Transcripción automática
0:00:00 Vamos a hablar esta noche del rey de Lidia y del soorno de los oráculos.
0:00:14 Así que, tomemos un mapa primero, por favor, cada uno de ustedes saque su mapa o su GPS.
0:00:25 Un mapa actual para saber cómo era el mar Egeo en la antigüedad.
0:00:31 Entonces, de un lado encontramos Atenas, Megara, Tresén, Aulide,
0:00:38 Aulide allí donde Agamemnon se detuvo para esperar buenos vientos, bueno, todo eso en lugar.
0:00:44 De un otro lado, a la derecha, la derecha del mapa, ahí señora, no, no, acá no, ahí.
0:00:51 Está Misia, Leto, la isla de Samos, Lidia.
0:00:58 Lo que hoy es Turquía, que entonces era parte del mundo griego.
0:01:04 Bueno, en esa región del este estaba Lidia.
0:01:09 Y en Lidia vamos a ubicarnos para contar lo que pasó con el rey llamado Creso.
0:01:17 La capital de Lidia era Sardes y esta región estaba lindando con el enorme Imperio Persa.
0:01:26 Y el Imperio Persa estaba en su momento de máxima extensión.
0:01:32 Llegaba justamente hasta ahí, hasta Turquía y por allá llegaba, por el otro lado llegaba hasta la India.
0:01:39 Quiere decir que en Lidia estaban seriamente amenazados por el Imperio Persa.
0:01:47 Esta era la situación geográfica.
0:01:49 Allá por el año 700 a.C., los reyes de Lidia compadreaban que su genealogía se remontaba a Heracles
0:02:01 y que habían gobernado durante 22 generaciones que son muchas, hasta la llegada al trono de Candáules.
0:02:09 Qué lindo nombre, Candáules.
0:02:12 Parece un número cuatro de central.
0:02:17 El chino Candáules.
0:02:21 Ahora bien, el rey Candáules sí hactaba de la belleza de su esposa.
0:02:31 El tipo se dice, oh, que linda con mi mujer, bla, bla, bla.
0:02:35 Y le gustaba que los demás admiraran esa belleza.
0:02:41 Miren mi esposa, ¿a qué se le ha dado?
0:02:43 Le decía, ponerte vestido corto, todo beza.
0:02:47 Un día, incluso cuando venían dignitarios de otros países,
0:02:54 los agarraba del hombro a los embajadores y decía,
0:02:58 ¿vió esa mina que viene ahí?
0:03:00 Y dice, ¿qué le parece?
0:03:02 ¡Uy!
0:03:03 Mi esposa.
0:03:05 Un día el rey se ocultó con un guardia, que era muy amigo de él,
0:03:10 guardia favorito, llamado Gilles.
0:03:15 Y el rey lo llevó a los aposentos de su mujer
0:03:20 con el propósito de que el tipo viera cómo la reina se cambiaba o se lavaba, no sé qué.
0:03:27 Vamos, para que viera lo hermoso que era desnuda.
0:03:30 Dijo, mirá, vamos a escondernos, ya acaba.
0:03:33 Pongo voz de vicioso, ¿no?
0:03:36 O sea, la que tengo.
0:03:40 Nos escondemos tras el sillón y la miramos.
0:03:44 Y se llevaba a un amigo a participar de una especie de partusa visual.
0:03:50 Bueno, ¿y estaba ahí?
0:03:54 Lo que no sabían ni el rey ni su amiguete era que la reina ya sabía de todo esto.
0:04:02 Sabía que el rey se escondía atrás de los sillones con amigos
0:04:07 y con embajadores de otros países para verla cuando se desnudaba.
0:04:12 Y ya estaba un poquito cansada de esa costumbre de candáules.
0:04:17 Bueno, la mina se desvistió, candáules y Gilles ahí atrás del sillón.
0:04:23 ¡Oh, Dios me crece!
0:04:25 Hay una expresión, reprimíe las expresiones para que no era la reina, ¿no?
0:04:30 Bien, no importa.
0:04:32 Al día siguiente, la reina que lo llama a Gilles, hay guardia.
0:04:38 Y le dice, mirá, Gilles, ya sé lo que hicieron a noche, vos y el cornudo de mi marido.
0:04:50 Y yo tengo mucho poder aquí, tanto es así que soy la reina.
0:04:55 Y he decidido que tiene que morir o el hombre que planeó esa acción
0:05:03 o el que se había sumado a esa.
0:05:06 Vos elegí, podés optar entre matar al rey y casarte conmigo
0:05:12 o ser muerto de inmediato por mis efirros.
0:05:17 ¿Se entiende, Gilles?
0:05:19 Sí, sí, bueno.
0:05:21 Y a vivir en que eligió Gilles,
0:05:25 candáule fue asesinado.
0:05:28 Y así empezó la dinastía de los mermeladas, se llaman, no mermeladas,
0:05:35 mermeladas.
0:05:37 Aunque en general el pueblo lidio se mostró indignado por el asesinato del rey,
0:05:42 Gilles, el nuevo rey, el nuevo esposo de la muchacha ésta,
0:05:48 los convenció para que, por lo menos,
0:05:50 aguardaran un dictamen del oráculo de Delfos acerca de este cambio de gobierno.
0:05:56 Así que mandaron a consultar al oráculo para ver qué decía.
0:06:01 Y el oráculo se pronunció a favor de Gilles.
0:06:05 Dijo más sí, dijo el oráculo.
0:06:09 Y no fue ajena la circunstancia de unos generosos regalos de oro y plata
0:06:15 que Gilles hizo a la sacerdotiza de Delfos e incluso a los escribanos de ese oráculo.
0:06:22 Y yo estaba, ven, estos regalos son para ustedes.
0:06:25 Y ahora les vamos a preguntar qué va a pasar con este nuevo gobierno, que eso va.
0:06:32 Más allá de los regalos, el oráculo indicó que la dinastía de Gilles
0:06:40 perecería en la quinta generación.
0:06:44 Pero a Gilles y a sus amigos qué le importó.
0:06:47 Yo vi que me importaba la quinta generación,
0:06:50 y la atención a lo que pudiera ocurrirles a la gente del futuro.
0:06:56 Los tres primeros descendientes de Gilles fueron Ardis, Sadíates y Aliate.
0:07:03 Gobernaron un total de 118 años.
0:07:07 Estos tres reyes de Lidia consagraron la mayor parte de su tiempo
0:07:12 a hacer la guerra a sus vecinos o en el empeño de extender sus dominios.
0:07:18 Y lo hicieron, extendieron muchos dominios, que se convirtieron en un imperio considerable.
0:07:25 Los habitantes vivieron momentos de gran prosperidad, ya que cobraban tributo a los lugares conquistados.
0:07:33 En eso se basa la prosperidad de los imperios en la exfoliación de los vecinos.
0:07:40 Pero en el año 568 a.C. llegó al trono Creso,
0:07:46 el tataranieto de Gilles.
0:07:50 Era un hombre inteligente, rico, y según el cronista era el paradigma del pueblo Lidio.
0:07:59 Todos los hombres Lidio querían ser como Creso.
0:08:02 Ricos, inteligentes, palos, bien.
0:08:07 Pero él encarnaba a la quinta generación,
0:08:12 lo que indicaba una circunstancia infortunada.
0:08:16 Pero había pasado tanto tiempo que ya todos se habían olvidado de aquellas profecías.
0:08:22 Incluso muchos pensaban que el oráculo se había equivocado, en fin.
0:08:31 A los quince años de su reinado, Creso empezó a inquietarse
0:08:36 ante la expansión de otro imperio, el ya mencionado,
0:08:41 Imperio Persa.
0:08:43 El rey Persa Ciro ya había conducido sus tropas a comarcas vecinas
0:08:52 y Creso se vio ante las fuerzas del Imperio Persa.
0:08:56 Y decidió optar por la ofensiva,
0:09:00 atacar para ser senar el poder persa antes de que se volviera invencible.
0:09:07 Para diseñar la estrategia militar, sin embargo, decidió consultar algún oráculo.
0:09:15 Pero no sabía cuál, entonces resolvió probar oráculos.
0:09:20 A ver, cuáles eran más acertadores.
0:09:24 E hizo lo siguiente.
0:09:26 Envió mensajeros a seis oráculos, siete en realidad.
0:09:31 Y para comprobar la exactitud de sus profecías,
0:09:35 encargó que cada mensajero contara cien días desde su partida de Sardes,
0:09:42 visitara al oráculo en cuestión,
0:09:46 y le preguntara lo que Creso estaba haciendo en ese preciso momento.
0:09:52 ¿Entienden?
0:09:53 Vos vas allá, justo en el día tal, le preguntas qué estoy haciendo yo.
0:09:59 Y yo voy a estar haciendo algo que el tipo va a tener que adivinar.
0:10:04 Y el mensajero que regresara con la respuesta correcta,
0:10:10 es porque había visitado a un oráculo confiable.
0:10:14 Mientras los mensajeros estaban de viaje,
0:10:17 Creso representó un acto en el día 100 que nadie sería capaz de imaginar.
0:10:23 Y le daba una tortuga y un cordero,
0:10:26 y los cocinó en una olla de bronce.
0:10:30 Bueno, a mí es lo primero que se me ocurriría.
0:10:34 Cuando me dicen adivinar qué está haciendo el rey Creso,
0:10:37 le digo, qué gracia.
0:10:39 Seguro que está despedazando una tortuga y un cordero,
0:10:42 y cocinándolos en una olla de bronce.
0:10:45 Cuando los mensajeros regresaron con las respuestas de las distintas pitonizas,
0:10:51 le sorprendió al rey comprobar que una de ellas había acertado
0:10:57 y se trataba de la pitoniza de Delfos.
0:11:02 Creso quedó contento con el prodigio,
0:11:05 pero un poquito preocupado por qué, si justamente había sido,
0:11:09 el oráculo que había dicho que la dinastía de los mernadas
0:11:14 se terminaría en la quinta generación.
0:11:17 Creso no perdió tiempo
0:11:22 y le obsequió al oráculo.
0:11:27 Lo sobornó, le mandó a Delfos 117 lingotes de oro,
0:11:32 un león también de oro que pesaba 270 kilos, etc.
0:11:37 Ordenó también que todos los lidios hicieran un sacrificio por el oráculo.
0:11:42 Después le fue a preguntar cómo le iría en la guerra con Ciro.
0:11:47 Primero lo regalo, después yo qué tal, y se me pregunta,
0:11:51 cómo me va a ir en la guerra con Ciro.
0:11:55 Y el oráculo dijo las famosas palabras
0:11:59 que están en las páginas de entretenimiento de tantas revistas.
0:12:03 Si haces la guerra a Ciro, un gran imperio se destruirá.
0:12:09 Creso creyó al oráculo sobornable,
0:12:13 dijo con todo lo que le dije, ya está, le creo,
0:12:16 y dijo, pensó, hice bien.
0:12:19 Jamás pensó que el oráculo se refería al imperio lidio y no al persa,
0:12:24 pero en realidad yo creo que se refería a cualquiera de los dos.
0:12:29 Satisfuelcho y seguro Creso salió a batasar contra los persas
0:12:34 y perdió, para qué va a pantar con vueltas.
0:12:38 Ciro, el rey persa, celebró su victoria
0:12:43 y la celebró inmolando en una pira al propio Creso
0:12:48 como ofrenda a los dioses persas.
0:12:51 Era un hombre de pensamiento crítico, como se ve.
0:12:54 Y así fue, lo metieron en una pira, lo prendieron fuego, a Creso,
0:13:00 y ya estaba medio asadito.
0:13:03 Cuando se acordó de Solón, uno de los sientes sabios de Grecia,
0:13:08 que muchas veces lo había exhortado a la prudencia,
0:13:12 y gritó como invocándolo,
0:13:15 ay, Solón, Solón, Solón.
0:13:21 Y Ciro, que estaba mirando ahí como lo quemaba,
0:13:25 dijo, Solón, ¿quién es Solón?
0:13:28 Un hombre curioso, ¿no?
0:13:30 Ciro desaltara al prisionero, lo apagaron un poco con soda,
0:13:35 lo sacaron de la llama y lo interrogó.
0:13:40 Y en ese interrogatorio, Ciro descubrió que Creso tenía
0:13:45 muy buena información de lo que ocurría más hacia el oeste,
0:13:50 que era justamente donde él se proponía llegar.
0:13:53 Y Creso salgó su vida, pero no su imperio, ni su reinada.
0:13:58 Pasó el resto de sus días como esclavo y alcahuete de los persas.
0:14:04 Allí terminó, así terminó este hombre.
0:14:08 Victoria siempre me ha gustado mucho, principalmente el detalle
0:14:14 de probar a los oráculos para ver cuál funcionaba mejor.
0:14:19 Es un artículo de racionalismo, dentro de la más oscura superstición.
0:14:25 El título creía que algunos oráculos mentían,
0:14:30 pero creer que alguno miente es creer también que alguno dice la verdad.
0:14:35 Así que sí creía.
0:14:38 Escriptores posteriores lo han dicho mejor que yo.
0:14:45 Leo Creso presumía de astuto y puso a prueba a los farzantes
0:14:53 para ver por cuál se dejaría embaucar.
0:14:57 Lo está mal. Puso a prueba a los farzantes
0:15:01 para ver por cuál se dejaría embaucar.
0:15:04 Pero la mayor estupidez es sobornar a los clarividentes.
0:15:09 Eso es creer que el futuro es hijo de la profecía
0:15:13 y que el profeta construye el porvenir con sus palabras.
0:15:20 Siempre se ha dicho que el oráculo debe hablar de un modo oscuro impreciso.
0:15:28 La niebla es indispensable en toda revelación.
0:15:35 A veces la metáfora de la verdad es una mentira.
0:15:42 Veamos, el poeta declara su presencia hablando de la ausencia.
0:15:49 El héroe se hace inmortal justamente cuando ya sea muerto.
0:15:55 Las estrellas impasibles y silenciosas no nos dicen nada.
0:16:03 Pero justamente al no decirnos nada nos están queriendo decir algo.
0:16:19 Algo en la forma que se mueve
0:16:26 que me trae como un amor no es lo que se mueve.
0:16:31 Algo en la forma que se mueve
0:16:36 que no quiero creer en ti.
0:16:40 Sí, sabes, creo en ti.
0:16:50 Algo en la forma que se mueve
0:16:54 que no quiero saber de qué lo amor es.
0:17:04 que no quiero creer en ti.
0:17:08 Sí, sabes, creo en ti.
0:17:23 Te preguntaste con mi amor.
0:17:31 No lo sé.
0:17:34 No lo sé.
0:17:41 Te pones en la parte que te hace raro.
0:17:48 No lo sé.
0:18:02 que no quiero creer en ti.
0:18:17 Sí, sabes, creo en ti.
0:18:32 Te preguntaste con mi amor.
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