Transcripción automática
0:00:00 Muy bien, continuamos en la venganza, será terrible. Estamos en el auditorio de Radio
0:00:07 del Plata. Mañana no, mañana nos estaremos en el auditorio porque haremos el programa
0:00:12 en Cipolletti, en la provincia de Rio Negro, a las 10 de la noche en el Círculo Italiano,
0:00:17 en la calle Hippolyter y Gossien, 777 de la calle de Cipolletti.
0:00:25 Vamos a hablar esta noche de la confesión. Atención. La confesión siempre se ocupó
0:00:34 esencialmente de los asuntos sexuales. Aunque en los confesionarios también se interrogaba
0:00:45 a la gente sobre el orgullo y la mentira, las preguntas siempre se dijeron más hacia
0:00:53 los pecados carnaldes, mucho más que a la práctica de la usura o los sacrilegios o
0:01:00 los crímenes de sangre. Se ha definido la confesión como una acusación sacramental
0:01:07 que hace el pecador lamentándose de sus pecados. Esto lo hace con el fin de obtener
0:01:15 el perdón por el poder de las llaves y esa fórmula hace referencia a las llaves de San
0:01:22 Pedro. Así se llamaba al poder de perdonar que Jesús confirió a los discípulos inmediatos
0:01:30 y sólo a ellos dicen los protestantes o a sus discípulos y todos sus suscesores que
0:01:37 es lo que dicen los católicos. Lutero era adversario de la confesión precisamente
0:01:44 por este punto. Lutero afirmaba como se ha dicho que sólo los discípulos tenían la
0:01:51 capacidad de dar perdón y que Jesús nunca había hablado de confesión. Poco después
0:01:58 de resucitar, el Cristo dijo exactamente a sus discípulos, recibir el Espíritu Santo.
0:02:06 ¿A quién perdonaréis los pecados? Les serán perdonados. ¿A quiénes se los retuvierais?
0:02:12 Les serán retenidos. No se sabe cuando nació la confesión. Jesús no la practicaba. No
0:02:20 escuchaba a nadie en confidencia privada. San Pablo tampoco habló de confesión. Juan
0:02:26 Crisóstomo que vivió allá entre el 344 y 407 pareció conocerla pero no la consideró
0:02:35 una obligación. Incluso aconsejó a los fieles dirigirse directamente a Dios más que a sus
0:02:41 santos. Hacia el siglo V o VI, en lugares lejanos como Egipto y luego en Irlanda, la práctica
0:02:50 se fue extendiendo. Al parecer los monjes fueron tomando la costumbre de charlar con
0:02:55 sus superiores acerca de sus imperfecciones y comenzaron a recibir la indicación de una
0:03:02 penitencia. Con ese proceder se sentían revigorizados, reconfortados. La confesión era como un
0:03:10 nuevo bautismo que les permitía reconciliarse con ellos mismos. Nacieron poco después los
0:03:16 penitenciales para confesar al pueblo y aplicar unas penas adecuadas según los pecados.
0:03:24 Eran respuestas estandarizadas para cada error. Los primeros penitenciales fueron británicos
0:03:30 e irlandeses en el siglo VI. Después aparecieron penitenciales francos y germanos. En un principio
0:03:39 la ceremonia de confesión era pública, no era obligatoria. En el siglo X, por ejemplo,
0:03:45 se sabe de obispos que al pasar por las ciudades convocaban a vos en grito a los criminales
0:03:53 para que se acercaran a trocar su pecado por penitencia y perdón y esto lo hacían en
0:03:58 cualquier esquina. Confesarse pasó a ser una obligación anual a partir de los siete años.
0:04:06 Se decidió así en el Consilio de Letrán en mil doscientos quince. Existieron periodos en
0:04:13 donde prevalecía la falta y su cambio por la penitencia precisa, pero hubo otros en donde
0:04:19 la pena pasó a ser secundaria y lo esencial lo constituía el arrepentimiento. Con Abelardo,
0:04:27 San Anselmo y Hugo de Sembitor se pensó que no había motivos para negar al cristiano el alivio
0:04:36 que podía conseguir si lamentaba sinceramente sus faltas pasadas. Pero está también la visión
0:04:43 opuesta. La de los hanzeñistas ponele que allá en el siglo XVII se revelaron contra los defensores
0:04:51 del laxismo, digamos, que habían terminado por recomendar que se perdonara todo. Se aconsejó
0:05:00 en algún momento a los confesores que fueran más severos y que no concedieran la resolución más
0:05:07 que cuando estuviera justificada por un profundo arrepentimiento. En la mayoría de las veces
0:05:16 no había ni reja ni ningún velo para separar al sacerdote del penitente. Se sentaba al lado
0:05:25 de la cura, el confesor. A partir del siglo XIII la confesión empezó a hacerse dentro de la
0:05:33 iglesia y el confesionario, así como lo conocemos, no apareció hasta mediados del siglo XVI y su
0:05:42 difusión fue muy lenta, una gran resistencia de los propios religiosos, que no se querían meter en
0:05:49 aquellos muebles sofocantes. Recién en 1565 en Valencia y también en San Carlos Borromeo en Italia
0:05:57 se impuso la utilización del confesionario. Finalmente en 1614 desde Roma se ordenó su empleo
0:06:05 en todas las iglesias y se prohibió, salvo para confesión última, cualquier sustituto del mueble.
0:06:13 Es que antes como he dicho para eso existían rejas de mano, pues usaban pañuelos o una
0:06:21 ilustrina, me dio yo metodo. Para terminar vamos a contar una historia de amor. Allá por el año
0:06:31 1670 el jesuita Gil de Salcedo tomaba confesión a Leonor de Mendoza. La mujer que era muy hermosa
0:06:42 contaba cada vez que iba su faltas, eran todas faltas de amor, tenía una vida disoluta,
0:06:49 ta'chica. Salcedo le indicó penitencias inicialmente muy fuertes y después fueron
0:06:58 disminuciendo cada vez que Leonor se presentaba en confesión con un nuevo pecado. La indulgencia
0:07:04 del jesuita era llamativa, incluso para la propia de Leonor, que creyó que más que
0:07:10 penada era acompañada graciosamente en cada una de sus faltas. Un día a un día Leonor se presentó
0:07:17 una vez más en confesión y Gil de Salcedo le advirtió que era él el que quería confesar algo.
0:07:25 Le dijo que se había enamorado de ella y Leonor aprovechó para confesar que deseaba besarlo.
0:07:33 Dice la crónica, Donia Leonor abrió la reja y hubo entre los dos palabras amorosas y
0:07:42 tocamientos torpes. El problema fue que Leonor se arrepintió de haber hecho esto y fue contárselo
0:08:00 a otro religioso y la inquicición cayó sobre Gil de Salcedo que marchó preso y excomulgado.
0:08:11 Es tan bien que lástima una historia de amor que había empezado también.
0:08:16 Y qué caro para un tocamiento torpe.
0:08:19 Tocamiento torpe en confesión es un pecado gravísimo. Eso es por meterse con alguien,
0:08:27 querer tener una relación secreta con alguien que viene a confesarte su pecado es equivocarse de
0:08:35 persona. Ya le está dando el primer indicio.
0:08:39 Y seguida va a batir. Hoy se lo confesaba mañana y qué fue lo que hizo.
0:08:47 Yo fue a la iglesia del noble y le confesó a los otros.
0:08:50 Y de ayer me tocaron torpe mentes toda la tarde.
0:08:58 Bueno, pero es una linda historia.
0:08:59 Ahora, yo me quedé pensando en esto de que el remedio a la confesión se estandarizó de alguna manera.
0:09:09 Sí, hay como una cotización de pecados.
0:09:14 Hay una regla. Usted hizo tal cosa, tiene que hacer tal otra.
0:09:17 Y está bien, loco.
0:09:19 Perdón, perdón mi ignorancia en este tema, pero sigue siendo así eso.
0:09:23 Sí, señor, buenas tardes.
0:09:26 El señor decía confesar y se viene de vicios.
0:09:32 Me parece que eso varía según el confesor.
0:09:34 También puede ser que haya confesores más severos, como hay profesores más severos.
0:09:41 Pero evidentemente hay una línea inicial.
0:09:44 No te van a hacer ir caminando hasta Palestina.
0:09:47 Ahora, lo que es fantástico es que si usted hizo algo malo y después, por supuesto, cumple...
0:09:55 Su pena.
0:09:56 La pena queda ser...
0:09:59 Sí, no te pasa, sí.
0:10:02 Después, bueno, naturalmente está el foro jurídico que es otro por.
0:10:06 Y no le puede decir a los jueves, miren, yo ya me fui a confesar el otro día.
0:10:10 Bueno, pero ahora son 20 años acá.
0:10:13 Pero también una vez cumplida la pena...
0:10:15 También, usted queda así.
0:10:17 Son 20 padres nuestros o 20 años en Sierra Chica.
0:10:21 Hemos ido a la discoteca y nos ha dado un tango que tiene todo que ver con esto.
0:10:30 En discotecario.
0:10:31 En discotecario.
0:10:32 Mire, es que recibe confesiones de toda la gente de la radio en el discotecario.
0:10:37 Ciertamente a favor de la privacidad de la discoteca.
0:10:41 Y además de eleganía y privacidad.
0:10:43 Tiene cierto aspecto de confesionario en la discoteca.
0:10:45 Es que a mí me parece que uno es propenso a la confesión conforme a las locaciones.
0:10:53 Es verdad eso.
0:10:54 Por ejemplo, cuando usted esté en un taxi, no le de a ganar de confesar nada.
0:11:01 Porque enseguida se va a enterar el taxista.
0:11:04 Y sí, ¿qué otro tiene para...?
0:11:07 No, no, pero te va con alguien.
0:11:08 Ah, eso es su novia.
0:11:11 Y se le ocurre, le voy a confesar que le engaja.
0:11:13 Pero, ¿se me en un metro cuadrado y otro tipo?
0:11:17 Además se mete el taxista.
0:11:19 Se mete.
0:11:20 No, que no está grave, dice el tipo.
0:11:23 Quiere que le diga una cosa peor en lo que me pasó a mí.
0:11:27 O sea, un taxista en el confesionario sería terrible.
0:11:32 Pero otro lugar como el cine.
0:11:34 Está en el cine, en el intervalo que va a confesarse.
0:11:38 Sí, mira, te tengo que decir, ah, y me está en un titulo.
0:11:41 En cambio, en la discoteca no hay nadie.
0:11:45 No, no hay nadie.
0:11:46 Pero además el dato es que la confesión, el pecado, la falta, no involucra al confesor,
0:11:54 al otro.
0:11:55 Sino que tiene que ser un tercero.
0:11:58 Claro, tiene razón.
0:11:59 El confesor es un desconocido.
0:12:01 La verdadera confesión es a un desconocido.
0:12:04 A un desconocido.
0:12:05 No, a la víctima de su falda.
0:12:08 Claro, tiene razón, tiene razón.
0:12:10 Pero sí, hay locaciones que favorecen más que otras.
0:12:14 La cima de León eres.
0:12:17 Tengo que confesar de algo.
0:12:19 Sabe que es cualquier endija, una pequeña ventana.
0:12:22 Ah, si yo me unendije me confieso.
0:12:25 Al cajero del banco.
0:12:31 Me digo, me diga a mi padre porque es pecado.
0:12:37 Me dio al disco, me da pena confesarlo.
0:12:41 Ah, está muy bien.
0:12:42 En la versión de Juanjo Dominguez.
0:12:44 Vamos a escucharlo.
0:15:03 apenas confesarlo.
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