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24 de Enero de 2012

El jesuita Fouque y del letrado chino

Transcripción automática

0:00:00 Continuamos desde el Teatro Auditorium de la Ciudad de Mar del Plata.
0:00:04 El lunes ya estaremos haciendo el programa en Buenos Aires en el municipio de Ato.
0:00:08 Atención, Buenos Aires. El lunes todos allí que tenemos que causar buena impresión en radio del Plata.
0:00:14 Sí, porque van a pensar los oyentes cuando se den cuenta en virtud de silencio que no hay nadie.
0:00:23 ¿Podemos poner una grabación?
0:00:26 Sí, pondremos una grabación de risa.
0:00:29 ¿Risa?
0:00:30 Risa de aplausos y ovaciones.
0:00:32 Vamos a hablar del Jesuita Huque y del letrado Chino.
0:00:38 Es una historia estupenda, verdaderamente.
0:00:42 Allá por el siglo XVIII se produjeron muchos intentos de evangelización de la China,
0:00:49 especialmente a instancias de los Jesuitas.
0:00:52 Aquí hemos contado muchas historias de Jesuitas que iban a la China y trataban de evangelizar a los chinos,
0:01:00 y después siempre sucedía algo que venía a echar por tierra sus planes.
0:01:05 Esta es la historia que para mí es la más extraña de todas.
0:01:09 Estamos en el año 1728.
0:01:12 El Jesuita llamado Fuque regreso a Francia desde China.
0:01:18 Había vivido así 20 años.
0:01:20 20 años y meta y meta evangelizar chinos.
0:01:24 Fuque había discutido con sus colegas misioneros que habían estado con él en el oríe,
0:01:31 y por eso volvía.
0:01:33 Había tenido unos millones de años y lo mandaron para acá.
0:01:36 Se peleó en realidad con los otros Jesuitas por la siguiente razón.
0:01:43 Muchos misioneros trataban de evangelizar con procedimientos
0:01:47 que no eran los que habían intentado otros Jesuitas con anterioridad.
0:01:53 Estoy hablando de Trigó, de Benoade, Richie, gente de la que hemos hablado aquí,
0:01:58 que eran Jesuitas que trataban de evangelizar por la inteligencia.
0:02:02 Fabricaban relojes, autómatas, llevaban tecnologías que los chinos desconocían, etcétera.
0:02:09 En cambio, Fuque era ortodoxo y allá no lo quisieron.
0:02:13 Se peleó con los Jesuitas que estaban en la China de le construir autómatas.
0:02:18 Y este muchacho iba con la ortodoxia.
0:02:21 Entonces se enojó Fuque y regresó a Francia y lo hizo con algunas cosas que había escrito
0:02:27 contra los compañeros que estaban allá en China.
0:02:30 Incluso traía escondidas algunas denuncias.
0:02:34 Y además trajo dos letrados chinos, dos abogados chinos.
0:02:39 Uno se murió en el barco.
0:02:42 Y el otro llegó a París con Fuque.
0:02:45 Tenía Fuque el proyecto de llevar a este letrado chino, hasta Roma inclusive,
0:02:51 para que le sirviera el testimonio del proceder de los padres misioneros que le hacían la contra en China.
0:02:58 Así que era un asunto grave y secreto.
0:03:01 Él trajo al letrado chino para que lo ayudara en torno a una intriga
0:03:05 que él iba a hacer contra los Jesuitas que habían quedado en China.
0:03:08 Pero no le dijo nada al letrado chino acerca de esta intriga.
0:03:13 Quería mantenerla en secreto. Estaba solo en su plan.
0:03:17 No tenía cómplices. No tenía amigos. Estaba separado de todos.
0:03:23 Los Jesuitas de París en realidad defendían a los que estaban en China.
0:03:28 Y de algún modo se enteraron, tal vez porque algunos de los que estaban en China le había mandado decir antes,
0:03:34 que se enteraron de que Fuque tenía alguna intención rara.
0:03:38 En el momento en que Fuque salió en dirección a Roma con el letrado chino,
0:03:43 los Jesuitas de París, juntos con algunos guardias, lo detuvieron en el camino.
0:03:50 Fuque fue apercibido y separado por un tiempo de la orden.
0:03:55 De la orden de los Jesuitas.
0:03:57 Y con el letrado chino hicieron lo que voy a contar ahora.
0:04:01 En realidad este abogado chino era un muchacho que no sabía una palabra de francés.
0:04:07 Como suele ocurrir en el plan de Fuque.
0:04:10 Entonces los Jesuitas detuvieron este muchacho y fueron a ver al cardenal Dubois
0:04:16 y le informaron, para terminar de destruir al plan de Fuque,
0:04:20 que tenían en su poder a un joven de rasgos orientales que se había vuelto loco y que debía ser encerrado.
0:04:27 Bueno, no le dijeron nada al cardenal Dubois respecto a el letrado chino
0:04:36 y que se había llegado para testimoniar en Roma en contra de las cúpulas Jesuitas de esos tiempos.
0:04:41 No le dijeron nada.
0:04:43 Le dijeron, tenemos un chino que está loco.
0:04:45 Y el cardenal Dubois creyó lo que le decían los Jesuitas
0:04:49 y dictó una orden en virtud de la cual el superintendente de policía en persona
0:04:54 se presentó para capturar o para apoderarse del supuesto loco.
0:04:59 El policía se encontró con un muchacho que decía reverencia de un modo muy distinto que en Francia
0:05:05 y que además se hablaba como si cantara.
0:05:08 Por supuesto el policía no sabía nada de las costumbres chinas
0:05:12 y menos sabía que este hombre había llegado pocos días antes al país, etcétera.
0:05:17 Entonces mandó que lo ataran y lo remitió directamente a su lentón
0:05:22 al sílibre manicomio de Charentón donde fue asotado dos veces cada semana como tratamiento.
0:05:29 Le daban dos beabas de fea.
0:05:32 Cuenta el cronista que el letrado chino no podía comprender
0:05:38 el extraño modo que tenían en Francia de recibir a los extranjeros.
0:05:43 Sólo había pasado unos pocos días en Francia
0:05:46 y sus costumbres le habían parecido un poco extra.
0:05:49 El caso es que este muchacho pasó dos años a pan y agua entre los locos y con los padres correctores.
0:05:57 Al cabo de estos dos años cambió el ministro y fue nombrado otro superintendente de policía.
0:06:04 Y un día este nuevo funcionario comenzó a recorrer las cárceles
0:06:08 y hizo una visita a los locos de Charentón, famosos desde luego entre los admiradores
0:06:13 que hay en esta sala del Marqués de Sade y también entre la gente del teatro.
0:06:18 El tipo habló con todos, preguntó si se estaba por ir,
0:06:24 preguntó ¿que era algún loco por visitar?
0:06:27 Le dijeron que en realidad quedaba uno, un chino, acerca de que nadie sabía nada.
0:06:33 Pero un jesuita que acompañaba al funcionario temiendo que viniese a saberse
0:06:40 cuáles eran los motivos del encierro del chino le dijo que la locura de ese hombre era profunda
0:06:45 por lo que resultaba conveniente dejarlo en su celda porque era un loco medio peligroso.
0:06:50 Pero el superintendente insistió y ahí sí lo sacaron al letrado chino
0:06:55 que inmediatamente corrió a abrazar al funcionario y a llorarle.
0:06:59 Bueno, el jefe de policía ordenó que le enviaran a Charentón a los intérpretes del rey
0:07:05 para que se interrogara a ese muchacho.
0:07:08 Viñaron los intérpretes, le hablaron en español, en inglés, en griego, en latín
0:07:16 y el letrado chino respondía siempre cantón, cantón.
0:07:21 Y el jesuita aseguraba que estaba poseído.
0:07:26 Como bien sabemos que ocurre con todos los que dicen cantón, cantón.
0:07:31 Ahora el superintendente que había oído decir que había una provincia de la China que se llamaba cantón
0:07:36 sospechó que el loco provenía de esa provincia y sospechó también que no estaba tan loco.
0:07:43 Y obligó a punta de espada a uno de los intérpretes de las misiones extranjeras
0:07:51 que entendía algo del idioma chino y tradujera estas palabras sin error.
0:07:58 Y se descubrió la verdad.
0:08:00 El superintendente no sabía qué hacer, el jesuita no sabía qué decir,
0:08:04 el asunto de Santón escanda lo que llegó hasta Luis XV,
0:08:08 y muy preocupado el rey mandó a que le entregaran al chino mucha ropa y una enorme suma de dinero.
0:08:14 Y más tarde lo devolvieron con honores a su patria.
0:08:17 Dice Volter que eso fue un gran error.
0:08:20 Sito a Volter.
0:08:22 Había sido más político retenerlo y tratarlo bien que enviarlo a la China
0:08:26 para que esa nación se formara una pésima opinión de los franceses.
0:08:30 Y eso fue lo que ocurrió.
0:08:32 El tipo fue allá y contó lo que le había pasado de Imagínese.
0:08:35 Y aquella intriga de los jesuitas para ocultar un testigo no terminó nada bien para Francia.
0:08:41 Los pocos jesuitas que quedaban en la China fueron expulsados apatadas.
0:08:46 Se prohibió por espacio de 20 años que los mercaderes franceses comerciaran en China.
0:08:52 Así que se estropió desde el comienzo el comercio de Francia con China.
0:08:58 Además, aunque no fue el motivo determinante, este episodio ayudó a que pocos años más tarde, en 1762,
0:09:07 la orden jesuítica fuera su primidad en Francia.
0:09:11 Por eso tiempo se ocurrió en todas partes.
0:09:16 Fue acusada de acreditarse demasiado poder y demasiada intriga.
0:09:23 Esta es la historia, esta es el pobre chino de que ni siquiera se sabe su nombre.
0:09:29 No sabemos cómo se llamaba el detrado chino.
0:09:32 No lo reveló Fuque de Jesuita.
0:09:36 Tampoco los intérpretes del superintendente o de las misiones extranjeras tuvieron esa proligidad.
0:09:43 Después de tantos años le seguimos llamando el detrado chino.
0:09:48 Tuve una importancia impresionante para la Francia de aquellos años pero no sabemos su nombre.
0:09:54 Me gusta esta idea de una persona importantísima, cuyo nombre no se conoce.
0:10:03 Bueno, ¿a quién quiere dedicar nuestros agasajos de hoy?
0:10:10 Estaba pensando, Alejandro, primero, en un club para llamarlo de algún modo,
0:10:14 en el sentido de reunión de hombres con un propósito común como fuera compañía de Jesús,
0:10:18 cuyo lema era el mayor en Day Glory, para mayor gloria de Dios,
0:10:22 que si bien es cierto que motivó la paranoia de tanta gente en los tantos años,
0:10:26 nos ha dado también quizás lo mejor de la educación curiosamente no religiosa que hemos tenido, por ejemplo, en la Argentina.
0:10:32 No solamente el Colegio Como El Salvador, sino el mío propio, el Nacional Monterral,
0:10:36 son colegios que han bebido de lo mejor de los que súbidas, quieren la desconfianza.
0:10:40 Se decía que eran los ojos de Dios, los oídos de Dios, y sobre todo esta idea es linda,
0:10:44 el cerebro de Dios sobre la tierra. La idea de Dios es discutible.
0:10:48 La idea de que Dios tenga un cerebro me gusta para estos muchachos, para los que súbidas malos, entonces por un lado.
0:10:52 Pero estaba pensando...
0:10:54 En principio parecía que la compañía iba a ser únicamente combativa.
0:10:58 Claro, era una organización...
0:11:00 ...militar, castrense, más bien.
0:11:03 De hecho, el prior de la orden siempre se amó general.
0:11:07 Pensaba también después en esta historia, en esta dificultosa relación que hemos tenido los occidentales,
0:11:13 incluso que somos mayores chinados, como uno con oriente, porque primero se demuestra que no hay chino básico, digamos,
0:11:20 la idea de chino básico es propia de Occidente.
0:11:23 Desde 1762, esa época, hasta casi le diría, hasta hoy en día, hemos sufrido esta confusión,
0:11:29 por ocultar los verdaderos fines, porque supongamos que los historias quisieran evangelizar.
0:11:33 Lo que querían los occidentales era sacar una llor tajada, la guerra de los Boxers,
0:11:37 estuvieron todas estas cosas amparadas en no comprender el chino.
0:11:40 Cuando los chinos comprendían perfectamente las otras lenguas.
0:11:43 Me parece que para los traductores que se negaron a hacer estas cosas, bien vale una condena.
0:11:47 Y pensaba que si la orientalidad es cosa de uno, en cambio la identidad es siempre cosa de otros.
0:11:52 Quiero decir, aquí lo que uno es, en realidad, no cabe tanto en uno como en la mirada del otro.
0:11:58 Entonces, también es un poco cruel que, digamos, nunca hemos sabido el nombre de ese chino.
0:12:03 Nosotros no lo sabemos. En China, quizá es un erao nacional.
0:12:07 Por ejemplo, y habiendo tanta gente con el mismo nombre, quizá muy siquiera importe como se llama.
0:12:12 Pero sí es su función.
0:12:14 Casi todo el mundo se llama Li en la China.
0:12:16 Pero esto me parece que ni siquiera es cierto.
0:12:19 Como aparte, de este enorme esfuerzo que hace Occidente para no comprender los chinos.
0:12:26 Esta obstinación no es fácil de crecer.
0:12:30 En tiempos en que todo se traduce, todo se sustituye, que hay máquinas que lo hacen.
0:12:37 Bueno, cada vez cuesta más no saber chino.
0:12:40 Hay que darse cuenta de esconderse en lo más profundo de los roperos para no saber el chino.
0:12:45 Y sin embargo, lo seguimos ignorando.
0:12:48 Y estaba pensando en ese sentido, Alejandro, que curiosas revelaciones nos aparecen gracias al tango, al folclore, a la patria.
0:12:54 Cuando efectivamente entendemos por qué no algo incomprensible.
0:12:58 Y a la mujer la llamamos China.
0:13:00 Dío, me parece que hay alguna revelación de parte del hombre de su incapacidad para comprender las lenguas complejas de oriente y la condición femenina.
0:13:07 Lo cual no es poco.
0:13:08 Pero en todo caso, me parece que más que una de cartorias, uno debería manifestar un deseo.
0:13:12 Algo así como que pasado un tiempo de hecha una determinada acción, uno no se vea en la necesidad de explicarle al embajador, al rey de Francia, al quesuita o a la mujer amada.
0:13:22 Bueno, mirad, la verdad, yo soy aquel muchacho.
0:13:25 Y yo soy aquel muchacho, es lo que falta en esta historia.
0:13:30 La declaración, el regreso del letrado chino y su declaración pública de haber sido el muchacho que venía con Fugue.
0:13:42 Vamos a escuchar en la versión de Hugo del Carril, este tango de Joaquín Mora, que fue compuesto evidentemente basado en esta historia.
0:13:51 No se nota en la letra.
0:13:53 No, porque tiene.
0:13:55 Con los calutores.
0:13:57 Esta obstinación en disimular nuestro verdadero propósito con la China.
0:14:01 Entonces, en la letra se habla, pintados labios, con una supuesta limpia andada, de estados de ánimo, del paso del tiempo, del transcurso entre la juventud y la madurez, etc.
0:14:13 Cuando en alguna pausa, en algún gesto del cantor, haciendo así...
0:14:21 Se oye esto, que debe ser repetido por el oyente, en trascura la canción, que estamos hablando en realidad.
0:14:29 Incluso el intérprete, que es sin embargo, es el mismísimo Hugo del Carril.
0:14:34 En algún momento repetía, un ton cantó, un ton cantó y nadie sabía que estaba hablando.
0:14:39 Bueno, hoy en día ya se han enterado.
0:14:42 Señores, canta Hugo del Carril, yo soy aquel muchacho.
0:14:51 Ya pasó la primavera con sus calutores,
0:14:56 volondrinas mensajeras de mis sueños,
0:15:03 hoy te alejas y te te vas mis amores.

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