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13 de Agosto de 2008

la accidentada entrada de Enrique IV a París

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos de Enrique IV, Rey de Francia y su accidentada entrada a París.
0:00:04 Enrique IV, el primero de los borbones en Francia, después del último Baluá que fue Enrique I.
0:00:16 En realidad hubo una guerra, murió barro, antes que pudiera hacerse con el trono Enrique IV.
0:00:26 Enrique IV estaba casada con una hermana del Rey anterior, que era Enrique III, un Rey que era muy amigo de los Salvañíes.
0:00:35 Y estaba casado con Márgenvo, que la hija de Catarina de Medellín, es enrique II,
0:00:43 una hermana de un montón de reyes sucesivos y digo para que sepan quién es el tiempo.
0:00:51 El tipo parece que era muy buen amante, pero tenía las patas sucias.
0:00:57 Y esto parece que lo desmereció un poco.
0:01:05 La que declaró eso fue Margote, que fue su mujer y decía que no podía soportar el olor a patas
0:01:13 y que eso lo descubrió en tu noche de boda, entró el tipo y medio que lo echó.
0:01:21 Pero fue un buen rey, un rey amado por su pueblo.
0:01:26 Gobernaba desde 1589, pero hizo su entrada en París en el año 1594.
0:01:33 Sucesía que después de la muerte de Enrique III, el Rey anterior, se asesinaba.
0:01:37 Varias ciudades que están... es el francés venía de una enorme guerra de religión,
0:01:42 protestantes contra los católicos.
0:01:45 Y durante uno de los reinados anteriores, algunos breves, de Carlos, tuvo lugar la noche de San Bartolomé.
0:01:55 Aquella famosa noche donde se mataron a todos los subbonotes, los subbonotes eran las protestantes.
0:01:59 Hubo una conspiración, parece que incluso te hacían una marca con pisas y eran subbonotes.
0:02:05 Y durante la noche fueron asesinados, andas a ver cuánto.
0:02:09 Pero la guerra había sido terrible, había desangrado a Francia.
0:02:13 Y en ese contexto, Enrique que era protestante, era el trono, guerrea con otras dos Enriques,
0:02:24 primero Enrique III hasta que se murió, después Enrique de Guisa.
0:02:28 Y bueno, está ahí, está ahí.
0:02:30 Goberna Francia, pero no pudo entrar en París todavía.
0:02:34 Porque París como algunas otras ciudades estaba en manos de algunos nobles que no lo querían,
0:02:40 él como Rey, porque era protestante.
0:02:44 Y lo respaldaba el Papa, lo respaldaba España a estos enemigos, era Enrique.
0:02:50 Porque Enrique era protestante.
0:02:51 Pero Enrique había luchado, había combatido, empezó a provocar con mucha habilidad divisiones
0:03:00 entre los miembros de esta liga que se le oponía.
0:03:03 Y en 1593 realizó un movimiento que lo reconcertó a todos.
0:03:08 Se convirtió al cartelísimo.
0:03:09 No lo querían por protestante, bueno, dijo el tipo, me convierto al cartelísimo.
0:03:13 Y ahí viene la famosa frase, que a veces usamos en este programa,
0:03:17 París bien vale una mesa.
0:03:19 Es decir, los protestantes no oyen mesa,
0:03:21 ellos dicen bien vale que yo oiga mesa si el resultado es poder entrar en París.
0:03:28 Pero otros historiadores más recientes han descuerto que jamás dijo París bien vale una mesa.
0:03:38 Y se nació así el proceso de la frase famosa de la historia.
0:03:42 En los últimos años ser historiador consiste en decir que la frase famosa jamás corondicha,
0:03:48 que la manzana de Newton nunca cayó sobre su cabeza, que Enrique no dijo nunca estas cosas,
0:03:53 que César no dijo tú también Bruto, que lo que pasó en realidad no pasó.
0:04:02 Lo que sí pasó es que soborró al comandante de París para que lo dejara entrar con su ejército
0:04:09 y marció sobre la ciudad.
0:04:11 Pero aquí se entró de afuera un tanto accidentada y provocó nuevos conflictos.
0:04:16 Parece que Enrique entró en París de noche, hacía mucho frío y tenía escarcha en la barba,
0:04:23 al tito, de tanto frío que hacía.
0:04:26 Pero la gente curiosa se apretogaba en las calles para ver al nuevo rey.
0:04:30 Y en una esquina, un muchacho vestido de negro,
0:04:35 le preguntó a uno de los vecinos quién era el rey.
0:04:39 Se dice cuál es el rey.
0:04:40 Cuando se lo señalaron y se dice que tiene la barba con escarcha,
0:04:44 el joven de negro se unió al cortejo, lo siguió a Enrique hasta el palacio.
0:04:50 El rey estaba con su favorita, Gabriel de Estrés, que era la que él quería verdaderamente.
0:05:00 Y hemos contado una negota muy graciosa de Enrique con Gabriel de Estrés.
0:05:04 Gabriel lo quería mucho al tipo, pero tenía otro amante.
0:05:12 No me acuerdo cómo se llamaba.
0:05:14 No me acuerdo cómo se llamaba.
0:05:16 Se llamaba el marqués de Belagarde.
0:05:23 Y bueno, la muy enamorada del rey, pero andaba con el Belagarde también.
0:05:28 Como cualquier.
0:05:30 Y un día estaba el Belagarde en la cama con la mena, con Gabriel de Estrés.
0:05:35 Y viene el rey.
0:05:36 Uy, me dices que viene el rey, viene el rey, viene el rey.
0:05:39 El Belagarde que se esconde bajo la cama.
0:05:43 Y entró Enrique, se mete en la catrera, que se llevó ahí,
0:05:49 se vuelve con un rato con Gabriel,
0:05:51 y pila unos caramelos que había traído.
0:05:56 Y se traje el caramelo.
0:05:58 Se mandó unos cuantos, le convidó a Gabriel,
0:06:02 y después se...
0:06:04 Me metí bajo la cama, cuatro o cinco caramelos, y sí, ya ahí.
0:06:11 Y después se levantó, y a las risotadas se fue.
0:06:15 ¡Tá bien!
0:06:17 No dijo nada, agarró de vosotros cuatro caramelos.
0:06:20 Un poco lo podía ver, pues sí lo veía por su condición del rey.
0:06:23 A lo mejor le tenía que responder al trato.
0:06:27 Bueno, estaba...
0:06:29 Estaba ahí, quedamos el muchacho de este vestido negro,
0:06:32 pregunta cuál es el rey, lo sigue hasta el palacio, que se yo.
0:06:36 En aquel lugar en el palacio, el rey iba a brindar una pequeña recepción.
0:06:40 Y el muchacho se fue colando, sin dejarse observar, sin hacer mucha bandera,
0:06:45 y llegó hasta el rey.
0:06:47 En un momento llegaron los señores de Rani y de Montigny,
0:06:52 que se inclinaban ante el rey, ahí todo muy...
0:06:55 una apretujada ronda de alcahuete.
0:06:59 Y cuando Enrique se agachó un poco para saludar,
0:07:03 el joven negro peló un culchillo,
0:07:05 y le subestuvo al rey un golpe en la cara.
0:07:09 Enrique quedó atontado, y pensó que había sido un accidente,
0:07:13 porque había una bufona que él tenía,
0:07:15 que estaba ahí a los salto, y pensé que se le había caído,
0:07:18 y lo había golpeado en la boca,
0:07:20 y sacó una muera, dijo, pero mira, está mina, qué loca.
0:07:26 Pero se quedaron mirando, todos al joven de negro, lo arrestaron,
0:07:31 y reconoció haber querido matar al rey.
0:07:34 Lo primero que dijo fue, le di muy alto,
0:07:37 yo quería acertarlo en el cogote.
0:07:40 Bueno, fue conducido a la cara, al tipo,
0:07:43 al tipo, al tipo, al tipo, al tipo, al tipo,
0:07:46 lo entrevistaron unos canas,
0:07:51 dicen, fue un atentado político,
0:07:53 decía, ¿concierto usted que lo mandó?
0:07:57 No, dice, y contó la historia.
0:08:01 El joven se llamaba Jean Chartel.
0:08:03 La crónica dice que tenía el vicio italiano.
0:08:07 Ya se sabe, entre los italianos y los franceses,
0:08:10 se ha hecho el cambio de nacionalidades
0:08:13 para los peores vicios y las peores enfermedades.
0:08:16 Al así, los italianos los llaman el mal francés,
0:08:19 y los franceses el mal de nápolis.
0:08:24 Y con este vicio italiano, también,
0:08:27 el vicio francés, el vicio italiano,
0:08:30 que es una forma horrorosa de denominar
0:08:33 ciertas preferencias sexuales,
0:08:35 y que se había desplegado con éxito
0:08:39 en tiempos enrique III,
0:08:41 que, como lo he dicho, también tenía esas preferencias.
0:08:44 Bueno, pero Jean Chartel agarró miedo de irse a infiar.
0:08:48 Porque en aquel tiempo la gente tenía miedo de irse a infiar.
0:08:51 Y se arrepintió.
0:08:53 Pero les pareció que había llegado tarde el arrepentimiento,
0:08:57 y siguió con miedo.
0:08:59 Pero lo peor es que algunos frailes
0:09:03 habían proclamado violentamente contra la sodomía,
0:09:07 y me pareció que nadie le iba a perdonar nunca,
0:09:10 que morirían pecado mortal.
0:09:13 Entonces, producto de esa obsesión, Jean Chartel,
0:09:17 proyectó matar al rey
0:09:20 para tener en el momento de la ejecución,
0:09:23 cuando lo ejecutaran a él,
0:09:25 la posibilidad de que lo absolviera.
0:09:28 Era casi automático que a los tipos que justiciaban,
0:09:32 los absolviera.
0:09:34 Y a él le convenía más a hacerse resolver
0:09:36 por un pecado mucho más grande,
0:09:40 porque estaba seguro que debería ser iba a perdonar.
0:09:43 Y si te absolve, te absolve.
0:09:45 Bueno, puede decir, lo tipo,
0:09:47 mire, te absolve por la fanela de la Fiambrería,
0:09:50 pero menos por engañarme con mi novia.
0:09:53 Bien, el caso es que hizo eso,
0:09:57 y confeso eso.
0:10:01 Y qué idea, no?
0:10:03 Que una culpa nueva y magna
0:10:06 iba a redimir todas las culpas anteriores y pequeñas.
0:10:09 Pero el sueño se realizó, no más,
0:10:12 porque dos días después del atentado
0:10:15 le dieron los últimos sacramentos,
0:10:18 lo perdonaron y lo descuartizaron.
0:10:22 Antes de morir, ya se sabía ganador del cielo.
0:10:26 Ahora bien, los cronistas, los jueces,
0:10:29 nunca publicaron estos móviles de Jean Châtel
0:10:32 que se han conocido gracias a otro Jacques,
0:10:36 Jacques de Sault, que era un cronista de esos días.
0:10:40 Los jueces prefirieron hacer creer en un atentado político.
0:10:46 Porque el tipo había sido educado por los jesuitas.
0:10:49 Y como los jesuitas estaban muy de acuerdo
0:10:52 con la liga que se oponía a Enrique,
0:10:54 aprovechaban para acusarlos a los jesuitas
0:10:56 de haber generado la conjura
0:10:58 y Enrique encontró una ocasión estupenda
0:11:00 para sacarse de encima sus enemigos
0:11:02 y el Parlamento ordenó el desquiero
0:11:04 de todos los jesuitas del reino.
0:11:06 ¿Sabes qué los jesuitas se pasan
0:11:08 haciéndose desterrar de todos los jesuitas?
0:11:11 Después, bueno, partieron en procesión,
0:11:14 los jesuitas insultados debían abandonar la capital
0:11:17 en tres días y Francia en quince.
0:11:19 La persecución fue tremenda.
0:11:21 El bibliotecario del Colegio Jesuita Jean Guignard
0:11:25 quiso quedarse y fue aborcado
0:11:27 porque se le encontró en el armario
0:11:29 un libro con notas contra el rey.
0:11:31 El Papa Clemente VIII se enfureció
0:11:34 y pidió a Francia por la revocación del decreto.
0:11:37 Hubo mucho debate y algunos años más tarde, en 1603,
0:11:42 Enrique dio permiso a la readmisión
0:11:46 de los jesuitas en Francia.
0:11:48 Parecen entonces ya los religiosos más cercanos
0:11:52 a la liga opositora, habían amainado,
0:11:55 Enrique estaba recontra, instalado en el lubre
0:11:58 y ya se había casado con la otra mujer,
0:12:01 que tuvo María de Medici.
0:12:04 De la primera, de Margarita de Valvá se divorció
0:12:07 porque no podía darle hijos, creo,
0:12:10 y se casó después con María de Medici,
0:12:14 con la cual, por fin, tuvo hijos varones.
0:12:18 Y iba a ser después Luis Trinche,
0:12:22 que según cuentan, era un chico muy mimado
0:12:28 por Enrique IV, que era un tipo muy aficionado
0:12:33 a las bromas de mal gusto.
0:12:35 Entonces, todas las minitas de la corte
0:12:41 lo malifriaban al pequeño de lo estresé
0:12:45 y le hacían toda clase de bromas sexuales,
0:12:48 todas las que se te pudo coger.
0:12:50 Que sé esto, que saqué, yo vení por acá,
0:12:53 con el siguiente resultado.
0:12:55 El niño creció con una aversión total al sexo.
0:13:02 Le repugnaba cualquier clase de contacto sexual.
0:13:06 Cuando se casó,
0:13:11 parece que no se acercaba a su mujer,
0:13:14 que no era otra que aquella reina, Ana,
0:13:19 de los Tremos que Tero.
0:13:24 Luis Trinche es el rey de los Tremos que Tero.
0:13:26 El hijo de Enrique es el rey de los Tremos que Tero.
0:13:28 Y en realidad la mina tenía algunas aventuras,
0:13:32 se habla del famoso Vincent Rice,
0:13:35 que no era otra que el inglés aquel, Buckingham.
0:13:40 Bueno, a lo que hubiese a esto,
0:13:44 el hijo de este muchacho,
0:13:46 el momento de Enrique Cuarte, el famoso Luis XIV,
0:13:49 dicen que no era hijo de él.
0:13:52 Porque todos juraban que el tipo no tenía mucha competencia
0:13:57 para las actividades que dan lugar a los nacimientos de criaturas.
0:14:05 Bueno, ¿por qué le cuento todo esto?
0:14:11 ¿Estábamos en París?
0:14:13 Sí, estamos en París ciertamente.
0:14:17 París, aquel París que bien valió una mensaje,
0:14:20 ahora daré unas cuantas.
0:14:23 Dedicamos a Enrique, a pesar de la crueldad que denotan
0:14:26 algunos episodios al final de la charla,
0:14:29 pero en el que el tipo se preocupaba por los pobres,
0:14:32 no está tan mal.
0:14:34 A la pobre bufona que fue acusada falsamente
0:14:39 y a todos que nos conocen.
0:14:42 Hemos ido a la discoteca y sin dudarlo,
0:14:47 el discotecario me dijo que aquellas cosas habían ocurrido
0:14:50 bajo el cielo de París.
0:14:52 Y este es el nombre del Valls que escucharemos
0:14:55 en la voz de Julié Greco.
0:15:03 Así que escuchemos ahora a Julié Greco
0:15:06 en Bajo del cielo de París,
0:15:09 compuesto para una película, pero esos son un pretexto
0:15:13 para disimular la verdadera alusión a este episodio.
0:15:20 Solo estaré unizado por Enrique IV.
0:15:22 Estoy absolutamente seguro o algo así.
0:15:57 El herbalero se construye sobre el aire peporeux.
0:16:05 Sube el pont de Berlissin,
0:16:09 un filozón así de musiciens
0:16:14 que el que va a dos filetons parmiés.
0:16:21 Sube el cielo de París,
0:16:23 hasta el día de la cantada.
0:16:28 Y me da un poco el pretexto de su vieja ciudad
0:16:35 cerca de nuestro amor.
0:16:39 ¿Para qué me trae?
0:16:43 Sí, pero no hay nada.
0:16:47 Todo puede arreglar
0:16:51 que el corollón de cielos
0:16:54 es el acorde de la marina.
0:16:59 El espoir que ríe
0:17:02 en el cielo de París.
0:17:08 Sube el cielo de París
0:17:11 en el que la lluvia es roja.
0:17:16 Y en el horno de la noche
0:17:18 se va a hacer los gobes.
0:17:25 los oídos de los viejos.
0:17:31 Sube el cielo de París
0:17:33 para revertir a los otros.
0:17:37 Sube el cielo de Marseille,
0:17:41 el marquín secreto de la luz.
0:17:47 el marquín secreto de la luz.
0:17:56 los oídos de los viejos.
0:18:03 los oídos de los viejos.
0:18:09 Sube el cielo de Marseille,
0:18:14 Sube el cielo de Marseille,

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