Encontrá todos los archivos de audio en MP3 del programa de radio La Venganza Será Terrible de Alejandro Dolina

29 de Abril de 2011

**INEDITO**

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos de algunos estafadores. El primero de nuestra pequeña y simpática lista
0:00:05 es un señor llamado Montly Gregory
0:00:08 que hizo una fortuna vendiendo títulos de nobleza.
0:00:13 Había, a principios del siglo XX,
0:00:17 mucha gente que deseaba comprar títulos de cóndes, de marqués, etc.
0:00:23 Esto sucedió en Londres apenas terminada la primera guerra mundial.
0:00:28 Por esos tiempos, el primer ministro, Lloyd George,
0:00:31 vendía abiertamente honores en un intento por incrementar los fondos públicos.
0:00:37 O sea que sí había una venta de títulos que hacía el propio gobierno.
0:00:43 Pero claro, como siempre, había algunos títulos que se otorgaban sin venderse.
0:00:48 Entender el gobierno vendía títulos, pero a veces te los daba por mereciente.
0:00:53 Como si el gobierno empezara a vender ahora el poner el títulos de ciudadano ilustre.
0:00:58 Para mejorar el... ¿qué sé yo?
0:01:02 El Libin de la Casa, con un cuau.
0:01:05 Para mejorar el presupuesto, el gobierno vende títulos de ciudadano ilustre.
0:01:11 Pero también da a algunos...
0:01:14 Y si no, no vale.
0:01:15 A los ciudadanos ilustres.
0:01:17 Muy bien. Esto es lo que pasaba en Londres.
0:01:20 Gregory, este Gregory, era dueño de un club.
0:01:24 Yo los clubes ingleses son clubes de hombres.
0:01:27 Bastante exclusivo, al que solían ir algunos funcionarios del gobierno.
0:01:32 Y él entró en conocimiento, conversando con esos funcionarios,
0:01:37 de la lista de los hombres que serían distinguidos con nombramientos nobiliarios por sus méritos.
0:01:46 Sabía anticipadamente a quién iban a dar títulos de nobleza.
0:01:52 Y entonces empezó a venderles a esos mismos tipos,
0:01:56 los títulos antes de que se lo dieran gratuitamente.
0:02:01 Y los tipos compraban.
0:02:02 Y los tipos por ahí compraban, por ahí no, pero compraban.
0:02:05 Y nadie se sorprendía,
0:02:07 pues los compradores pensaban que Gregory era encargado gubernamental de vender títulos.
0:02:13 Y como el título después llegaba, nadie se sospechaba.
0:02:18 Y nadie se quejaba.
0:02:20 Y el gobierno tampoco se enteraba.
0:02:23 Muchos hombres nunca se enteraron de sus propios merecimientos,
0:02:28 porque creyeron haber comprado unos títulos que en verdad les habían sido dado por sus méritos.
0:02:36 Pero el negocio no lo duró mucho, Gregory.
0:02:39 En 1925 fue declarado ilegal todo comercio de honores,
0:02:44 incluso el del propio estado inglés, y se le terminó el asunto al pobre tío.
0:02:49 ¡Qué lástima! Porque realmente era un negocio extraordinario.
0:02:53 Vender, por ejemplo, nombramiento de ciudadano ilustre.
0:02:57 Potente irás que le van a dar el título de ciudadano ilustre, ponerle...
0:03:02 Enrique Pinti, que le dieron hace poco.
0:03:04 Claro, bueno, ponete que habrá. Se lo dará al té.
0:03:08 Entonces yo me entero que se lo van a dar al té, y digo, mirá, Barton,
0:03:12 si me da tanta guita, yo te puedo mover.
0:03:15 Estoy con el asunto de los nombramientos de ciudadano ilustre.
0:03:18 ¿Estás en eso?
0:03:20 Sí, sí, dame mil pesos.
0:03:22 De mil pesos te nombran ciudadano ilustre.
0:03:24 Y yo digo, me hace propagar, yo soy este tipo.
0:03:26 El poder que tiene.
0:03:28 Otro estafador, Arthur Ferguson, nació en 1870 en Escocia,
0:03:33 había estudiado teatro con el de la chico.
0:03:37 En la adolescencia había trabajado en una compañía teatral.
0:03:41 Y un día viajó a Londres, y allí comenzó a ejercer su profesión de actor,
0:03:47 pero con fines que no fueron precisamente artísticos.
0:03:50 Ferguson separaba cerca de los monumentos,
0:03:55 y los estudiaba con aire de profunda concentración.
0:03:59 Cuando se acercaba a algún turista y hacía alguna pregunta
0:04:02 acerca del monumento que el tipo estaba mirando,
0:04:05 Ferguson empezaba a su actuación.
0:04:07 En una ocasión estaba caminando
0:04:12 alrededor de la columna de Trafalgar,
0:04:16 y se acercó a un turista norteamericano de Iowa,
0:04:20 llamado Cooper,
0:04:22 y Cooper le preguntó por el monumento,
0:04:25 por cierto, del monumento de la Almirante Nelson,
0:04:27 que está en la punta de una columna.
0:04:29 Ferguson le dijo, mire, esta es la columna de la Almirante Nelson,
0:04:33 y lamentablemente no estará aquí mucho tiempo,
0:04:37 ya que el Estado de Inglés necesita venderla
0:04:42 a fin de saldar una deuda que tiene con los Estados Unidos.
0:04:45 Yo casualmente, dijo Ferguson,
0:04:48 soy el funcionario municipal que estoy a cargo de la venta.
0:04:53 Ahora, el que le preguntaba, el señor Cooper,
0:04:55 resultó ser un millonario amante del arte y del arte monumental,
0:05:01 y enseguida se mostró interesado.
0:05:03 Ferguson se hizo rogar,
0:05:06 argumentando que ya se había cumplido el plazo
0:05:09 para la realización de ofertas,
0:05:11 pero finalmente accedió.
0:05:15 Obtuvo un cheque por seis mil libras,
0:05:17 y a cambio le dio a Cooper un recibo,
0:05:19 y la dirección dio una compañía constructora,
0:05:22 encargada de trasladar el monumento a la casa de Cooper.
0:05:27 Bueno, muy contento, el comprador fue hasta la empresa,
0:05:29 presentó su recibo,
0:05:31 y recién cuando la compañía se negó a derrumbar
0:05:34 la columna del almirante,
0:05:36 Cooper se dio cuenta de que había sido estafada.
0:05:39 Ferguson utilizó la misma estrategia para vender el Big Bang,
0:05:43 después el palacio entero de Buckingham,
0:05:46 y ya lleno de dinero,
0:05:49 huyó a Estados Unidos en 1925.
0:05:52 Allí conoció a un ganadero de Texas,
0:05:55 que tenía como sueño vivir en la Casa Blanca,
0:05:58 y Ferguson, haciéndose pasar por una gente del gobierno,
0:06:01 le contó que el presidente estaba interesado en reducir
0:06:04 el costo estatal,
0:06:06 y le alquiló la Casa de Gobierno, la Casa Blanca,
0:06:08 por 100 mil dólares anuales.
0:06:11 Apenas tuvo el dinero en sus manos,
0:06:13 huyó Ferguson a New York,
0:06:16 y allí fue donde terminaron sus asañas.
0:06:19 Ventió el estatus de la libertad a un australiano,
0:06:23 pero cometió un error.
0:06:25 El australiano quiso sacarse una foto con él,
0:06:28 al pie de la estatua,
0:06:30 y Ferguson accedió.
0:06:32 Cuando la foto llegó a manos de la policía,
0:06:36 lo encontraron, lo arrestaron,
0:06:38 se lo sentenció a cinco años de prisión.
0:06:41 Cuando fue puesto en libertad, se retiró del negocio,
0:06:45 y hasta su muerte vivió en California,
0:06:47 rodeado de lujos.
0:06:49 Del Big Bang, de la Casa Blanca.
0:06:51 Ludwig, que es el tercero,
0:06:55 y último a nuestros estafadores,
0:06:59 había nacido en 1790 en Praga,
0:07:02 tenía 22 apodos, 22 alias,
0:07:05 y 45 arrestos.
0:07:08 Un día, leyendo el diario,
0:07:10 se entiró de quien...
0:07:12 No creo que haya nacido en 1790,
0:07:14 de todos modos, pero no importa.
0:07:16 Había nacido en Praga.
0:07:18 Un día leyendo el diario,
0:07:20 se entiró de que el gobierno francés
0:07:22 iba a restaurar la Torre Eiffel.
0:07:24 Habrá nacido en 1890.
0:07:26 Ludwig, que no hacía otra cosa que estafar,
0:07:29 pretendió hacer el negocio de siglo,
0:07:32 vender la Torre Eiffel
0:07:34 al mejor postor.
0:07:36 Primero, falsificó documentación
0:07:38 que lo hacía responsable del mantenimiento de la Torre.
0:07:41 Después hizo unas reservas
0:07:44 en la mejor suite del Ritz,
0:07:46 una vez allí invitó a cinco
0:07:48 de los empresarios,
0:07:50 de los empresarios metaluérgicos
0:07:52 del mundo, para presentarles un proyecto.
0:07:55 Les dijo que la Torre
0:07:57 sería desmantelada
0:07:59 y que se vendería como fiarro.
0:08:02 Los empresarios
0:08:04 se mostraron interesados.
0:08:06 Ludwig tenía un par de secuaces.
0:08:08 Un tipo llamado Robert Guillon,
0:08:10 exdomador de...
0:08:12 de leones.
0:08:14 Y Francois Latille
0:08:16 excrupié.
0:08:18 Ambos socios,
0:08:20 empresarios interesados en la compra.
0:08:22 Los cinco candidatos
0:08:24 hicieron sus ofertas bajo sobrecerrado
0:08:26 y uno de ellos, André Poisson,
0:08:28 ofreció el equivalente de dinero
0:08:30 a 7000 toneladas de mitad.
0:08:32 La ganancia de Ludwig
0:08:34 no estaba en cobrar todo el dinero,
0:08:38 en cobrar una importante comisión
0:08:40 por adjudicarla
0:08:42 y facilitar los trámites al comprador.
0:08:44 Incluso le pidió un soborno a Poisson,
0:08:46 con eso ganó 650 millones
0:08:48 de francos.
0:08:50 Al otro día Ludwig y sus secuaces se fugaron.
0:08:52 Poisson, cuando se enteró,
0:08:54 estaba tan avergonzado
0:08:56 que ni siquiera fue a la policía.
0:08:58 Después de un tiempo
0:09:00 y al ver que el asunto de la torre
0:09:02 no había trascendido,
0:09:04 los estafadores regresaron a París
0:09:06 y vendieron otra vez la torre.
0:09:08 Del mismo modo.
0:09:10 Pero esta vez sí fueron denunciados
0:09:12 y debieron huir.
0:09:14 Se fueron a los Estados Unidos
0:09:16 donde se quedaron sin dinero.
0:09:18 Ludwig entonces inventó
0:09:20 una falsa máquina
0:09:22 de falsificar dinero.
0:09:26 Una falsa máquina
0:09:28 de falsificar dinero.
0:09:30 Naturalmente el cliente también
0:09:32 debía ser un aspirante a Piola.
0:09:34 Se trataba de estafar a un estafador.
0:09:38 Y así lo hicieron.
0:09:40 Se vendieron la máquina a un empresario
0:09:42 que deseaba duplicar su fortuna.
0:09:44 Se llamaba Everlover.
0:09:46 La máquina, por supuesto, nunca funcionó.
0:09:48 Ludwig se fue con el dinero a Chicago.
0:09:52 Allí, en 1927, se hizo amigo de Al Capone
0:09:54 que lo llevó a trabajar con él
0:09:56 y se transformó
0:09:58 en el falsificador de dinero
0:10:00 más importante de los Estados Unidos.
0:10:02 En 1934 lo arrestaron
0:10:04 pero se escapó de su celda
0:10:06 por una ventana colgando de una sábana.
0:10:08 Se fue a Pittsburgh
0:10:10 y cambió su identidad
0:10:12 y le dio un jubilado
0:10:14 llamado casualmente Arthur Miller.
0:10:16 La libertad le duró poco
0:10:18 porque la policía lo encontró
0:10:20 y fue en Cana por 10 años.
0:10:22 Estuvo en Alcatraz
0:10:24 y allí murió en 1937.
0:10:26 Había falsificado
0:10:28 164 millones de dólares.
0:10:32 Me daba la maquinita.
0:10:34 Trabajaba muy bien.
0:10:36 Pero me gustó la falsa máquina de falsificar.
0:10:38 Hemos sido la discoteca
0:10:40 y el discotecario.
0:10:42 Primero trató de venderme
0:10:44 de sobornarlo.
0:10:46 Me quiso vender
0:10:48 una parte de lo venisco,
0:10:50 no toda.
0:10:52 ¿Qué parte le vendía?
0:10:54 La de la ventanista.
0:10:56 Había como una especie de guardilla
0:10:58 que estaba fenómena para llevarmina.
0:11:00 Y después me dio este disco
0:11:02 que ha sido compuesto
0:11:04 en honor a cualquier clase
0:11:06 de ventajero
0:11:08 atorrante, estafador
0:11:10 y se amacara rota
0:11:12 en la versión clásica
0:11:14 de Carlos Gardena.
0:11:38 La verdad es que no me ha dado bien la cara
0:11:40 que me haces el mortadera
0:11:42 a la hora de morpar
0:11:44 y es por eso que mi larga caes
0:11:46 y no cambias de ronro.
0:11:48 Los muchachos
0:11:50 pronto te van a britar
0:11:52 que hará rota
0:11:54 que no te perdas
0:11:56 ni una cuarta y algo de garro.
0:11:58 Que hará rota
0:12:00 que en tu vida
0:12:02 no has pagado ni por el chico Casino.
0:12:08 que apareces y por aviso
0:12:10 a la hora de morpar
0:12:12 tus caras rotas
0:12:14 Conseguir un nuevo acomodo
0:12:16 porque te van a enhermar.
0:12:26 Che, jirá, pateinfita, siempre y vos solo
0:12:28 no hay milonga ni casorio
0:12:30 donde no te entreveré
0:12:32 con tu cara de cemento
0:12:34 y todos digas
0:12:36 que carita
0:12:38 cuando se irán a ver
0:12:40 che atorrante vos sos una cosa seria
0:12:42 que empiezas a ser el vaganzio
0:12:44 y racales vos y a ti
0:12:46 ves si no querés que pronto
0:12:48 hasta los pibes del barrio
0:12:50 al funerete
0:12:52 te canten todos así
0:12:54 que hará rota
0:12:56 que en los te perdas
0:12:58 ni una cuarta y algo de garro.
0:13:00 Que hará rota
0:13:02 que en tu vida no has pagado
0:13:04 ni por equivojación
0:13:06 Carrolero
0:13:08 que aparece
0:13:10 sin proviso
0:13:12 a la hora de morpar
0:13:14 un cara rota
0:13:16 Conseguir un nuevo acomodo
0:13:18 porque te van a enhermar.
0:13:26 Era Carlos Gardel en la venganza
0:13:30 cara rota

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