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14 de Septiembre de 2009

la lucha contra el dolor

Transcripción automática

0:00:00 Vamos a hablar esta noche
0:00:03 de la lucha contra el dolor.
0:00:06 Atención, es nuestra
0:00:08 habitual sección, doctor me duele acá.
0:00:15 Acá dice, la lucha contra el dolor en la medicina.
0:00:18 ¿Qué otra cosa es la medicina, sino una lucha contra el dolor?
0:00:22 Vamos a hacer un catálogo o una recorrida a través de las épocas y las culturas
0:00:27 para ver qué es lo que hizo el hombre para que le doliera menos.
0:00:32 Esta lucha tuvo lugar siempre en una vida marcada por el dolor, porque
0:00:37 recuerde que en la historia bíblica de la que hablamos ayer
0:00:40 el castigo divino contra Eva fue la condena a sufrir
0:00:44 terribles dolores en el parto.
0:00:46 Pero la vida toda está llena de dolores.
0:00:49 Se medida que esa es una concepción poética del asunto y que un dolor de
0:00:53 muelas le salvo bien distinto a un padecimiento del alma.
0:00:59 No estoy seguro.
0:01:01 Cada sociedad ha utilizado distintos artificios para suprimir el dolor.
0:01:07 En el siglo I después de Cristo cada vez que había un parto
0:01:11 se aconsejaba distraer a la parturienta
0:01:17 para que no pensara en que le dolía.
0:01:21 Entonces se armaban algunas escenas.
0:01:23 Nuestro amigo Apolonia de Triana recomendaba introducir una libre viva
0:01:30 en la habitación donde había de ocurrir el parto
0:01:33 para que la libre corriera y diera saltos alrededor de la mujer.
0:01:37 Plinio, también uno de los dos, el viejo fue el joven, hablaba de esta técnica
0:01:42 que concitía básicamente en entretener a la víctima del posible dolor
0:01:46 como si el dolor fuera una cuestión de concentración o de distracción.
0:01:50 Como si no pensar en el dolor terminara con el dolor.
0:01:54 Incluso en España ponían una libre viva entre los senos de la parturienta.
0:02:00 Y llamaban a cantores y músicos y hasta se representaban pequeñas escenas cómicas
0:02:06 para ayudar a pasar el transe.
0:02:08 No se hacía ninguna aplicación física, era una manera casi psicológica
0:02:13 de tratar el dolor, tratar de distraer la psique hacia otro foco de atención.
0:02:20 A mí me dijo el doctor Barragán, nuestro dentista, ya varias veces mencionado aquí,
0:02:24 que él tiene varias libres en el consultorio, si es que no hay un gato,
0:02:31 para pacientes que vienen por la obra social.
0:02:41 Y cuando te empieza a sacar la muela, suelta la libre y entonces el paciente...
0:02:47 ¡Oh, me voy a llamar a los de la libre!
0:02:49 ¡Roy!
0:02:50 Pero le vas a amar más la atención la libre, dice...
0:02:53 Pero imagínense, señor, te está acostado, por sacarle la muela,
0:02:55 tiene una libre, ¿seguro?
0:02:58 O sea, el dolor es previsible.
0:03:00 En cambio, la libre es imprevisible, al menos en el consultorio de un dentista.
0:03:06 De todas maneras creo que le debe doler.
0:03:09 Y esto no me lo dice el doctor Barragán.
0:03:11 Allí termina su informe.
0:03:14 Mucho más tarde, San Alberto Magno pensó para aquellos dolores los de parto, ¿no?
0:03:19 Una receta bastante pintoresca.
0:03:22 Se debían tomar partes iguales de caracoles rojos y de romero.
0:03:27 ¿Qué tal romero?
0:03:30 Levanten la mano a la persona de un pesido romero.
0:03:35 Ahí hay una pregunta.
0:03:36 Fique siempre.
0:03:37 Lo cual prueba que hay muchísima gente.
0:03:42 Bueno, la mitad de caracoles rojos, la mitad de romero.
0:03:45 Y luego de desmenuzarlos.
0:03:46 Lo lamento, romero.
0:03:49 Después sabía que dejarlos en una caja de plomo cerrada, rodeada de estiércol de caballo,
0:03:55 y durante el parto se disponía toda esta pasta en el cuerpo de la mujer.
0:04:00 Caracoles rojos, romero y bosta.
0:04:05 En aquella época el 30% de las mujeres moría de fiebre, su infección, y saldara luz.
0:04:17 Cifra que de ningún modo era disminuida por la aplicación de esta podredumbre en el
0:04:22 cuerpo.
0:04:23 Sí, ahí está la causa de infección.
0:04:26 Se usaban también durante las operaciones para saletes mágicos, anillos, piedras,
0:04:30 amuletos, y hasta que en 1600 el Concilio de Burdeos prohibió aquellas prácticas
0:04:37 por considerarlas supersticiosas y institució el rezo obligatorio.
0:04:42 Hablemos de las sustancias usadas.
0:04:47 Ya los chinos, los hindúes, los sumerios, los egipcios conocían la virtud de la mandrágora,
0:04:53 el opio del velenio que se utilizaron, inclusive, en Europa para adormecer al paciente antes
0:05:01 de una operación.
0:05:04 Pero también se recurría a las sangrías.
0:05:08 Te sacaban sangre, entonces te agotabas y quedabas en condiciones de ni siquiera sentir dolor.
0:05:13 Estaban tan muertos que ni dolor sentía.
0:05:17 Pero ¿cuál era el asunto?
0:05:22 El tipo que operaba le interesaba que el paciente no se le moviera o no se le escapara como
0:05:28 pudiera.
0:05:29 Cuando vos operas, disculpame, te lo digo como médico, ¿no?
0:05:33 Cuando vos operas una persona, pongamos por caso de la péndice.
0:05:37 De la péndice.
0:05:42 Si vos no usas anestesia, digamos por descuido, por olvido, o simplemente por ahorro, por
0:05:53 raso.
0:05:54 No, como por ahorro.
0:05:56 Porque querés una cosa natural, ¿viste?
0:06:00 El tipo empieza a los gritos, empieza a moverse y se sacude y vos como de rase la péndice.
0:06:05 Por ahí le apuntas al curio y le pegás al campanero y le terminó arrancando cualquier
0:06:10 otro órgano.
0:06:11 Pero eso es, ahí le dices, no te muevas, qué peor.
0:06:14 Pero no entiende, el tipo está tan desesperado por el dolor que por ahí no comprende eso,
0:06:18 que usted lo está diciendo que es muy sensato.
0:06:22 Como cirujano se lo digo, no te muevas, no te muevas, no te muevas.
0:06:25 Pero bueno, es eso.
0:06:27 Ese era el inconveniente que tenían aquellos cirujanos de la Edad Media.
0:06:32 No le importaba si le dolían el tipo.
0:06:34 Le importaba que el tipo saliera como hubiera.
0:06:38 Y entonces utilizaban el opio, la mandrágora, el velenio, quien utilizó en proporciones
0:06:45 enormes los específicos provenientes de la amapola para evitar dolores.
0:06:51 Fue nuestra amiga Josefina, la primera esposa de Napoleón, que tenía la dentadura podreida,
0:06:57 disculpenme, y fue perdiendo los soldados de su infantería uno a uno.
0:07:05 Y para que la gente no se diera cuenta de esta deserción, empezó.
0:07:13 Empezó a usar pañuelos, abanicos, se hizo una persona más irrumpente, se reía menos,
0:07:20 pero también le dolían los dientes, que uso los que no tenían.
0:07:23 Entonces empezó a tomar opio, tanto opio que se dormía en el teatro, en las ceremonias
0:07:28 y había que sacudirla.
0:07:29 Me refiero a Josefina.
0:07:31 Se dormía con la boca abierta, eso era lo peor.
0:07:38 No, no está mala suerte que quedábamos, que había.
0:07:41 Y el alcohol también ayudaba a evitar padecimientos.
0:07:45 Muchos cirujanos lo utilizaban en sus intervenciones.
0:07:49 Ahí estaba el inglés, Atley Pasteau Cooper, que recomendaba a sus pacientes que se presentaran
0:07:54 borrachos a la mesa de operaciones.
0:07:57 Y en tal estado operó nada menos que el rey Jorge IV de Inglaterra, que padecía una
0:08:02 teroma en la cabeza, y parece que el rey estaba tan borracho que entró a la sala riendo a
0:08:07 carcajadas.
0:08:09 Cuando vio los instrumentos del médico, el bisturí, las pinzas, todo eso, lo condenó
0:08:14 a él y a todos sus asudantes a muerte.
0:08:18 Los condenó a todos a muerte, después se desmayó.
0:08:21 Más tarde, después de la operación que fue muy exitosa, le dieron a Cooper el título
0:08:26 de varón y le perdonaron naturalmente la sentencia de muerte, que sentido tiene un
0:08:32 varón en ese tamo alto.
0:08:33 Y contaré esto.
0:08:38 Al principio del siglo XIX.
0:08:40 Lo que quería contar era esto, todo lo demás.
0:08:44 Había un dentista americano, Jorge Wells, que empezó a estudiar algunos caminos diferentes
0:08:50 para suprimir el dolor de sus pacientes.
0:08:52 Empezó a trabajar con anestésicos parecidos al opio, pero no lo sé yo.
0:08:59 Él en su laboratorio hacía anestésicos.
0:09:02 Ya existía el óxido nitroso, que era un gas que había sido, que había sido por un
0:09:08 señor, Hans Frick David, en el año 1800.
0:09:12 Se los llamaba gas hilarante, porque inducía una curiosa alteración.
0:09:18 La gente se reía hasta el agotamiento después de aspirarnos.
0:09:22 Por esa razón se lo usaban mucho este gas, en las cremes, en las fiestas, en las ferias.
0:09:29 Siempre en todos estos acontecimientos había alguna barraca donde el público, para divertirse
0:09:36 nomás, inhalaba aquel gas o se divertía mirando lo que le pasaba a quienes lo inhalaban, ya
0:09:42 que hacían toda clase de tonterías y se caían hasta caer redondos.
0:09:47 Un día el dentista de Guales pasaba por una de esas ferias y se armó una pelea entre
0:09:54 dos hombres que habían inhalado previamente aquel gas hilarante.
0:09:59 Uno de ellos le pegó al otro un golpe en la cabeza tremendo y el perjudicado continuó
0:10:04 ríendose a carcajadas, o sea que no mostraba sensación alguna de dolor.
0:10:09 Guales compromó enseguida el efecto anestésico de este gas y empezó a utilizarlo en su
0:10:16 consultorio. Primero lo probó él, se sacó una muela
0:10:21 el mismo, no dice si era bueno o mala y no le dolió.
0:10:26 Entonces se presentó en la Facultad de Harvard para explicar el hallazgo.
0:10:30 Pero allí los dentistas, allí en todas partes, los dentistas todavía eran tenidos en menos
0:10:39 y les sabotaron la prueba al tipo. Parece que Guales llamó a un estudiante de medicina
0:10:44 que se ofreció como voluntario, le aplicó el oxidionitroso y el estudiante por Jorovar
0:10:50 empezó a dar unos gritos porque sí nomás. Y eso se arrocorriendo y eso espantó a todos
0:10:59 los catedráticos y Guales fue expulsado. Se puso tan triste que para consolarse de
0:11:06 sus aventuras tomaba gas hilarántico del tiempo.
0:11:10 Y se toy tan triste y se me atababa. Y andaba por las calles de New York hecho un zombie
0:11:19 y en el año 1848 en una reña calejera en Broadway, Guales le tiró ácido, este mismo
0:11:26 ácido a unos prostitutas que estaban agrediendo un bendigo que él quiso defender, vino a
0:11:32 la cana y se lo llevaron preso. Y entre rejas desesperados escribió dos cartas
0:11:37 trágicas, una para pedirle perdón a su mujer por lo que se disponía a hacer y otra dirigida
0:11:46 al país para exponer que la causa de todos sus males era haber logrado vencer al dolor
0:11:52 y a continuación inhaló oxidionitroso de un frasco que llevaba escondido, se tendió
0:11:57 en el calaboso y se cortó la herteria femoral para desangrarse sin dolor. Tenía 33 años.
0:12:07 Y apareció entonces en escena James John Simpson, un profesor de obstetricia en la Universidad
0:12:14 de Dimburgo. Simpson era un estudiante genial que había tenido su grado de cirujano en
0:12:21 los 19 años, su grado doctor en medicina a los 21 o qué se dio, pilaba las naranjas
0:12:26 solos a los 12 años. Parece que le impresionaba a Simpson el sufrimiento ajeno y estuvo a
0:12:35 punto de abandonar la carrera cuando lo llevaron a presenciar una operación por los gritos
0:12:41 que daban los pacientes, operaciones sin anestesia.
0:12:47 Entonces, durante mucho tiempo estuvo haciendo experimentos sobre sí mismos con varias sustancias
0:12:52 en busca de algo que pudiera producir insensibilidad. Se arriesgó mucho, pero no se murió de casualidad
0:13:00 hasta que en noviembre de 1847 descubrió el cloroformo. Había un químico francés
0:13:07 duois, duois que había estado trabajando en la síntesis del cloroformo, cuando se enteró
0:13:12 de los experimentos de Simpson le mandó un frasco. Y Simpson lo probó de una manera
0:13:16 curiosa. Parece que invito a cenar a dos colegas. Después del banquete decidieron hacer un
0:13:22 ensayo ahí mismo y llenaron de cloroformos sus vasos y empezaron a inhalar los vapores,
0:13:29 empezaron a hablar macanas, les zumbaban los oídos, dejaron de coordinar, se desplomaron
0:13:35 y ahí estaba la señora Simpson, desesperada, que entró y encontraba las tres eminencias
0:13:39 en el piso y sin conocimiento. Por suerte no había inhalado mucho cloroformo, pero
0:13:46 lo contrario hubiera sido una tragedia más que un descubrimiento. Pero después que se
0:13:53 recuperó, Simpson quedó encantado con los resultados y ahí se empezó a usar el cloroformo
0:13:59 en los pasos. Algunas de estas cosas que se tomaban en el siglo pasado eran peligrosas,
0:14:05 como el ópio. El que tomaba muchos ópios justamente a causa de sus múltiples dolores
0:14:10 era nada menos que don José de San Martín. Y sus enemigos aprovechaban esta costumbre,
0:14:18 hija de los dolores que el general sentía, para se indicarlo como opiómano. Ciertamente
0:14:24 él tenía unos padecimientos en el estómago, un azul, se les jugó algo por el estilo,
0:14:30 que no se saban y tomaba ópio. Aquí fácil sería para un poeta, aprendiz,
0:14:39 decir, ojalá que alguien inventara el cloroformo para los dolores del alma. Es propio de los
0:14:46 poetas de cinco pesos. A lo mejor ya existe eso. O a lo mejor los dolores del alma hay
0:14:53 que aguantárselo más que evitarlos. Si usted, yo creo que alguna desgracia que quiere que
0:14:59 no le duela, a lo mejor lo que habría que evitar son las desgracias y no el dolor que
0:15:06 las desgracias ocasionan. Claro, porque para que no te duela un dolor espiritual,
0:15:16 la única forma es que no te importe. No te duele lo que no te importa. Y hay cosas
0:15:21 que uno quiere que le importe en siempre. Entonces no hay más remedio que dejar que le duele
0:15:28 el agua. No ando desde hace mucho tiempo con un cuchillo oxidado, clavado acá en el pecho,
0:15:38 digo para explicar, yo que soy un privilegiado, hay mucha gente que tiene dolores más terribles
0:15:44 en los míos, en realidad. Pero digo cómo funciona esto, del dolor del alma. El tipo
0:15:51 anda con un cuchillo oxidado, clavado acá, pero va toda la fiesta con el cuchillo. Con
0:15:58 el cuchillo. Pero no se pierde una fada. Y esa es la manera. Se lo estoy conjeturando
0:16:06 ahora. El tipo que se anula a sí mismo y que deja de hacer bien a los demás, que se
0:16:15 da porque tienen un cuchillo oxidado clavado en el pecho, tampoco me gusta mucho. No me
0:16:19 gusta ni el que no le importa y no le duele, ni el que le duele tanto que se anunda. Me
0:16:26 gusta el que le duele y sale por acá por ver a Sateghi con unos amigos, toca el timbre
0:16:33 de las casas y sale rajando y se van muriendo de risa y se migan entre ellos y sienten
0:16:40 el calor de la camaradería. Pero en el fondo esa mirada de risa se están diciendo y eso
0:16:49 que tenemos un cuchillo oxidado en el pecho. Los amigos más divertidos que yo tengo, más
0:16:56 divertidos y más queridos, aquellos con los que yo me río más, son los que vienen a la
0:17:02 orjía con un cuchillo oxidado clavado en el pecho.
0:17:10 Hemos sido...
0:17:24 Sirve también incluso para contar el cuento del paisano que fue a la farmacia a comprarse
0:17:30 un historio, ¿no? Uno lo cuente y todos se ríen y se les mueve el cuchillo de la dix.
0:17:44 Y alguna pregunta, de afuera, que no entiendes, ¿cómo se ríen de ese cuento? Que les duele
0:17:53 su dolor y el dolor ajeno, que hay hermanos que sufren. Claro que quitar el cuchillo,
0:18:00 que gracioso, el tipo fue a la farmacia y creyó que había que comerse los historios. Muy
0:18:05 gracioso. Hemos ido a la discoteca y le hemos pedido un disco adecuado a este tema al discotecario
0:18:16 que en ese momento se estaba afajando con una garrafa. Estaban inhalando gas y no se
0:18:23 reía y dice, pero este gas no da risa, no. Yo le expliqué que no era el gas de las cocinas.
0:18:30 Entonces rápidamente, entre risotadas y mientras se caía y se baboseaba un poco, incluso a
0:18:38 veces sosteniendo ese cuchillo, me dio un tango que se llama los mareados y que evidentemente
0:18:45 ha sido compuesto para aquellos que se fajan con gas y larante para olvidarse de un cuchillo
0:18:51 que le clavaron en el pecho cuando tenía 20 años.
0:18:57 Por eso salgan Luba Llo de Lío con la orquesta grande y el tango de Cobián los mareados.
0:19:15 Y ahora, en el momento que se ha hecho el disco, Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de L
0:19:45 de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de Llo de L
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0:22:45 en la venganza será terrible los mareados.

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