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22 de Octubre de 2009

Judith y Holofernes

Transcripción automática

0:00:00 Vamos a hablar esta noche de Judith y Olofernes. Un asunto clásico, ¿no?
0:00:08 De acuerdo con algunos textos bíblicos, Judith era una joven viuda que vivió
0:00:14 durante el reinado de Nabucodonosor en Babilonia, ¿no?
0:00:18 Alrededor de la cadiza del 588 a.C.
0:00:22 Si algunos eruditos, el relato parece situarse en el 538,
0:00:27 me parece una discusión...
0:00:32 ¿Es un prolijo, no?
0:00:34 No, no es tan prolija, si bien se miran, 50 años, pero me parece que es tipo gráfica la polémica.
0:00:40 Bueno, luego del exilio babilónico, cuando los judíos habían regresado a su tierra,
0:00:49 yo no creo que bueno, no importa.
0:00:53 Hablemos de Judith. Judith vivía en Betulia...
0:00:58 No, no, porque acá hay unas consideraciones de fecha que no comparto.
0:01:02 Judith vivía en Betulia, cerca de Jerusalén.
0:01:07 Su esposo había sido Menaces, un rico mercader, muerto por insolación.
0:01:13 ¡Qué extraordinario!
0:01:15 Por fin, la insolación como causa de muerte aparece en un texto noble, ¿no?
0:01:21 Murió por insolación mientras vigilaba a los cegadores que recogían su cosecha de Cebada.
0:01:29 Judith se vicio de luto y no contrajo nuevo matrimonio.
0:01:34 Era muy hermosa, parece.
0:01:37 En Nínive, el rey Nabucodonosor... Curioso también que el rey Nabucodonosor estuviera en Nínive,
0:01:42 ya que en Nínive era la capital de Asiria y Nabucodonosor era el rey de Babilonia,
0:01:46 pero bien podía estar en Nínive.
0:01:48 De visita.
0:01:49 El rey Nabucodonosor, vencedor de muchas guerras,
0:01:53 estaba convencido de que la causa de sus victorias se debía a su origen divino.
0:01:59 Muy bien. Otro analista de la realidad.
0:02:02 Un gran analista de la realidad.
0:02:05 Solamente un hijo de los dioses podía ser invencible, dijo,
0:02:08 mientras abría las manos para el costado.
0:02:18 Totalmente convencido.
0:02:20 Imagina, porque nadie lo contradijo.
0:02:25 Lo cual le pareció otra prueba.
0:02:29 Envió a su general más temible, el llamado Olofernes,
0:02:33 para que recorriera a los reinos vecinos y ordenara a los reyes de tales reinos
0:02:38 que abandonaran el culto a sus dioses respectivos
0:02:41 y adoraran solamente a Nabucodonosor.
0:02:45 Era una tarea que después del convencimiento anterior era casi inevitable.
0:02:51 Y además una tarea para un general.
0:02:53 Que valga con un ejército, dígale a los príncipes de los estados vecinos,
0:02:57 que ya dejen de adorar a su dios y me adoren a mí, que estoy aquí.
0:03:01 En caso de negativa, los reinos serían arrasados,
0:03:05 sus varones muertos y sus mujeres y niños esclavizados.
0:03:09 Y el botín sería para Olofernes y sus soldados.
0:03:13 Es extraordinario, verdaderamente.
0:03:15 Con esa misión, con esa digna misión,
0:03:18 una misión que se repite después de todo a través de la historia,
0:03:21 Olofernes partió al frente de 120.000 hombres
0:03:24 y 12.000 carros de guerra,
0:03:26 lo que hace suponer que muchos iban de a pie.
0:03:29 Bueno, y consiguió que algunos redes se convirtieran
0:03:37 en adoradores de Nabucodonosor,
0:03:40 más que nada porque costaba poco.
0:03:42 Hasta que llegó cerca de las poblaciones hebreas.
0:03:46 Olofernes, siguiendo el Consejo de Sus Generales,
0:03:49 resolvió asediar el pueblo de Betulia
0:03:52 antes de presentarle batalla, sitiarlo.
0:03:56 Y todo esto hay grito del único Dios que conozco es Nabucodonosor,
0:04:01 que como grito de batalla es al menos un poco confuso
0:04:05 y produce una falta de aire allá por la mitad del inciso.
0:04:09 Hay que poner de acuerdo a 120.000 tipos que es.
0:04:12 Entonces, el grito del único Dios que conozco es Nabucodonosor
0:04:16 destrozó el acueducto que alimentaba la ciudad.
0:04:20 Bueno, la abolición de este acueducto provocó serios problemas
0:04:24 al pueblo de Betulia que de todos modos resolvió resistir el sitio.
0:04:29 Al poco tiempo, desde luego, ante la ausencia de acueducto,
0:04:32 la gente empezó a morir de sed.
0:04:34 Los ancianos de Betulia pedían a los habitantes que ayunaran
0:04:38 y rogaran a Dios por su protección.
0:04:40 Pero la gente sigue muriendo.
0:04:43 Finalmente, los ancianos resolvieron que si dentro de los siguientes cinco días
0:04:47 Dios no enviaba una señal de salvación, se rendirían.
0:04:50 Como un ultimátum a Dios.
0:04:54 Y en ese momento apareció Judit, aquella muchacha hermosa,
0:04:58 y pensó que ella podía intentar la salvación de Betulia.
0:05:04 Y pidió a los ancianos que le concedieran ese plazo de cinco días
0:05:08 para llevar acá una misión que mantendría en secreto.
0:05:11 Los ancianos aprobaron esta misión.
0:05:13 Cuesta crearlo, ¿no?
0:05:15 Porque no sabían qué iba a hacerla.
0:05:17 Judit, entonces, se quitó sus vestiduras de luto,
0:05:21 se vistió con sus mejores ropas,
0:05:24 se calzó sus mejores andalias,
0:05:27 se adornó con collares, brasaletes y anillos,
0:05:32 llenó una bolsa con harina de cebada,
0:05:35 tortas de higo y un cántaro de aceite,
0:05:38 y una vejiga de cuero llena de vino.
0:05:41 Y así salió de la ciudad.
0:05:43 Inmediatamente la vieron los soldados de Lofrernes,
0:05:45 la capturaron y la llevaron a la presencia general.
0:05:48 Actutamente Judit aseguró al militar con ademanes seductores
0:05:53 que no sé cuáles podrían ser,
0:05:59 que estaba dispuesta a traicionar a su gente
0:06:03 y también a revelar algunos secretos
0:06:05 que facilitarían el triunfo del ejército invasor.
0:06:08 Ahora bien, según los decires de Judit,
0:06:11 en los soldados de Lofrernes el pueblo de Betulia
0:06:14 se mantenía protegido porque tenían todavía
0:06:16 alimentos purificados, consagrados,
0:06:19 los únicos que se podían comer.
0:06:21 Pero dijo Judit, esos alimentos se iban a terminar.
0:06:24 Así que vencer al pueblo de Betulia
0:06:28 siguió diciendo Judit, ahora a Lofrernes
0:06:30 sería muy fácil, cosa que a Lofrernes
0:06:32 también sabía ya que tenía 120.000 soldados.
0:06:35 Bien, Judit le dijo a Lofrernes
0:06:39 que debía esperar 5 días
0:06:41 hasta que los de Betulia agotaran sus provisiones
0:06:45 y luego debía atacar.
0:06:48 Contó todo aquello, Judit pidió permiso a Lofrernes
0:06:52 para orar en el base todas las noches,
0:06:54 si iba a quedar ahí, me iba a regresar a Betulia,
0:06:57 si iba a quedar en el campamento de Lofrernes.
0:07:00 Le pidió permiso para orar en el base todas las noches
0:07:04 a fin de mantener pura su alma.
0:07:06 Entonces Judit tenía poco costumbre salir al campo
0:07:09 y darse un baño y orar.
0:07:12 Lofrernes en realidad tenía pensado seducir a Judit
0:07:15 y llevarla a su lecho, de modo que aprobó
0:07:17 aquel pedido de salir cada noche,
0:07:19 incluso prohibió a los soldados que le espiaran
0:07:22 para espiarla en solo.
0:07:25 Bueno, le permitieron salir del campamento
0:07:28 para orar, para acearse en un arroyo cercano
0:07:31 cada vez que llegaba a la medianoche.
0:07:33 Se instalaron en una tienda, le pusieron una tienda, Judit,
0:07:37 y ella se presentaba diariamente ante Lofrernes,
0:07:40 Lofrernes que ardía de deseo.
0:07:43 Ardía de deseo, ardía.
0:07:47 Cautidad por Judit, Lofrernes le ofreció un banquete
0:07:50 al cuarto día, con el doble objeto de agradecerle
0:07:53 la información y de paso invitarla a pasar la noche con él,
0:07:57 por no decir otra cosa.
0:07:59 Entonces se organizó un lindo festinga
0:08:01 en la tienda de Lofrernes,
0:08:03 a la cual asigieron todos los jefes militares,
0:08:05 todos los macanudos del ejército de Lofrernes.
0:08:08 Ahora bien, como los invitados sabían que la razón del banquete
0:08:11 era dar oportunidad a Lofrernes para conquistar aquella dama,
0:08:16 conforme pasaban las horas, se iban rajadas.
0:08:20 El último en salir fue el sirviente de Lofrernes
0:08:22 que cerró la tienda del lado de afuera
0:08:25 para que la pareja disfrutara de intimidad.
0:08:28 Incluso estaba avisado, el sirviente,
0:08:32 de que llegado el caso debía permitir a Judit
0:08:34 su salida nocturna para ahorrar y purificarse.
0:08:38 Ahora, Lofrernes anticipándose al disfrute que le esperaba,
0:08:42 empezó a escabiar, a escabiar, que se iba a festejar,
0:08:45 y por ahí cayó en su lecho desmayado por el escabio.
0:08:49 En ese momento Judit se acercó a la cabecera de la cama
0:08:53 donde colgaba la espada de Lofrernes.
0:08:56 La desembainó, dice el cronista prolijamente,
0:09:00 tomó a Lofrernes de sus cabellos
0:09:02 y con dos certeros golpes le cortó la cabeza.
0:09:07 En este momento se producen algunos desmayos en la sala.
0:09:11 Le cortó la cabeza.
0:09:13 Después envolvió el marote entre las sábanas
0:09:16 y lo metió en una bolsa.
0:09:19 Y salió lo más horonda de la tienda de Lofrernes
0:09:23 y se continuó la noche para ir al arroyo a bañarse.
0:09:26 Y los guardias la dejaron salir.
0:09:29 En realidad, Judit siguió de largo y en vez de lavarse,
0:09:32 regresó a Betulia.
0:09:35 Allí convocó a los ancianos a quienes mostró,
0:09:38 para dar crédito a sus palabras, la cabeza de Lofrernes.
0:09:41 Y aquí tengo la cabeza de Lofrernes.
0:09:44 El sacerdote del templo agradeció y dijo a Judit
0:09:47 que Dios te bendiga más que a todas las mujeres.
0:09:50 Y es la que Lucas usaría muchos siglos después
0:09:53 para bendecir a la Virgen María.
0:09:56 La cabeza de Lofrernes fue colgada en las murallas
0:09:59 y al amanecer los soldados judíos salieron de Betulia
0:10:03 y se dejaron ver por las tropas de Lofrernes.
0:10:07 Los sentilenas avisaron a los jefes.
0:10:11 Todos creó que vamos a despertar a Lofrernes
0:10:14 para avisarle que están los soldados de Betulia
0:10:17 y que los soldados se asustaron.
0:10:20 Vagobash, el guardia personal de Lofrernes,
0:10:23 entró a la tienda y vio, o mejor dicho, no vio nada,
0:10:26 como vio a Lofrernes decapitado.
0:10:29 Vio un cuerpo decapitado, habrá dicho,
0:10:32 para mí que son los fernes.
0:10:35 Por los zapatos.
0:10:38 Bueno, el caso es que los soldados sabiendo
0:10:41 que su jefe había encontrado la muerte de tan terrible modo
0:10:44 todos los 120.000 y usieron despavoridos.
0:10:49 Atribullieron su muerte, en un caso de silojismo colectivo instantáneo,
0:10:54 al poder del Dios de Israel,
0:10:58 que por mano de una mujer había vencido
0:11:01 al más terrible de los generales de Nabucodonosó.
0:11:04 El caso es que hubo botín de guerra,
0:11:07 incluso porque también los soldados de Lofrernes
0:11:09 tuvieron la precaución de olvidarse
0:11:11 de toda clase de riquezas inmobiliarios.
0:11:14 Cuentan que después de este triunfo,
0:11:16 muchos quisieron casarse con Judit, imagínese.
0:11:19 Pero Judit no aceptó a ningún hombre, aprenda.
0:11:23 Y murió a los 105 años, aprenda.
0:11:29 Y la enterraron en ese pulcro de su marido,
0:11:34 el finado manás que estaba muerto,
0:11:36 incluso antes del comienzo del programa.
0:11:40 A los 105 años, pase.
0:11:43 Robert Graves escribió en la diosa Blanca
0:11:48 que la historia que acabamos de contar
0:11:50 parece inspirada en los mitos de Ishtar.
0:11:53 Pero a propósito, los judíos olían
0:11:58 tomar leyendas ya existentes para adaptarlas,
0:12:03 porque si creía que no era conveniente,
0:12:06 ya entonces se creía en eso,
0:12:08 y hoy se sabe mejor todavía
0:12:11 que no era conveniente confeccionar sistemas mitológicos
0:12:14 que no tuvieran una fuente segura y consistente.
0:12:18 Los sistemas mitológicos se sostienen mucho mejor
0:12:21 si se apoyan en otros anteriores.
0:12:24 Se puede inventar la mitología.
0:12:27 Se tiene que descubrir, se tiene que enlazar,
0:12:31 tiene que continuar con una tradición.
0:12:35 Pero sin nombrarla, no como una estructura
0:12:37 que se repite.
0:12:40 Digamos, a modo de dato anexo,
0:12:43 que la escena en la que Judith Ullek,
0:12:45 con la cabeza de los fernes,
0:12:47 ha inspirado a muchísimos pintores,
0:12:50 no todos hemos visto.
0:12:52 Las obras más famosas son las de Botticelli
0:12:54 y las de Michelangelo,
0:12:56 que estaban justamente en la capilla sistina.
0:12:58 Y esta historia también ha tenido la música
0:13:00 en el teatro, numerosísimas versiones,
0:13:03 que ha inspirado a muchísimos artistos.
0:13:12 a pedir un disco.
0:13:16 El discotecario dijo que él sabía esa historia,
0:13:22 pero completamente distinta.
0:13:25 ¿Completamente o parcialmente?
0:13:28 Él me la contó y me dijo que él sabía
0:13:31 que él sabía que él sabía como parcialmente.
0:13:34 Él me la contó y era completamente distinta.
0:13:37 Era una mujer que se peleaba con el marido
0:13:40 y lo degollaba.
0:13:42 No él ni siquiera se va a contar lo distinta
0:13:44 que era ese disco.
0:13:46 Eso es lo malo del discotecario.
0:13:50 Que digas que todo parecido pasa por la degollación.
0:13:54 Claro, bueno,
0:13:55 convendamos que es un elemento fuerte de la historia.
0:13:58 Entonces, digamos que la historia, por ejemplo,
0:14:01 de Luis XVI, no es la misma que la de los fernes.
0:14:08 Es muy distinta y si algo, ambos fueron decapitados.
0:14:11 O sea, para el discotecario son la misma historia.
0:14:20 Así que también le impresionó,
0:14:22 esto sí le impresionó, obviamente, el discotecario,
0:14:25 que la mina hubiera llegado a los 105 años,
0:14:30 ya con 5 años le gastaba el.
0:14:33 Sin recibir a ningún hombre.
0:14:38 Se ve que no está acostumbrado
0:14:40 a conocer damas de semejante castidad.
0:14:43 Y entonces ahí es donde me dio esta milonga,
0:14:47 que se llama la solita,
0:14:49 que vamos a escuchar en la estupenda
0:14:52 la versión de Doña Amalia de la Vega.
0:15:22 Y que por nadie llora,
0:15:28 si desvelar esta vieja
0:15:32 y de llorarse a cansar.
0:15:37 Al campo santo o pal cielo
0:15:42 uno a uno se han llevado
0:15:46 solita que duele las casas
0:15:50 y dicen que no hay llora.
0:15:55 Dicen que nada le apena
0:16:01 y que por nadie llora.
0:16:11 En la puerta de sus días
0:16:15 mirando al cielo un rogo
0:16:22 mirando al cielo un rogo
0:16:26 que le dijeran aquellas
0:16:30 palabras que nunca oyo.
0:16:36 Recontando sus mentiras
0:16:40 la esperanza la llevó
0:16:44 por mil caminos pasillos
0:16:48 y dicen que no lloro.
0:16:54 Dicen que nada le apena
0:17:00 y que por nadie llora.
0:17:09 Se fue blanqueando su pelo
0:17:13 y esperándolo siguió.
0:17:21 Y esperándolo siguió
0:17:25 todas se fueron casando
0:17:29 nadie en su puerta se apió.
0:17:35 El viento con su palicia
0:17:39 por su ventana paso
0:17:43 la noche más noche y lerta
0:17:47 la vio llorando y siguió.
0:17:54 Dicen que nada le apena
0:17:59 y que por nadie llora.

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