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0:00:00 Bien, hablaremos de Isabel de Angulema.
0:00:04 En el año 1200 en Francia iban a casarse Isabel de Angulema,
0:00:10 y Hugo de Lisignan, que era conde de la Marche.
0:00:15 Hugo era uno de los nobles más valientes, más ricos, más poderosos del reino.
0:00:22 Tan importante era su linaje que el padrino de aquella boda era nada menos que el rey,
0:00:27 el rey de Inglaterra, Juan Sintiérra, que por entonces estaba en Burdeo.
0:00:33 Juan Sintiérra, el hermano de Robin Hood, el hermano de Ricardo Corazón de León,
0:00:39 el rey de Robin Hood, el rey contra el cual fastidiaba Robin Hood,
0:00:44 y el hermano de Ricardo Corazón de León, hijos los dos, de Leonor de Aquitana.
0:00:49 Que se había ido a las cruzadas, Ricardo.
0:00:51 Ricardo se había ido a las cruzadas, Juan había quedado, digo en el caso Robin Hood, no, en este rey.
0:00:57 Era un rey bastante malo, un tipo difícil.
0:01:02 El día del casorio los habitantes de Angulema llenaban las calles, imagínense,
0:01:07 Hugo el novio había dispuesto fuentes de vino, manjares para todos, los habitantes del feudo, etc.
0:01:15 Era un compadrón, ¿no?
0:01:17 Hugo y el padre de Isabel se ubicaron ahí frente al altar y allí esperaron a la novia.
0:01:22 Isabel inició el recorrido por la iglesia del brazo del padrino, como hemos dicho el rey de Inglaterra, Juan.
0:01:30 Cuantitos llegaron al mostrador, Juan no soltó la mano de Isabel, el rey, el padrino.
0:01:41 Hizo callar a todos y le dijo a Lobispo que era el que iba a oficiar la boda.
0:01:45 Cácenos de inmediato, declaro mi voluntad de tomar a esta mujer como mi esposa ahora mismo.
0:01:52 Le había gustado en el camino.
0:01:54 Era una iglesia grande, no conviene en la iglesia muy larga.
0:02:02 Bueno, imagínense, el novio Hugo hizo a Demán a abalanzarse sobre el rey,
0:02:13 pero sus compañeros lo detuvieron a tiempo para que no cometiese un delito de lesa majestad que estaba castigado con la muerte.
0:02:21 La castión fue que ahí nomás Juan Cintierra se casó, se llevó a Isabel a Inglaterra y la hizo reina.
0:02:28 Todo esto ocurría en Francia, en Bordeaux.
0:02:31 Hugo de Ilusinio pidió ayuda a su rey, al rey de Francia, que era Felipe Augusto, otro que también fue la cruzada.
0:02:38 Y se armó una guerra, una guerra para devolverle el honor al novio plantado.
0:02:45 ¿A Hugo?
0:02:46 ¿A Hugo?
0:02:47 Pero esta guerra no solucionó nada.
0:02:49 Muchos años más tarde, el 19 de octubre de 1216, después de un atracón de comida y vino, Juan Cintierra murió.
0:03:00 Isabel entonces regresó a Francia.
0:03:04 Regresó incluso con la esperanza de encontrarse con Hugo, pero Hugo ya se había casado con otra y no le dio bolisa.
0:03:13 Bueno, Isabel con desa de Angulémaló esperó en noviembre de 1219 Hugo quedó viudo y después de enviudar no tuvo mejor idea que pedir una vez más la mano de Isabel.
0:03:27 La otra.
0:03:28 Así que en 1220 se casaron en la misma iglesia donde ya lo habían intentado una vez.
0:03:36 Qué cosa.
0:03:37 Fueron felices por muchos años.
0:03:39 Hasta que en 1241 sucedió lo siguiente.
0:03:43 El rey de Francia, que ya era otro, Luis Noveno, casualmente, el rey San Luis.
0:03:51 Reunió a los nobles y a los clérigos para otelgar a su hermano Alfonso los derechos que le correspondían por haber alcanzado la mayoría de edad.
0:04:01 Una ceremonia usual.
0:04:03 Hay una... en aquella época de la historia francesa, hay siempre una tensión entre la institución real, el rey, y los varones.
0:04:13 No los varones con becorta, como dice acá, sino los varones con velarga, que eran los señores.
0:04:20 Nobles que en aquel entonces tenían un poder bastante grande.
0:04:25 Bueno, unas ceremonias en las cuales los varones de algún modo le ratificaban su confianza al rey.
0:04:35 Lo cual habla de la debilidad del rey que necesitaba esa ratificación.
0:04:40 El caso es que Luis terminaba la ceremonia con dujos hermanos, Alfonso de Poitiers,
0:04:47 para que recibiera el homenaje de los varones.
0:04:50 Prestaron juramento de fidelidad y Hugo regresó tranquilamente al castillo donde estaba su esposa Isabel, esperándolo.
0:04:58 Y la mina lo recibió muy mal.
0:05:00 Parece que Isabel estaba muy celosa y era muy ambiciosa, no lo quería depender de nadie.
0:05:06 Eran épocas insiston que el poder de los señores estaba en continua disputa con el poder central del rey.
0:05:12 Y la mina cuando volvió el marello dice ¿Qué tenés que andar?
0:05:15 Dice, vendiendo homenaje al hermano del rey, yo no dependo de nadie que ese yo y vos andas ahí arrastrándote ante cualquiera.
0:05:25 Bueno, Hugo escuchó, lo reclamó su esposa, y reunió un ejército.
0:05:31 A todos los que se decían, mirá, no es por mí, pero mi mujer me tiene en podre.
0:05:36 Y un ejército, incluso se comunicó con el rey, Luis Noveno, dijo, mire, voy a atacarle la hermada real a menos que se me concedan algunos privilegios.
0:05:47 No es por mí, dice, pero mi mujer me tiene en podre, siempre decía.
0:05:50 Bueno, al cabo de dos días de conversaciones muy cortesas, el rey Luis prometió escuchar a Hugo de Luis Sinal.
0:05:59 Bueno, Hugo, contento por esta victoria diplomática que había obtenido, fue a ver a Isabel con la esperanza de recibir algunos cumplidos.
0:06:07 No, según las crónicas, recibió esta respuesta de su mujer.
0:06:12 Quitados de mi vista, hombre vil, toda esa cosa, ¿no?
0:06:16 Abdicción y oprobio del pueblo, habéis honrado a los que os desceden, desceredan, dijo porque hablaba medio así.
0:06:25 Bueno, después de aquellos insultos, Isabel se fue.
0:06:32 Hugo estaba un poquito perplejo, ¿no? Y la fue a buscar.
0:06:36 Ella estaba en Angulema, pero era uno de los lugares donde vivía el matrimonio.
0:06:42 Ella le prohibió la entrada al castillo, e incluso lo mueble que tenía el tipo se lo sacó ahí afuera.
0:06:51 Por fin y por mediación de un monje, Hugo consiguió hablar con su esposa, le preguntó a través de una ventana porque la mina no se le acercaba.
0:07:01 ¿Cuál era la razón de su odio?
0:07:03 E Isabel se explicó, contó que durante la visita del rey, cuando fueron a Poatí, ella quiso rendirle su homenaje, pero no recibió más que desde Ennes.
0:07:12 Y por ejemplo, nadie se levantó cuando ella, que había sido reina de Inglaterra, entraba a salear.
0:07:17 ¡Eh, lógico! Tenemos que hacer una guerra.
0:07:20 Sí, claro, lo mismo.
0:07:22 Hugo intentó demostrarle que podía considerarse vengada con los privilegios que había obtenido.
0:07:27 Es los que le había conferido el rey Luis, pero todo fue en vano.
0:07:30 Ella querió una guerra, una matanza, dice a mí, si no me das una matanza, chao.
0:07:37 Quería que el rey cayera incluso.
0:07:41 Cayer o callara, no sabemos, por venganza particular.
0:07:47 Viendo que su marido seguía dudando, Isabel le declaró que no volvería a compartir su cama, hasta el día en que se pusiera a la cabeza de la rebelión y viñera su cama.
0:07:59 ¡Ah, no, no! Solamente que se pusiera a la cabeza de la rebelión.
0:08:03 Hugo, que estaba muy enamorado de su mujer, según estamos viendo, reunió inmediatamente unos varones también con Belarga y formó una liga de la cual fue jefe.
0:08:13 Mientras tanto, Isabel se encerró bajo llave en sus aposentos y no lo dejó entrar al tipo que seguía con todas las pilchas afuera.
0:08:21 Hugo de Luis Inian solicitó entonces ese recibido por el hermano de Luis Noveno Alfonso y cuando estuvo ante su presencia, exclamó, ante la sorpresa general,
0:08:31 señor, reniego de vuestra señoría y tomo nuevamente mi libertad. Es como una cesesión.
0:08:39 Sí, claro, sí, ese más objeto muy audaz también.
0:08:42 Sí, sí. Tras esa palabra salió del palacio, corrió a Galopias, a Luis Inian y comenzó la guerra conocida como la Guerra de los Varones.
0:08:49 Hugo de Luis Inian tuvo la ayuda de los ingleses, Luis Noveno comandaba en persona una tropa de 25.000 soldados.
0:08:57 El rey de Francia tomó ventaja rápidamente. Isabel, al enterarse de las primeras derrotas, mandó unos hombres con un veneno muy eficaz que había preparado ella misma para envenenar a Luis, al rey Luis.
0:09:09 El complot fue descubierto y el envenenador ajusticiado.
0:09:13 Ahora, el conocimiento de esa perfidia duplicó el ardor de los hombres que combatían por el rey Luis Noveno.
0:09:21 Entonces los ingleses se replegaron y después se retiraron de aquella lucha. La rebelión se desarticuló.
0:09:28 Poco tiempo después, Luis Noveno vio a Hugo y a Isabel arrastrarse a sus pies pidiendo perdón y los perdonó.
0:09:36 De ese modo, Isabel y Hugo salvaron sus vidas, pero no el amor.
0:09:40 Isabel odió a Hugo de Luciñán por no haberla defendido hasta las últimas consecuencias.
0:09:47 Le dijo a su esposo que su destino juntos había terminado para siempre y lo volvió a achar.
0:09:52 Hugo de Luciñán desolado, se fue a las cruzadas y murió.
0:10:00 Isabel se refugió en una abadía y allí vivió hasta 1246. Una historia muy triste.
0:10:08 Solo porque unos cortesanos nos rindieron el homenaje debido a esta mujer. ¿A quién quieren dedicar esto, querido Dorio?
0:10:16 Se hace cuesta arriba, Alejandro, pensar en una época en la que no estaba claro alguna cosa.
0:10:20 Y pienso de pronto que los franceses siempre quieren la astucia de ponerse un santo al frente de los ejércitos.
0:10:26 Cuando no es Luis, es Juana de Arco y de alguna manera siempre se las arreglan para quedarse con lo que los ingleses tampoco tenían derecho a tener.
0:10:33 Pero en cualquier caso me parece que sería bueno recordar en este caso a esas otras mujeres que lejos de asentarse en un capricho,
0:10:40 después de haberse ido con el padrino además, ¿no? Que quieren la aglombrarlo.
0:10:44 Sí, claro. Mira vos, después era que se mandaron encima bien en compretención.
0:10:48 Claro. Traidora y además susceptible, ¿qué querés?
0:10:50 Digo, y pienso en esas mujeres que te han nombrado hace un ratito al honor de aquí, Tanya.
0:10:54 También a una mujer que sin ser noble, creo que era Madame Poison, la de la Pompadour,
0:10:58 supo asumir los destinos que una mujer tiene al lado de un rey cuando lo que tiene delante de sí es el control del Estado.
0:11:05 Pensando además que esas mujeres saben que la verdadera soberanía está ciertamente no en los palacios,
0:11:10 ni en las tierras, ni en las vengalzas, ni en los títulos, sino en el corazón,
0:11:14 porque es una pena mucho más grave el olvido, querido Alejandro, que el desalojo.
0:11:18 Señores, hablando de desalojo y en atención a los sucesivos desalojos de que fue víctima Hugo de Luis Sinyán,
0:11:27 escucharemos una milonga compuesta en virtud de esos acontecimientos históricos
0:11:33 y que se llama precisamente desalojo, la escucharemos en la voz del mundo rivero adelante.
0:11:49 El juzgado con el aviso me la dio por la cabeza, nunca esperé tal sorpresa,
0:11:59 mi suerte ingrata lo quiso, me dice en un entrepiso yo me encontré va confiado,
0:12:08 al ver siéntale encargado, saludar con alegría, pero hoy, mi nuevo en los días, al encontrarme me ha dado.
0:12:24 Al rato vi mi moblaje, en mi lao por la escalera, la guitarra, la miambrera,
0:12:31 el colchón viejo y el traje, y después todo el menaje dentro la mesa y pf,
0:12:39 y un elástico de freje que dice desde Turquía,
0:12:44 y que le dé de una tía que se murió en cruz de leje.
0:12:53 A pena de diez tres años ya le vos aplicaría,
0:12:56 que suerte en la vida mía, siempre siempre les engaña,
0:13:00 los ojos de los extraños relan pagueo andegoso,
0:13:05 y el vigilante curioso dijo, mostrando las dientes,
0:13:12 que va a decirla de enfrente al ver su mueble lujoso.
0:13:15 Y en la vereda marchitas, mis cobres cosas quedaron,
0:13:26 yo sé bien que sedublar tus ojos, vecinita.
0:13:32 Lo que me apena y me agita es que por ser angelito,
0:13:37 aquel dorado marquito que siempre me acompaña,
0:13:43 el changador me ha fanao con tu estampa, Che Carlito.
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