Transcripción automática
0:00:00 Hablábamos recién en Condorio, fuera del micrófono,
0:00:07 acerca de algunas letras de tango, y mire ésta, son los dos primeros versos de Sosiego en la noche.
0:00:19 En el blando lecho, que tiende el silencio,
0:00:25 recuestan su grave cansancio la sobra.
0:00:30 En el blando lecho, que tiende el silencio, recuestan su grave cansancio la sobra.
0:00:37 Nada más con ese centro lugoñano de la facilidad.
0:00:43 En ello la crítica al barroquismo y a la dificultad se ha perdido un poco de gracia en la vida.
0:00:50 Y hablábamos de esas cosas.
0:00:52 Desculpe que haya usado parte del programa para un comentario particular.
0:00:59 Ahora, otra cosa que le quería decir.
0:01:02 El otro día tiene una mina y...
0:01:07 Qué suerte que nuestras charlas particulares son amuebladas con cosas tales
0:01:14 como en el blando lecho que tiende el silencio, recuestan su grave cansancio la sobra.
0:01:21 Hablaremos hoy de un cuento chino, de un mito chino,
0:01:29 le podríamos llamar la rebelión de los soles.
0:01:33 Es una historia de la mitología china.
0:01:35 Se dice que en tiempos del emperador Yao,
0:01:39 apenas antes del emperador amarillo, que es el primero, sucedió algo increíble.
0:01:48 Tal como suceden otras mitologías,
0:01:51 la figura del sol entre los chinos de aquellos tiempos era antropomórfica.
0:01:56 El sol pensaba, sentía, etc.
0:02:00 Y en la mitología china una divinidad llamada Xijie
0:02:06 había dado a luz a 10 hijos que eran 10 soles,
0:02:11 no de un modo metafórico sino literal.
0:02:15 Así que no había un sol sino 10.
0:02:18 Estos soles vivían en la región de Tangu,
0:02:21 donde según cuentan había una especie de estanque,
0:02:23 allá en lo más profundo del oriente,
0:02:25 como mucho conviene desde el punto de vista astronómico.
0:02:29 Allí los hermanos se bañaban todos los días
0:02:33 y según dicen el agua estaba siempre caliente,
0:02:36 dada la naturaleza ígnea de los cuerpos de estos 10 soles.
0:02:41 Por otra parte, en el centro de Tangu crecía un árbol gigante llamado Fusang
0:02:49 que supiraba los mil metros de altura
0:02:52 y cuyo tronco sólo podía ser abarcado por los brazos unidos de mil personas.
0:02:59 El árbol tenía extendidas 10 ramas,
0:03:02 lo cual era muy conveniente para que los 10 soles hermanos reposaran.
0:03:07 El soberano del cielo había tomado la siguiente disposición.
0:03:13 Cada día uno de los 10 salía a alumbrar al mundo
0:03:18 y los otros 9 se quedaban así estacionados en el estanque oriental.
0:03:24 El que estaba de turno hacía su recorrido
0:03:28 y a su regreso le encargaba la aposta a uno de sus hermanos.
0:03:33 Ahora bien, según sigue el mito, estos soles hermanos,
0:03:38 me gusta mucho esta historia porque es muy parecida a otra,
0:03:43 es quizá madre o hija de otra, según la cual todo sol dura un día.
0:03:49 El sol que vemos hoy, no solo no lo hemos visto nunca,
0:03:53 sino que no lo veremos nunca más.
0:03:57 Cada sol que nace es único, cada sol que muere muere para siempre.
0:04:03 Todo caso es definitivo.
0:04:06 Me parece una idea bastante más interesante acerca de nuestras vivencias,
0:04:10 pero no es muy orientada.
0:04:14 Además está el vacío hasta personalizada.
0:04:18 Bueno, bueno, no importa.
0:04:19 Acá había 10 soles
0:04:21 y parece que los que se quedaban en el estanque se aburrían
0:04:25 y se lamentaban de tener que alumbrar solamente una vez de cada 10.
0:04:31 Entonces, medio retobado contra las disposiciones del sobrano del cielo,
0:04:36 tuvieron la idea de salir todo juntos.
0:04:39 Entonces, un buen día al amanecer,
0:04:42 10 soles salieron del estanque de Tangun hacia el mundo
0:04:46 y se produjo la situación que todos ustedes ya estarán imaginando.
0:04:50 La tierra empezó a resultar sofocante, no había sombra,
0:04:54 los ríos se secaron, todo se marchitaba,
0:04:57 las personas trataban de ocultarse en cosas profundas, etcétera.
0:05:03 Mientras los soles se paseaban y se divertían en el cielo,
0:05:07 incluso trastornando su trayecto habitual y dando vueltas por todas partes,
0:05:11 el emperador Yao, que vivía en una cabaña rústica
0:05:15 y que era un hombre preocupado por el sufrimiento de su pueblo,
0:05:18 gritó a los soles que abandonaran las alturas.
0:05:24 Pero los soles hicieron caso omiso de las órdenes del emperador Yao.
0:05:31 Pero el que sí oyó esas órdenes fue el sobrano del cielo,
0:05:39 no ya el de la tía,
0:05:41 y el sobrano del cielo decidió ayudar al emperador
0:05:44 y llamó entonces a un valiente.
0:05:48 Qué curiosa este juego del poder.
0:05:54 El emperador terrestre ordena a los soles, los soles desobedecen,
0:06:01 y entonces el sobrano del cielo resuelve intervenir.
0:06:05 ¿Y cómo interviene? Llaman un hombre, laman un héroe.
0:06:08 Eso es ella del orden, ¿no? Esa es ella natural del orden.
0:06:11 Sí, y este valiente se llama Ou-Gi, un héroe.
0:06:17 El sobrano del cielo dijo,
0:06:19 los soles han traicionado mi voluntad y hacen alarde de su poder en la altura.
0:06:25 Toma este arco rojo y estas diez flechas blancas, y castígalos.
0:06:31 Ou-Gi acató las órdenes del sobrano del cielo,
0:06:35 anduvo por la tierra y le disparó a uno de los soles.
0:06:39 Se escuchó entonces un estruendo espantoso,
0:06:43 y cayó una bola encendida.
0:06:46 El resto de los soles se abrieron rajando, pero no lograron escapar.
0:06:50 Ou-Gi le disparó a ocho más.
0:06:54 Y ya estaba por ensartar al último,
0:06:57 cuando el emperador Yao, que era justo, pero también inteligente,
0:07:01 advirtió que este último sol era extraordinariamente útil para todos,
0:07:06 y que había que dejarlo.
0:07:08 Ou-Gi estuvo de acuerdo, guardó sus flechas,
0:07:12 y en el cielo permaneció sólo uno de los hermanos,
0:07:16 que estaba tan empalidecido por el susto que aquel día fue bastante fresco.
0:07:21 Poco a poco la tierra volvió a ser como antes.
0:07:27 El héroe quiso regresar a su morada, que estaba en el cielo.
0:07:33 Pero la gente le rogó que se quedara para celebrar la victoria,
0:07:37 y para ayudar a la gente a luchar contra otras calamidades que aún existían por así.
0:07:44 Así Ou-Gi permaneció ausentando monstruos,
0:07:49 y ayudando a los indefensos por toda la China,
0:07:52 y se convirtió en una especie de Heracles.
0:07:56 A mí me gustó muchísimo esta historia,
0:08:00 esta breve historia que hemos contado.
0:08:03 Con mucha humildad digo que prefiero aquella otra de los soles sucesivos,
0:08:08 que es lo contrario del eterno retorno.
0:08:12 Es decir, que nadie ha regresado nunca.
0:08:16 Es un mito entrópico.
0:08:20 ¿A quién dedicaré esto?
0:08:22 Estaba pensando, Alejandro, algunas cosas.
0:08:25 Pensaba en el perfil, aún poco antropomórfico,
0:08:30 que era la idea del sol en otros pueblos.
0:08:33 Pensaba en Inti, aquello que es un amigo escandinavo,
0:08:38 que también estaba del otro lado del Pacífico.
0:08:41 ¿Y qué hace un hombre valiente, un científico valiente?
0:08:44 Él mismo lo demuestra cruzando el Pacífico en balsa.
0:08:47 No está mal para estos tiempos que corren.
0:08:49 Ir en busca del sol, como le decía.
0:08:51 No hemos hecho otra cosa que ir en busca del sol.
0:08:54 Esa muy curiosa forma también adquiere la apropiación de un poder
0:09:00 para que alguien en ese mismo oriente, muy cerca, en el Japón,
0:09:05 ha sanombrado ese lugar como el imperio del sol en la Siente.
0:09:08 Y esto, ciertamente, podría haber sido una advertencia
0:09:11 para los problemas de raza, que hubo racistas, que hubo después de institución.
0:09:15 Pero al mismo tiempo la bandera del micado da la impresión
0:09:17 de ser esa especie de rayos que se aprenden.
0:09:20 Es exactamente eso.
0:09:23 Estaba pensando también, interesante, que cuando hay que buscar un valiente,
0:09:28 sea un hombre, esto que está a cabo usted,
0:09:30 porque de qué otro modo se puede ser valiente,
0:09:32 si no uno no ha conocido el miedo.
0:09:34 Claro, los dioses no pueden ser valientes.
0:09:37 No tienen esa prerrogativa, porque al ser indestructibles,
0:09:42 el valor no tiene sentido.
0:09:44 Y además, pero sí forman parte de la misma cadena.
0:09:46 Aquí está la otra cosa maravillosa de los ambientales.
0:09:49 El hombre sigue las reglas de la Tierra,
0:09:52 porque la Tierra es más poderosa, la Tierra sigue las reglas del cielo.
0:09:56 El cielo sigue las reglas del Tau.
0:09:58 El Tau sigue sus propias reglas, porque hay cosas que están fuera de alcance
0:10:01 de la comprensión humana, y eso no está mal.
0:10:03 Pero también pensaba Alejandro, esta cosa de esto de ser sol,
0:10:07 tuvimos un hombre en Occidente, el rey sol, que tú se se va a creerlo.
0:10:11 Y, según le había que tenemos nosotros del cielo,
0:10:14 no puede haber más de un sol.
0:10:16 El excesivo brillo de alguien, el excesivo brillo de una persona
0:10:19 convencida de su capacidad solar, debe generar necesariamente
0:10:22 una enorme soledad.
0:10:24 Yo pensaba que uno que se sabe más bien opaco, sombrillo, un brillo,
0:10:29 quizás tenga cada tanto la felicidad de salir a la vida
0:10:33 y poder marcar un poco por un caminito soleado.
0:10:36 Y, caminito soleado es la canción que vamos a escuchar ahora.
0:10:41 Yo quiero decir que la soledad del demasiado brillo
0:10:46 se contrapone a la felicidad del brillo aunado que es propio de las estrellas.
0:10:57 La estrella tiene un brillo colectivo, es indispensable que sea colectivo,
0:11:01 porque si no sería insignificante.
0:11:04 Bueno, se puede elegir.
0:11:07 Se puede elegir perfectamente.
0:11:09 No está mal que uno sepa que el sol es una estrella.
0:11:11 Sí, y además no está mal que la vida se alterne entre personas únicas
0:11:19 y brillantes como el sol y multitud de personas nocturnas
0:11:25 con brillo colectivo y estelar.
0:11:29 Vamos a escuchar ahora a Carlos Gardel en Caminito Soleado.
0:12:09 Mi heritera, los pastos amigos que son el pianderos
0:12:18 como un dulce corzuelo, su verde saludo me hacía llegar.
0:12:29 Prusa de dolor, el desigual y exunda la venía de mi pobre carreta
0:12:36 con su carregal de esperanzas las ruedas hacían al viernes toda en venta
0:12:43 y cuando ya te la besaba la hondura del vano de lenta corriente
0:12:50 una congojada siente detuvo su impulso parando su aldar
0:12:56 porque la que narrocito a veces tus ojos se saben mirar.
0:13:06 Y cuando vi son casitas de pulos celosos me sobro el panpero
0:13:26 para contarle chismosos me traigo mi apero, mi enfrenta de amor
0:13:33 para su pelo una cinta que llevo escondida de lindos dolores
0:13:40 para sus labios mi antoco y para sus ojos su claro cristal
0:13:46 y para su blanca garganta el criollo que caneta tiene este caneta
0:13:56 claro, caminito curioso, florido y soleado
0:14:04 y era yo que sea sombre cual es lo mejor para al verme llegar.
0:14:18 Era Carlos Gardel en la venganza será terrible, caminito soleado.
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