Transcripción automática
0:00:00 Tenemos mensajes urgentes para Jorge Doryos.
0:00:05 Es entidad, me lo mandan a mi pro es para que yo intercida con el sordo para pedirle un tema musical.
0:00:12 Y bueno, pero mire, no se puede utilizar este...
0:00:16 Claro, falsos y fuentes.
0:00:18 Sí, bueno, y además por 20 pesos déjenme de jorobar.
0:00:22 Bueno, ¿qué quieren?
0:00:23 Quieren el Vals a unos ojos.
0:00:26 A unos ojos.
0:00:27 Si el Real es la gente que lo hace a los amigos del bar en Argentina, que queda en Ayacucho y España un bando.
0:00:32 Si quieren, lo canto yo, pero...
0:00:34 Pero, por ejemplo, para el Sopras.
0:00:37 Yo de ese lo canto ahora, en cuanto.
0:00:39 Tele, al canto ahora.
0:00:40 Ahí en Ayacucho y España hemos pasado muy bien, este, los días un rato, ¿eh?
0:01:15 Y por eso, yo los adoro.
0:01:21 Y hasta el fondo del alma me envenezco.
0:01:26 Sobe un llorar de pena cuando lloro.
0:01:32 Y se mueren de amor cuando los besos hay.
0:01:38 Y se mueren de amor cuando los besos.
0:01:56 Saludos a Daniel, los amigos de la Argentina.
0:02:00 Hablaremos de la muerte del delfín Francisco, el hijo de Francisco de Valois, Francisco de Francia, Francisco I de Francia.
0:02:09 Y el desgraciado Montecuculi.
0:02:13 Repito, el desgraciado Montecuculi.
0:02:20 Saben ustedes que Francisco I de Valois tenía un hijo del delfín, Francisco I, Francisco llamado también, no primero, ni segundo, porque no llegó a Rey, que murió.
0:02:34 Y finalmente otro hijo, Enrique, que fue Enrique II, vino a su salaro.
0:02:38 Parece que este muchacho Francisco, el delfín, era extremadamente tímido y muy débil.
0:02:45 Pero, allá por el año 1535, perdió la timidez y el Rey, que era un libertino famoso, se puso muy contento.
0:02:55 En realidad le habían dado la noticia de que el delfín tenía una amante.
0:03:00 Y esto llenó de orgullo a Francisco el Rey.
0:03:04 La joven acompañante de su hijo era la señorita de Lefonge, dama de honor del palacio.
0:03:11 Le había conocido en un bailongo campestre entre los lluyos.
0:03:17 Todos estos detalles alegraron al Rey, que en verdad consideraba con tristeza y dolor, a todos los varones virgenes que tuvieran más de 14 años.
0:03:28 Las nuevas aventuras, sin embargo, llevaron al delfín, aún fueron en E.C., que él desconocía en otros tiempos.
0:03:38 Desde luego amaba desaforadamente a Mamacé Lefonge.
0:03:42 Salía de casa, se entregaba juegos de pelota, durante los cuales recibía el aplauso cariñoso de su amor.
0:03:51 Me imagino la escena, unos lechuginos jugando a la pelota con el príncipe y su amante, la señorita de Lefonge,
0:04:01 dando saltitos y aplaudiendo allí donde no correspondía.
0:04:07 Por esos tiempos, el emperador Carlos V de España, en realidad, primero de España y Carlos V de Alemania, parecía vencer en todas partes.
0:04:22 Él era el enemigo de Francia y había llevado ya sus tropas a territorio francés.
0:04:29 Justamente, durante la campaña de Carlos y durante la defensa que Francisco I ha sido su reino, tuvo lugar el hecho que mencionaremos.
0:04:39 Durante una partida de pelota, el príncipe Francisco Cézofo Co. bebió agua helada y murió a los cinco días.
0:04:52 Tenía 18 años de edad.
0:04:55 Sin embargo, en la Corte Francesa empezaron a tejerse sospechas acerca de la muerte del delfén.
0:05:01 Nadie quiso creer que pudiera haber muerto solo por beber agua helada.
0:05:06 Pero, además muchos no querían creer eso, pues de algún modo significaba reconocer una cierta debilidad del estirpe.
0:05:15 Entonces convenía más bien que te asesinaran.
0:05:20 Era miembro de la familia real, era preferible creer que te habían asesinado y no que habíamos muerto víctima de una enfermedad.
0:05:28 El famoso pásmo que le dice.
0:05:30 Claro, pero víctima de una enfermedad y dejando en todos la sensación de un estirpe débil a quien acusos integrantes y un vaso de agua helada puede dejarse.
0:05:45 Empecé a sospechar en primer lugar, di la pobre Mademoiselle de Lefane.
0:05:51 Se dijo que el príncipe Francisco ya había llegado sofocado al partido debido a los embates de Mademoiselle.
0:06:01 Instrucciones para morirse.
0:06:04 Tenga así un encuentro venero antes del partido de pelota, juegue sí el partido de pelota y viva así agua helada.
0:06:15 Inmediatamente usted morirá.
0:06:22 Estas murmuraciones y abandonó la corte.
0:06:26 Salió rajando bien hecho.
0:06:28 Pues como la amante había desaparecido buscaron otro responsable.
0:06:34 La corte y Francia entera dijeron que el emperador Carlos V había hecho envenenar al delfín.
0:06:41 Según estos maledicentes parece que había un cómplice principal en estas acciones.
0:06:51 Ese cómplice era un noble italiano que estaba adexcutamente al servicio del delfín fallecido.
0:06:58 Y que era el Conde de Montecuculi.
0:07:02 Copero Real.
0:07:05 Este Conde había llegado a Francia desde Ferrara, aquella ciudad donde reinaban los destes.
0:07:12 Habían llegado allá por 1520.
0:07:15 Su procedencia italiana y su afición a la química lo hicieron un sospechoso perfecto.
0:07:22 Porque en aquel entonces se tenían por ciertas tres cosas.
0:07:27 La primera que si uno hacía el amor antes de un partido de pelota moría.
0:07:32 La segunda que si uno bebía agua luego de un partido de pelota moría.
0:07:37 La tercera que si uno era italiano y químico era también envenenado.
0:07:44 Bueno entonces empezaron a perseguirlo, la Montecuculi.
0:07:48 Tal como había hecho la amante del delfín, el Conde decidió huir rápidamente de la corte
0:07:55 antes de someterse a un injusto castigo.
0:08:00 Pues justamente y no justamente.
0:08:04 Su huida de la corte fue la que confirmó a Francisco que su hijo había sido envenenado por alguien.
0:08:12 Este huyó así que es culpable conjeturaron con rigor inquisitorial.
0:08:19 Entonces metieron preso a Montecuculi y empezó un juicio.
0:08:24 Otro dato que utilizó Francisco para defender su linaje.
0:08:30 Era que el Conde de Montecuculi había viajado a Ferrara y allí parece en Ferrara que se había encontrado nada menos que con el mismo emperador Carlos V.
0:08:40 Dicen que Carlos le pidió noticias respecto a la magnificencia de la mesa del rey y al orden que reinaba en esa casa.
0:08:49 Y allí mismo una cosa trajo la otra y empezaron a planear el envenenamiento al príncipe.
0:08:56 Esto lo aseguraron todos los hombres de Francisco.
0:08:59 Volter dice que el Conde de Montecuculi en realidad había viajado a Ferrara a visitar unos parientes, pero no importa.
0:09:07 Cuando uno está convencido de algo no hay realidad que sea capaz de torcer ese convencimiento.
0:09:16 El dato más contundente lo acercaron los cirujanos reales que dijeron que el cuerpo del delfín llevaba arsénicos.
0:09:25 Así que en el año 1536 con la presencia del rey Francisco el Conde de Montecuculi fue declarado culpable de envenenamiento y condenado a morir.
0:09:37 Entonces le dislocaron los miembros y después lo mataron.
0:09:43 Poco sentido hubiera tenido el procedimiento inverso.
0:09:48 Volter, como cualquiera, se ha indignado con esa muerte.
0:09:53 Ha escrito que los delfines no tenían coperos y que en caso de que el Conde hubiera estado cerca del delfín durante el sofocón jamás pudo haberlo envenenado.
0:10:04 Cuentan que el príncipe no estaba solo cuando salió sudando del juego de pelota.
0:10:10 Salió sudando del juego de pelota es un francisizo comprometedor.
0:10:17 Si bebió arsénico, dicen, debió haber sentido dolores horribles en su garganta y el agua que ingirió debió haber adquirido colores a lo menos sospechosos.
0:10:29 Atención a las personas a las que se acaban de dar instrucciones para morir.
0:10:35 Si prefieran el arsénico, recuerden que el agua que se ingiere, si está contaminada con arsénico, debe tener colores al menos sospechosos y al ingerirla el futuro finado siente horribles dolores en su garganta.
0:10:55 También se pregunta Voltear, ¿qué interés podía tener el Conde de Montecuculi en Mataram del Fín cuando el rey francisco tenía otro heredero, Enrique?
0:11:05 Último detalle, algún tiempo después de la muerte de Montecuculi, corrieron otros rumores que no llegaron a nada.
0:11:13 Algunos se acusaron del envenenamiento a Catalina de Médici, la esposa de Enrique, el Segundón, y dijeron que lo hizo para que finalmente pudiera reinar su esposo.
0:11:23 Estas aseveraciones nunca pudieron comprobarse, pero yo les digo fuera de programa que esta versión es más razonable que la primera, porque ahí sí hay un interés, hay un motivo, y hay otra cosa.
0:11:35 Catalina tenía efectivamente unos perfumistas italianos que trabajaban para ella y que eran en tiempos libres envenenadores y se especializaban en enemigos políticos de Catalina, o en señores cuya existencia resultaba problemática a la de Médici.
0:11:57 Sin embargo, todo esto se verificó en una etapa muy posterior, ya incluso muerto Enrique II, que también murió el pueblo de Enrique II, el marido de Catalina.
0:12:08 No la quería mucho a Catalina, parece que Catalina no era de todo fea, pero Linda no era tampoco.
0:12:15 Era mala además.
0:12:17 Sí, era mala además, pero yo creo que sí hizo mala, sí hizo áspera por el rechazo de su marido. Enrique no la quería y ella estaba loca por él.
0:12:26 Y él tenía un amante, Diana de Poitiers, y bueno, se reunían, vivían en el lube, vivían. Claro, no había un museo como ahora, entonces la vida era un poco más cómoda.
0:12:39 Imagina, ella vivía una familia rodeada de momias egipcios.
0:12:43 Y una pirámide adelante, porque se daba esto en las portas.
0:12:46 Bueno, como quiera que sea, Enrique II se reunía con Diana de Poitiers en una habitación, y Catalina de Médici sabía cuál era esa habitación, y en las piezas que había arriba había practicado un agujerito,
0:13:04 y entonces iba a mirarlos. Cuando sabía que se reunían, iba a espejar a su marido y a su amante.
0:13:14 Mi comentario es este.
0:13:19 Finalmente, Enrique murió muy joven en un torneo de eso con lanza, que ponía con gelmo, la lanza, un torneo.
0:13:30 Una justa de honor, sí, claro.
0:13:34 Un noble inglés, señor Bonborenzi o algo así, lo ensartó sin querer, con una lanza, se la metió justo en el agujero del gelmo.
0:13:45 Sí, se la ensartó en un ojo y lo líquido.
0:13:48 Pero bueno, no importa de esto, no queríamos hablar, pero lamentablemente me he sido visto, no, me he sido visto no.
0:13:56 He sido visto en compañía de una dama y Mercedes, estas preguntas me están extorsionando,
0:14:04 y me obligan a toda clase de comisiones indignas, como por ejemplo hablar de la muerte de Enrique.
0:14:12 El caso es que Catalina mató a muchos, incluso no envenenándolos, como en la noche de San Bartolomé,
0:14:22 asesinado a dos miles de protestantes, parece que ella fue la integradora.
0:14:27 Yo todo esto lo digo fuera de programa, ahora que Catalina ha muerto a sesigos y que a nadie le importa mucho.
0:14:34 En 1560, estas declaraciones pudieron costarme la vida.
0:14:41 Bueno, ¿a quién quiere dedicar este pequeño episodio policial?
0:14:49 A ver, solo para agarrar un desvío simpático y nacional, ha sido un de Montecucul y era desmembrado,
0:14:55 como bien explicó usted antes de morir, 1536.
0:14:58 Un soldado de Carlos V se dedicaba a fundar Buenos Aires, Pedro de Medoza, al menos.
0:15:02 En mismo momento.
0:15:03 Este año.
0:15:06 Y así. Francisco I, pobreza, aquel que se ve obligado, derrotado, una y otra vez con el hijo Muerte,
0:15:12 y todo lo demás por Carlos I, Carlos V, diciendo aquella desafortunada frase,
0:15:17 todo se ha perdido menos el honor mientras el otro le hacía la cico la manito, ¿no?
0:15:21 Como le haciéndole que pasa.
0:15:23 Pero estaba pensando en los enviadores, Alejandro, y es esto...
0:15:26 Le voy a hacer otra frase, que también es de Francisco I,
0:15:30 y que ha sido inmortalizada por una ópera.
0:15:34 Estando retirado en el campo, un poco enfermo, poco descansando,
0:15:42 escribió con carbón en una habitación de su residencia de verano, o quizá de invierno,
0:15:52 la mujer es cambiable.
0:15:56 O sea, ¿dónde es móvil?
0:15:58 Cualquier mal vento.
0:16:00 Y esa frase no es otra que...
0:16:02 De Francisco I, mira usted, el derrotado de Pavia.
0:16:06 Pensaba en esta cosa que ha generado la costumbre de los enviadores,
0:16:10 que es tener probadores de comida y de bebida, y curioso, porque también Voltear se burlaba de esta gente,
0:16:17 diciendo que el asunto era qué cosas se envenenaba,
0:16:20 para garantizar que se envenenase justamente aquel que uno quería y no asesinara toda la corte, por ejemplo.
0:16:25 Entonces, recomendaba envenenar, por ejemplo, los cuchillos,
0:16:27 entonces ahí cuando uno le cortaba el pan al fulano y le daba la rodaja,
0:16:31 se garantizaba que ese tipo fuera el que muriese, y agregaba Voltear.
0:16:34 Y si falla siempre puede negollarlo, según el humor de un tipo así.
0:16:38 Pero lo que quería decir es que no siempre hace falta, Alejandro,
0:16:43 que sea la víctima quien beba la posima que le está destinada para terminar con su vida,
0:16:49 porque bien sabemos, a lo largo de nuestras vidas y de la vida de estos grandes hombres también,
0:16:54 que a veces aquello que aún no lo puede matar es una copa que beba a otra persona.
0:16:59 Por ejemplo, la mujer amada o el hombre amado, que decretan la muerte de uno de la manera más cruel
0:17:04 y más dolorosa posible, peor aún que con el arsénico,
0:17:07 y es cuando esa persona a la que uno ama bebe nada menos que la copa del olvido.
0:17:12 Y la copa del olvido es el tango que vamos a escuchar ahora en la versión de Hugo del Carrely. Adelante.
0:17:30 Más o menos te traiga otra copa
0:17:42 y sirvas de algo el que quiera tomar
0:17:47 que ando muy solo y estoy muy triste desde que supe la cuerda el verdad
0:17:55 Más o menos te traiga otra copa que a noche junto se lo fielo todo
0:18:03 y se venga a matar la quise por un impulso de serenor
0:18:11 soy la cosa de un acertado sin saber como hasta quise que
0:18:19 a preguntarle a los hombres a Dios a preguntarle qué debo hacer
0:18:27 olvide amigo dirán algunos pero olvidarla no puede ser
0:18:36 y si la mato vivir sin ella vivir sin ella nunca puede
0:18:50 Más o menos te traiga otra copa
0:18:59 y sirvas de algo el que quiera tomar
0:19:03 que ando muy solo y estoy muy triste desde que supe la cuerda el verdad
0:19:12 Más o menos te traiga otra copa que a noche junto se lo fielo todo
0:19:20 quiero alegrarme con este vino a ver si el vino me hace olvidar
0:19:33 Era Hugo del Carrely la venganza será terrible la copa del olvido
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