Transcripción automática
0:00:00 En los anales de la historia china se mezclan los sucesos y los lugares maravillosos sin
0:00:09 hacer una separación estricta entre aquello que puede parecer quimérico y los hechos
0:00:15 posibles.
0:00:17 Citaremos hoy la llamada crónica de los países lejanos, divulgada por el viajero Taiyuu,
0:00:25 una especie de marcopolo o de Lema el Gulliver de la antigüedad oriental.
0:00:31 Citamos a Gulliver porque muchos estudiosos eruditos han asegurado que Swift, el autor,
0:00:39 debió haber pasado por esas crónicas chinas.
0:00:43 La visita de Taiyuu a sitios extraños comienza por una tierra de gigantes, luego sigue con
0:00:50 otras regiones extravagantes.
0:00:53 Vamos a saltear a los titanes y a los enanos para ver cómo eran los inmortales de los
0:00:59 países lejanos de acuerdo a las crónicas de Taiyuu.
0:01:04 Al norte de la china había un país llamado Uji cuyos pobladores eran inmortales, estancos
0:01:13 y sin sucesión como todos los inmortales.
0:01:17 En aquella región vivían siempre las mismas personas en un aburrimiento atroz, sostenían
0:01:25 su aspecto físico, su vida ordinaria, su repetición.
0:01:30 No había matrimonios ni familias, la prosperidad de sus tierras se les volvía insoportable.
0:01:37 Buscaban quebrantos y riesgos, pero no les sucedía nada porque sabedores de su inmortalidad
0:01:47 no creían en los peligros que después de todo sin muerte eran mínimos y entonces los
0:01:52 despreciaban.
0:01:54 Vivían en cuevas, comían peces, les gustaba dormir porque el sueño les daba la facultad
0:02:02 de la pesadilla, único fragmento que los divertía por un instante.
0:02:09 No está tan mal.
0:02:11 En la historia de Uji existía el país de Aksin donde todos eran vigorosos y jóvenes,
0:02:18 bebían de la fuente del agua roja que les daba la juventud eterna.
0:02:22 Los animales también bebían de allí de modo que también eran siempre jóvenes.
0:02:26 A lo este existían dos países de la longevidad.
0:02:31 Uno de ellos era conocido como el Montículo del Emperador Amarillo que daba al lado de
0:02:36 la montaña Qionshan.
0:02:38 La gente allí vivía unos 800 años, pero había los jevos que llegaban a los 2000.
0:02:45 El otro era el país de los blancos donde todos sus pobladores tenían la piel y el
0:02:51 cabello blancos.
0:02:53 También vivían unos 800 años, pero algunos conseguían vivir más por la siguiente razón.
0:02:59 Por esas tierras andaba una bestia llamada Chenguang, un zorro grande que tenía los
0:03:04 cuernos en la espalda y era extraordinariamente veloz.
0:03:09 Qué raro tener dos cuernos en la espalda.
0:03:12 Qué es lo que hace que un cuerno sea tal?
0:03:15 Estar en la cabeza.
0:03:19 Si uno tiene dos salientes en la espalda, es raro que alguien le parezca que son cuernos,
0:03:25 pero no importa.
0:03:26 Disculpe, si alguien tenía suerte de montar en esa bestia, aunque sea una vez, entonces
0:03:32 se podía vivir por lo menos 2.000 años más.
0:03:35 Qué notable, qué lugar es tan venturoso donde solo por montar una bestia uno podría vivir
0:03:45 2.000 años más.
0:03:47 Aquí si por montar a una bestia dirán 2.000 años de sobrevida seríamos inmortales todos.
0:03:56 En el extremo oeste de la China quedaba el país de Qigong.
0:04:01 Los habitantes tenían solamente un brazo, pero tan largo que podían tocar el suelo
0:04:07 estando de pie.
0:04:08 Pero además tenían tres ojos.
0:04:13 Pero no funcionaban de modo simultáneo.
0:04:16 Para distinguir las cosas de día usaban el ojo izquierdo, en la noche el derecho y
0:04:20 el tercero, en medio de los dos habituales, le servía para la noche o el día, pero
0:04:26 para observar de lejos la lejanía.
0:04:29 Pero qué llamamos lejos, a partir de cuánto?
0:04:32 40 kilómetros.
0:04:39 No le conteste todo lo que le pregunta.
0:04:42 Al sur de Qigong quedaba el país de los hombres con brazos largos.
0:04:47 Los habitantes de ese sitio tenían una estatura normal, pero tenían brazos de unos 10 metros.
0:04:55 También sentados apoyando centroncos de árboles y colgaban los brazos de las ramas.
0:05:02 Eran recolectores de altura.
0:05:04 Tomaban los frutos altos de los árboles.
0:05:07 También bastaba que solo se sentaran en las costas y extendieran los brazos para sacar
0:05:12 peces y camarones.
0:05:14 A poca distancia de ese país quedaba el de los hombres de piernas largas.
0:05:19 La recolección también era de altura porque los sujetos de este grupo, el de las piernas
0:05:23 largas, medían lo mismo que los del país presitado.
0:05:27 Cuando pescaban se acostaban en la playa del mismo modo que el grupo de los brazos
0:05:31 largos, pero capturaron sus presas con los pies.
0:05:34 Manejaban los dedos de los pies con sumabilidad, le voy a decir.
0:05:38 Los habitantes de ambos países eran sabios y cooperaban reciprocamente.
0:05:43 A veces para acceder a alturas inabordables para uno solo, los hombres del país de los
0:05:49 brazos largos se subían a los hombros de los hombres de las piernas largas.
0:05:55 Pero a veces se equivocaban y los hombres de piernas largas se subían a hombros de
0:06:00 los hombres de brazos largos y cancelaban las ventajas.
0:06:04 Claro, es ronísimo.
0:06:09 Últimas regiones extrañas.
0:06:11 En el país de San Shou los ciudadanos tenían tres cabezas que miraban en tres direcciones
0:06:18 y producían simultáneamente el habla y el pensamiento.
0:06:22 Los tres rostros gesticulaban del mismo modo y hablaban a la vez en un isono perfecto.
0:06:30 Al sur de China, en la región de los Riachuelos, vivía un animal venenoso, llamado Yu, de
0:06:36 tres pulgadas de largo.
0:06:39 En general vivía al acecho.
0:06:41 Cuando alguien acertaba a pasar por su lado, expelía veneno sobre su sombra dándole muerte.
0:06:48 Él decía, no hacía falta que te acertara el cuerpo.
0:06:50 Acertarte en la sombra ya era envenenarte porque en aquellos tiempos se creía, como
0:06:57 creen hoy solamente los sabios, que la sombra forma parte de tu ser.
0:07:03 Y entonces cualquier daño infligido a tu sombra es un daño infligido a tu persona.
0:07:10 No importa que otros digan lo contrario.
0:07:13 Afortunadamente en los bosques vecinos, aquellos lugares donde vivía el Yu, que era animal
0:07:21 venenoso, había un país cuyos ciudadanos eran todos buenos tiradores.
0:07:26 Pero lo más importante eran seres sin sombra y podían casar con tranquilidad a los Yu.
0:07:33 Lo hacían con gusto, no por hacer el bien a los demás, sino porque además de los
0:07:37 cereales los Yu eran su plato favorito.
0:07:41 Entonces son las pequeñas notas de viaje de Tai Yu, ese espeche de Marco Polo o del
0:07:48 Hema del Gulliver de la antigüedad oriental.
0:07:52 He guido a ver al tipo de la discoteca y le he contado estas pequeñas historias.
0:07:58 Ah, son interesantes.
0:07:59 Sí, pero bueno, él inmediatamente me dijo que todos esos lugares no tenían nada que
0:08:05 hacer con Claromeco.
0:08:06 Bueno, me parece Claromeco precioso, pero no pasa cosas tan malas.
0:08:11 Me dijo que le había ido dos o tres veces a Claromeco y que se podía mirar los pies.
0:08:17 En el agua.
0:08:19 No, en el agua me dijo que no, pero en la playa sí se podía mirar los pies, incluso
0:08:25 en su habitación.
0:08:26 Pero bueno, de cualquier lado.
0:08:27 Yo le pregunté qué interés podía tener mirarse uno los pies y me confesó que poco.
0:08:33 Y juro que en la próxima temporada se iba a tener de ir a Claromeco.
0:08:37 Después me habló de una cuñada suya que no tenía tres ojos, sino dos.
0:08:45 Y eso era considerado una ventaja.
0:08:48 ¿Por qué una ventaja?
0:08:49 Dos tenemos dos.
0:08:50 Porque usted gustaría tener tres ojos.
0:08:51 Bueno, no, pero todos tenemos dos ojos y no, no.
0:08:55 Y ya nos ve.
0:08:57 Uno no cuenta con la posibilidad de tener tres.
0:08:59 Bueno, ni tampoco con la posibilidad de tener como también cuentan algunos chinos, tener
0:09:07 ojos en el pecho como gente, una raza de hombres en cabeza, claro.
0:09:12 Y no tenés cabeza de dónde vas a tener los ojos.
0:09:14 Y sí, eso.
0:09:17 Ahí lo que se llama pensar.
0:09:19 No se puede poner remeras y tilos o por lo menos.
0:09:22 En caso que empezamos a hablar de ojos extraños, de ojos, color del tiempo, de ojos supernumerarios,
0:09:29 del tercer ojo de lobsack Rampa, aquel que le permitía ver a la Sabe Qué, etcétera.
0:09:36 Entonces me dio un disco que quizá venga a cuenta de una leyenda, leyenda de un pueblo
0:09:45 donde las milongas tenían ojos dorados.
0:09:49 Entonces se llama ese disco, milonga de ojos dorados.
0:09:54 Y la voy a cantar Alfredo Citarroza.
0:10:24 Es que no puedo vivir.
0:10:31 Que ya como vos tenías los ojos color de oro, mirándolo casi oro, bien sabés a
0:10:46 que él mira.
0:10:58 Nunca pensé que existía una juguera con los ojos así.
0:11:05 No digas que ya se ha ido de si más bien que algún día.
0:11:10 Igual que tu melodía cantándome en el oído, que ya sentía el latino de la voz que una vez le pedí.
0:11:21 Milonga vos sos testigo de que la giro de vera, vos no tenés un cadera que aquella boca de trigo,
0:11:42 pero cantando por mí, hoy eran tus ojos hablables de ti.
0:11:58 Milonga de ojos dorados, hola cantando a un cala, y si llegas a encontrarla, después de haberla mirado,
0:12:09 entregalera morado el corazón que una vez le ofrecí.
0:12:21 Era Alfredo Citarroza, la venganza será terrible, Milonga de ojos dorados.
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