Transcripción automática
0:00:00 Bien, señores, hablaremos tal como hemos prometido,
0:00:04 de episodios entre algunos artistas y el público.
0:00:11 Empecemos con nuestro querido Frank List,
0:00:15 que no toleraba la falta de atención a su arte y hacía muy bien.
0:00:20 Cuando tocaba el piano, y es quizá el mejor pianista que existe,
0:00:24 según dicen algunos, pero no podemos saberlo.
0:00:27 Y la gente no ponía la atención de vida, List se enojaba muchísimo.
0:00:33 En una ocasión viajó a Rusia y tocó para el Sartre Nicolás I.
0:00:38 Poco después del inicio del concierto, List se dio cuenta
0:00:45 de que el Sartre se había puesto a hablar con un niato que tenía al lado.
0:00:49 List lo miró, pero el Sartre siguió hablando.
0:00:53 Un minuto después el pianista dejó de tocar,
0:00:57 y sólo quedó el murmullo de la semumumullo.
0:01:02 Y List se inclinó con una reverencia y dijo,
0:01:09 cuando su majestad habla, todos deben casar.
0:01:13 Y se la tomó.
0:01:17 Frank List despreció muchas veces a los poderosos.
0:01:22 Por ejemplo, a Luis Felipe de Francia lo trató de sordo.
0:01:26 Cuando Federico IV de Prussia, que había mostrado signos de somnolencia
0:01:31 durante una rastrode agungara probablemente,
0:01:34 le regaló este mismo rey que se había dormido.
0:01:39 Uno diamantes después del concierto.
0:01:44 Y List lo revolvió entre el público.
0:01:47 Cachó los diamantes y lo tiró a la tribuna.
0:01:49 Reporta a Célon a ver el dicho.
0:01:52 Ahora vemos que Pablo Picasso,
0:01:55 que pasó algún tiempo de su vida ante la vanguardia de Montmartre.
0:02:01 Esto es, a principios del siglo XX.
0:02:04 A partir de la obra de Moacel de la Viñón,
0:02:10 Picasso se convirtió en objeto de curiosidad
0:02:13 de los artistas y de los parroqueanos
0:02:16 y de los pacientes que pasaban por un local,
0:02:18 Bolić, donde iba todos los días Picasso.
0:02:21 Parece que lo espiaban, lo jorobaban,
0:02:23 porque ya se habían empezado a ser famosos,
0:02:25 o ya era famoso.
0:02:28 Y parece que él iba a pintar allí.
0:02:31 Le gustaba pintar en el Bolić.
0:02:33 Pero no podía porque los que se le acercaban
0:02:36 no lo dejaban concentrar.
0:02:39 Había personas que esperaban que él tirara algún papelito,
0:02:42 porque por ahí hacía algún bosquejo.
0:02:45 Entonces se apoderaban del papel.
0:02:48 Y algunos le pedían directamente que dibujara cualquier cosa
0:02:51 para guardársela.
0:02:53 Y eso lo enojo.
0:02:55 Un día, desdeñoso, Picasso,
0:02:57 trazó una recta y se la metió en el bolsillo
0:03:00 a uno que le había pedido un dibujo.
0:03:02 Picasso estaba molesto por todo esto
0:03:06 y pagaron el pato a unos artistas alemanes
0:03:09 que habían viajado especialmente para conocerlo.
0:03:12 Y se acercaron un día a él para rendirle homenaje.
0:03:15 Picasso estaba muy concentrado trabajando con un carbón.
0:03:19 Cuando lo vio, sacó un revolver
0:03:21 y efectó varios disparos al aire.
0:03:24 Y desde luego provocó esto la estampida
0:03:27 de los alemanes.
0:03:29 Y después de aquel episodio ya no fue más al Bolić.
0:03:32 Y solo pintó en su casa,
0:03:34 ajeno a toda distracción
0:03:37 y a todo alemán.
0:03:40 Otro que no era demasiado indulgente con su público
0:03:44 era nuestro amigo Nicoló Paganini.
0:03:47 Él mismo decía que
0:03:52 no soportaba encontrarse con cierta clase de público.
0:03:56 Directamente decía que algunos públicos son estupios.
0:04:00 Y un día fue a tocar a Ferrara, allí donde los destes.
0:04:04 Estaban anunciados él y una bailarina,
0:04:08 llamada Marcolini, muy famosa en aquella época.
0:04:12 Y a última hora,
0:04:15 la Marcolini sufrió una descompostura
0:04:18 y fue sustituida por otra, la Pallerini.
0:04:21 Y el público protestó,
0:04:23 ¡eh, cosa yo!
0:04:25 Cuando bailó la Pallerini la chiflaron
0:04:28 y la dejaron terminar.
0:04:30 Paganini recibió a la bailarina
0:04:33 silbada en los camarines.
0:04:36 La consoló, que sé yo, o sea, de qué manera.
0:04:39 Y salió a escena.
0:04:41 Se acercó al público y dijo que antes del concierto
0:04:44 imitaría con el violín algunas voces de animales
0:04:48 solo para demostrar lo que podía hacer con el instrumento.
0:04:52 Le pidió a la gente que adivinara
0:04:55 qué se trataba en cada caso.
0:04:57 Imitó el canto de los pájaros, el mausido de un gasto,
0:05:00 el mausido de un lobo.
0:05:02 Y por fin preguntó, ¿serán capaces de adivinar
0:05:05 de qué ánima se trata?
0:05:07 Y imitó con el violín el rebusno de un burro.
0:05:10 En medio de las carcajadas del público,
0:05:12 el público jaja jaja, y Paganini le lo felicitó
0:05:15 por haber reconocido sus propias voces.
0:05:18 ¡Qué bravo!
0:05:20 Después saludo cordialmente y se fue.
0:05:23 Y nunca más tocó en Ferrara.
0:05:26 ¿Me haces acordar a la famosa escena
0:05:29 de la película El Último Pallador?
0:05:34 Hay una escuya, ¿no?
0:05:38 Es una escena en un circo donde...
0:05:41 Improvizar.
0:05:43 Improvizar.
0:05:45 Salud de usted al doctor José Figueroa y Corta.
0:05:49 Aquí estaba, ahí el presidente.
0:05:52 Y aquí una linda, un lindo contrapunto
0:05:55 con un moro 8 que nosotros que gavino 6, ¿sabes?
0:05:58 Parece que la chica se cae del caballo, fracasa
0:06:03 en el número, y el público la silba.
0:06:08 Entonces él sale a cubrir el pequeño escándalo
0:06:12 y canta una vez la canción que comienza.
0:06:16 ¿Veis que lindo comienza?
0:06:19 Se llama El público no sabe.
0:06:21 Y desde luego cuenta, el público no sabe todo el sufrimiento
0:06:25 que hay detrás de los artistas y de las sientas.
0:06:27 Y empieza con esta hermosa frase.
0:06:30 El ar este es un tormento que Dios pone en el alma.
0:06:34 Qué le parece.
0:06:39 Y sin apelar a los recursos de alguien que tiene que cubrir una situación así,
0:06:42 y se acuerda que alguna vez hicimos, contamos las destrezas
0:06:45 que tiene que tener un pallador para llegar así,
0:06:47 en la República Argentina, por ejemplo.
0:06:49 No te trae y enseñamos qué tiene.
0:06:51 Bueno, ese era Hugo Del Carril haciendo el papel de Vettinotti.
0:06:55 Y la canción habla de la crueldad que a veces tiene el público,
0:06:58 la misma que había tenido con la Palerini en Ferra.
0:07:02 Pasemos ahora a Volter.
0:07:05 En la época de Volter no era...
0:07:07 la relación entre los escritores y la gente no era tan...
0:07:11 intensa como esa hora...
0:07:13 Intensa piliberana como esa hora.
0:07:16 Era ultralíctor, como le decía.
0:07:18 que la gente rodeada era un escritor y le pidiera firmas.
0:07:22 El tránsito de Volter era más bien el de un noble
0:07:25 y muy poco se le acercaba.
0:07:28 Además, las personas que no formaban parte de un cierto círculo
0:07:36 no conocían los libros de Volter.
0:07:38 Bueno, ahora pasa lo mismo también.
0:07:40 Yo conozco a algunas personas que están a punto de recibir y se den o se que
0:07:44 y escriben Volter con velarga.
0:07:51 Quiero decir, con toda torpeza, que las admiraciones
0:07:54 solo ocurrían poner en los salones.
0:07:58 Incluso a veces se admiraba por razones ajenas a todo mérito literario.
0:08:04 Tenían que ver por ahí con la nobleza.
0:08:09 Admiraba a un tipo porque era noble o porque había que se digo hacerlo.
0:08:12 En fin, no importa.
0:08:14 Bueno, muchas veces entonces los escritores que eran adulados en un salón
0:08:18 sospechaban de quiénes los felicitaron.
0:08:21 Y esa era la que acabo de anunciar.
0:08:24 Cada vez que alguien le decía a alguno,
0:08:26 yo digo que bien escribo usted, y este me lo dice.
0:08:29 Una vez, la mariscala de Luxemburgo, pariente cercana al rey Luis XV,
0:08:33 conoció a Volter en un salón.
0:08:36 Le declaró su admiración y después le mandó una carta
0:08:40 llena de observaciones críticas y también de elucubraciones literarias
0:08:45 sobre el drama Orestes.
0:08:47 Incluso le presentó a Volter unas posibles modificaciones que,
0:08:51 según ella decía, podían ser del gusto del rey.
0:08:54 Y Volter, despojado de toda el ocoencia cortesana,
0:08:57 respondió con una sola línea.
0:08:59 Señora, Orestes se escribe sin hache.
0:09:03 La última historia es ya muy conocida por nosotros.
0:09:09 Durante su ejed, Rossini, el autor de óperas muy conocido,
0:09:16 ya era muy venerado.
0:09:18 En una reunión de admiradores, en la que Rossini estaba presente,
0:09:22 se hablaba incluso de levantarle un monumento.
0:09:25 Y por ahí Rossini preguntó cuánto iba a costar aquel monumento.
0:09:31 Y le dijeron que 20.000 libras, o sea, muchísimos.
0:09:35 Y Rossini dijo, denme 10.000 a mí y me colocaré en el pedestal todo el día.
0:09:45 No es mala idea cuando uno le hace un monumento.
0:09:48 Parece que en una ocasión Rossini fue invitado a comer
0:09:51 a la casa de una señora muy distinguida de París.
0:09:55 Y la cena era un poco escasane.
0:09:58 Rossini, que era, como bien se sabe, de un apetito voraz,
0:10:02 ya quedó con hambre, rió la libra.
0:10:06 Bueno, más tarde, cuando él se estaba retirando,
0:10:10 la admiradora, la dueña casa, lo despidió con toda pompa,
0:10:14 agradeció su visita y le dijo que esperaba verlo nuevamente
0:10:18 en otra cena como huésped en su casa.
0:10:21 Con mucho gusto, dijo Rossini, podría ser ahora mismo.
0:10:31 Bueno, tú quieres dedicar a este brevísimo catálogo de artistas malhumorados.
0:10:37 Estaba pensando, Alejandro, que con cierto grado de injusticia,
0:10:40 como tiene la historia habitualmente, la historia en general,
0:10:43 lo que ha quedado de esos espíritus rebeldes,
0:10:46 ciertamente geniales, la mayoría de ellos,
0:10:48 por mi amigo Lís, es esta cosa anecdótica,
0:10:51 el tipo que es un mal llevado.
0:10:53 Y esto tiene que ver con esa consistencia que tiene el genio,
0:10:57 según la cual se le permite a un genio los malos modales,
0:11:00 las feas maneras.
0:11:02 Y creo que hay un error complicado,
0:11:04 porque si algo se parece el ejercicio del arte,
0:11:07 es algo de la paternidad, si me permite algo
0:11:09 que buena parte de la humanidad más o menos conoce,
0:11:11 que mal que bien, peor de los casos.
0:11:14 En este sentido, no hay nada tan íntimo como una obra de arte
0:11:17 que es lo que es lógico, que Lís defiende a su vida,
0:11:20 a su prestigio, a su seguridad, el hecho de el respeto
0:11:23 que se le debe a esa obra de arte.
0:11:25 Y además hay otra cosa que es más interesante todavía,
0:11:27 que tiene que ver con dos momentos.
0:11:29 Uno es la pertenencia íntima y plena,
0:11:32 como solo puede ser la pertenencia,
0:11:34 el recomiso de pertenencias de un hijo,
0:11:36 porque además la obra de arte debe ser tomada igual
0:11:38 y el artista grande lo sabe,
0:11:40 esto es crearla, pulirla, defenderla,
0:11:43 y saber que después de un tiempo,
0:11:46 cuando el artista tiene que dejar de ir porque ya no le pertenece.
0:11:49 Los grandes artistas, creo que han usado la mejor,
0:11:52 esgrima, poniendo en juego todo lo que tenían,
0:11:54 sabiendo que todavía esas obras les pertenecían
0:11:57 y querían que llegasen a circular solas con el gran...
0:12:00 Tal como uno quiere que un hijo llegue a hacer.
0:12:03 Y que para eso uno tiene que correrse un costado en un momento,
0:12:06 a menos que también el PIB le pase por encima,
0:12:08 en mi caso, sin ir más lejos.
0:12:10 También en términos más pedestres,
0:12:12 cabe reconocer aquellos artistes
0:12:14 que, siendo...
0:12:17 mal reconocidos, o confundidos,
0:12:20 o irrespetados,
0:12:22 mantienen,
0:12:24 o hay silencio,
0:12:26 o devuelven...
0:12:28 con una sonrisa,
0:12:30 devuelven una sonrisa ante una impertenencia.
0:12:32 Estarse verando en su certeza de lo que están haciendo,
0:12:35 Y está bien eso.
0:12:36 Don Raval Pajupanqui,
0:12:38 quien siempre hemos al mirado mucho,
0:12:40 fue invitado una vez,
0:12:42 a un asado
0:12:44 y le pidieron que llevara la guitarra,
0:12:46 y él dijo,
0:12:48 mi guitarra no come asado.
0:12:50 Yo nunca estuve de acuerdo
0:12:52 con ese dictamen,
0:12:58 me parece que el artista
0:13:00 debe ser más generoso
0:13:02 que sus mecenas.
0:13:06 Debe ser más generoso.
0:13:08 Está obligado a ser mejor que ellos.
0:13:10 Que sean peores que el gran artista.
0:13:12 Y el gran artista
0:13:14 besa algo en todo momento.
0:13:18 Se puede servir a dos señores.
0:13:20 El que es poeta,
0:13:22 no puede tener un costado burgués
0:13:24 que prevalezca su acondición.
0:13:26 Ahí es donde...
0:13:27 Y eso lo sabía muy bien Don Atahualpa.
0:13:29 Y en cambio no lo sabían los que le festejaban eso,
0:13:31 y no sus bellos soneros.
0:13:33 Es maravillosa obra, sí.
0:13:35 Señores, entonces, en homenaje a Atahualpa Pajupanqui,
0:13:37 escucharemos...
0:13:39 ¿Qué escucharemos?
0:13:41 Guitarrero.
0:13:43 Guitarrero que es, además,
0:13:45 una condición artística
0:13:47 muy proclive a sufrir
0:13:49 a públicos indeseados.
0:13:51 Por ahí es mucho guitarrero.
0:13:53 Ahora toca...
0:13:55 ¡Que soy yo, Toma Celá!
0:13:57 Malamente usaba como metáfora de charlatán, además.
0:14:01 Escucharemos a guitarrero
0:14:03 en la versión de Don Alfredo Citarroza.
0:14:39 En el corazón adentro de la farra
0:14:43 Porque tu voz temblando
0:14:45 está en el corazón adentro de la farra
0:14:51 Como cuña
0:14:53 clavado está
0:14:55 el grito arico de la vacuada
0:14:59 Y el eco de tu corazón
0:15:03 O como se vuelven las cacharallas
0:15:05 Y el eco de tu corazón
0:15:07 O como se vuelven las cacharallas
0:15:13 Si alguna vez el tiempo
0:15:15 calla para siempre
0:15:17 tu guitarra
0:15:21 Sobre tu sueño y el viento
0:15:23 quemando madera
0:15:25 de cantaranda
0:15:29 Adiós, adiós guitarreros
0:15:31 tu viejo ser
0:15:33 pero que rumbo a Toma
0:15:59 Y jode a que
0:16:01 viejo tanto
0:16:03 que se fue al cielo de la vidada
0:16:07 Por la noche
0:16:09 machadita
0:16:11 con las estrellas de su guitarra
0:16:15 Por la noche
0:16:17 machadita
0:16:19 con las estrellas de su guitarra
0:16:23 donde vayas
0:16:25 guitarrero
0:16:27 que se ve a más a la luz de la alma
0:16:31 Quiero volver a amanecer
0:16:35 para morirme en las cacharallas
0:16:39 Quiero volver
0:16:41 a amanecer
0:16:43 para morirme en las cacharallas
0:16:47 Si alguna vez el tiempo
0:16:49 calla para siempre
0:16:51 tu guitarra
0:16:55 Sobre tu sueño y el viento
0:16:57 quemando madera
0:16:59 de cantaranda
0:17:03 Adiós, adiós guitarreros
0:17:05 tu viejo ser
0:17:07 pero que rumbo a Toma
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