanudó su culto cuáquero como un discípulo cualquiera
0:09:55 Perturbado, creía recibir indicaciones divinas
0:09:59 Que lo instaban a proclamarse otra vez todo poderoso
0:10:03 Parece que Dios le hablaba, parece que...
0:10:07 Proclamante de todo poderoso
0:10:10 Pero Neyler escapaba de estos embates divinos
0:10:14 Incluso le rogaba a Dios que lo dejara de molestar
0:10:18 Yo me digo, por favor, déjame...
0:10:21 No me molestes más
0:10:23 Pero no lo lograba
0:10:25 En 1660 murió aquel hombre que fue Mesías sin quererlo
0:10:30 Que sí termina la historia, tu pena historia de este cuáquer
0:10:34 James Neyler
0:10:37 Que yo dedico a todos nuestros cuáqueros amigos
0:10:41 En Pennsylvania, en Philadelphia
0:10:43 Nuestro amigo Volter, que tanto escrito sobre los cuáqueros
0:10:47 Y a todos los que tiemblan
0:10:50 Y a los fabricantes de los cereales cuáqueros
0:10:56 Se pueden adquirir en los buenos supermercados
0:11:00 Una historia extraordinaria porque el tipo no quería
0:11:05 Un poco quería, me parece
0:11:07 A mí me parece, eso le iba a decir
0:11:09 Que si hacía y que no quería, pero quería
0:11:12 Como todos los que queremos
0:11:14 Que un poco nos hacemos los que queremos
0:11:16 Pero los hacemos los que no queremos, pero queremos
0:11:18 Es que es la manera de querer
0:11:20 Es la manera de querer, es hacerse un poco y que uno no quiere
0:11:23 Para ver si el otro quiere tanto como para insistir
0:11:28 ¿Por qué se hace rogar uno?
0:11:30 Para certificar el deseo del otro
0:11:33 Si el deseo del otro no es tan fuerte como para insistir
0:11:36 ¡Visto!
0:11:39 Yo hago así por lo menos
0:11:41 Está muy bien, señora
0:11:42 Si viene una dama, por ejemplo
0:11:44 Me se van a estar el mirror
0:11:46 Primera impresión, no
0:11:48 ¿Qué le parece si nos refocilamos juntos
0:11:52 A como diera el lugar?
0:11:54 Y le digo no, la verdad que no
0:11:56 Ah bueno, la mina se va
0:11:58 Digo, no tendría tanta gana
0:12:00 Ahora se insiste y dice
0:12:02 ¡Ele!
0:12:03 ¡Qué papel también es de ella!
0:12:07 Ya que insiste
0:12:11 Esa es la forma en que procedo dos
0:12:14 Me ocurre muy pocas veces todo esto
0:12:16 Es extraño, ¿no?
0:12:18 No me ha ocurrido nunca
0:12:20 Se tiene que arrepentir
0:12:22 Que venga una mina y me diga buenas tardes
0:12:24 Vengo a que nos revoiquemos entre los suyos
0:12:26 Para decirle no
0:12:28 ¿Y qué ella de...?
0:12:30 Si ella insiste
0:12:32 Insisto
0:12:33 Acepto
0:12:36 Es lo que me gusta
0:12:38 Es poco probable
0:12:39 Ya lo previso mis emails todos los días
0:12:41 A ver si hay algo
0:12:45 Soy Fulana Tay, quiero revoicarme entre los suyos con usted
0:12:48 Entonces digo no acepto
0:12:50 Viene el...
0:12:51 Otro
0:12:52 Insisto, acepto
0:12:54 Es extraño
0:12:56 Es extraño
0:12:57 Nunca se usan
0:12:59 Hemos ido a la discoteca, etc.
0:13:02 Vamos a escuchar
0:13:04 Un bal que ha sido compuesto
0:13:06 Pensando los cuacos
0:13:08 En los tembladores
0:13:09 ¿Es verdad?
0:13:11 Se llama temblando
0:13:12 Sí, por si
0:13:13 Que otra cosa va a estar pensando alguien que compone un bal que se llama temblando
0:13:16 A mí me dicen temblando y yo pienso en los cuacos
0:13:19 Bueno, no sé
0:13:21 Escuchemos temblando
0:13:24 Hermoso Valls
0:13:26 Que canta ahora mismo
0:13:29 Don Ignacio Corsini
0:13:42 Linda estaba en la tarde en que la vide
0:13:47 El patio de su rancho acomodando
0:13:51 Y aunque guapo pa' todo me sentía
0:13:55 No pude hablarla
0:13:57 Y me quedé temblando
0:14:03 Estaba como nunca la había visto
0:14:06 Vestido al idianito de Sarazan
0:14:10 Con el pelo volcao sobre los hombros
0:14:13 Era una virgen que encontré en la casa
0:14:24 Ni ella ni yo ninguno dijo nada
0:14:28 Con sus opasos me siguió temblando
0:14:31 Dejóles como es que tenía en la mano
0:14:34 Me quiso hablar
0:14:37 Y se quedó temblando
0:14:41 Era el recuerdo del amor primero
0:14:45 Amor nacido en nuestra edad temprana
0:14:49 Como esas flores rústicas del campo
0:14:53 Que nacen de la noche a la mañana
0:15:07 Amor que estaba oculto en los adobes
0:15:14 De su rancho paterno tan sencillo
0:15:18 Y en la corrupción del hombro del patio
0:15:22 Escrito con la punta del cuchillo
0:15:28 Me di vuelta pisando despacito
0:15:32 Como quien desconfia de una trampa
0:15:36 Envolviendo recuerdos y emociones
0:15:39 Siempre las listas de mi poncho campa
0:15:50 No sé qué me pasó
0:15:52 Monté a caballo
0:15:55 Y salí garofiando a rienda suelta
0:15:59 Con todos los recuerdos y emociones
0:16:02 Que en la lista del poncho saqué en vuelta
0:16:06 Lidme estaba la tarde aunque en la vida
0:16:10 El bacho de su rancho acomodando
0:16:13 Y aunque guapo para todo me sentía
0:16:18 No pude hablarla y me quedé temblando
0:16:27 Era Ignacio Corsini en la venganza
0:16:30 Será terrible temblando

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